Hola!
Hoy les platicaré algo que me sucedió, la semana pasada, recordarán que hubo fallas con la energía eléctrica! Uno de esos días estaba barriendo mi banqueta y regando unas plantas ahí mismo, eran como 9 pm, fue mi día de descanso, traía un vestido gris pegado y arribista de la ardilla, pasó Lupita la esposa de mi vecino y después paso él, me saludó y me miró con su cara de lujuria (como me prende que me ve así) le respondí poniéndome de lado y parando mis nalgas para que se diera un taco de ojo!
Pasaron 5 minutos y regresaron, igual, primero ella y después más atrás él, mi vecina no me saludaba bien, porque las viejas chismosas le contaron que ese día salí temprano de su casa y tal vez se imaginó lo que pasó esa noche!
De nueva cuenta pasó mi vecino, ahora pasó solo sin su mujer, se detuvo para saludarme bien. Se acercó y me dijo:
-Que buena te ves con ese vestido hasta me dan ganas de darte una cogidota aquí en la banqueta y que todos vean quien es el ganon de esas nalgotas! -Él sabe que cuando me habla así me pongo muy cachonda!
-Que dices? Lo hacemos aquí o qué?
-No como crees hay mucha luz y sigue pasando mucha gente, y además que tal si sale tu mujer y nos ve cogiendo, de por si ya no me quiere hablar si nos ve juntos me desgreña.
-Ok está bien me quedaré con las ganas, además tengo que ir a la tienda por unas cosas que se nos olvidaron.
Se fue, no tardó mucho ya venía de la tienda con una bolsa, yo me quedé pensando en lo que me dijo de coger en la calle y me puso muy caliente.
Se acercó y me dijo:
-entonces no te animas?
Justo en ese momento se fue la luz en toda la colonia, yo me espanté un poco y me acerqué a él, me dijo: “ahora es cuando!”
Me tomo por la cintura y me empezó a besar, yo estaba muy caliente, él es muy brusco, pero eso me prende aún más, que me trate como una putita como una cualquiera.
Me metió su mano debajo de mi vestido y lo primero que hizo fue quitarme los calzones, ese día traía un cachetero rosa, me los bajó hasta los pies y yo solo subí mis pies uno por uno para terminar de quitármelos, luego me dio la media vuelta me subió el vestido de atrás y oí como se bajó el cierre del pantalón y trató de penetrarme por el culo, así sin más ni más.
Ni siquiera lo lubricó ni nada, se ve que estaba muy caliente porque la traía bien parada, yo solo me dejé y me puse flojita pera ayudar con la penetración, fue algo muy cachondo, querer ensartarme así nomas
Yo me calenté mucho y me trae su vergota con mi culito, empezó un mete saca muy rápido a lo lejos se veía gente pero solo las siluetas, yo creo que así nos veíamos mi vecino y yo, no creo que alguien sospechar que estábamos cogiendo en la banqueta como perritos.
Él me decía “eres la perrita más caliente que he conocido y la más nalgona también”, yo solo le decía, “síguele cogerme duro hazme tu putita! Me pone muy caliente que me cojas en la calle como una perrita en celo”.
Cuando pasaban coches nos detenía mis un poco para no ser tan obvios y que no le fueran a decir a Lupita!
Seguía moviéndose muy rápido, le dije “me los quiero tragar, échamelos en la boca papito!”.
Más tarde en decirle, cuando me tomo por el pelo y me bajó para que me los echara, me hinqué y empecé a mamar ese rica vergota, cuando se vino en mi boca, eran muchos calientes y saladitos, “que rico papi que rica leche” se la mame un rato hasta que quedo toda flácida, me tomo de los brazos y me dijo “ahí viene mi vieja!”.
Ya se había tardado mucho y como vio que yo estaba afuera fue a ver por qué no llegaba mi vecino.
Lo bueno es que ya habíamos acabado, yo ya estaba de pie y ya había guardado su vergota así que no se daría cuenta.
Aun así le grito que por que se había tardado tanto si solo fue por una lata de chiles, él le respondió que estaba ayudándome a buscar una lámpara o una vela.
Estábamos un poco nerviosos, pero tranquilos a la vez porque no había visto nada, pero estábamos parados en la banqueta donde hace algunos minutos me estaba dando por el culo su marido.
Nos estábamos despidiendo cuando llegó la luz, y oh sorpresa todo estaba bien hasta que vio mis calzones tirados en la banqueta.
Ahí fue cuando se armó la bronca, a mi se me habían olvidado por completo, no los recogí, y obviamente no pudimos explicar por qué ella me alzó el vestido y vio que no traía calzones y ni como negar que eran míos.
Desde ese día ahora si me volví la putita de la calle y pues ni como negarlo.
Me despido, besos.