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La familia del deseo
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Tiempo de lectura: 20 minutos

Preferí postear completo en vez de partirlo en varios capítulos, favor hacer comentarios constructivos además de que si les gustó. Abrazos.

Alexandra vive con su marido y sus dos hijas dos apartamentos arriba del mío, el marido ni lo menciono, las hijas Nancy y Nadia de 23 y 18 años respectivamente, bellas como la madre, que ya se tiene 44 años y no parece mayor de 35. Yo ya estoy por arriba de los 44.

Desde siempre le he tenido unas ganas berracas, es una mujer de cabello azabache, con un cuerpazo espectacular, y muy divertida y risueña. Nos encontramos a menudo en el elevador, o en el garaje del edificio y nos miramos con ganas ambos, pero ha sido imposible llegar a algo más, vecinos, maridos, esposas, etc.

El lunes este que paso llegue a casa a eso de las 7 pm, estacione mi auto, y note que el auto de Alexandra estaba con las luces encendidas, era la segunda vez que las encontraba encendidas, y el marido no había llegado, su auto no estaba, así que tome el elevador y me dirigí a su piso a avisarle.

Llegue al piso y se escuchaba una leve música por el pasillo, ya en la puerta del apta de Alexa y pensé las hijas deben estar entreteniendo amigos, toque la puerta un par de veces, esta se abrió y Alexa abriendo, me dijo “hola Daniel como estas y ese milagro por aquí “. Alexa estaba en una bata de toalla, de esas abullonadas, como la de los hoteles resort, la cubría del cuello a los tobillos. Su rostro estaba recién lavado y el cabello todavía un poco húmedo.

“Hola Alexa, como estas?, quería avisarte que dejaste las luces del auto encendidas. “

Se sonrió y dijo, “No lo puedo creer otra vez se me quedaron encendidas”

“una de tus hijas puede bajar un momento a apagarlas”

“Ellas no están, Nancy esta donde una amiga hasta mañana y Nadia está en un paseo del colegio y regresa mañana por la tarde.”

“Pensé estaban aquí atendiendo amigos por la música que escucho”

“ah no, soy yo que puse algo de música para relajarme un ratito, pasa te tomas algo o estas apurado”

“no, puedo acompañarte un ratito “

Pase, nunca había estado dentro de su apartamento, bonito, ordenado con buena luz. Sobre la mesa había dos copas, llenas de vino blanco y unos canapés que se veían deliciosos.

“A mí no me esperan así en casa, que rico, estas esperando a tu esposo, afortunado que es el”

“No, mi esposo salió de viaje de trabajo y regresa en 8 días, esto es para ti”

Me sorprendió su respuesta, y entendí algo la sonrisa en sus labios cuando el dije que dejo las luces del auto encendidas, me estaban emboscando. Le seguiría la corriente a ver a donde llegábamos.

Tomo las copas de vino, me oficio una, las tocamos y bebimos mirándonos a los ojos.

La música seguía sonando, me tomo de la mano y me convido a bailar. La tome de la cintura y bailamos con ese jazz suave que emanaba de los morados parlantes que como cuadros estaban en la pared de la sala.

Unos minutos de baile suave y pensativo, levanta ella la cabeza me mira y suavemente beso esos naturalmente rojos labios de Alexa, esos labios que siempre que los veo me hacen pensar en actos libidinosos y fantasías que no pensé me traerían a este momento.

Debajo de esa bata estaba lo que hace rato tenía el deseo de ver, acariciar, lamer y hacer vibrar de placer.

Me retire un poco y le fui quitando la bata, fue apareciendo un cuerpo tal como me lo imaginaba, de piel clara y bien tenida, no tena un gordito mal puesto, sus senos como melones decorados con una fresa, su monte púbico lampiño cual nalgas de bebe recién nacido, unos labios vaginales muy besables.

La agarre de la mano, la senté en el sofá y la bese nuevamente, baje a besarle sus senos, me dedique a adorarlos mientras ella solo gemía y acariciaba mi cabeza. Sus pezones duro como macadamias pero suaves como una fresa, su olor a flores silvestres y delicioso sabor a mujer en calor me tenían muy excitado. Mientras mis manos acariciaban los mas que podía de esa tersa piel, los vellos de su entrepierna acariciaban la palma de mis manos. Seguí bajando hasta llegar a su ombligo, lo bese un segundo y baje a deleitarme con sus labios vaginales, húmedos, rosados y brillantes. Lamí suavemente sus muslo y despacio acerque mi lengua a esos labios, los lamí y bese, sus gemidos me decían que iba por buen camino. La lamí sin compasión, bese su pepita y le di todo el placer que podía hasta que sentí un orgasmo pasar por mi boca y ella se relajó. Yo todavía estaba vestido.

