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Vacaciones en pareja doble
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Tiempo de lectura: 18 minutos

Llevaba 4 años con mi hermosa novia Mariana, y ambos teníamos 22 años. Todo era maravilloso, nos amábamos más que nunca, el sexo era muy frecuente, y en la intimidad éramos apasionados y sucios, mientras que en público los más amorosos, melosos y cursis, pero también reíamos mucho, la química era increíble y los demás reían por los comentarios algo crueles pero graciosos que nos hacíamos constantemente como si fuéramos amigos crueles, y no una pareja súper formal o aburrida, algunos incluso dirían que nos faltábamos al respeto, pero bueno, cada quien lo suyo.

Ella era tal vez demasiado para mí, los comentarios al respecto eran constantes por parte de mis amigos, a veces en tono de burla, a veces un poco más hirientes de lo que me hubiera gustado, “¿cómo es que una viejota así, te pela a ti? Jajaja”. Ella mide 165 cm, es blanca como la leche, algunos la llamarían pálida incluso, tiene el pelo negro como el infinito del vacío. Sus tetas tal vez un poco pequeñas, 30B, pero muy lindas redondas y firmes llenan perfectamente mi mano y sus pequeños y lindos pezones café claros, cerraban el trato. Ella tenía su cintura bien definida, no hacía ejercicio, así que no tenía líneas o “rayas” en el abdomen ni cerca de la zona, pero nadie se atrevería a decir que ella tenía ni un kilo extra.

Sin embargo, el premio estaba en su zona sur, tenía las piernas bien rellenas y perfectamente definidas, unas preciosas y deliciosas piernas gordas con forma muy agradable, pero sobretodo su asombroso culo era simplemente su mejor cualidad física, perdón por la superficialidad, pero es así jaja. Enorme, redondo, firme y precioso. Constantemente las chicas que conocía le preguntaban por la dieta o sus rutinas de ejercicio, “sus secretos” y ella orgullosamente le encantaba decir que no había pasado un gimnasio en su vida y apenas cuidaba lo que comía, tenía una genética bendita en su culo.

Si la veías de perfil, la exagerada curva firme y levantada de sus hermosas nalgas te sorprendería gratamente en unos buenos jean ajustados. Perdón por hablar tanto de su culo, pero en serio era un culo que lucía increíble tanto en jean ajustados, así como en una falda de tablones floja, la curva de sus preciosas nalgas levantaba la falda orgullosamente.

Estábamos en la universidad con trabajos a medio tiempo. El dinero no abundaba, pero era más que suficiente para ir al cine, el bar, un motel 1 o 2 veces por semana y algunas cajetillas de cigarros.

Cuando mi adinerada amiga Nata me invitó unos días a su casa de “descanso” que estaba a 3 horas de la ciudad, hicimos cálculos Mariana y yo, y podíamos permitírnoslo, Nata insistía en que no importaba el dinero pero nosotros no queríamos que ella y su novio pagarán todo. Ella nos aceptó de mala gana una cantidad. Cómo sea, al final del día, las cuentas salían y aceptamos.

Nata me dijo que deberíamos llevar trajes de baño y ropa ligera y cómoda, en su mayoría, tenía sentido ya que era tiempo de calor, pero remarcó que estaría bien algún cambio de ropa formal para “una sorpresa” que nos tenía preparada. Ella me mostró algunas fotos de la casa durante la semana antes de ir, era una de esas casas de aspecto rústico, pero lujosas, enorme, con 6 habitaciones, balcón a la piscina, un pequeño bar junto a la enorme sala e incluso una cancha de tenis funcional, para rematar un lindo jacuzzi a lado de la piscina.

Le insistí a mi amiga en saber sobre “la sorpresa” ella no quería revelar nada pero después de varios días insistiendo Nata me dijo emocionada que había contratado un asombroso paquete para 2 parejas, para “un fin de semana romántico” con una empresa que se dedicaba a vender “experiencias”, cosas de rico supuse, insistí en que me diera el precio o me mostrará alguna clase de flier publicitario, ella insistió en qué ella invitaba. Ante mi insistencia sobre saber que era ese paquete, me dijo que por ejemplo la empresa enviarían un chef y meseros para montarnos una cena romántica, “pero no insistas wey, déjate sorprender, va estar chingón”.

A mi novia y a mi nos emocionaba vivir ese pequeño pedazo de vida de ricos, no habíamos vivido como indigentes antes de la universidad, pero algo como planear unas vacaciones requería ahorrar algunos meses, ya sabes, como para cualquier otra persona “normal”.

