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Primera vez de un adulto (Parte 8)
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Todo estaba siendo tan surrealista que no podía crear lo que estaba viviendo, me sentía uno poco confundido, star lo noto y me hablo muy tiernamente me explico que el crossdressing es una cuestión de elección que si yo me sentía cómodo haciéndolo pues ella me ayudaría, si solo lo hacía por darle gusto a Alfredo, pues que lo pensara muy bien. Porque no hay peor cosa que hacer cosas solo por darle gusto a los demás aun y cuando eso nos traiga incomodidad.

Después de una larga y tendida conversación, me di cuenta que quería satisfacer a Alfredo, pero al mismo tiempo me gustaba sentir que él me tratara con la ternura de ser femenina, y realmente me gustaba sentirme así, me gusta la sensación de la ropa interior, me gusta sentirme delicado y que me traten con la suavidad que se trata a una nena, pero eso no significa que quisiera ser transexual o salir a las calles vestido como nena, decidí que para la intimidad era algo que tenía que probar, si eso me hace feliz pues tengo que hacerlo, y si como ganancia voy a satisfacer a mi hombre pues es ganancia.

Así que nos pusimos manos a la obra, star me ayudo a depilar mi cuerpo, que como ya dije antes no fue difícil, porque soy bastante lampiño, algunos bellos en axilas, piernas y nalgas, pero muy delgados así que no fue difícil. Aunque si debo de decir que me ayudo a aplicar cremas, lociones y tratamientos para hacer mi cuerpo más delicado. Las sensaciones eran maravillosas, me ayudo a escoger ropa, y a usar esa ropa, es un arte saber guardar el paquete, usar la tanga, los zapatos, me lavo el cabello y lo seco, me peino, me maquillo, escogimos la ropa, un vestido negro corto y ajustado, tanga negra de encaje, con medias y portaligas.

Supe después que todo era porque Alfredo tenía preparada una cena especial, así que le había pedido a star que me dejara muy elegante, así que me dio zapatos de tacón alto, no tanto por mi inexperiencia, con un curso rápido de como usarlos, debo de decir que no es fácil, me divertí mucho y a la vez me sentía cada vez dentro de ese nuevo rol de vida. Me veía en el espejo y no podía creer que era yo, sentía mi cuerpo moverse dentro del vestido, el solo roce de esa tela sobre mi cuerpo, la tanga encajándose en mis nalgas, rozando mi ano, y sentirme tan sexy con las medias y portaligas, me ponían muy caliente.

Cuando ya estaba casi al 100% preparado, star me dijo que le encantaba como me veía y que había nacido para esto. Me sentía el corazón acelerado a mil por hora, star se despidió de mí, me dijo que lo pasara muy bien, me dejo la mejor de las suertes y me dijo que le llamara cuando quisiera. Que no sintiera vergüenza que me veía preciosa. En ese momento reaccione pensando “preciosa” con a, wow, otro gran cambio en tan poco tiempo, ¿realmente estaba haciendo esto? La repuesta era si, y lo estaba disfrutando.

Sali del cuarto y Alfredo me esperaba vestido con pantalón de vestir y una camisa azul de botones muy elegante, cuando me vio se levantó inmediatamente del sofá, se le vio muy emocionado, y dijo un sonoro “wow, te ves tan hermosa como pensé que te verías”, volví a pensar hermosa con a, solo acerté a sonreír y preguntar si le gustaba, se acercó a mí, me tomo de la mano, me dio una vueltecita, no paraba de decirme cosas lindas, yo estaba sumamente nervioso, no sabía como actuar o reaccionar, me abrazo y me pidió que me tranquilizara, que estaba con él, que él estaba encantado, me llevo a la mesa, me acomodo la silla, tenía una mesa preparada muy elegante, vino y comida, ni siquiera recuerdo que era, nos sentamos, comimos platicamos, el me trataba con una gran dulzura, me decía lo mucho que le gustaba, que era lo que él quería, y me agradeció el esfuerzo, le hice saber que no era un gran esfuerzo si él estaba feliz, me sonrío.

