Me llamo Katy y soy una chica soltera con un trabajo que me permite vivir bien y darme mis gustos de vez en cuando. Tengo muchas amigas y amigos. Entre ellas está Delia.
Delia es una de mis mejores amigas y siempre que podemos, nos reuníamos y compartimos todo, desde un vaso con agua hasta un café.
Siempre me sentí agradada por su espíritu jovial y su forma de enfrentar todas las situaciones. Para cada momento, ella tiene una sonrisa en su rostro y una frase de acuerdo al momento vivido y eso me agrada.
Siempre demostró independencia en sus cosas, le conocí pretendientes pero nada serio; según ella. Tiene su departamento muy lindo y no es de esas chicas que cada fin de semana sale a divertirse, todo lo contrario, muchas veces se queda en casa para disfrutar de un helado un viernes por la noche viendo una buena película o disfrutar de buena música.
Eso me gusta de ella ya que no es una chica “lanzada” y no anda de relación en relación, al menos eso puedo observar siempre en ella. Por eso es mi mejor amiga y con el pasar del tiempo, nos hemos confiado cada vez más nuestras cosas y hablamos de tal o cual chico y de lo buen mozo que son y esas cosas que nosotras las chicas hablamos.
Por supuesto, muchas veces me sonrojo al tocar ciertos temas inherentes al sexo ya que por tonta diría yo, nunca fui la mejor en ese aspecto, pero si dispuesta a hablar del tema con ciertas reservas.
La admiro por ser una hermosa mujer, de veinte y seis años de edad, de un metro setenta y tanto de estatura, cabellos color rojizo claro, de piel blanca, las curvas de su cuerpo muy hermosas; tanto, que ponen nervioso a cada hombre que se le cruza en el camino. Un culo paradito ni muy grande y ni muy pequeño, yo diría que bueno para su figura. Sus senos siempre pensé que se los había operado, ya que están perfectamente contorneados y abultados, hasta que un día en su departamento por accidente la vi salir del baño; y pude verle sus pechos e incluso, me permitió tocárselos, “para que te des cuenta que son naturales” –Me dijo esa vez–. Pero la firmeza y tamaño de sus pechos hacían imaginar que fuesen en verdad reconstruidos por un cirujano plástico.
Por supuesto que esa vez no pude evitar detallar su feminidad al ver sus nalgas y su talle muy femenino y su vientre muy plano, propio de una mujer de su edad; por supuesto su vagina depilada y aquellos labios de su vulva muy cerraditos no dejaban ver nada más, se veía hermoso su sexo ya que se conservaba prácticamente intacto; abultadita toda.
La noche de ese sábado coincidimos en ver una película hasta tarde de la noche, ya que ella me lo propuso. Al estilo de esas que muestran erotismo y seducción y más a fondo, de los detalles del sexo.
En la sala de su departamento nos acomodamos en el sofá y con vino tinto y trozos de queso y palomitas de maíz comenzamos a deleitarnos con una película erótica, de las cuales se toca el tema sexual, ya ustedes saben y se podrán imaginar.
Estábamos en pijamas y con un poco de frío, Dely como cariñosamente le digo, me dijo que podía acercarme a ella si sentía frío, por supuesto, me acerqué y ella me pasó su brazo detrás de mi cabeza sobre mi espalda y nos acurrucamos. Mi cara quedó allí muy cerca de uno de sus pechos lo cual me gustó ya que no les voy a mentir, siempre me gustaron y la sensación de tenerlo allí pegadito a mi cara me encantaba.
Tomamos casi toda la botella en esas dos horas de video, tardamos porque entre escena y escena hacíamos pausa para ir al baño y también llenar las copas de vino y por supuesto reponer el pasapalo.
Yo me sentía un tanto mareada pero ni modo, yo sabía que lo peor que podía pasar era que me quedara dormida en el sofá y Dely me abrigara y me dejara dormir allí o que me llevara a la cama y dormir.
Dely me comentó:
– En el amor es válido todo lo que sea necesario siempre y cuando ambos estén de acuerdo y que a su vez permita sumar y no restar.
– Estoy de acuerdo Delia, estoy de acuerdo –Le dije.
– Por ejemplo esos juguetes sexuales dan al sexo una llama y motivación – reiteró ella-.