Después de un par de minutos de descanso y sublime placer, Alexa me jalo y empezó a quitarme la camisa, la levante y le sugerí nos fuéramos a un lugar más cómodo. Agarrándome de la mano me llevo a su alcoba la de elle ay su marido, pasamos los cuartos vacíos de sus hijas y llegamos. Una alcoba grande con una cama King. Un sofá de lectura y un par de lámparas que alumbraban suavemente el ambiente.

Continúo quitándome la camisa y me besaba el pecho mientras sus manos me quitaban el cinturón y aflojaban mis pantalones, con mis pies me quite los zapatos y las medias. Ya con el pantalón flojo este cato a piso y solo quede en boxers, este mostraba una tienda de campaña en su frente, debido a la tremenda erección que tenía, me miro a los ojos mientras me agarraba el miembro sobre el bóxer con su mano.

Metió sus manos por debajo del bóxer, me agarro las nalgas y me jalo hacia su rostro, se apretujo contra el miembro mientras me estrujaba las nalgas y rozaba mi ano. Bajo el bóxer y sin esperar a que cayeran al piso engullo la cabeza del miembro, le pego una succionada brutal y luego procedió a darle lengua, en salivándolo totalmente. Que delicia d evoca tiene la Alexa, que ricura de mamada, sentir sus labios finalmente sobre mi falo y sus manos en mis nalgas y ano me tenían a mil. Estaba tan excitado que después de unos minutos, me toco quitarme para no correrme tan rápido, la levante para acostarla sobre la cama y me acosté a su lado, nos besamos apasionadamente con lujuria y placer. Nuestras manos en un interminable viaje se movían por ambos cuerpos. Parecía los dos estamos sedientos de sexo y placer. Me baje nuevamente a comerme ese delicioso manjar que tiene entres su piernas y al cual me gusta dar placer, el placer siempre debe ser primero para la mujer que disfruta conmigo, me la comí como si fuese mi último día de sexo, luego me subí en la posición más sencilla y común y la empecé a penetrar suavemente, su cara se veía bajo la mía extasiada en el diluir placentero de una penetración esperada hace tiempo, mi rostro , el cual podía ver en el gigantesco espejo que había detrás de la cama igualmente se veía centrado en el placer de ambos. Nos comimos los labios, mientras nos mecíamos mutuamente, mi miembro entraba y salía, aceitado por la copiosa producción de fluidos vaginosexuales de Alexandra, el cuarto exudaba un olor a sexo espectacular. Después de unos minutos, no somos superdotados como lo que leo en otras historias, Alexa comenzó a gemir y vibra lo cual acelero mi vaivén y en un gemido gutural me corrí dentro de Alexa, una primera emisión lleno su vagina y rápidamente la saque y la puse entre sus labios, mientras me sentaba en sus senos, ella tragándose el resto de mi venida. Siguió chupando mi glande y lamiendo mi falo, vi su rostro de extremo placer y subiendo la mirada para ver el mío descubrí a Nancy, la hija mayor observando desde la puerta.

Me quede quieto mientras Alexa ausente a esto, seguía comiéndome, el semen en la vagina de Alexa salía despacio, y vi como Nancy me miro y me dijo que hiciera silencio.

Yo pensaba y ahora qué hago, me sacaran a gritos, habrá un escándalo, que va a pasar. Me quede quieto y espere no estaba en una posición fácil de salvar.

Nancy, me di cuenta estaba desnuda, hace cuánto nos observaba, su cuero muy parecido al de su madre pero más joven, unos senos divinos y el mismo manjar depilado, como el de su madre.

Alexa seguía comiéndome, yo le acariciaba el cabello y los senos, Nancy se acercó despacio y entro en la cama, entre la piernas de Alexa las cuales agarro y hundió su rostro en esa vagina que la vio parir, saco su lengua y lamio el semen mío junto con los fluidos de su madre, Alexa abrió los ojos como platos, me miro todavía con mi miembro bien adentro de su boca. Nancy la tenía presa y seguía comiéndose a su madre, el placer que le producía a su madre se veía en los ojos de ella y de su mama. Alexa no sabía todavía quién era el que se la estaba comiendo.

Alexa se estremecía de placer y se corrió muy rápido, Nancy la soltó y se acostó a su lado mientras yo al otro lado. Alexa no podía creerlo, su hija le había dado placer, que estaba pasando.

Nancy la acaricio, la tomo de la mano y le conto que hacía rato le tenía ganas, que la había visto muchas veces en la ducha masturbándose, otras en esta misma alcoba dándose placer con los juguetes que ella había descubierto entre la lencería del closet de su mama. Que no estaba arrepentida porque sabía que era una mujer muy sensual y sexual y que su papa no la atendía lo suficiente.