Después de un rato nos pusimos de pie, puso algo de música, bailamos, era maravilloso, el guiaba el baile, me abrazaba por la cintura y yo le tomaba por abrazaba por el cuello, mi cabeza se apoyaba en su hombro, no decíamos nada solo bailábamos, era tan increíble, sentía que era como hacer el amor bailando, nos entregábamos el uno al otro, y nuestros cuerpos encontraban el ritmo para seguir los movimientos como un solo cuerpo, sentía como se apretaba contra mí, sentía como pegaba su miembro a mi cuerpo, sus manos recorriendo mi cuerpo, era un momento de mucha sensualidad, a veces creemos que la única forma de tener sexo es penetrando, pero hay mucho más que eso, la sensualidad puede estar por encima de la sexualidad, más si estas con la persona indicada, y yo sentía que estaba con la persona correcta, en el momento correcto y con la ropa correcta.

Después de un rato, me pregunto que, si quería salir con él, no sabía que contestar, ¿salir a la calle? ¿Así?, me dijo que podíamos ir a un bar de ambiente, que nadie me juzgaría, al principio me negué rotundamente, le dije que prefería quedarme allí, solos, la estábamos pasando muy bien. Por un momento se detuvo y ya no insistió más, pero todos sabemos que cuando un chico quiere algo, no lo deja ir así de fácil, insiste, aunque sea subliminalmente. Así que por momentos dejaba salir una preguntita o un comentario acerca de ir a un lugar.

Después de mucho preguntar accedí, le pedí que estacionara en la puerta de la casa para solo salir, no quería llamar mucho la atención, me llevo a una discoteca de ambiente, donde había muchas chicas trans, travestis, crossdresser, definitivamente si llamaba la atención era porque me veía mal, nadie le importaba mi ropa o mis gustos. Aunque uno siempre tiende sentir que le miran, no es así, mas creo que lo veían a él, un par de personas se le acercaron para saludarle, me presento con algunas personas, chicas muy agradables, algunas me miraron con envidia, se veía que se habrían llevado de mi lado si yo no lo sostenía de la mano.

Conseguimos una mesa, bebimos, bailamos, nos reímos, las sensaciones no paraban de llegar, un par de amigo de Alfredo se acercaron pidiendo que nos presentara, me coqueteaban, me sentía muy bien, pero no dejaba de demostrar que mi interés era mi Alfredo, mi chico.

Después de mucho pasándola bien, le pedí que nos fuéramos que ya me sentía cansado y mareado, el sin pensar dos veces me dijo que sí. Salimos a la calle a buscar el carro que habíamos dejado lejos en una calle solitaria y oscura, al llegar al carro le acosté contra la puerta del carro y le traje hacia mí, le bese con mucha pasión, faltaba lo mejor de la noche, el me apretaba contra el carro, y me tocaba, me metió las manos debajo del vestido y apretaba mis nalgas yo estaba en el cielo, la sensación de que te levante el vestido y te meta las manos mientras te besa es única, lo besaba más y más, con mi mano derecha empecé a acariciar su miembro y se sentía como quería reventar el pantalón, subí mi mano y la metí dentro del pantalón hasta llegar al pene, lo sentí palpitar, deseando salir y atacar, le saque la correa, desabotone el pantalón y le baje el zipper, baje su ropa interior y deje salir ese pene maravilloso, inmediatamente puse mi mano sobre él y lo empecé a acariciar, exigiéndole que se levantara.

Acto seguido mire a todos lados tratando de ver si había alguien, al no ver a nadie baje, me puse en cuclillas, no podía ponerme de rodillas para no ensuciarme, y comencé a meter ese pene en mi boca allí en la calle, era una situación increíblemente caliente, estaba comiendo su pene en la calle, en la madrugada oscura, el sonido que emitía mi boca succionando y mamando ese pene resonaba por el silencio de la calle.

Como siempre disfrute mucho de su glande, entendí que por la situación y por estar en la calle no podía ser algo que nos tomara mucho tiempo. Así que pensé que hacerle terminar con mi boca. En eso estaba cuando me tomo de las manos y me levanto, me apretó de nuevo contra el carro y me beso mientras metía sus manos de nuevo debajo del vestido. Esta vez llegaba a mi ano, y me acariciaba y penetraba un poco. Aunque era un poco incómodo, después de un segundo me soltó, abrió la puerta del carro, de la guantera saco un lubricante, pensé siempre está listo para la acción, tenemos que hablar de esto. Aunque no era ese el momento, me halo de nuevo, me dio la vuelta y me acostó contra el capo del motor, allí me levanto el vestido y movió la tanga a un lado y me lubrico. Algo que siempre agradecí porque eso mostraba que no deseaba lastimarme de ninguna manera.