Quedamos de vernos en un jardín cercano a la universidad el día que partiríamos, cuando se estacionó una limosina negra e imponente básicamente frente a nosotros ni siquiera sospechamos un poco y seguíamos a lo nuestro, pero después de unos segundos Nata asomaba medio cuerpo por el quemacocos “¿van a venir o no? Jajaja” no pudimos ocultar nuestra grata sorpresa y caminamos tímidamente con nuestras maletas al lujoso vehículo.

Nata nos recibía dentro del espacioso vehículo, ventanas polarizadas, asientos de piel, luz tenue, todo daba privacidad interna y el que fuera tan espacioso y los asientos tan cómodos lo mejoraba.

Nata saludaba amablemente a mi novia Mariana, yo conocía a Nata por las clases en mi universidad hace 2 años, pero yo tomaba clases con ella no Mariana, ellas solo habían intercambiado el saludo el 90% de las veces que se habían visto y si acaso habían charlado un par de veces conmigo presente, ellas básicamente solo se conocían de vista, pero no eran amigas.

Dentro estaba también ya el novio de Nata, era mayor por algunos años a nosotros, de aspecto viril, no exactamente guapo, pero si con un rostro con rasgos fuertes, muchas mujeres dirían que era “guapo como un hombre” barba bien cerrada y abundante pero perfectamente cuidada, su camisa ajustada revelaba buenos músculos, no enormes, delgado, pero bastante fit. Yo lo había visto solo un par de veces, él no estaba en la universidad, mi novia lo veía por primera vez. Él nos saludaba amablemente y mi novia y yo tomábamos asiento.

Nata: creo que tú no conoces a mi macho jaja –le decía a mi novia jocosamente riendo un poco, apuntando a su novio

Mariana: no, de hecho, no –decía amablemente mi novia viendo al hombre

Nata: bueno, se llama Julián, cumplió 28 años el septiembre pasado, como podrás ver es súper guapo –todos reíamos– le gustan las niñas más jóvenes que el como yo –reíamos más– ammmm y es excelente en la cama –decía y todos reíamos aún más, él la abrazaba

Mariana: mucho gusto “señor excelente en la cama” –decía sarcásticamente mi novia, todos reíamos más y se saludaban de mano amablemente, el apretaba firmemente la mano de mi novia, Nata me veía esperando algo, yo me encogí de hombros

Yo: ¿qué? –dije y ella reía

Nata: estás todo tarado jaja ¡preséntala como es debido! -decía riendo, yo reía, pero ella no me dejó responder en realidad, prosiguió– a ver mi amor, ella se llama Mariana tiene ammm 22 como Franco? –preguntaba curiosamente a mi novia

Mariana: si, los cumplí en enero –respondía rápidamente

Nata: ok, 22, es la novia de Franco, es súper linda como podrás ver… -ella pensó un segundo– y tiene un culazo –decía manteniendo el mismo todo sarcástico y todos reíamos

Julián: mucho gusto “señorita del culazo” –decía el hombre con una voz bastante profunda, volviendo a tomar la mano de mi novia, reíamos muy fuerte

Nata: y ya conoces al mensillo de Franco –decía riendo, éramos buenos amigos, algo cercanos, no mi mejor amiga, pero si alguien con quién había tenido charlas intensas y largas varias veces, se permitía la hostilidad amistosa

Nata abría un pequeño refrigerador oculto por un lado de su asiento y servía champaña en unas lindas copas de cristal, me sentía casi culpable de beber eso, lucía caro, pero ella lo servía abundantemente y la culpa se fue pronto. Bebíamos y charlábamos, la plática fue de conocernos mejor, nos hacíamos preguntas directamente sin vergüenza.

Resulta que ellos llevaban 3 años juntos, ella lo había conocido en un spa, el spa de los padres de él, negocio que el manejaba. Nos contaba que eso pagaba las cuentas, pero que intentaba dedicarse lo más posible a su verdadera pasión, la pintura, otro niño rico.

La charla fue tan amena que las 3 horas de camino pasaron como agua entre risas. Cuando llegamos ya era algo tarde y estaba oscureciendo, tal vez las 8 pm. la limosina entraba en el enorme jardín delantero de la lujosa casa, se acercaba a la puerta y había 2 mujeres con uniforme azul cielo impecablemente limpio y ordenado, todos salíamos torpemente de la limosina, algo ebrios después de 2 botellas de champaña.

Las mujeres se presentaban rápidamente, decían su nombre y la empresa para la que trabajaban, escuché atenta, curiosa y amablemente su presentación mientras Nata y Julián parecían ignorarlas, supongo estaban acostumbrados, a mí me parecía algo curioso por la novedad y ellas terminaban con algo como “nosotros nos encargaremos de su comodidad”.

Las mujeres iban a la parte trasera de la limo, Nata les indicaba cuáles eran las maletas de ellos y yo hacía lo mismo, casi las ayudaba pero Nata me jaló del brazo “tienes que ver esto” yo dudé un segundo viendo a las mujeres tomando las maletas y Nata remató “ellas se encargan, no te preocupes” me sentí un poco avergonzado por partida doble, por las mujeres y con Nata por no saber “la etiqueta” en esa situación.

