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El juego de cartas más caliente de la historia
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Mi nombre es Antonio y mi pareja se llama Sara. Llevamos juntos 4 años y medio y siempre hemos sido tradicionales en el sexo, lo disfrutamos al máximo pero nada fuera de lo normal.

Llegamos a un restaurante y su amiga Ana nos esperaba sentada con su novio Carlos. Todo fue como de costumbre, cervezas por aquí, tapas por allá. Cuando íbamos a tomar unas copas por el centro de la ciudad, empezó a llover. Fuimos los cuatro a su piso, no sin antes comprar dos botellas de alcohol en el supermercado de abajo.

Comenzamos a beber y charlar, y las chicas querían que jugáramos a un juego. Yo, que iba ya un poco mareado por el alcohol, les dije que podríamos jugar a algo distinto. Con una baraja de cartas española, por turnos cada uno tiene que sacar una carta. Si le toca oros debe beber un chupito, si le toca espadas contar una fantasía sexual, si sale bastos contar una confesión y si sale copas puede elegir a alguien de la sala que se quite una prenda. Nunca habíamos tenido estos juegos, pero aceptaron por el morbo de la situación.

Empieza mi novia sacando oros y se bebió un chupito, luego fue el otro chico que sacó espadas y contó que le gustaría hacer un trio, luego fue la amiga de mi novia que hizo que me quitara la camiseta. El juego fue avanzando, hasta que todos estábamos en ropa interior. Mi novia con un tanga de hilo y su amiga con unas bragas casi transparentes. A su novio y a mí ya se nos marcaba la polla en los calzoncillos.

Tuve que contar una fantasía sexual y dije: "follar delante de otra pareja". La amiga de mi novia ya empezaba a mirarnos de otra forma. Ella misma después tuvo que contar otra y sorprendió: "chupar una polla mientras mi novio me folla a cuatro". Aquello se estaba yendo de las manos y mi polla empezó a no coger dentro de los calzoncillos. Mi novia le tocó invitar a alguien a que se quitara la ropa y por supuesto hizo que quedara completamente desnudo el novio de su amiga, su polla no era nada del otro mundo pero válida.

La amiga de mi novia rompió las reglas y cogió dos cartas. Fantasía y fuera prenda de otro. Y fue cuando empezó la fiesta. "Quiero que te quites los calzoncillos y mi fantasía es que os comamos la polla ahora mismo en la situación que estamos"

Mi novia, mordiéndose el labio, me quitó los calzoncillos y dejó libre mi polla de la presión que estaba aguantando. Empezó a soltar saliva en el glande a la vez que con su mano iba bajando y dejándolo libre poniendo mi polla aún más dura. Su amiga por el contrario empezó a usar su lengua cogiéndola con la mano sin moverla. Desde los huevos, pasando por el tronco hasta lamer el glande de mil formas. Los dos miramos la mamada de enfrente. Era una situación bestial. Ellas ya comenzaron a comerse nuestras pollas, mamándolas sin parar y moviendo las manos al compás de su boca.

Continuará…

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