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El mesero y mi esposa otra vez
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Recordando el relato pasado, donde les conté que todo indicaba que un mesero se había cogido a mi esposa, quedé con la duda, molesto, caliente, más caliente que molesto, imaginando a mi esposa bien ensartada por aquel tipo.

Después de lo que pasó en esa noche de copas de mi esposa, ella estuvo como 2 días muy seria, distante, como pensando lo que hizo, probablemente arrepentida, preocupada probablemente de que lo hizo sin condón, o a lo mejor quedó caliente y seguía imaginándose como la atravesaban.

Yo, aun sin poder creer esta situación, viendo a mi mujer todos los días, levantándose temprano, dándole de almorzar a nuestros hijos, tan limpia tan pura, me decidí a comprobar si se la habían cogido o no.

Regresé un día a aquel salón de fiesta donde estaba el mesero ese, no había evento, estaba abierto, así que entré, había gente haciendo el aseo, y pregunté por los meseros, le dije al encargado que tendría un evento y que quería me facilitara el número de los meseros, ya que el día tal asistí a una fiesta y me gustó el servicio, me dio el número, me comuniqué y me contestó una persona, hable con él de esa fecha y le comenté que me gustó el servicio, que tendría próximamente un evento y que me gustaría que asistiera todo su equipo, todos, ni uno menos, en especial, el mesero que me había atendido. Me preguntó su nombre, le dije “creo se llama Juan”, me dijo “si, ya sé quién es, no trabaja con nosotros, pero lo voy a llamar”. Le comenté que no le dijera que lo estaba buscando porque se fuera a molestar o a sentirse apenado, me dijo que no había problema, quedé en llamarle al día siguiente para confirmar la fecha.

Después de colgar regresé a mi trabajo pensando, y ahora que rayos voy a celebrar!!!

Estando ya en la oficina busqué y pregunté de quien era el cumpleaños próximo, para mi fortuna seria el cumpleaños del jefe de área, Carlos, era un amigo mío, por lo que me acerque a él y entre platicas le dije “ya casi viene tu cumple”, “si -me dijo- la próxima semana”, y le dije “que vamos a hacer o qué?” me dijo “no tengo nada planeado, mi esposa no quiere hacer algo grande”, le dije “no te preocupes, vamos a la casa y ahí hacemos unas carnes asadas, sirve que Luisa platica con Carolina de sus cosas”, me dijo “estaría bien fíjate”, le dije “no se hable más, no voy a aceptar un no, así que ya está todo para el viernes”. En ese momento sentí que se me paró el miembro al saber que se iba armando mi plan.

Regresé a casa y le dije a mi esposa:

-Fíjate que Carlos cumple años el viernes y le ofrecí que hiciéramos unas carnes aquí en la casa, ya ves que su esposa anda un poquito estresada por él bebe y no quiere salir.

Me dijo que estaba bien, que ella ya necesitaba un relax, que hacia ella, le dije que no se preocupara, que para ese día contrataríamos servicio de meseros y de cocina, para que nosotros solo disfrutáramos la fiesta, le gustó la idea, nuevamente sentí que mi miembro se levantó al ver que todo iba muy bien.

Llegó el día esperado, ella se vistió con un vestido hasta las rodillas, blanco con negro, una blusa con un escote discreto, ropa para comer en el jardín, le dije que no se preocupara de nada que se fuera al jardín a ver como habían arreglado las mesas. De repente llegaron los meseros, vi que entró este tipo y él al verme parecía que había visto un fantasma, se quedó serio, me acerqué a él y él dio un paso atrás, pensó que le reclamaría, pero le dije “oye, tu eres el mesero de la otra vez, de la fiesta tal”, me dijo, “sí señor”, le dije, “oye discúlpame, creo que me porté grosero contigo aquella vez, las copas se me habían subido, pero bueno, al final de hoy te daré una buena propina para que no tengamos detalles”, él sonrió y me dijo “claro, sin ningún problema señor”, le dije “pásale por favor, allá en el jardín está mi esposa, ella les va a decir que hacer”.

Él caminó al jardín y yo me acerqué a la ventana, ella al verlo vi que de inmediato se levantó de donde estaba y cambió de color, se puso muy seria y volteo para todos lados, se acercó a él despacio y platicó con él, no sé qué le habrá dicho, pero vi que se quitó la corbata y se acercaba a la puerta. Al ver esto, rápidamente me acerque a él y le volví a saludar, le dije que como veía el lugar, me dijo que bien, pero que él tenía que retirarse porque tenía otro evento y que lo mandaron llamar, le dije que no se fuera, en eso se acercó mi mujer y preguntó “qué pasa?” de manera muy temerosa, le dije, “es que mi amigo ya se va”, y ella dijo, “pues déjalo, tendrá algo importante que hacer, aquí con los meseros que hay es suficiente”, le dije que no, que yo quería que él se quedara a ayudarme, que tenía una deuda con él y que se quedaría. Ella molesta se retiró del lugar.

Transcurrió la fiesta y yo los miraba de reojo, de repente se volteaban a ver, no se dirigieron la palabra, entonces lo que hice es empezar a darle de beber a mi mujer, me acercaba a la mesa y brindaba, me iba otra vez, le dije a algunas de las invitadas que le invitaran copas, que estaba un poco estresada por su trabajo, empezó a beber ella y yo también. Entonces vi por fin que ella se acercó a él y platicaron un poco, los vi a lo lejos, así que me apuré a donde estaban y le dije al mesero, “tómate una copa conmigo”, mi esposa me dijo “déjalo, él está trabajando”, le dije” nada nada, tú también”. El mesero aceptó la copa y los tres nos tomamos un tequila.