Nata me tomaba con la mano del brazo rápidamente y me llevaba dentro de la enorme y lujosa sala de la casa, “acaban de instarlo, mira” presionaba algo en su celular y se desplegaba una increíble chimenea que estaba oculta detrás de unos paneles, Mariana y yo no pudimos hacer nada más que sorprendernos y expresarlo “¡está increíble!” Decía ni novia sin vergüenza, yo miraba atentamente, Nata parecía emocionada, pero no tanto como nosotros.

Nata: tengo hambre ¿ustedes? –decía mientras la chimenea ni siquiera se acaba de desplegar aún y ya parecía perder la novedad, mi novia veía atentamente y no le avergonzaba mostrar su asombro, así que respondí yo

Yo: si, deberíamos comer algo –dije rápidamente

Nata: Alexa –decía firmemente y el aparato inteligente se encendía en una mesa cercana, indicando que escuchaba– anuncio, cocina –esperaba un segundo antes de continuar– Lucio, oye, ¿está lista la cena? –decía firmemente sin gritar, esperamos unos segundos, el aparato se encendía de nuevo

Lucio: casi lista señorita Natali, tengo listo el pan de ajo, la pizza sale enseguida, pueden venir –decía el amable hombre del otro lado, Nata no respondía

Ella nos indicaba por dónde ir y la seguíamos por la sala mientras las mujeres pasaban detrás de nosotros con el equipaje. La lujosa sala daba paso a una hermosa cocina igual de impresionante y grande, abrumadoramente blanca, un hombre de unos 50 años con uniforme de chef y aspecto impecable nos saludaba “buenas noches jóvenes” mientras servía en la enorme barra unas tiras de pan de ajo que literalmente humeaban.

Saludamos al hombre y él se presentaba, “me llamo Lucio, soy chef profesional y estaré a su servicio estos días”. Nata acomodaba unos aderezos para las tiras de pan y las comíamos, eran jodidamente deliciosos. 15 minutos después el hombre nos servía a la mesa 3 pizzas increíbles, no de esas comerciales, pizzas de un nivel muy notable, perfectamente logradas, apetitosas a la vista y abundantes en ingredientes. Mientras disfrutábamos las pizzas con algunas cervezas, el hombre se despidió amablemente y se fue.

Nata: oye amiga –decía llamando la atención de mi novia, ella la miraba– ¿y cómo es que una chica sexi y culona como tú, está con este mensillo? –decía riendo, ella también a veces me jodía con esa clase de comentarios, mi novia reía y me abrazaba dulcemente por el cuello

Mariana: ay qué mala, ¡él es genial! –decía riendo y apretando el abrazo.

Nata: jajaja no es así tan en mala onda, pero él tiene suerte de tener una chica como tú –ella dejaba clara su opinión al respecto, a mí no me molestaba nunca esa clase de comentarios, me hacían sentir orgulloso.

Yo: mucha suerte –rematé yo y todos reíamos, Mariana me besaba dulcemente en la mejilla agradeciendo el cumplido.

Nata: tu podrías –decía dirigiéndose a mi novia de nuevo– estar con un hombre guapo, musculoso, adinerado –enumeraba lentamente las cualidades y todos reíamos un poco– ¡vergon! –reíamos más –y que te coja delicioso mmmm como mi novio –ella lo besaba en la mejilla riendo, el hombre reía, pero más bien parecía sonreír orgullosamente, mi novia reía sorprendida, no me parecía que hubiera mala fe, solo bromeaba, también reí.

Mi novia no contestó nada, Nata dejaba el tema como una broma, pasábamos a otra cosa y estuvimos un rato charlando y riendo, con las sobras de la pizza enfriándose en la mesa. Se acercó una de las mujeres de azul que nos había recibido en la puerta, hacíamos silencio y le dejábamos hablar.

Mujer: buenas noches, el equipaje fue desempacado y las habitaciones están listas –decía rápidamente, Nata le daba las gracias y la mujer se despedía y se perdía en la enorme casa.

Nata: pónganse traje de baño, vamos al jacuzzi, les encantará –decía rápidamente levantándose de la mesa y la seguíamos.

Nata nos indicaba donde estaba nuestra habitación designada. Al fondo de un amplio y largo pasillo, en el segundo piso, la de ellos estaba exactamente al otro lado de ese pasillo y debido al tamaño de la casa había una distancia muy considerable, “podremos follar a gusto sin preocuparnos del ruido” pensé perversamente para mí mismo.

