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Mi amante, mi amor verdadero (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 2 minutos

"Sabina envíame algo que estoy muy caliente"…

Esas palabras me erizaban los pezones, ya no me importaba nada en el día cuando el mensaje de Oliver me llegaba al móvil… Sólo tenía en la cabeza la idea de desnudarme y grabarme mientras me desnudaba y me ponía en su posición favorita, en cuatro, para que pudiera verme las nalgas y el culo mientras me frotaba con los dedos, de una manera frenética, mi punto G para terminar con un gran squirt, así como le encantaba a Oliver "muy húmedo"…

Pero tenía que esperar a que mi marido saliera al trabajo, para poder estar más tranquila, para poder maquillarme y perfumarme, para escoger mi lencería, la mejor luz en el cuarto y dejarme llevar por los deseo de mi verdadero amor.

Esperar era la mejor parte, ese pequeño dolor en el pubis, ese que pide hombre me atormentaba y excitaba, cruzaba las piernas con tal fuerza que sentía como el lubricante bajaba por mi vagina. Así espere y me excite aquella vez que decidí entregarme a él, esa vez que me arme de valor para perder mi virginidad con el amor de mi vida. Aún recuerdo que le llame, y le pedí que me viera en aquella tienda donde pase de la excitación a la tristeza al darme cuenta que no llegarías. Y que así, sin ninguna palabra me dejabas claro que te quedarías con la que sería tu esposa.

Pero ahora sólo eras para mí, aunque seguías casado con ella me deseabas tanto, al punto de arriesgarlo todo sólo por verme.

En la cama que compartía con mi marido, espere a que saliera de la casa, subí a la recámara, baje las persianas y tomé el móvil.

Prendí la cámara y comencé a grabar… primero mi rostro, me mordía los labios como aquella colegiala que estaba loca por ti, te decía con la mirada que te amaba y que dejaría todo por ti… me quité la blusa y te deje ver mis pechos, esos que se desarrollaron cuando estaba en el colegio, a los que no les quitabas la mirada de encima, esos que me tocaste en el bus cuando nos fuimos de excursión.

Me baje el pantalón, para que me miraras en bra y pantaletas, deje el móvil en el tocador… y me recosté, esta vez boca arriba, jugueteaba con mis pechos y los saqué del bra poco a poco, mis pezones casi explotaban, les puse un poco de crema para que brillaran más… me bajé la pantaleta poco a poco, sé que te diste cuenta que ya estaba húmeda por ti, abrí las piernas lo más que pude, y acerque el móvil para que pudieras penetrarme con tu mirada… por lo pronto… me introduje dos dedos y comencé a masturbarme, me toque el clítoris imaginando tus dedos, y tu boca comiéndose mis pechos, mordiéndome el cuello y besándome como el día que nos reencontramos en aquella fiesta, donde me rendí a ti y firmamos este pacto. Seríamos sólo ciberamantes, yo sería para ti Sabina y tú para mi Oliver… sentí como mi cuerpo empezaba a erizarse mi espalda se arqueó, mis pezones empezaron a doler, de mi boca salió un gemido tan grande como el chorro que escurrió de mis labios vaginales…

Termine empapada, igual que las sabanas y mi móvil… así como la ocasión que me dejaste plantada bajo la lluvia, llorando, sola…

Te envié el regalo, uno de tus favoritos, así como me enseñaste a hacerlo, ahora solo espero el mío, tu polla dura y explotando por mí…

Continuará

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