back to top
InicioInfidelidadCon las manos en la masa

Con las manos en la masa
C

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 4 minutos

E: ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué haces?

T: En el trabajo, ¿y tú?

E: En casa, tengo un regalito para ti ¿por qué no vienes?

T: Trataré de acabar pronto y te caigo en una hora.

Faltaba poco para su boda, pero aun así nosotros le seguíamos poniendo bien y bonito, ya casi no veía a Ivette y aunque conocía nuevas chicas no podía dejar de fornicar con Estela.

Puntualmente llegué a su casa, estaba a punto de tocar, pero noté que había un letrero para mi ¡Sube! Obedecí el escrito y subí a su habitación.

Al entrar ¡Dios mío!, estaba ella en lencería roja, acostada en su cama y con una cara picara.

T: ¿Oye, no es peligroso?, él puede llegar en cualquier momento!

E: ¡No te preocupes, el llegara tarde, ven aquí amor!

Y es que como lo dije en mi relato anterior ella ya vivía con su pareja que tiene de nombre Fernando y solo se casarían para formalizar más las cosas.

Me quité mi camisa y me lancé sobre ella, comencé a besarla pasionalmente y acariciarle su delicioso cuerpo.

Ella hacía lo mismo su boca mordía mi cuello y su mano acariciaba mi pene, el saber que en cualquier momento nos descubrirían me excitaba mucho y es que ella era muy buena calentándome, pasaba más tiempo con ella que con algún otra últimamente.

Mis manos acariciaban sus muslos hasta llegar y apretar sus ricas y firmes nalgas, mi boca besaba su cuello y ella lanzaba suaves gemidos, poco a poco besando mi pecho bajo a mi pelvis, quitó mi pantalón y trusa y comencé a devorar mi carne que tanto le gustaba, ella besaba la cabecita y luego con su lengua recorría mi tronco ¡uf! era maravilloso sentir su lengua y como succionaba mi verga, la devoraba hasta casi ahogarse con ella.

Se había vuelto una experta mamando mi gruesa verga, le apretaba la nuca, le acariciaba al frente, disfrutaba al máximo de sus lamidas y con ligeros movimientos acompañaba sus chupadas.

E: ¡Sabes rico amor!

T: ¡Síguele bebe hermosa!

No quise quedarme atrás, así que la tomé de su cintura y la acomodé para darle unas ricas chupadas, mi lengua recorría sus ingles y besaba sus labios vaginales, mi lengua entraba suavemente para juguetear su clítoris hasta ponerlo durito, ambos nos dábamos rico placer.

E: ¡Amor que rico! chúpame más.

T: ¡Si bebe chupas rico! continuemos!

E: Mejor ya métela papi, te quiero dentro de mi

T: ¡Que desesperada eres nena!

La acosté de forma fetal o de cucharita, levante su pierna y comencé a penetrarla suavemente mientras nos besábamos salvajemente, ella se movía como si se estuviese convulsionando, mi mano apretaba con firmeza sus pechos y sus piernas, mis movimientos aumentaban de velocidad y ella me miraba y gemía delicioso.

Con ella esa pose era lo máximo, su lengua probaba mis dedos, apretaba su clítoris y mi verga le entraba ms rico.

E: ¡Así Tyson! dámela así!

T: ¡Me vuelves loco amor! muévete que rica!

Ella me pidió que me acostara y se puso a cabalgarme, sus movimientos eran rápidos, ¡dejaba caerse sobre mí para que le entrara toda uf! era una licuadora.

Yo acariciaba sus piernas y sus tetas, las besaba y mordía fuertemente ya que sus movimientos me enloquecían mucho.

T: ¡Así! que rico amor!

E: ¡me encantas! que rico pene tienes!

T: ¡Destrózalo amor!

En algún momento pase de decirle perra a decirle mi amor, no sé, tal vez desarrolle algún sentimiento hacia ella, pero el sexo era más fuerte y solo quería seguir cochándomela.

Ella me comenzó a cabalgar, pero esta vez invertidamente, sus nalgas eran apretadas y arañadas por mí, la tomé de su cintura y acompañaba sus movimientos los cuales ella hacía empinándose hasta besar mis pies ¡que rico! el éxtasis estaba llegando, sentí como ella comenzó a mojarse, se estaba viniendo.

E: ¡Ah! amor que rico! me vengo! que rico!

T: ¡Si bebe! córrete rico amor!

Sus fluidos me mojaron todo, pero aún no estaba listo para terminar, la puse en cuatro y apoyándome en su espalda la embestí brutalmente, metía y sacaba mi verga con violencia, le daba de nalgadas y le jalaba el cabello, ella gritaba de placer y mis dedos comenzaban a juguetear su ano, ese ano que me pertenecía y estaba dispuesto a poseer.

E: ¿Me la vas a meter por ahí?

T: ¡Si mi perra, te destrozare el ano!

E: ¡Si amor!, soy toda tuya! ¡Me encanta tenerte ahí dentro!

Ella se había vuelto una especie de adicta al sexo anal que le hacía, por eso, aunque le dolía lo disfrutaba mucho.

Primero comencé a meterle la cabecita, sus fluidos ayudaron a entrar más rápido, ella empinadísima gemía y mordía una almohada.

Cuando le metí casi tres cuartos de mi pene comencé a moverme fuertemente, con toda mi fuerza la embestía, ella gritaba y movía sus caderas.

E: ¡Ah me duele!

T: ¡Pero te gusta perra! ¡Aúlla, aúlla como loba!

E: ¡Tyson te amo!, nadie me lo ha hecho como tú!

T: ¡Si mi amor eres mi perra!

La conversación me calentaba aún más, mis movimientos cada vez eran más fuertes, ella gritaba, pero me pedía más y más, de pronto sentí como me estaba inflando y ella me dijo:

E: ¡Dámelos en mi cara amor, te quiero probar!

T: ¡Si mi perra lo que tú digas!

Se la saqué, me puse de pie y tomándola de su cabeza comencé a llenarla de semen, mi verga parecía manguera y chorreaba demasiado, ella tragaba y se embarraba mi semen en su cara, solo ese placer fue interrumpido por un grito de cólera y furia.

F: ¡Que carajos pasa aquí!

E: ¡Mi marido!!!

F: ¿Estela pero que haces? ¿Qué diablos?

E: ¡No es lo que crees!

F: ¡No! si estás llena de semen como toda una puta! ¡Vete!

E: ¡Pero amor!

C: ¡No me digas amor, vete antes de que llame a la policía! Y sobra demás decir que no habrá boda.

En lo que ellos peleaban yo me vestía, una parte de mí se sentía mal el ver la relación de mi amiga esfumarse, pero otra estaba feliz de que nos vieran.

La acompañe por sus cosas y cuando estaba por salir él me dijo:

F: Espero que valiera la pena el ser culpable de que terminemos y espero no te pase a ti.

T: ¡Si valió la pena! y no me arrepiento de nada!

Salimos rumbo a casa de su amiga, ahí la dejé y me fui, eso ocasionó una ruptura en nuestra relación de amantes ya que de ahí cambió todo.

De hecho, esa fue la última vez que cogimos, aun somos amigos, no como en esa época, en la actualidad vive con un tipo menor que ella, ya que en esta actualidad ella ya tiene 37 años, pero sigue estando igual de rica.

Loading

Compartir relato
Relato anterior
Relato siguiente
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.