Mientras le hablaba, Nancy se había apoderado de mi miembro, lo acariciaba, lo apretaba, ponía el pulgar sobre el glande jugando con el líquido preseminal que emanaba de él. Acerco su rostro al de su madre y le dio un beso en los labios, la abrazo, y le pregunto si podía comerse mi rabo, la mama asintió, Nancy se acercó y cogiéndome por los huevos, se la metió en la boca y me empezó a mar deliciosamente, mientras su mama se levantó y me abrazo por detrás mientras me tocaba por todos lados. No podía creerlo me estaba degustando a madre eh hija.

Al cabo de un rato Nancy se acostó boca arriba ay me jalo a que la penetrara, me subí y se la metí deliciosamente, me aburrí de palabras corteses y educadas. Le metí la verga hasta el fondo y le dio verga suavemente, Alexa se había parado al lado y nos miraba, tocaba los senos de su hija y la espalda mía.

Alexa desapareció por unos minutos, y luego al sentí subirse entre mis piernas, lamia mis pies y subía por detrás hasta llegar a mi cola, abrió mis nalgas y metió su lengua entre ellas, para lamer mi culo, que rico se sentía eso, mientras yo me cogía a su hija la madre me comía el culo.

Me levante un poco y puse a Nancy en cuatro, la volví penetrar y seguí dándole, solo que ahora apodia jugar con sus senos, unos péndulos de joven carne que llenaban mis manos. Su cabello caía sobre su rostro y sus gemidos me enardecían.

Alexa me seguía comiendo el culo, una mano me acariciaba los huevos, de repente sentí como metía su lengua en mi culo al rato sentí un dedo penetrarme. No me lo esperaba, no era la primera vez que me metían un dedo. Luego sentí dos y la verdad no sentía nada mal. El cuerpo esta para darle placer, y no importa cómo. Seguimos en la faena, Alexa se volvió desparecer como cinco minutos, yo seguía dándole a Nancy muy despacio quería alargar ese placer, nuevamente sentí a Alexa detrás de mí, quien volvió, como entretenida con mi culo y me metió dos dedos nuevamente en el culo me dio rápidamente, los saco y sentí como algo que no eran sus dedos me penetraba, la sentí más cerca , sus senos contra mi espalda, y su mano en las nalgas de su hija, que tenía entonces yo en mi culo, en el espejo solo podía ver el rostro mío y el de Alexa.

Baje la mirada lo más que pude y vi como Alexa me estaba culeando con un arnés, no muy grueso pero largo, Alexa me estaba culeando como si fuese un hombre detrás mío. Que rico se sentía y en su rostro se veía el placer que sentía de ser la dominante.

Alexa siguió dándome, me pregunto si me gusta, le dije que sí, y se entusiasmó más todavía. Nancy se vino y cayó sobre la cama, yo seguía ensartado por su madre, se voltio y metió su cabeza debajo mío, tomando mi verga en su boca y descubriendo el arnés con el que me culeaba su madre.

No nos dimos cuenta pero ya estaba amaneciendo, al rato caímos todos en la cama, y Nancy nos contó que el padre de su amiga se sintió mal y se fueron a la clínica, y le toco devolverse antes de tiempo, y que cuando entro escucho los ruidos y nos descubrió. Le conto a su madre que ella había utilizado algunos de sus juguetes para masturbarse cuando estaba sola.

Ya era de mañana y algo cansados nos quedamos dormidos.

Dormíamos los tres en esa gigantesca cama, Nancy en un extremo, Alexa en el centro y yo al otro lado.

El tiempo pasaba y sin darnos cuentas llego la tarde. En mis sueños sentí una boca sobre mis testículos, sentí unas manos que me tocaban el falo, Nancy o Alexa me estaba despertando a punta de una mamadita, me hice el dormido y me deje hacer, que rico se sentía, al ratito la que fuera se subió y se metió mi verga en su rajita de placer y empezó a subir y bajar. Abrí mis ojos y, que sorpresa , no era ni Alexa ni Nancy era Nadia, se nos olvidó que llegaría de vuelta esta tarde, puso un dedo sobre mis labios para que me quedara callado, mire a las otras dos mujeres a mi lado y Alexa seguía dormida, Nancy miraba y sonreía, se levantó del otro lado de la cama y se acercó a Nadia a la que beso en los labios y le cogió los senos, Nadia se levantó sacando mi verga de su coño y tomándome de la mano me llevaron a su alcoba, allí se acostaron y en un 69 se comieron la una a la otra, estas dos hacía rato disfrutaban la una de la otra, eran cómplices del sexo, quien sabe hace cuánto tiempo. Nancy estaba boca arriba, comiéndose a Nadia y Nadia se comía a Nancy, el culo de Nadia me hacía guiños, puse detrás de ella y lamí su culo, lo embadurne de saliva y procedí a meterle mi verga por ese divino orto, gemíamos los 3, le di y le di hasta que me vine dentro de ella. No había tiempo para disfrutar y darle placer a Nadia.