Pasó el rato, me encontraba al mesero y nos tomábamos otro tequila, le mandaba copas a mi mujer y ya se veía un poco ebria, los invitados se iban retirando poco a poco, y cuando ya quedábamos pocos le dije al mesero “ven, siéntate con nosotros”. Solo quedábamos dos mesas, una de hombres y una de mujeres, de reojo veía que mi mujer volteaba a vernos, no sé si con temor de que me enterara de algo o con calentura de que ya estaba tomada y se acordó de que la cogieron.

Pasaron las horas y empecé a actuar como si estuviese muy alcoholizado, la última pareja que quedaba decidió retirarse, así que solo quedaba el mesero, mi esposa y yo. Le dije al mesero “tomate la última copa conmigo”. Nos metimos a la casa, mi esposa estaba sentada a mi lado, se paró a dejar algo, el mesero fue por su celular al patio, así que tiré la copa en una maceta y me acosté en el sillón, roncando.

Llegó mi esposa y me vio, me movió y trató de despertarme, entró el mesero e hizo lo mismo, me movió y trató de despertarme, le dijo mi esposa “pues bueno, ya se acabó la fiesta”, el mesero movió la cabeza y dijo “sí, me voy a retirar”, mi esposa le dijo “te acompaño”. Caminaron a la puerta la abrieron, la cerraron y se dirigieron al lobby.

En ese momento empecé a escuchar que ella decía en voz susurrante, así quedita para que no se escuchara, “shhh no quiero volver a verte por favor, no te acerques a mi casa”, y él le decía que él no sabía, hasta llegar a la casa, se quiso retirar, pero que yo no lo había dejado, ella le dijo que estaba bien, pero que ya no lo quería volver a ver, y él le respondió, “a poco tan malo estuvo todo”. Ella no respondió, se quedó callada, escuché que abrió la puerta, entre ojos vi que se asomó para ver si seguía dormido, así que yo empecé a roncar más fuerte, ella volvió a cerrar la puerta y le dijo “no, no estuvo mal, estuvo delicioso todo, pero no estuvo bien”, él le respondió “así que delicioso, que tan delicioso”, ella le dijo “muy rico, pero no estuvo bien”.

Empecé a escuchar la voz de mi esposa un poco más fuerte, pero sin querer despertarme “¡suéltame! hazte para allá por favor, Juan hazte para allá por favor, entiende lo que pasó fue un error, no puede volver a repetirse”, ella seguía hablando y se escuchaba como que la intentaba besar este tipo, y entrecortado se escuchaba “déjame, entiende, ya vete”. Se escuchaba que la estaba besando.

De repente dejé de escuchar su voz y empecé a escuchar el ruido de que se estaban besando, un rato, empecé a escuchar así como pujidos de mi esposa, yo estaba acostado en mi sillón y solo podía escuchar, tenía muchas ganas de levantarme e ir a ver, pero me descubrirían, quería dejarlos para ver hasta donde llegaban.

Volví a escuchar despacito que le dijo mi esposa “no no no, por favor, no está bien, ya vete, no entiende que no, por favor, que estás haciendo, deja eso por favor, vete, me vas a meter en problemas, vete por favor, guárdate eso!!”. En ese momento yo dije no maaa, ya se sacó el miembro este tipo, en ese momento tenía el miembro babeando y muy parado, y yo solo podía seguir escuchando.

De repente escuché que le decía “vete vete”, en voz entrecortada y de repente escuche un “ahhh!!!” de mi esposa, dije ya se la metió, otro “ahhh! uhhhh! Despacito”, se la estaba cogiendo ahí en mi lobby, empecé a escuchar pequeños gemidos de ella y de él, muy despacio y al poco tiempo escuché que el tipo pujó más fuerte, ya se había venido, me imagino que dentro de ella, y sin condón nuevamente, porque no se pusieron condón ni nada. Escuché nuevamente como si se besaran y él dijo “ya me voy”, ella le dijo “si vete ya por favor, ya lograste otra vez hacerme lo que quisiste”, y él le contestó “si y las que faltan”, ella no dijo que no, solo le dijo “ya vete ándale”.

Escuché la puerta de la calle, se abrió y se cerró, ella entró a la casa, fue a moverme nuevamente, me habló, yo seguí haciéndome el dormido, entonces ella se fue a la recámara y escuché la regadera, se fue a lavar sus babas de aquel cabrón y su leche.

Después de bañarse nuevamente me fue a hablar, y yo me moví y pregunté que pasó, me dijo “te quedaste dormido, ya todos se fueron desde hace rato”, le dije “ya todos?”, me dijo “si, desde hace rato, yo ya estaba dormida”, y yo dije entre mi aja si putona, le dije “aquí me voy a quedar tu vete”, así que ella me dio un beso y se fue. Me quedé pensando que mi esposa, muy tranquila ahora, a diferencia de la vez pasada me dio un beso y me dijo buenas noches, cuando ella se fue, me masturbé y me vine a chorros de tan caliente que estaba yo.

Esa fue la segunda vez que yo supe que me fue infiel mi esposa, después les contaré otra ocasión que supe.

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