Itzel es mi mejor amiga. No hay secretos entre nosotros Nos contamos todo y casi siempre terminamos hablando de sexo, porque nos encanta y porque ambas somos putas adictas al semen. Gracias a ella fue que probé la delicia de un buen trozo de carne por primera vez. La de su novio. Itzel siempre me cuenta la manera tan dura que cogen y me muestra las fotos de su rica y magnifica vergota. Se me hace agua la boca, me la jalo imaginando que soy yo la que recibe esa verga en su interior.
Itzel, como la buena amiga que es, me ayudó a cumplir mi fantasía, y su novio jamás se enteró que el amigo gordito de su novia le chupó la verga hasta que se vino. ¿Cómo se iba a enterar? Si estaba esposado a una silla del comedor, estando desnudo, con la verga erecta apuntando al cielo y con los ojos vendados.
Él creía que era su novia la que estaba entre sus piernas. Más o menos era así. Itzel estaba junto a mí, acariciando mis nalgas, metiéndome dedos por el culo o apretando mis huevos, porque tener un pito chico significa que todos pueden humillarme y usarme. También me ayudaba con la verga de 20 centímetros de su novio. Era más hermosa en persona, y era toda mía. Pero debía tener cuidado, no podía tocarlo para que no sospechara, ya que mis manos son muy diferentes a las de Itzel.
Primero saboreé sus grandes testículos de macho, olorosos y peludos. Los mamaba como si fueran una dulce fruta, mientras Itzel se encargada de mastúrbalo. Me encantaban los gemidos que expulsaba de sus labios, aun más cuando eran provocados por mí, solo por mí. Por mis lamidas desde los huevos hasta la punta de su vergota, para pasar a meterlo en mi boca, rodearlo con mi lengua y por mí saliva.
Entre gemidos me decía lo buena que era mamando sin saber que era yo. Me decía que no me detuviera y que me metiera toda su verga en la boca. En ese entonces era mucha verga para mí, pero mi amiga me ayudó, empujando mi cabeza hasta que todo el miembro de su novio entrara en mi boca, sintiendo ricas arcadas y soltando una que otra lagrima.
Ella me jalo a tiempo cuando ya sentía las ganas de vomitar, tapando mi boca para que no tosiera. Le preguntó a su novio si le gustaba lo puta que era, y cuando él respondió que si me empujo de nuevo a engullir su verga.
Después tuve el ritmo de la mamada, haciéndolo intenso deslizando su deliciosa verga por mis labios, metiendo y sacándolo una y otra y otra vez hasta que su abundante corrida se hizo presente en toda mi cara. Que puta me sentí bañado con su leche. Quería más de él, cabalgarlo hasta que me rellenara el culo. Pero mi amiga también quería jugar, después de todo era su novio, y solo me lo prestó para chupárselo.
Entonces me alejé para que Itzel se sentara en la vergota de su novio. Verla coger, ver sus nalgas prietas rebotar con cada sentón, me prendió mucho, tanto para jalármela mientras me metía mis dedos en mi culito, imaginando que soy Itzel.
Ella si es una buena amiga, y mi compañera de puteria en otros relatos.
Les dejo mi correo por si quieren saber más: [email protected].