Era ya tarde, mi esposa debía estar por llegar de su viaje de trabajo a otra ciudad, así que bese a las dos hijas de Alexa y les pedí me despidieran de su madre, luego me comunicaba o pasaba a saludar.

Me fui a mi apartamento, María Fernanda no había llegado, me bañe, y vestí. Prepare la pesada mesa de madera del comedor con unos velones, puse platos, copas de vino y prepare algo de comer, puse música y espere a que llegara.

María Fernanda llego, se veía divina como siempre, no parecía venia de un viaje en auto de 3 horas. La abrase, bese y nos sentamos a cenar. Me conto que le fue bien y que posiblemente tendría que volver en ocho días. Le conté de mi fin de semana y todo lo que paso con Alexa y las Niñas. Wow, dirán ustedes, este es un matrimonio abierto y muy moderno, Haha. Le conté que parecía Alberto, el marido de Alexa estaba apático, aunque ambos sabíamos que se estaba revolcando con la rubia despampanante del piso 18. María le tenía ganas también.

Charlamos un rato, nos fuimos a la alcoba, hicimos el amor suavemente y nos fuimos a dormir.

Nos despertamos, y avise en la oficina que hoy trabajaría desde la casa. Nos bañamos y fuimos a hacer algo de desayuno, ambos en batas y relajados. Terminamos, recogimos y nos íbamos a bañar.

Sonó el timbre de la puerta, nos miramos quien será? Mire por el videófono y era Nadia, que querría a estas horas. María Fernanda se fue a la alcoba y se escondió. Abrí la puerta y Nadia con su espectacular sonrisa, entro sin mediar palabra, me abrazo y beso.

-Buenos días Nadia, que paso a que se debe tu visita?

-Me gusto lo de ayer y deseaba me cogieras hoy temprano.

Pero es peligroso mi esposa está en la alcoba.

Nadia en su atrevida juventud se le encendieron los ojos y metió su mano en entre mi bata cogiendo mi verga entre sus manos. La levante la puse sobre la mesa y subiéndole su falda, no tenía calzones, unte su vulva con saliva y se la metí de una vez, le empecé a dar lo más rápido y duro que podía, María Fernanda miraba desde el pasillo, me hizo señas de que no dijera nada, me mostro un revolver comprendí que algo quería jugar. Nadia se retorcía del placer y se tapaba la boca para no hacer ruido.

-Así era como te quería pillar, como se atreven en mi propia mesa, Nadia se asustó y brinco de la mesa, María Fernanda sonaba loca y nos ordenó ir hacia la alcoba, agarre a Nadia y la llevó a la alcoba.

Allí Nadia me ordeno amarrarla a la cama, Nuestra cama tiene columnas para ese propósito, la amarre boca arriba de los cuatro postes. Quedo abierta como una flor marchita de otoño.

Nadia estaba blanca y muda, yo la miraba a ella y a María Fernanda, esta con el revolver decía tonterías y acariciaba los pezones de Nadia. Me agarro la verga y me ordeno meterla en la boca de Nadia, ni modo le seguí el juego y la metí en boca de Nadia, el temblor de sus labios y garganta excitaban mi miembro, la empecé a fornicar en a boca , se sentía delicioso, Nadia me miraba, María, se acercó por detrás y empezó a comerse a Nadia, sus ojos se voltearon y no sabía, no entendía que pasaba, la loca se la estaba comiendo, y empezó a perder el miedo y a tener placer. Por un rato mantuvimos el ritmo hasta que Nadia se vino y gimió de placer.

María se puso un arnés y me ordeno ponerla en cuatro, desate a Nadia la puse en cuatro y bajo órdenes de María me senté frente a ella para que me mamara, mientras María duramente y sin lubricación le penetro el culo sin compasión. Nadia gimió de dolor y al mismo tiempo de placer, me comía y me metía un dedo en el culo también. María disfrutaba perversamente el juego que solo ella y yo sabíamos era solo un juego. Retiro el arnés del culo de Nadia, me ordeno quitarme y cogiendo a Nadia por el cabello le puso su coño en la cara y le ordeno se la comiera, Nadia agarro las nalgas de Nadia y se engullo el sexo de mi caliente mujer. María tuvo un orgasmo brutal, y cayó sobre la cama junto a Nadia a la que abrazo y acaricio hasta calmarla, yo también me acerque y las abrase a las dos. Le dijimos a Nadia del juego y ya tranquila, entendió de nuestra relación de pareja. Le pedimos no dijera nada a su mama ni a su hermana, que otro día las meteríamos en el juego y así ella podría jugar a su gusto también.

Nadia nos besó a los a dos y se fue para su apartamento.