En un segundo su pene estaba ya en la entrada de mi ano, por el lubricante, la excitación y la práctica, no tardo ni un segundo empecer a penetrar, ese hermoso ritual de entra el glande, para volver a medio salir, luego otro poquito y atrás, otro poquito y atrás, hasta que su cuerpo choca por completo contra mis nalgas. Amo ese ritual, es estupendo sentirse poseído poco a poco.

En segundos estaba atacándome con cierta dureza, yo solo atinaba a gemir y gozar, era riquísimo, sentía el aire fresco de la madrugada chocar con mis nalgas desnudas en la calle, me daba más y más, me tomaba por la cintura, me poseía entero, estaba súper caliente y deseaba correrse dentro. Así que yo me movía una y otra vez, gozando ese miembro caliente, quizás por los nervios de estar en la calle, el acelero, escuchaba como golpeaba de duro contra mí, solo atinaba a tratar de mantenerme de pie, me temblaban las piernas y de repente uno, dos, tres y cuatro disparos de sus semen en mis entrañas, lléname, por favor lléname, con sus manos me movió el cabello para poder besarme, me di la vuelta, lo bese, le dije que me encantaba que me cogiera, y me beso, yo arregle como pude la ropa, nos subimos al carro y nos fuimos.

Durante el camino no cabía de feliz, mi corazón se salía del pecho, llegamos a casa como dos enamorados, nos besábamos, entramos, nos tomamos uno segundos para usar el baño. Salí y ya estaba el en cama esperándome en shorts, y yo había escogido camisa blanca suelta y un tanga blanca de encaje, llegue a la cama y me subí sobre el con las piernas abiertas, lo bese, él ponía sus manos en mis nalgas y recorría mi espalda levantando la camisa, seguíamos calientes, me senté sobre él y movía mi cuerpo sobre su pene, calentándole, sentía su pene dentro del short duro y listo para otra ronda.

En un abrir y cerrar de ojos me dio vuelta, acostado yo en la cama, me quito la tanga y me quito la camisa, se quitó el short, quedamos completamente desnudos, se acostó sobre mí, abrí mis piernas, para dejarle acomodar, me beso, sentía su pene en mi abdomen, que rica sensación, él se movía como penetrando, yo le besaba, le tocaba, le acaricie ese hermoso trasero, se levantó, me dejo acostado con las piernas abiertas, me hizo abrir de piernas y dejar mi anito expuesto a su voluntad, me lubrico como siempre, y así con la dulzura que él me trata me penetro, de nuevo era suyo, como disfruto de tener el pene dentro, no voy a parar de decirlo, es una sensación increíble, la penetración en si es una pasada, el contacto carne con carne, sus anos en mis tobillos deteniendo mis piernas abiertas, mientras me empuja su miembro, duro, le veo su cara de placer, su pelvis moviendo y penetrando, escucho su respiración, le siento dentro, atacando, el ve mi cara de placer y como abro mis brazos para agarrar la cobija, no es dolor es demasiado placer, la mente se desactiva y solo deja funcionando el área referente al placer, baja lo suficiente para besarme y comer mis labios, piernas abiertas con las rodillas en mi pecho, detenidas por sus brazos fuertes, mientras sigue penetrando como un martillo eléctrico, sus movimientos son fuertes continuos, siento todo el miembro entrar hasta el fondo y su pelvis chocar con mis nalgas, y volver a salir hasta dejar solo la boquita sonriente de su glande dentro, luego vuelve a entrar, internamente todo vuelve a contraerse cuando sale y se expande de nuevo con entra, deliciosa sensación que sumando al contacto con tu punto G interno, más la excitación de ser poseído por el macho y mas si es tu hombre, tu dueño, todo se conjuga para el placer máximo. Mi cuerpo esta para darle placer y a la vez recibir ese placer, siento como me domina y controla mis movimientos, mueve mi cuerpo y abre, encoge o estira mis piernas. En un momento le atrapo con mis piernas por la cintura para empujarle hasta adentro me encanta la sensación de tenerle pegado a mí, era maravilloso verle el esfuerzo de no solo entrar, penetra y terminar, sino tratar de que yo sintiera ese placer, si eres activo y lees esto, dale placer a tu pasivo, procura disfrutar, pero preocúpate que el disfrute también, si le ayudas a terminar el sabrá recompensarte.

me estaba haciendo muy dentro de la cama, me halo de nuevo hacia la orilla y coloco una almohada debajo para que mi culito quedara mas a su disposición, me volvió a colocar mis rodillas contra mi pecho, sentí como su pene llegaba mas adentro que nunca, estaba completo adentro, me perforo todo, rompió mis dos anillos, sentí su glande presionar tanto mi punto G que no podía ni respirar, mi cuerpo se estremecía al máximo, estábamos cogiendo como nunca, me estaba cogiendo con tanto deseo y excitación que ya no sabía ni donde estaba.

