Después de todo el placer me dijo que saliéramos a comer, así que nos bañamos, pero no hicimos más, nos reímos mucho en el baño, toda la situación me parecía irreal, hace apenas un par de semanas yo era muy macho, ahora estaba desnudo en el baño con otro hombre, era yo quien le daba satisfacción a ese hombre. Era yo quien le hacía sexo oral y que se tragaba sus jugos, era mi ano el que se comía su pene y le hacía reventar de placer. No sabemos dónde estaremos al día siguiente.
Le enseñe la ropa interior que llevaba, escogió una tanguita para que me la pusiera, se la modele, mientras me vestía me tocaba y apretaba las nalgas, salimos a comer a un restaurante japonés cerca de allí, así que caminamos, conversamos muchísimo sobre lo que queríamos no solo en lo sexual sino en lo personal.
Después de todo esto necesitábamos recuperar la energía, así que pedimos comida a domicilio, comimos en la cama, viendo televisión, la conversación giró en torno a mí, la ropa, ropa interior, si yo me había travestido alguna vez, le conteste que no “profesionalmente” pero lo hice cuando era muy joven, me preguntó si lo haría, después de pensarlo un rato le comenté que para el en privado podría usar algunas cositas, pero no mucho porque no sé cómo hacerlo.
No sé de maquillajes y que definitivamente no saldría vestido de nena a la calle, le enseñe la lencería que llevaba para él y le encanto, llevaba unos hilos, unas tangas y 3 babydolls para la noche. Después de comer se levantó y se fue a bañar lo que me decepciono un poco porque pensé que tendríamos otra ronda, pero Alfredo me dijo que debía salir unos minutos, que volvería en unas dos horas que me pusiera cómodo, salió, me quede solo en su casa y me puse una tanga y una camisa. Me sentía sexy.
Alfredo regreso como a eso de las 6 de la tarde, yo estaba en el cuarto cuando lo escuche entrar, pero estaba hablando y había otra voz desconocida, me asuste un poco porque estaba en ropa interior femenina y con una camisa que apenas cubría mis nalgas, en eso abrió la puerta del cuarto, era Alfredo, estaba como en shock, el me saludo y vi atrás de el a otra persona, me cubrí con una cobija de inmediato, que está pasando? Alfredo sonrió y me dijo que no tuviera vergüenza, que era su amigo Manuel, nos presentó, pero yo no salí de la cama y no me quite la cobija, Manuel se acercó y me dio la mano, y Alfredo le dijo algo que me sorprendió, “te dije que tenía un cuerpo bien rico y una piernas hermosas”, me quede hecho hielo, Manuel me miro y me dijo vamos a la sala y trajimos algo de tomar y de comer, le dije que saldría en un minuto que me cambiaria de ropa, Manuel salió y se fue a la sala y Alfredo se quedó conmigo y me quito la cobija, se sentó a mi lado y empezó a acariciar mis piernas, me beso rico, me dijo que estaba bien así como estaba, me tomo de las manos y me llevo a la sala, por alguna razón yo me dejaba llevar, aunque mi boca decía que no, mi cuerpo no me respondía.
Salimos, yo tenía mucha pena, trataba de taparme lo más que podía, y Manuel y Alfredo parecían disfrutar de verme muerto de nervios, me senté en un sofá individual y ellos frente a mí, juntos, Alfredo me pidió que sacara unas cervezas del refrigerador, me moría de miedo de pararme y que me vieran así, pero al mismo tiempo empecé a sentir como me excitaba, era la nena de la casa, me pare, y decididamente camine hasta la cocina a buscar las cervezas, le pregunte a Manuel si él quería una y me dijo “si preciosa si quiero”, eso me hizo sentir sexy y más femenino que nunca, empecé a caminar a la cocina, despacio, sentía sus miradas en mí, con un poco de disimulo y Picardía levante un poquito los brazos para que la camisa subiera y se viera la mitad de mis nalgas. Ellos lo notaron, y al ver de reojo vi a Manuel tocarse el paquete y a Alfredo sonreír.