María Fernanda y yo, nos sentamos a ver como seducía a Alberto, e hicimos un plan, que ella llevaría a cabo poco a poco. Hablamos de como disfrutar con Alexa, Nancy y Nadia y de todas las posibilidades que podíamos disfrutar.

Pasaron unos días y Alberto regreso de su viaje, María Fernanda se lo encontraba en el lobby, garaje y elevador del edificio, ella se vestía a diario muy sexy por si se lo encontraba, y fueron conversando de vez en cuando. Un día, esto contado por María, Alberto le contó a María que su mujer y su esposa estarían un par de días en la playa y que él pensaba en irse a donde unos amigos para no quedarse solo, María rápida como siempre le dijo que esos mismos días yo estaría por fuera, y que si quería podían verse para darse compañía, e ir al cine y a cenar.

En el día acordado yo me quede en mi oficina, donde mantengo una pequeña alcoba donde puedo descansar en épocas de mucho trabajo. Allí espere hasta que María me avisara para sorprenderlos con la verga en la Almeja.

Alexa y las hijas se fueron a la playa, yo a mi oficina y será lo que será.

María me conto así, lo hare en su nombre.

Ya todos se habían ido y me quede sola en casa, a eso de las 3 pm llame a Alberto y quedamos en ir a cenar algo y a lo mejor distraernos en un cine. Durante la cena a eso de las 7 pm, charlamos amenamente de nuestras actividades y algo de política y cultura. A eso de las 8:30 pm terminamos de cenar y nos fuimos a ver una película de acción, entretenida la película pero Alberto no hacia ningún tipo de movimiento sexual para conmigo, salimos del cine y caminando un rato nos encontramos con un teatro de eso que ella no se ven mucho de cine porno, pare, mire la marquesa y le dije que siempre quise entrar a uno de esos cines, que si le molestaba entrar a ver algo así fueran unos minutos, le dije que mi marido nunca me llevaría. Alberto me dijo que su esposa nunca entraría a uno de esos cines tampoco, así que entramos aventurar.

Compramos los tiquetes entramos y nos sentamos en la última línea de sillas lejos de la pantalla, en el cine no había nadie, éramos los únicos en todo el teatro. La película empezó casi que de inmediato.

La película era de las llamadas vintage, de hace muchos años, y arranco de una vez con una rubia americana de senos gigantescos, dándole una mamada a un tipo con una verga descomunal y tupida su ingle de bellos negros, la cabeza de esa mujer subía y bajaba como poseída. Luego en un sofá el hombre abriendo las piernas de la rubia, se la comenzó a comer, a lengua corrida, con sus dedos habría los labios vaginales que estaba cubiertos por muchos vellos rubios, los labios rojos brillaban de la humedad que producía la bella americana, esta se movía y gritaba exageradamente, hasta que él se paró y le metió el bastón que rígido la penetro y empezó la fiesta. Alberto miraba la pantalla y yo miraba de reojo a Alberto el cual se notaba tenía una erección en su pantalones.

Tome la situación en control ya que a Alberto no sé qué le pasaba, puse mi mano sobre su erección y la sobe, mirándolo a él, se voltio me miro y se sintió con el permiso de ahora si atacarme a besos, nos besamos y me magreo mis senos, yo le fui abriendo el pantalón y sacando su morcillosa verga de entre sus boxers, ya con esa verga en mis manos me agache y me la metí en la boca, la oscuridad del cine nos escondía nuestra acción y la falta de clientes era aún mejor, me levante mi falda y tome su mano, la cual puse sobre mi depilado coño, sobo mis labios y me penetro con sus dedos hasta que tuve un orgasmo, todo fue muy rápido , la excitación el lugar la aventura. No nos dimos cuenta que se cabo el corto pornometraje y se prendieron las luces, como pudimos rápidamente nos arreglamos nuestras ropas y salimos del teatro, con la sórdida sonrisa del tiquetero quien probablemente si nos estuvo mirando en la oscuridad del teatro.

Caminamos tres cuadras hasta donde habíamos dejado el auto y nos fuimos al edificio donde vivimos.

En el auto no nos dijimos una sola palabra, llegamos al edificio y subimos a mi piso primero, lo invite a tomar algo a mi apartamento al cual nos dirigimos y ya detrás de la puerta, no hubo trago ni vino ni nada, nos magreamos mutuamente y así desnudándonos por el pasillo llegamos a la alcoba donde nos tiramos en la cama.

Entramos en un 69 y nos comimos todo desde la morcilla y almejas hasta los osobucos de ambos, Alberto metió su lengua en mi culo y yo aproveche para meter la mía en el de él. Estábamos muy calientes, por un rato no dejamos de comernos y seguimos a que me metiera su rabo entre las piernas mías, mi vagina abierta le dio la bienvenida y atrapo su verga para varios minutos de un mete y saca delicioso, su pecho sobre mis senos masajeaba mis pezones con sus vellos, mi boca se comía la de él y su lengua hacia filigranas con la mía. Finalmente nos corrimos ambos al tiempo, y quedamos cansados, y así nos dormimos, ninguno tenía prisa, estábamos solos.