Rápidamente me dio vuelta y me coloco en 4, de nuevo mi culito expuesto, no espero, no dijo nada, lo metió rápidamente, fuerte, seguro y directo, un grito sordo se ahogó dentro mi garganta, ya no podía ni emitir sonidos, sus embestidas eran fuertes, esta calientísimo, me tomaba de la cintura, me daba nalgadas fuertes que me hacían saltar y apretarle el pene, eso le encantaba, y me daba más duro, yo empujaba hacia atrás para sentirle mas adentro y mas fuerte. Me abría las nalgas y me decía que “rico culo tenés” “¿te gusta?” preguntaba una y otra vez, si decía yo, “cógeme” “mételo” “dame”, nunca lo habíamos hecho así, era salvaje, nos deseábamos, me empujaba, en un segundo caí sobre la cama, y él me siguió se acostó sobre mí, me penetro, parecía un niño que saltaba sobre la cama, yo sentía como rebotaba en la cama y como su pene entraba en mis nalgas cerradas, atravesando mi ano hasta llegar lo mas adentro posible, se quedaba acostado sobre mí, y se deslizaba, sentía su pecho apretar mi espalda, sus labios en mi cuello, giraba yo mi cabeza como podía para besarle, el me atendía los besos con gran pasión mientras sus movimientos pélvicos seguían penetrándome.

Después de un rato, salió de mi y se acostó y yo sabía lo que me tocaba, con gran placer me levante, y me senté en ese hermoso pene, mientras le besaba, con mi mano derecha me ayude para matarme solo, que rico es sentir ese pene palpitante y grueso empujar para entrar, y acomodarte para cumplirle, riquísimo cuando llego al tope, me levante me quede completamente sentado y empecé a cabalgarle, primero moviendo mi cintura en movimiento casi circular, sintiendo ese hermoso miembro abrirme y seguir mi movimiento circular estimulando mi ano, mi intestino y mi punto G. el tomo mis manos y yo me sostenía en ellas casi como si pudiera caerme de placer, después me levante un poco para que el moviera su pelvis arriba y abajo y me penetrara sin parar, rápido, lento, suave, fuerte, solo podía gemir y levantar mi cabeza como un lobo que aúlla a la luna, quería mas y más, me encantan todas sus formas de moverse, el movimiento rápido me hacer temblar las piernas y las manos, y el movimiento lento es maravilloso porque me deja disfrutar cada milímetro de su miembro, cada pequeña parte que se desliza dentro produce una sensación de placer, su paso por el canal intestinal estimula las paredes que al estar llenas de terminaciones nerviosas producen sensaciones que te estremecen el cuerpo y al final llega a tu próstata que es el punta G masculino. En ese momento sientes como tu cuerpo recibe una total descarga de placer, un placer que solo puedes obtener de un hombre, un macho que te llene y que te desee.

Alfredo me dio vuelta de nuevo y como un experto se quedó adentro sin salir de mí, volvió a dejarme con mis piernas abiertas mientras me seguía penetrando, yo ya estaba alucinando, el tomo mi pene con su mano y empezó a masturbarme, y al mismo tiempo empezó a darme mas y mas rápido, en un segundo yo estaba corriéndome y el empezó a correrse dentro de mí, sus lechazos dentro de mi cuerpo me calentaban tanto que yo sentía que escupía su leche también, su cuerpo cayó sobre mí, le abrace y le exprimí con mi ano lo mejor que pude. Estábamos los dos extasiados, cansados y muy satisfechos.

Después de eso, Alfredo y yo seguimos juntos por 3 años, durante los fines de semana yo vivía en su casa como su novia, vestía con vestidos sexys que era lo que a Alfredo le encantaba, salíamos a discotecas de ambiente donde podía vestir sexy como nos gustaba, pero todo lo bueno tiene la posibilidad de terminar, Alfredo obtuvo un excelente trabajo en otro estado y yo no podía moverme con él, así que tuve que seguir con mi vida, pero no fue el fin de mis aventuras.

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