Entramos Mariana y yo a la habitación. Una habitación tan enorme que era del tamaño de toda mi cocina y sala juntas, una cama enorme, ¿King size tal vez? Una pantalla de 60 pulgadas, un mini reproductor que tenía aspecto de que yo no podría pagarlo, y la verdad es que la habitación estaba adornada con buen gusto. Tenía un baño propio más grande que el baño principal de mi casa, tina de baño y regadera con puertas de cristal completamente transparentes.

Mariana me veía emocionada, la opulencia no paraba en cada habitación de esa casa, literalmente, “tu amiga en serio tiene dinero” y se echaba en la cama de un salto infantilmente, estiraba los brazos y disfrutaba la enorme cama. “Está súper rica” decía cerrando los ojos y acomodándose. Noté que nuestras maletas estaban acomodadas en una esquina con mucho cuidado, fui ahí, las abrí, vacías, fruncí el ceño, abrí con una mano las muy ligeras y suaves puertas del clóset que estaba básicamente a lado de las maletas y todo estaba ordenado en ese enorme clóset, recordé, “el equipaje fue desempacado” me abrumó un poco la idea de que una de ellas hubiera sacado y ordenado todas mis cosas, obviamente no estaba acostumbrado a algo así, Nata ni siquiera me preguntó, por fortuna no traíamos algo como un dildo de 40 cm ni nada así.

Revise los cajones y elegía un short azul aqua, mi novia me alcanzaba y veía sorprendida que todo estaba ordenado, casi con molestia

Mariana: ¡¿ellas acomodaron?! –preguntaba algo histérica

Yo: si, también me sacó de onda –dije sintiendo lo mismo que ella, pero ella parecía relajarse de inmediato

Mariana: jajaja vieron mi lencería que vergüenza jajaja –reía histérica tapándose la boca con una mano, obviamente yo le había pedido que llevaría lencería, ella agregaba con tono pícaro– de hecho, entonces ellas vieron incluso primero que tu un regalito que te traje –decía perversamente agarrándome firmemente la verga.

Comenzamos a besarnos, nos quitábamos la ropa dispuestos a follar un rapidito, pero entonces ella se separó de mi asustada y semi desnuda, yo reaccioné casi igual cuando ambos escuchamos el típico sonido de una notificación de “Alexa” llamando nuestra atención, volteamos rápidamente y descubrimos que había otro aparato de esos sobre una mesita cerca del baño.

Nata: ya encendí el jacuzzi, los esperamos.

El aparato apagaba su led azul, nos quedamos quietos unos segundos viendo el aparato y luego reíamos a carcajadas por la situación de sentirnos atrapados como adolescentes.

Mariana: ¿ella puede escuchar? –me preguntó tímidamente riendo en voz baja.

Yo: no creo, funciona como un radio –le dije con confianza, sabía un poco como funcionaban esas cosas, aunque no tenía una Alexa propia.

No quise humillarme frente a mi novia intentando averiguar cómo enviar un audio de vuelta, le mandé un WhatsApp a Nata diciéndole que íbamos enseguida.

Me ponía mis shorts azul aqua rápidamente y una playera azul marino, mi novia se desnudaba sin ninguna vergüenza frente a mi, y desnuda elegía entre sus bikinis, yo la manoseaba y golpeaba su trasero riendo, ella reía, “ay de veras adolescentito que no ha visto nalgas en su vida jaja”. Al final ella se decidía por un absolutamente increíble bikini rojo intenso de 2 piezas, el brasier algo pequeño pero cubría todo perfectamente, la tanga delgada, pero no tanto como para que se le metiera entre sus deliciosas nalgotas.

Salíamos del cuarto y le llamaba a Nata, le pedía instrucciones sobre dónde estaba el jacuzzi, ella me guiaba.

Salíamos de la casa y la piscina estaba llena y con luces por debajo, se veía increíble en el patio en perfecto estado esa noche, Nata levantaba una mano guiándome a su posición y yo colgaba la llamada. El jacuzzi era perfecto para 4 personas, acabados de madera de muy buen gusto por fuera y burbujeaba un poco.

Nata estaba abrazada de su novio y nos saludaba amablemente con cerveza en mano mientras Mariana y yo subíamos las escaleritas del jacuzzi.

No les he dicho como es Nata, ¿correcto? Bueno, corregiré eso. Nata es una chica con la piel algo oscura, un café claro que parecía bronceado, pero la conocía de varios años, era su tono natural, estilo de piel latina. Tenía el cabello negro y algo corto, muy chino, esponjado, pero caía sobre sus hombros sin ser un afro. Es muy delgada, ella sí que hacía mucho ejercicio, podías notar algunas rayas en su firme y plano abdomen, era la más bajita de nosotros 4, un poco más bajita que mi novia incluso, pero no demasiado ¿tal vez unos 160 cm?