En la mañana desayunamos, mientras el aire estaba lleno de pensamientos y energía sexual. Terminamos y nos dirigimos a la alcoba. Era hora de ir preparándome para la entrada de Daniel, que encontrara a Alberto en una posición comprometedora, para luego unirlo a nuestros juegos sexuales con su mujer y sus hijas.

Le pedí me amarrar a la cama y jugara conmigo, me amarro boca arriba y al tenerme indefensa me empezó a comer deliciosamente, jugaba con su lengua en mi clítoris, estaba tan caliente que sudaba, gemía. Se detuvo un momento y salió del cuarto, al regresar traía una cubeta con hielos, se metió uno en su boca y me siguió lamiendo el sexo, la sensación de frio calor era intensa, el clítoris saltaba cada vez que su fría lengua lo tocaba. Saco un hielo redondo y lo metió en mi vagina, que dolor tan rico, obviamente que se derrito rápidamente y él se tomó toda esa agüita milagrosa. Le pedí me penetrara, quería sentirlo dentro de mí. Metió su verga en la cubeta con hielo y cuando estuvo helada me la metió, que delicia de metida, empezó a culearme a ráfagas, 5 rápidas 3 despacio, 5 rápidas 3 despacio. Uff que rico me daba este condenado de Alberto. No entendí por qué no se comía a su mujer a menudo.

Me corrí deliciosamente, me levante al baño un segundo y aproveche para avisarle a Alberto que regresara en cualquier momento, me dijo que ya estaba a dos minutos del apartamento.

Regrese a la cama y Alberto me dijo que me pusiera en cuatro que me quería dar por el culo, a mí me encanta que me den por el culo, así que rauda y veloz lo hice. Se colocó detrás mío y me lamio el ano, me metía la lengua y soltaba agua helada en mi culito, metía un dedo y luego dos, hasta q eme tenía a mil y el jadeaba de la excitación que tenía, cual perrito se subió y coloco su verga en la entrada de mi ojete y suavemente me encendió a monda como dicen en la costa.

Llevábamos como 7 minutos en estas cuando se abrió la puerta y entro Daniel encontrando a Alberto ensartado en mi culo, este se sobresaltó pero no se salió, yo lo apreté entre mi culo y el espaldar de la cama. Daniel nos gritó y le dijo que se bajar de la cama. Y a mí me cogió del pelo (suavemente y me jalo hacia él, me dijo amarra a ese malvado en cuatro sobre la cama, yo fingiendo terror lo empuje a la cama y lo amarre en cuatro.

-Así que te gusta darle a mi mujer por el culo- le dijo Daniel a Alberto. Ahora vas a ver lo que es bueno.

-María Fernanda ponte el arnés!

Regreso a la narración en voz mía.

María se puso el arnés, Alberto estaba aterrado, le ordene a María lamer el culo de Alberto y prepararlo mientras con sus manos le jalaba la verga que la tenía ya dura otra vez. Cuando el culo de Alberto estaba ya húmedo, María se colocó detrás y lo empezó a penetrar con el arnés, yo solo miraba y le decía, así es que te gusta darle a mi mujer, pues siente ahora lo mismo. María estaba disfrutando, me baje los pantalones y puse mi verga en la boca de María para que me diera una buena mamada, al mismo tiempo que sodomizaba a Alberto. Al rato Alberto y yo nos vinimos al mismo tiempo.

Descansamos y le explicamos a Alberto el juego y aunque un poco molesto, nos dijo que le encantaría repetir y jugar con nosotros. No le dijimos nada de su mujer y sus hijas, ya se enteraría.

Pasaron unos días, Alexa y yo conversábamos por teléfono mientras estaba en la playa y me comento que Nadia le tocaba regresarse ya que tenía un examen en la U. y debía tomarlo.

Llame a Nadia la cual me dio los pormenores de su regreso y le dije que me quería ver con ella y disfrutar un rato de desenfrenado sexo. Accedió de inmediato y quedamos en vernos esa misma noche en el lobby del apartamento de sus padres. María llamo a Alberto y lo invito a nuestro apartamento a jugar un rato.