Inmediatamente, terminó la película y acto seguido nos fuimos al cuarto, en donde ella tenía ya listo todo para el segundo video que íbamos a ver: Cincuenta sombras más oscuras. Nada más y nada menos.
Por mi parte, ya había visto la primera parte y sabía de qué trataba la trama pero esa en particular no había tenido la oportunidad de disfrutarla.
Nos acostamos y allí tomé un poco más de calor al arroparme con sus sábanas muy limpias las cuales olían a su perfume, me encantó ese aroma, divino aroma de mujer.
En cierta parte de la película el actor se muestra dominante con ella la protagonista; yo le comenté que ese tipo de juegos, y los llamados “Adult toys” tal vez los probaría pero me hacen sentir un poco incómoda.
Ella me dijo con tono exclamativo:
– ¡Chica pero por qué si lo haces con tu pareja, no hay nada que temer!
– Si, perooo…
– ¡Nada! Mira lo que tengo aquí, déjame mostrarte –Me dijo Delia.
Inmediatamente sacó de su mesita de noche algunos detalles de esos: Un consolador, Un dilatador anal y otras cosas, además de cremas con distintos sabores para la lubricación y preservativos.
– Deliiiaaa!!! –Le exclamé con asombro.
– Qué?, Katy por Dios, no me digas que te da pena todo esto, tonta! –Me dijo nuevamente ella-.
– Pueees, no sé, me dejas boca abierta corazón! -Comenté casi sin argumento para el caso.
Vamos a probarlos ven, Déjame a mí y no te apenes o te avergüences conmigo, sólo intento enseñarte el uso de estas cosas! -Me dijo Dely acomodándose en la cama.
-Peero es queee…! -dije nuevamente con timidez.
-Nada, que veas y aprende chica ven!
-Ella tomó un consolador de más de 20 centímetros, color carne, con unas venas que sobresalían y con un diámetro que me asombraba porque era grueso en verdad, llamaba la atención.
-Tómalos por favor, tócalos, detállalos y no dejes que te intimiden por favor! -Me señaló ella.
Yo tomé cada uno de ellos y los fui observando y me familiarizaba con sus detalles. Katy al momento tomó el consolador y abrió las piernas y comenzó a frotarlo por encima de su panty exactamente sobre su vulva, lo hacía de arriba abajo, al momento que con su otra mano comenzó acariciarse aquellos pechos por demás hermosos que me ponían algo nerviosa porque ella desinhibida y sin pena alguna, se me mostraba así de simple; como toda una mujer sensual y sin tabúes a la hora de hablar sobre el tema y yo toda complicada, poniendo peros y casi que con un nudo en la garganta.
-Ya verás cómo los uso y tú los vas a usar dentro de poco cariño, yo te voy a enseñar cómo, déjame que me caliente un poco.
Me pidió que le quitara la panty; al yo quitárselas, ella abrió sus piernas allí delante de mí, dejando ver su hermoso sexo, aquella vagina grande y alargada, con sus labios mayores carnosos y rosaditos. Al verle su sexo me invadió una electricidad por todo mi cuerpo, sentí que mi vagina comenzaba a humedecerse y a tener sensaciones que no pensé sentir delante de una mujer y menos con mi amiga Delia; la cual, se me mostraba erótica y yo a punto de ver cómo se penetraría con el consolador porque eso era lo que ella me iba a demostrar.
Lo puso en sus labios y comenzó un juego sensual con su lengua y la punta de aquel miembro, ella lo saboreaba y lo humedecía con su saliva. Luego lo introdujo muy adentro de su boca y lo sacaba, le hacía sexo oral. Seguidamente lo puso allí en su vulva, con sus dedos abrió sus labios vaginales y presionó un poco encontrando el orificio y comenzó a presionar e introducirlo con movimientos suaves.
Al momento comenzó a gemir y a disfrutarlo. Yo aturdida, excitada, nerviosa, pensaba que no era real aquel momento, que yo sólo lo soñaba. Sentía como mis jugos vaginales comenzaban a llenar mi sexo. No pensé en este momento como algo que me sucedería a mí y menos con mi amiga.
Ella mirándome a los ojos y con la excitación palpable en su rostro me dijo toda erótica:
-Ven cariño, acércate a mí, quiero sentirte cerca!