Regrese les di la cerveza a cada uno, agarre la mía me senté frente a ellos con las piernas cruzadas, conversamos de muchas cosas, Manuel no paraba de mirarme las piernas y hacer insinuaciones, me llamaba nena, preciosa y sexy. Alfredo por momentos sacaba temas de nosotros en la cama, decía como que le encantaba como gemía, bromeamos de la primera vez, todo eso me avergonzaba un poco y a la vez me calentaba, ver que Manuel se excitaba y me miraba con lujuria me provocaba.
Después de un par de cervezas, sentí deseos de poner algo de música, me levante, ya ni me acordaba que solo estaba en tanguita y camisa, fui al reproductor de sonido que Alfredo tenia a un lado de la sala, busque algo de música suave, Alfredo tenía una buena colección de música en inglés, baladas, la música comenzó a sonar, empecé a moverme al ritmo de la música, sé que Manuel y Alfredo empezaron a hablar, no ponía atención a lo que decían, sabía que me estaba mirando, Manuel se puso de pie y se acercó a mi empezó a bailar al ritmo de la música, de frente a mí, muy cerca le deje hacer, se iba acercando poco a poco, me tomo de la cintura y me apretó un poco contra él, me salte un poco, no sabía como Alfredo iba a reaccionar, lo mire, estaba bebiendo su cerveza, me miro y sonrío, seguía bailando con Manuel, me decía cosas sobre mi cuerpo, me dijo que le gustaba, le dije que el era guapo y eso lo envalentono, no me di ni cuenta cuando detrás de mi estaba Alfredo me acariciaba y apretaba su paquete contra mis nalgas, que es esto? Nadie me pregunto si quería hacer esto, no sabía qué hacer, sabía que ellos pretendían un trio, ¿pero estaba yo listo para eso? Sus manos me tocaban por todas partes, Manuel empezó a besarme y Alfredo empezó a comer mi cuello y ya tenía sus manos abriéndome las nalgas, dudé, lo pensé, pero creo que la razón desaparece cuando llega la excitación, podía sentir sus dos penes endureciendo, con mi mano derecha tomé el pene de Manuel y con la izquierda el de Alfredo, no vi, pero puedo jurar que Alfredo y Manuel se miraron con complicidad en ese momento.
Estuvimos así tocándonos por un buen rato, yo besaba a Manuel y después me gire para besar a Alfredo, entonces Manuel tomo posesión de mi trasero, lo escuchaba respirar mas fuerte y apretarme mucho, casi me lastimaba, me decía al oído que tenía un rico culo, que me quería comer, mientras yo besaba a Alfredo, mis besos eran casi pidiéndole permiso. La sensación era muy diferente, tenía dos machos deseando comerme, los dos me deseaban y yo los deseaba, era absurdo seguir negándome, lo quería, lo había visto en las películas, en videos, lo leí en relatos y ahora era mi turno.
Me deje llevar. Y como si estuvieran conectados mentalmente, Alfredo me quito la camisa y Manuel me bajo la tanga, quede completamente desnudo para ellos, era mi cuerpo lampiño desnudo para los dos machos. Solté la correa de Alfredo le baje el pantalón y su ropa interior, le quite su camisa, pensé que si yo estaba denudo, todos debían estarlo, me arrodille para comer el pene de Alfredo, él tenía que ser primero, después de todo, era su casa y yo era de él. Lo metí sin mucho pensarlo dentro de mi boca, y comencé a saborear el delicioso néctar de hombre verdadero, en eso estaba cuando me di cuenta de que junto a Alfredo estaba Manuel, ya desnudo. Me acerco el pene a la boca y lo agarre, aun no sé en qué momento atrape con mi mano derecha el pene de Alfredo y con la izquierda el de Manuel, el pene de Manuel era más grande que el de Alfredo y más grueso, unos 18 cm, se veía poderoso y con mucho cuerpo, duro como una roca, algo más blanco que el de Alfredo. Para ser justo debo decir que Manuel era más guapo que Alfredo, nunca se lo he dicho, pero es así. Manuel es hijo de padre chileno y madre blanca de New Jersey, bastante blanco, como de uno 1.75 m, cabello castaño claro, casi rubio. Ojo color miel. Se nota que, hacia algo de ejercicio, aunque no es un hombre musculoso.