Tenía las piernas delgadas, y un lindo trasero bien redondo, pero palidecía junto del asombroso culo XXL de mi novia. Pero ella tenía mejores tetas sin lugar a dudas, tenía un par enorme, en serio grandes, lucía muy morbosa a la vista así de pequeña con ese par tan gigantesco, ahora que la veía en su pequeño bikini morado por primera vez, eran increíblemente firmes y redondas, no pude evitar notar sus pezones marcados en ese muy pequeño brassier. Su novio estaba sin camisa luciendo sus asombrosos músculos bien definidos y parece que debajo del agua llevaba unos shorts negros.

Entramos a la caliente agua burbujeante, ella nos alcanzaba unas cervezas de una hielera de la orilla y las aceptábamos felizmente.

Nata: ¿estaban follando? –preguntó riendo y directamente mientras aún nos sentábamos dentro del lujoso jacuzzi

Yo: ¡si! –dije con tono de molestia sarcástica por su interrupción

Mariana: nos interrumpiste we –agregaba riendo, me agradaba ver qué ella se acoplaba rápidamente en apenas medio tarde con estos “desconocidos” para ella.

Reíamos y charlábamos. Bebíamos cervezas y más cervezas, fumábamos un poco cuidando de no tirar la ceniza en la impecable agua cristalina del jacuzzi. En una ocasión mi novia se levantaba un poco para alcanzar una cerveza, Nata la veía fijamente.

Nata: dice Franco que no haces ejercicio, no les creo una mierda – decía riendo viendo el lindo cuerpo de mi novia, mi novia sonreía orgullosa tontamente mientras se sentaba de nuevo.

Mariana: ni un solo día –decía con sonrisa presumida

Nata: a ver párate –le decía sin dejar de verla, mi novia se ponía de pie riendo, Nata se ponía de pie también, ella llevaba una tanga morada tan diminuta que prácticamente la estaba viendo desnuda, un diminuto triángulo tapaba su coño, si te fijabas bien, podías ver la piel en su entrepierna muy cerca de su coño oscurecerse.

Nata jalaba a mi novia hacia su lado, su novio hacia espacio y se colocaba cerca de mí, básicamente teníamos a nuestras chicas de frente, una al lado de la otra, igual nosotros. Nata analizaba el cuerpo de mi novia detenidamente y mi novia reía nerviosamente.

Nata: a ver, o sea el abdomen muy bien –decía picando graciosamente la barriga plana de mi novia, mientras mi novia reía por la situación tan ridícula.

Mariana: pero tú tienes hasta marquitas wey –decía mi novia bajando la vista y tocando delicadamente las tímidas, pero visibles rayas del abdomen de Nata.

Nata: si, pero tú aun así no tienes nada de grasa aquí, te odio tanto –decía juguetonamente, mientras sostenía con ambas manos la cintura de mi novia intentando sacar algún michelin por algún lado, nada, todos reíamos, me sorprendía gratamente que mi novia reía libremente ante las tonterías de Nata, no parecía incómoda en lo más mínimo.

Mariana: pero tú tienes unas súper tetas –decía mi novia viendo los abultados pechos de Nata sin vergüenza.

Nata dejaba de tocar a mi novia y sostenía su enorme par con ambas manos, una en cada mano y jugaba con ellas, columpiándolas de arriba abajo tontamente sacando la lengua como idiota, la vista fue muy agradable, su novio escupió cerveza de la risa, Mariana reía histérica y yo reí fingidamente intentando no perder detalle, Nata soltaba sus tetas riendo también.

Nata: a ver date la vuelta –le decía, mi novia dudaba, negaba con la cabeza y reía.

Mariana: ¿para qué? Pinche loquita –decía riendo

Nata: ok, las 2, ¿ok? –decía intentando negociar

Mi novia se daba la vuelta lenta, torpe y tímidamente, riendo con incredulidad, Nata también, descubrí gratamente que ella llevaba un pequeño hilo morado detrás solamente que se metía por completo entre sus firmes y lindas nalgas, nuestras chicas básicamente nos mostraban a Julián y a mi el culo de espaldas.

Nata: pero empínate wey –le decía riendo a mi novia

Nata se empinaba cómicamente y empujaba a mi novia por la espalda, mi novia reía, pero cedía rápidamente ante su mano, mi novia se empinó de una manera completamente sexual, doblando la espalda y levantando sus asombrosas nalgotas, sentí un escalofrío y me puse erecto de inmediato, Julián veía atentamente mientras bebía de su cerveza.

Nata imitaba a mi novia, mi novia reía histérica, pero se mantenía en su postura. Ver los 2 culos juntos, uno al lado del otro completamente empinadas, mi novia con su imponente redondo y asombroso culo redondo en su lindo bikini rojo casi metiéndose por completo entre sus nalgas por la posición, y aunque algo más pequeño, igualmente lindo y firme trasero de Nata en su tanga morada, la vista era simplemente increíble, aunque había diferencia de tallas, no sería una decisión fácil para nadie, ni perdías con ninguna elección.