-Ves cómo me estoy cogiendo? Te gusta? No te avergüences conmigo por favor! Ven y hagamos el amor. –Me dijo categórica.
-Tócame los senos por favor, siente mis pezones, quiero que te adueñes de mí cuerpo por favor. Hazme algo divino, quiero que me acaricies toda, ahhh!!!
Yo comencé a tocar sus pechos, fue lo primero que quise disfrutarle, los acariciaba suavemente y me dediqué a sentirlos, me encantaban sus senos. Se los apreté e instintivamente acerqué mi boca a sus pezones y comencé a pasarles mi lengua, a chupárselos, a succionarlos.
Ella entró en una especie de éxtasis total y se abrió toda al momento conmigo. Sus piernas abiertas parecían como una tijera tan abierta que no daban más para abrir.
Continuó dándose con el consolador dentro de su vagina, lo introducía y lo dejaba salir con suavidad. Pude ver que le llegaba muy adentro ya que cuando lo presionaba, sólo quedaba una pequeña porción en su mano por donde lo sostenía. Lo demás, se perdía dentro de aquel sexo que como una rosa roja, se abría para recibir aquel inmenso colibrí.
Retiré mi rostro de aquellos pechos y me dediqué a observar cómo se penetraba. Aquel sexo, su vagina por demás hermosa, linda, provocaba detallarla, toda una escultura carnosa y abultadita era toda su vulva.
Verle su sexo me causó una especie de hipnosis ya que de repente me provocó acercarme y posarme allí y comenzar a lamérsela, a chupársela, a saborearlo el cual estaba siendo cogido por ella con su gran pene por demás realístico.
Me olvidé de penas y vergüenzas y me entregué a esa relación lésbica entre mi amiga y yo, me dediqué a disfrutarla, les confieso.
Ella al verme posada sobre su coño, hizo presión con su mano sobre mi cabeza para que me hundiera más en su sexo y siguiera comiéndoselo con mayor fuerza.
Podía sentir y rozar con mis labios y mi lengua el gigantesco pene al entrar y salir de su concha toda húmeda por tanta saliva que le impregnaba yo al chupar y tragar su clítoris, sus labios mayores y menores, en fin; todo su coño.
Ambas hembras estábamos en un constante jadeo, con un vaivén de nuestros cuerpos al fusionar caricias y delirantes chillidos como consecuencia del éxtasis que estábamos sintiendo en ese nido apasionado por tantas caricias.
De repente ella despertó de ese éxtasis en el cual estaba y sacó el falo de su vagina; se incorporó sobre la cama y me dijo toda jadeante:
– Quiero probártelo, también hay para ti corazón, quiero que lo disfrutes amorcito!
Tomó la crema lubricante, la cual al destaparla dejó escapar ese aroma inconfundible a chocolate; el cual colocó un poco sobre la cabeza de aquel miembro y se dirigió hasta mi vulva.
Yo por supuesto estaba un tanto apenada pero con las copas de vino y las escenas previas protagonizadas por Delia, estaba ya toda excitada y ya mi pudor desaparecía.
Ya no había vuelta atrás y no había nada que perder; solamente disfrutar de esa experiencia por demás nueva para mí.
Delia toda diligente, me tomó por mi trasero y me dio vuelta de manera que yo quedara con mi cara sobre la cama y mi trasero allí parado y con ella detrás mío.
Tomó mis nalgas y me las acarició y me dio halagos de lo lindo que tenía mi trasero, momento que aprovechó para sepultar su cara en mi culo; sin más, comenzó a lamer mi raja, mi orificio, los bordes internos de mis nalgas y alrededor de mi ano, era divino sentir sus caricias linguales.
Se comenzó a pasear de abajo hacia arriba, desde la punta de mi clítoris hasta mi ano. Qué experiencia tan delirante, yo censuraba mis gritos, ya que enterré mi cara sobre la almohada tratando de enmudecer los susurros y suspiros que daba espontáneamente.
Eso por demás, despertó finalmente todo lo que me hacía falta para sentirme plenamente excitada y con ganas de coger.
Me di vuelta abriendo mis piernas y dejando expuesta todo mi sexo al momento que le susurraba:
-Métemelo todo amor, que rico me la chupas! Lo quiero adentro todo por favor, dámelo!