Me turnaba para mamar cada pene, los masturbaba con cada mano, era increíble. Los dos gemían y se decían cosas que yo oía pero no entendía porque mi mente estaba concentrada en otra cosa, Manuel hizo un amago de caminar y ponerse atrás de mí, pero Alfredo como macho alfa le indico que no, que yo era suyo, que él era primero y eso me hizo volar, wow, me excitó 10 veces más, mi hombre, mi macho, se sentó en el sofá y me halo hacia él, me dejo de pie, y me empezó a acariciar las nalgas, me las abrió y me comenzó a comer, me incline tanto como pude, esto lo aprovecho Manuel para introducir su pene en mi boca, el arte del sexo oral es maravilloso, es dejar que tu hombre crea que te controla, pero es el pasivo el que tiene el control, si aceleras, si vas más despacio, si aspiras, si solo pasas la lengua, si aprietas, si aflojas, si usas las manos o solo la boca, tu activo disfrutara más o menos según tú quieras o terminara más rápido o más tardado según tú quieras.
Decidí que esto no iba a terminar muy rápido, así que le comí el pene de Manuel, tratando de no hacerlo terminar, mientras tanto Alfredo si me comía a mí con furia, haciendo que mi deseo creciera, quería sentirlo adentro, pero estaba disfrutando de cómo estaba dilatando mi ano que no sabía si pedirle que se detuviera y me penetrara o dejar que siguiera y disfrutar como nunca. No fue una decisión difícil, apreté su cara contra mí, mientras Manuel me cogía por la boca, cuando ves esos videos en la internet de los tríos te pones a pensar como seria, como reaccionarias, qué harías, pero cuando ya estas allí te das cuenta que no se puede seguir un plan, solo se puede dejar guiar por el deseo y la pasión.
Después de un rato Alfredo me dejo de comer y se levantó, me senté en el sofá porque las piernas no me respondían más, me temblaban, pero Manuel no me soltó, seguí comiendo su pene, le comí los testículos, la base, lo besaba, lo lamia, lo saboreaba, lo disfrutaba como un niño con su helado en verano. Con mis manos tocaba su cuerpo sudoroso, podía sentir su agitación, su respiración, sus músculos contraerse, él ponía su mano en mi cabello y me decía que le encantaba como se la estaba mamando. Que siguiera, que me quería coger, yo deseaba sentir su pene dentro de mí. Pero Alfredo regreso, traía una caja de condones, recuerdo que me sonreí cuando vi la caja tenía 6 condones. Pensé, será una gran noche. Me dio un poco de ansiedad pensar si yo aguantaría. Pero no lo pensé dos veces deje que Alfredo se sentara a mi lado y empezó a besarme la espalda de nuevo, le bese en la boca, dejando a Manuel solo, pero no desatendido, seguí tocándole con mis manos, Alfredo ya estaba poniéndose lubricante, me estremecí solo de pensar lo que seguía.