Algunos segundos, así entre risas nerviosas de los 4

Nata: ¿quién tiene mejor culo? –decía mientras movía el culo tontamente

Yo: mi novia –dije rápidamente riendo, mi novia se doblaba un poco por la risa

Julián: su novia –decía Julián riendo, mi novia se doblaba por completo de la risa, Nata se volteaba de inmediato, mi novia se volteaba lentamente.

Nata: ¡oyeee! Jajaja –le decía a su novio fingiendo drama– ¡ya lo sé pero tú di que yo amor! –decía riendo, mi novia tomaba su lugar a lado mío riendo nerviosamente.

Nata tomaba lugar a lado de su novio fingiendo un berrinche sarcástico, él la abrazaba y consolaba jugando. Retomamos nuestros lugares, Mariana a lado mío, a mi otro lado Nata, así que su novio Julián quedaba a lado de mi novia, en forma de cuadrado, un hombre y una mujer, un hombre y una mujer.

Bebíamos y bromeábamos, Nata llamaba constantemente a mi novia “chica del mejor culo” siguiendo la ya recurrente broma sobre poner apodos según que se decía.

Nata: ¿les molesta si me quedo en pelotas? –decía viéndonos a mi novia y a mi por turnos, con total naturalidad, o la aparentaba, Julián ni se inmutaba, Mariana me volteaba a ver pareciendo que iba a decir algo, pero no decía nada– solo me quitare el brassier no es la gran cosa –decía riendo, Mariana se encogía de hombros riendo un poco y me veía de nuevo, en ese momento noté que de hecho los 3 me veían.

Yo: por mi está bien –dije riendo y todos reíamos

Nata: pero tú también –decía Nata retando a mi novia, ella solo se encogió de hombros con una sonrisa socarrona, me tomó por completo por sorpresa

Nata se quitaba el brassier sosteniéndole la mirada a mi novia, sonriendo un poco, tímidamente, no cachondamente, como a punto de estallar en risas, y lo echó fuera del jacuzzi, sus jodidamente enormes tetas aparecían, aunque el brassier era pequeño y podías ver “todo” el retirarlo y ver qué se mantenían orgullosamente firmes en su lugar daba una muy grata vista, enormes, redondas y súper firmes, sus pezones grandes y negros pegaban bien en esas tetas tan grandes, parecían duros aunque estábamos en agua muy caliente. Nata miraba a mi novia esperando, Mariana solo decía débilmente y sonriendo “ok” y se retiraba el brassier echándolo fuera también, sus lindos pezones cafés parecían duros también. Los 4 reíamos, Mariana me besaba y Julián besaba a Nata.

Avanzaba la noche y nadie parecíamos querernos ir, me sorprendía la naturalidad con la que ellas mostraban las tetas, ambas, yo no conocía a Nata de que fuera una puta o pervertida ni nada, a veces como con cualquier amiga nos contábamos cosas sexuales, pero todo dentro del espectro de “lo normal”. También me sorprendía que mi novia no intentaba ocultar sus tetas, incluso cuando Julián hablaba ella lo veía a los ojos con total naturalidad.

Mariana: ¿son naturales? –preguntaba mi novia riendo, viendo fijamente las asombrosas tetas de Nata.

Nata: ¡oye! Son súper naturales envidiosa jajaja –decía mientras acariciaba firmemente sus propias tetas, muy agradable de ver, todos reíamos– tú tienes un súper culo, yo tengo súper tetas, ¿ok? –todos reíamos.

Mariana: ok ok te creo jajaja

Nata: o sea son naturales, pero en el spa me hacen sesión de electro shocks reafirmantes, te quedaría súper bien en tus nalgotas, luego te llevo –le decía a mi novia.

Mariana: ok ok va perfecto –decía tomando a su cerveza y parecía realmente interesada.

Nata: a ver ven –le decía a mi novia indicándole que se hiciera hacia enfrente, mi novia lo hacía con curiosidad, Julián y yo veíamos atentamente, Nata tomaba ambas tetas de mi novia con sus manos, mi novia reía histérica y abría los ojos por completo pero no se movía ni un poco

Mariana: estás loca wey no mames jajaja –reía histérica mientras Nata magreaba sus tetas con ambas manos viendo atentamente el lindo par de mi novia, reía también, pero lucía nerviosa

Nata: ¡están súper bien he! Se sienten rico, me gasto miles en el spa y tú sin nada, neta te odio –decía mientras todos reíamos

Nata hacia cómicos apretones en el lindo par de mi novia, subía y bajaba las tetas de mi novia y hacia ruidos ridículos como de apretar un juguete con sonidos, intentando haciéndolo parecer un juego, pero no dejaba de tocarla, yo intentaba reír naturalmente, pero ver a Nata en un pequeño show lésbico con mi novia era demasiado cachondo.