Yo por supuesto no me controlaba, la lujuria se había apoderado completamente de mi ser, la excitación se había elevado a su máxima expresión lo que me hacía abrir mis piernas hasta más no poder pidiendo ser cogida, quería ese enorme falo dentro de mí lo más pronto posible. Delia por supuesto, supo aprovechar esa oportunidad para darme con todo.
Al fin mi vagina sentía la cabeza de aquel miembro que fingía como invitado, ella abrió los labios de mi vulva con sus dedos y comenzó a taladrar suavemente mi coño húmedo por el lubricante con sabor a chocolate que le había colocado.
Se abrió paso entre mis entrañas, lo sentí hundirse hasta tocar mi útero, allí delia lo detuvo y comenzó a darle suaves giros para posicionarlo y que se ajustara a la estrecha vagina que no terminaba de acoplarse a él.
-Al fin, dame duro!, mételo!, sácalo!, cógeme rico!, hazme acabar por favor!, atraviésame toda! Esos eran mis susurros y quejidos incontrolables que salían de mi boca al momento que Delia me cogía a repetición con su amigo artificial.
Aunado a eso, me empezó a chupar mi clítoris con tanta delicadeza y con movimientos rápidos de su lengua, allí sentí como mi cuerpo se elevaba hasta el techo de la habitación.
Sentí mi respiración detenerse como que había fallecido, como que si ya el aire no me hiciera falta, elevé mi cintura por encima del rostro de mi amante con el falo incrustado dentro de mí y me dejé caer nuevamente y dejé escapar un fuerte quejido:
-Aaaaah!
Ese grito anunciaba que había acabado, había tenido un gran orgasmo, mi querida Delia había logrado darme tremenda cogida y yo había acabado como nunca.
Delia sacó el enorme miembro de mi coño muy suavemente, para no molestarme, lo cual me encantó mucho. Lo puso sobre la mesa de noche y se acostó boca arriba sobre la cama.
Quedamos cara a cara, me miró a los ojos y me dijo:
-Sé que te encantó, ahora quiero que me la chupes y me hagas acabar, inténtalo cariño, soy tuya! Yo tomé aire y me fui hasta su vulva.
–Me encanta tu vulva, es lindísima corazón, me encanta como se te ve! –Le dije.
Comencé a succionarla y a degustar de sus mieles, un sabor con un toque saladito pude sentir en mi paladar al tragar de sus fluidos vaginales. Tomé un poco de lubricante y le coloqué sobre su raja, lo cual permitió robarle un gemido.
Continué paseándome por su vagina por demás linda; tragándomela toda, le succionaba sus labios mayores todos carnosos halándolos con mis labios; le chupaba el clítoris, comencé a penetrarla con mi dedo, al principio con mi índice y luego con mi dedo medio, ambos dentro de ella, los movía haciendo presión hacia su monte de venus tratando de acariciar y motivar su punto G. Hasta tres dedos introduje en su hermoso coño y si hubiese podido le hubiese metido toda la mano ya que ella me lo pedía y yo excitadísima le quería penetrar aún mucho más. Esa sensación de estar dentro de ella con mis dedos me gustó sobre manera.
Ella, al igual que yo, también elevó su cintura con mis dedos aún dentro y también mi boca allí chupándosela. Volvió a caer sobre la cama y enormes espasmos comenzaron a brotar de su cuerpo como teniendo un ataque epiléptico. Estaba acabando! tomó la almohada con sus manos y la llevó a su cara y gritó:
-Mi amooorrr que ricooo!!!
Nos quedamos allí acostadas y en silencio. Yo le abracé y nos acurrucamos allí todas exhaustas, habíamos terminado por ahora con ese lindo momento.
Delia me había enseñado algo nuevo. También pude ver que mi gusto por ella no era sólo de admiración sino también una atracción sexual, la cual disfruté, me sentí complacida y ella contenta de haberme iniciado como lo hizo.
-Podemos ver otra película el próximo sábado? –Le pregunté a Dely.
– ajajaja! Sonrió ella a carcajadas.
Luego dormimos hasta muy tarde del siguiente día –agotadas de tanto amar. –Diría yo.
Fin.