Me encontré con Nadia en el Lobby y espere a que María me avisara que Alberto ya estaba en nuestro apartamento. Avisado, subí con Nadia al su apartamento , entramos y de una sin pensarlo, la joven se agacho y me saco mi verga la cual se comió de una, le di unos minutos que disfrutara de esa felación , y luego la tome de la cintura, la senté en la mesa del comedor , le baje sus shorts y quite sus blancos pantis, metí mi cabeza entre sus piernas y me dedique a darle placer, lamí esos labios hasta que estaban súper húmedos, ella se recostó en la mesa y yo seguí comiéndome ese precioso coño de 18 años, quería que se viniera deliciosamente, para mí lo más importante es el placer de mis compañeras de aventuras.

Nadia se corrió maravillosamente, me levante y la penetre en su cuquita, y sobándole el clítoris con un dedo mientras la follaba, la hice venir de vuelta, ya yo listo para correrme la saque y la puse entre sus labios, con lo cual Nadia se tomó toda esa corrida.

Le dije que se pusiera una faldita sin nada debajo que íbamos a visitar a María Fernanda a nuestro apartamento. Me subí lo pantalones y salimos para el piso nuestro.

Lléganos y entrando escuche los ruidos que yo sabía escucharíamos , entramos despacio y vimos en la alcoba a un tipo cogiendo a mi mujer, Nadia no podía ver quién era el tipo en la penumbra de la alcoba, le dije Nadia , sorprendámoslos, yo le meto mi verga a María y tu comete el culo del tipo te parece? Con una sonrisa malévola, asintió, y nos dirigimos a hacer nuestra sexual labor.

Alberto estaba siendo abrazados por María así que no se podía voltear, me acerque y le metí mi verga a María en la boca, Alberto solo miro un segundo reconociéndome así que siguió como si nada culiandose a mi mujer. Madia se acercó y abriendo las nalgas del “tipo” le lamio el culo y se lo comió al mismo tiempo que le chupaba las bolas. Alberto se sorprendió pero no podía saber quién era, le dije Tranquiló te va a gustar lo que te hacen.

Alberto siguió dándole a María Fernanda, mientras su hija, quien el todavía no sabía era la que le estaba comiendo el culo, lo lamía, y le metió un dedo en el ano. Deje a María y me puse detrás de Nadia, escupí en su culito y la penetre despacio, gimió y se movió cual culebrilla huyendo, me apretaba el falo mientras yo entraba y salía, que delicia, que morbo, padre e hija en un sándwich entre mi mujer y yo. Me vine delicioso en su trasero, me salí y me apresure a vendar a Alberto antes de que viera a Nadia, a Nadia le hice señas que no hablara, ella no sabía era su padre todavía.

Alberto se corrió en María y Nadia se hecho hacia atrás quedando sentada en el piso.

María Fernanda, beso a Alberto y le pregunto si le gusto, la sorpresa, el hombre devolvió el beso, silenciosamente aprobando el momento. María lo puso boca arriba y yo le dije a Nadia, que el tipo era su padre, abrió los ojos y boca, no dijo nada, no podía de lo sorprendida que estaba. Quieres seguir disfrutando o quieres irte le pregunté, con su picara mirada supe que se quedaba, así que le dije disfrútalo antes de decirle quien eres.

Nadia se acercó a su padre tomo su verga y la empezó a acariciar, sintiendo como crecía en su mano, luego se la empezó a chupar y lamer, esa verga que sembró la semilla de su nacimiento, estaba grande, gruesa y dura. Se fue subiendo y se le sentó encima, metiéndosela en su joven cuca. Alberto se movía y fuertemente penetraba a La mujer que tanto placer le estaba dando. María se sentó en el rostro de Alberto el cual raudo y veloz saco su lengua para comérsela, María le quito la venda y mientras él se venía dentro de Nadia se levantó y permitió a padre e hija verse a los ojos.

Alberto no podía parar de venirse ya estaba en ese viaje y sorprendido solo veía a su hija que lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

Ella se inclinó u abrazo a su padre, le dijo al oído que lo quería y que rico su verga la hacía sentir.

-Ahora quiero me hagas venir con tu lengua, le dijo Nadia.

Se subió y poniendo su coño en su boca este se comió a su hija como si no hubiese un mañana.

Bese a su hija y a mi mujer mientras él se la comía, un senito en mi mano el otro en manos de mi mujer.

Nadia se corrió sobre su padre y lo abrazo. Charlamos un rato y luego Nadia y Alberto se fueron a su apartamento.

En la mañana siguiente, llame a Nadia para saber si estaba bien, que había pasado después de irse.

Aquí les cuento, en palabras de Nadia.