Acto seguido Alfredo se puso un condón, y me levanto un poco, me guio para ponerme en 4, Manuel se separó de mí, creo que quería ver cómo me penetraban, cuando estas realmente caliente y deseas ser penetrado, la espera entre el condón, la lubricación, y la penetración se vuelve eterna, genera un poco de ansiedad, al mismo tiempo vuelve el acto de ser penetrado más excitante, quieres ser penetrado, deseas ser penetrado y estás listo y dispuesto y ya no tienes el control, ahora estas bajo control, bajo el dominio de un pene, sentí como Manuel me agarro de las nalgas y me abrió para dejar que Alfredo me penetrara, el decidió pasar toda la extensión de su pene por mi raja, Manuel me metió un dedo, me dio un escalofrío, lo saco rápido y Alfredo puso la punta de su pene en la entrada de mi ano, la sensación de esa carne abriendo tu estrecho orificio, el glande abriéndose camino, sentir la caída del glande al cuerpo del pene, después como su prepucio se va corriendo hacia atrás y toda la carne caliente recorriendo tu interior, acariciando tu intestino y en un segundo haciendo un clic con tu punto G interno, las manos de tu amante tocándote, su excitación conectada a la mía, sus movimientos en sincronía con los míos. Lo sentí adentro, la electricidad corría por mi cuerpo, mi ano lo atrapaba y no lo quería dejar ir el me empujaba con sus embestidas, yo gemía, sentí las manos de Manuel tocar mi cuerpo, lo mire, vi su pene duro, goteando deseo, quería su parte, quería participar, lo llame con un gesto, el vino y aproveche los movimientos de Alfredo para que Manuel me diera su pene por la boca de nuevo, dos machos me están cogiendo, y yo estaba gozando, el deseo se había apoderado de mi cuerpo, recibía placer, daba placer, las embestidas de Alfredo eran fuertes y seguras, Manuel me agarraba la cabeza y me ponía la mayor parte de su pene en la boca, Alfredo se detuvo poco a poco y saco su pene, Manuel también, el momento había llegado, Alfredo quería que Manuel que cogiera, yo me moría por ser cogido por Manuel, Alfredo se paró a un lado y le dio a Manuel los condones este se puso uno lo más rápido que pudo, puso un poco de lubricante, empezó a frotar su pene contra mi raja, inmediatamente note como era más grande que el pene de Alfredo, me asuste un poco, porque pensé que estaba ya acomodado al rico pene de Alfredo, en un segundo y con maestría Manuel estaba en la entrada, empujando y ya estaba adentro, sentí como se deslizo, pude notar la diferencia, una leva incomodidad, Alfredo se me acerco y me dijo que rico cogerte, y que rico ver que te cojan, pero ese culo es mío. No podía contestarle porque ya Manuel empezaba con sus movimientos y que rico se movía, me estaba haciendo reventar de placer, Alfredo estaba sentado en el final de sofá, yo seguía en 4 siendo penetrado por Manuel, creo que la escena era digna de un video porno. Como pude llegue al pene de Alfredo para empezar a comerlo, lo metí de una vez, pero realmente no podía detenerme a disfrutarlo mucho, Manuel me tenia volando, se salió de golpe y me halo para que me sentara sobre él, como disfrute meter ese pene hermoso en mi ano, abrí las piernas, y me senté, la sensación de placer era enorme, Alfredo como celoso se puso de pie para que le siguiera mamando y en unos segundo empezó a jadear fuerte, Manuel me tomaba de la cintura y me ayudaba a subir a bajar, me incline para que mi culo quedara directamente en control del movimiento y como haciendo flexiones me moví en círculos, hacia arriba y abajo, le apretaba, le soltaba, en un momento Alfredo empezó a venirse en mi boca, Manuel se dio cuenta y empezó a acelerar, se estaba viniendo también, Manuel agarro mi pene y comenzó a masturbarme, podía sentir su pene haciendo los últimos disparos cuando yo empecé a venirme, creo que los vecinos escucharon mis gemidos, estaba extasiado, maravillado, satisfecho y todos los calificativos para la sensación de placer más enorme que había sentido, hasta ese momento.
Después de todo esto, nos quedamos acostados, Manuel se levantó y fue al baño, yo estaba feliz, satisfecho, pero al mismo tiempo tenía miedo, quería saber que estaba pasando, Alfredo me comenzó a hablar, pero noto que yo estaba algo confundido, se acercó y me dijo que lo había disfrutado, que a él le encantaba eso, pero me dejo muy claro que yo era suyo, y que él era mío. Me encanto, otro rayo golpeo me cabeza, ¿me estoy enamorando? ¿Me estoy enamorando de un hombre? ¿Me estoy enamorando de un hombre que le gusta que haga tríos con otros hombres?