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Walter y Mica: Control del octavo mes, nacimiento y final
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Ya entraban en la recta final del embarazo y el bebé podía llegar en cualquier momento, Mica fue al control del octavo mes, como siempre a la misma hora, mismo lugar. Subió por el ascensor, entró al consultorio y ambos médicos la esperaban con una sonrisa, hicieron el control de rutina, estaba todo más que bien y le dieron las instrucciones para que sepa cuando era la hora de ir al sanatorio para tenerlo.

Walter esta vez no fue a la consulta, ya no quería ver más.

Ambos médicos se desnudaron y Mica se abalanzo sobre sus miembros, ya el sexo era peligroso porque podía incitar un parto prematuro.

Mica las recorría con su lengua a lo largo y lo ancho, la del obstetra era muy grande para su boca y no le entraba mas que la cabeza, pero ponía muchas ganas en hacerlo gozar.

El primero en acabar fue el médico clínico, le llenó la boca de leche y Mica tragó rápidamente y siguió con la del obstetra, chupándola, lamiéndole los testículos, y recorriéndola de arriba a abajo sin parar, cuando estaba por explotar, él la agarro de la cabeza y eyaculó 5 potentes chorros que impactaron directo en la garganta de Mica, era mucha cantidad y se le dificultó tragarla toda pero lo logró y abrió la boca para mostrarle a su obstetra favorito que era una buena paciente.

Se limpiaron, se acomodaron las ropas y se despidieron hasta el día del parto.

Cuando Mica volvió a casa, le dio a Walter la noticia de que todo estaba bien y en unas semanas ya tendrían a su bebe, esa noche Walter tuvo "suerte" y Mica lo dejó acabarle en la boca, el miembro de Walter era más grande que el del médico clínico, pero más chico que el del obstetra.

Pasaron unas semanas y las contracciones de Mica aumentaron en dolor e intensidad y salieron volando al sanatorio.

Ya en la sala de preparto ambos médicos estaban con Mica, revisando que todo estuviera bien.

Le dijeron que apenas dilatase, tendría a su bebé.

Pasaron las horas y no estaba progresando, así que los médicos, sacaron a Walter de la habitación y hablaron con Mica, le informaron que no se estaba dilatando como corresponde y que había dos caminos, o le ponían un goteo para acelerarlo o tenían sexo y que los orgasmos hagan el trabajo.

Mica quería que el bebé nazca ya, así que le pidió a ambos que la penetren sin parar hasta que esté lista, primero arranco el médico clínico, sin ningún reparo se puso debajo de Mica y la penetro una y otra vez hasta descargar en su interior.

Rápidamente paso el obstetra a tomar su lugar, y cuando Mica se dejó caer sobre ese miembro enorme, exploto en una cadena de orgasmos brutales y sintió que el bebé estaba por nacer.

El obstetra se la sacó y llamaron a la enfermera para que asistiera, Walter volvió a entrar y vio el semen escurriendo de la vagina de Mica, y el bulto en el pantalón en el obstetra que no había podido acabar por la urgencia.

Al cabo de unos instantes, el bebé nació sin problemas, era un varón hermoso, sano, fuerte y Walter estaba extasiado de felicidad, toda su confusión desapareció y no le importó más nada, ni Mica, ni los médicos ni nadie, por ahora…

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