Nos fuimos en silencio hasta el apartamento, eran ya las 11 pm. Entramos al apto, y nos abrazamos, caminamos a la alcoba de cada uno y nos fuimos cada uno a bañar. Me seque y me metí a mi cama. Me estaba quedando dormida cuando sentí que se abría la puerta de mi alcoba y sentí cuando levantaron mi cobija, fui sintiendo como las manos de mi padre subieron suavemente sobre mis desnudas piernas hasta llegar a mis nalgas, sentido el aliento de su respiración entre la ellas, y luego su lengua ir de mi labios vaginales hasta mi orto, seguí quieta, me lamio un rato y ya no pude más y le dije me hiciera el amor, me voltee y lo recibí para que me penetrara, que rico se sentía su dura verga entro y me dio por un largo rato, que rico culeaba mi viejo. Se corrió dentro de mí me beso y se fue a su cuarto. En la mañana cuando me levante ya no estaba, Pero me dejó el desayuno en la mesa, algo que nunca había hecho.

Ok, le dije entonces no estaba molesto ni bravo, que bien. No comentes los hechos a tu madre ya veremos cómo las involucramos.

En la tarde maría Fernanda y yo pasamos donde Alberto, y junto con Nadia planeamos, la manera de involucrar a Alexa y Nancy en nuestro juegos sexuales.

Llego el viernes y madre e hija llegaron de su viaje a la playa, venían bronceadas y divinas.

Arreglamos para vernos en mi apto el sábado temprano, tanto Alexa como Nancy. María no iba a estar y Nadia debía ir a la U un rato de mañana, Alberto dentro del plan Estaría revisando unos papeles en su apto.

Llego el sábado y las chicas tocaron a mi puerta a las 9 en punto, nos sentamos a hablar de su viaje y como hubiese sido genial yo hubiese podido ir con ellas. Una cosa llevo a la otra y nos pusimos calientes, Nadia tenía una faldita y como estaba sentada podía ver que no llevaba pantis puestos, Alexa aunque algo más vestida se veía muy sexy, me senté al lado de Nancy quedando Alexa de frente, le pase mi brazo por detrás y con el otro metí mi mano entre sus piernas y la empecé a dedear, recostó su cabeza sobre mi hombro y se dejó llevar, sus piernas se fueron abriendo y su sexo humedeciendo.

Alexa se fue desnudando, y ya en pelotas se masturbaba viendo nuestra actividad.

Nancy se mecía sobre mis dedos, y con su mano saco mi verga la cual masajeaba, Alexa se acercó y se dio en la tarea exquisita de comerse loa fluidos de su hija. Estábamos prendidos, ayudo a su hija a levantarse y sentarse sobre mi verga y a mecerla sobre ella hasta que se corrió.

Sonó el celular de Alexa, era Nadia, le decía que había llegado al apto y había escuchado ruidos y que pensaba su padre estaba con otra mujer en su alcoba.

El plan ya estaba andando, nos vestimos y le dije la acompañaba. Llegamos al apartamento y Nadia nos indicó silencio, caminamos hasta la alcoba y Alexa se asomó y vio a Alberto culeando con mi mujer, se volteó y me indico que viera. Hice cara de no puede ser y seguimos mirando. Estando detrás de Alexa le baje su pantalón y patines y la penetre, me la culeaba al mismo ritmo que mi mujer era penetrada.

Nancy y Nadia se morreaban detrás de nosotros, y los cuatro nos corrimos casi que al tiempo. Abrimos la puerta y Alexa embejucada fue a reclamarle a Alberto, yo a María, Nancy solo miraba y Nadia medio entre todos.

Nadia se paró frente a su padre y le dijo, con tanta mujer en esta casa tiene s que buscar afuera? Tomo la mano de su padre y la puso en su coño, llamo a Nancy que cual idiota embelesada hizo caso y permitió que Nadia pusiera la otra mano de su padre en el coño de su hermana. Alberto les dio dedo a ambas y María se levantó y abrazando a Alexa la beso hasta derretirla,

Fuimos cayendo todos en ese colchón tamaño King, y ya con la verga dura cogí a Alexa por detrás y se la metí en el culo, Nadia agarro a su padre y tomando su verga la puso a la entrada de la cuca de Alexandra, y empujó, ahora Alexa estaba siendo penetrada por ambos centros de placer. Las chicas tomaron a María Fernanda y una le comía el coño mientras la otra le lamia el culo.

Que rico estaba todo, Nancy en voz alta dijo -y a mi quien me da verga?

Alberto que no la había tenido nunca, se la saco a Alexa y a la vista de la madre enquisto su tórrido miembro, untado de los fluidos de la madre, en el coño de su hija.

Le dije a Nadia que lamiera el ano de Nancy que ya yo iba a completarla, con el ano ya humedecido y relajado me acerque, y arremetí contra ese hoyito de Nancy dándole a probar lo mismo que hacía unos minutos su padre y yo le hicimos a su madre una doble culeada.

La pasamos de maravilla no solo se rompió el hielo si no todos los tabúes habidos y por haber.

Así seguimos disfrutando todos por. Varios años hasta que se fueron las hijas con sus respectivos novios y maridos.

Después ya sería otra historia, ya veremos si la comparto.

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