Nata: tú agárramelas también we –decía riendo y levantando sus impresionantes tetas viendo retadoramente a mi novia y soltándola por fin.

Mariana: ¿neta? Jajaja –decía sonriendo incrédulamente

Nata: atáscate putilla –le respondía riendo y levantando sus tetas

Mi novia tomaba con firmeza sus tetas con ambas manos, ella no jugaba, parecía curiosa, veía fijamente mientras tocaba su enorme par, tal vez no había un tono pervertido en su mirada y firmes tocamientos, parecía curiosidad real, yo sabía que ella tenía experiencia 0 con chicas. Mi novia tocaba firmemente y veía aún más fijamente, creo que Nata resistía para no gemir, parecía disfrutarlo, los 4 nos quedamos serios, todo era demasiado sexual, quería masturbarme tan fuertemente…

Nata: mira amor, se le sienten súper bien –le decía a Julián y tomaba su mano y la ponía sobre un pecho en mi novia

Julián: de hecho, si –decía tímidamente y apretaba débilmente la teta de mi novia

Pasó tan rápido que ni siquiera pude decir nada, tampoco mi novia, ella solo le sonrió incómodamente a Julián sin verlo a los ojos, se puso roja como tomate de inmediato, intentó decir algo, pero solo rio incómoda, me dio un escalofrío ver la mano de Julián sobre la linda teta de mi novia, de pronto el divertido show lésbico ¿se convertía en un trio? Me puse furioso, casi grito y golpeó en la cara a Julián o a Nata, por fortuna Julián no abusó y soltó a mi novia después de 2 tímidos apretones y solo unos segundos, bueno, el parecía no ser un idiota cuando menos, tal vez él se sintió tan sorprendido e incómodo como yo y solo lo hizo porque Nata se volvió loca de pronto.

Mi novia también soltaba a Nata, creo que ella lo hacía para no dar permiso de nada más. No dije nada y Nata se colocaba en su lugar de nuevo, no bromeábamos ni hacíamos comentarios, creo que mi enfado era evidente, Julián intentaba no mirarnos, Nata intentaba hacer charla y mi novia me abrazaba y besaba constantemente.

Pasó una media hora y decidí relajarme, vi a 2 chicas sexis enseñarme el culo y tocarse las tetas entre ellas ¿por qué carajos hacia dramas?

La charla retomaba su tono divertido y fluía con naturalidad otra vez. Parecía que no había sucedido el incidente de las tetas (aunque los 2 pares seguían a la vista) y todos volvíamos a ser amigos. Las cervezas se acababan, Nata revisaba la hielera frustrada y volteaba a verme

Nata: ven, vamos por más cervezas –decía levantándose del jacuzzi, yo me paraba junto con ella, Mariana nos veía y dudaba un segundo– ustedes esperen, no tardamos –le decía rápidamente ante su cara de duda, mi novia solo respondió “ok”

Caminamos hacia la casa y llegábamos a la cocina, ella abría el enorme refrigerador y se empinaba (tal vez) demasiado para buscar, “no me violes wey” decía riendo con su culo apuntando hacia mi, “si dan ganas” dije sin vergüenza riendo, ella reía también, yo veía fijamente su lindo y firme trasero sin importarme si ella lo notaba, fue difícil no tocar.

Ella tomaba cervezas y las dejaba sobre la barra, me pedía que las pusiera en el enorme cubata que había llevado del jacuzzi, ponía hielos y acomodábamos las cervezas. Terminábamos la labor, yo tomaba el cubata y me disponía a irme

Nata: espera –me decía débilmente

Yo: ¿qué pasó? –respondí desinteresadamente, ella se me acercaba de frente, mucho, me puse un poco nervioso sin saber que sucedía

Nata: ¿quieres agarrármelas? –me dijo con una sonrisa malvada y apuntando a sus enormes montañas con un dedo, no parecía una trampa ni un juego

No dije nada, solo sonreí en el mismo tono que ella y levanté una mano rápidamente y tomé firmemente una de sus enormes tetas, se sentía bien, se veían tan firmes que pensarías que estarían duras, pero era suave y agradable al tacto, cálida, no cabía en mi mano a diferencia de las lindas, pero pequeñas tetas de mi novia que podía tomar por completo perfectamente con una mano, me seguía sorprendiendo el tamaño de Nata, puse mi otra mano sobre su otro enorme pecho, apreté firme pero gentilmente con ambas manos al mismo tiempo terminando en sus pezones y ella se retorcía un poco y reíamos tímidamente, ella iba hacia mi y me besaba mientras yo magreaba sus tetas.

Nata: a ver… -decía viéndome lujuriosamente a los ojos y estiraba su mano para acariciar mi verga por encima de mis shorts y estrujando mis bolas con firmeza, por fortuna, estaba bien erecto, no diría que tengo la verga enorme, pero si 17 cm muy decentes con un buen grosor

Nata: no está mal –me decía cachonda mientras me acariciaba por encima y volteaba a ver mi entrepierna intentando averiguar mi tamaño– ¿te puso cachondo vernos tocándonos? –me preguntaba lujuriosamente

Yo: si –ambos reíamos tímidamente

Nata: ¿y a ver a mi novio tocando a tu novia? –me preguntaba en el mismo tono

Yo: estás bien loca –le dije riendo, no quise hacer un drama de celos, ni arruinar nuestro momento, quien sabe cuánto podría obtener

Ella me acariciaba la verga lentamente, pero firme, pasé una mano a su firme culo y disfrutaba una de sus tetas en mi otra mano mientras seguíamos besándonos

Nata: ¿quieres que te la mame? –me dijo viéndome a los ojos

Yo: si –dije de inmediato, ella reía un poco

Nata: pues no cochinote, tengo novio fíjate –me decía riendo y me empujaba juguetonamente dando por finalizado nuestro jueguito sexual, yo reí frustrado– mejor dile a tu novia que te la chupe –decía y me daba un beso de piquito finiquitando el asunto, ella se burlaba malvadamente de mi acariciándome juguetonamente la verga sabiendo que me dejaba con las bolas azules.

Nata terminaba de acomodar las cervezas, yo tocaba descaradamente sus desnudas tetas y su lindo trasero, ella me alejaba de vez en cuando jugando.

Nata: ya vámonos o va ser medio sospechoso –decía sonriéndome y me besaba dulcemente de piquito

Yo: si, de hecho –dije lamentándome y apretando firmemente su trasero con una mano, ella reía, comenzamos a caminar

Nata: no, espera, mejor esperemos –dijo súbitamente deteniéndose

Yo: nah, tienes razón, démonos prisa –dije con la cabeza fría de nuevo

Nata: ¿y si mi novio se la está follando? El tarda mucho –decía riendo, yo reía fingidamente– démosles 20 minutos, comamos pizza –decía viéndome lujuriosamente y riendo

Yo: cállate pinche loca, vámonos ya –dije riendo, pero, de hecho, de pronto me preocupó que si pudiera estar pasando algo, si ella y yo tuvimos “algo” ¿por qué ellos no?

Casi corría hacia el jacuzzi, Nata iba detrás de mi especialmente lento y se burlaba de mi, “hay que darles su espacio Franco, se están conociendo jajaja” yo le decía que estaba loca mientras reía, intentando no lucir como que estaba desesperado y seguía avanzando.

De pronto tuve miedo, ella obviamente no estaría follando con él, pero ¿tal vez un beso? ¿Tal vez él la tocaba? ¿O ella a él? Sentí culpa, tuve miedo del karma, salimos por fin al enorme jardín y Nata le gritó a Julián fuertemente y con tono cómico “AMOOOR!”, Maldita sea, si ellos hacían algo, ella les hizo el favor de avisarles, la odié.

Nos acercábamos y ellos parecían solo charlar, sabía que no los vería follando salvajemente, pero me alegré de confirmarlo. Llegamos, ellos solo charlaban y reían.

Charlamos un rato más, parecía que todo estaba en orden. Después de una hora más (o algo así) Mariana me decía que deberíamos irnos a dormir. Nos despedimos y nos fuimos a nuestra habitación, supongo que ellos se divertirían en el jacuzzi.

Mi novia y yo entramos torpemente algo ebrios a la habitación, yo iba tocándole el culo, ella reía. Apenas cerramos la puerta la empiné de pie sobre la cama con su asombroso culo hacia mi, me puse de rodillas detrás de ella y bajaba desesperadamente su bikini rojo y lamía obsesivamente su coño y entre sus asombrosas nalgotas, ella reía tímidamente como siempre cuando yo le comía el culo, a ella no le gustaba como tal, pero de vez en cuando me dejaba hacerlo solo por complacerme, esa noche tuve suerte por lo visto, o ella estaba muy cachonda, o muy ebria.

Me puse de pie rápidamente, me puse el condón tan desesperadamente que casi lo rompo, la penetré de golpe y ella gemía profundamente mientras yo colocaba mis manos sobre su agradable y cálida espalda, ella se retorcía.

Follamos 3 veces de una manera tan salvaje que terminamos desplomados en la cama respirando histéricamente mientras dormíamos abrazados, sudados y exhaustos.

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