Entre el alcohol y el deseo andaba yo, no le quitaba la mirada de encima, ella lucia espectacular, una calza con algunos cortes transparente, en las piernas y cerca de la nalga, una blusa que mostraba sus ricas tetas, el único problema era el novio y que ella solo estaba con él.
Ya era de madrugada y luego de cogerme a Estela en el baño aún estaba caliente, Ivette me tenía todo idiota, me molestaba verla con su novio, pero ni hablar, tenía que seguir fingiendo.
Ella me miraba de re ojo, yo no podía dejar de verle las nalgas, que ganas de tocarlas, de morderlas, que ganas de cogérmela tenia.
La mire que entraba y salía de su casa, ya que la fiesta estaba siendo en el patio trasero y cochera, fue entonces que la seguí sin que se diera cuenta de mi presencia.
Subía las escaleras rumbo a su recamara y ahí antes de que entrara llegue y la abrace por atrás besándole el cuello acariciando sus ricas piernas.
I: ¿Que pasa?
T: ¡Quiero comerte!
Al darse cuenta que era yo, ¡ella me aventó y aunque no grito comenzó a reclamarme!
I: ¡estás loco!
T: ¡Por ti mi amor!
I: ya párale, que te pasa, ¡toda la noche has estado de idiota!
T: ¡No tolero verte con el!
I: Pero él es mi novio, ¡te guste o no!
T: Pero Ivette él no te merece, ¡apuesto a que ni tocarte sabe!
I: Y a ti que te importa, mejor ya cálmate Tyson, no quiero decirte cosas de las que me arrepentiré.
Pero en lugar de relajarme y bajarme de ahí, la tomé a la fuerza y comencé a besarla, ella me aventaba, ¡pero yo la sostenía con fuerza y le apretaba las nalgas empujándola hacia dentro de su habitación!
I: ¡ya!! ¡Voy a gritar!
T: Hazlo, ¡me vale!
Mientras alegaba la tiré en la cama y comencé a acariciarla, ella me aventaba las manos, pero yo no me detenía al contrario comencé a levantarle su blusa y lamer su abdomen.
I: ¡No mames ya basta!
T: ¡Uhm!! ¡Que buena esta nena!
Baje su calza hasta donde las botas me lo permitieron, lamia sus rodillas y muslos, ella pataleaba, prácticamente la estaba abusando.
Me dirigí directo a su cosita, comencé a saborearla por encima de su tanga, comencé a hundir mi lengua rosando sus labios vaginales, ella me aventaba la cabeza, pero era tarde, le hice a un lado su tanga y mi lengua hacia lo suyo, una y otra vez succionaba los fluidos que ya comenzaban a salir de Ivette, le lamia de las entre piernas hasta el inicio de su ano, ella dejo de luchar y comenzó a dejarse llevar por mi sexo oral.
Apretaba su clítoris con mis dos dedos y le metía otros dos, miraba su cara de satisfacción, teníamos la puerta abierta, el riesgo de que su novio subiera y nos encontrara era máximo, pero no me iba a detener, así que seguí chupando y dedeando a mi amiga.
T: ¡Que rico!! como te mojas!
I: ¡Uhm, ah!!
Ivette se quitó su blusa y se desato el brasear, finalmente comenzaba a meterse más, me acariciaba la cabeza, subí recorriendo con mi lengua su abdomen hasta llegar a sus ricas tetas, las cuales lamia y chupaba como recién nacido, es al hacia estremecer.
Me desnude y la desnude por completo, ¡toscamente la tome del brazo y la arrodille frente al enorme espejo de su cuarto y le di a comer verga.
Ella comenzó con lamidas ligeras alrededor del troco y la cabeza, me encantaba verla y como me miraba eso me la ponía aún más dura, poco a poco introducía mi verga su boca hasta donde le cupo, ahí comenzó con un mete y saca moviendo su lengua de una forma riquísima.
T: ¡Uhm, si, así mami, así!
Una hora antes tenía a Estela empinada en el baño cogiéndomela rico y ahora Ivette se tragaba mi verga como solo ella sabe.
Se puso de pie y la llevé a la cama se acostó normal y abriendo sus piernas para mí, subí en ella y comencé a metérsela suave, mi verga entraba en su húmeda vagina que la recibía con mucho gusto.
Comencé a moverme con fuerza mientras nos besábamos, le apretaba el cabello, mordía sus ricos pezones, le apretaba las nalgas, ella también se movía riquísimo, me arañaba la espalda y se empujaba más a mí.
T: ¡Que rico, hm!!
I: ¡Estás loco!
T: ¡Imagínate que nos viera, uhm!!
I: ¡Ni lo digas!!
T: ¡Apuesto que no te coge rico!
Levante sus piernas juntándolas y haciéndome un poco para atrás empecé a metérsela mientras ella se abría con sus manos las nalgas para que le entrara casi toda mi verga.
Que rico era tenerla así, el lamía sus pies, sus dedos estaban en mi boca, apretaba esos muslos carnosos que tanto me gustan, le doblaba las piernas en posición fetal y levantándome un poco se la metía con toda mi fuerza.
T: ¡Uhm, ah, sí, que rico, uhm!!
I: ¡Tyson!! ¡Uhm, ah, dios!!
T: ¡Eres mía!!! ¡Uhm, entiende!!
I: ¡Por dios, que rico, agh!!!
La fortuna nos sonreía, nadie entraba y yo seguía cogiéndomela rico, me acosté detrás d ella y subiéndole una pierna se la metía rápido, me encanta acariciar sus pezones mientras mi verga le daba placer, placer que su novia no podía darle, le besaba el cuello, le daba a lamer mis dedos de las manos como si de vergas duras se trataran.
I: ¡Que rico coges!!!
T: ¡Si!! ¿Te gusta mi verga?
I: ¡Me encanta, uhm!!
Me senté en la cama y la subí de frente para que se dejara caer y me cabalgara rico.
Sus movimientos eran fantásticos, su cama rechinaba y rechinaba, le mordía las tetas, nos besamos, sudamos la gota gorda pero que rico era tenerla encima de mí moviéndose en círculos y saltando, logrando que tuviera un rico orgasmo.
I: ¡Que rico, uhm!!!
T: ¡Eres la mejor!!
Yo estaba en el éxtasis, su convulsión y espasmos lograron hacerme venir llenándole su rico coño de mi leche caliente, como deseaba preñarla.
Pero la acción no termino, la jalé del brazo y la puse de pie apoyada en la esquina de su cama, quería su culo y me lo tenía que dar si o sí.
I: ¿Qué haces?
T: ¡Quiero esto!!!
I: ¡Espérate, ah!!
T: No quiero, ¡ya no aguanto!
Lubricándola con nuestros fluidos comencé a estimular su ano, ella movía su cola, no quería tenerme ahí por lo grueso de mi verga, pero a mí no me importaba, ella era mí y su culo tenía que sacarme la leche.
Comencé a con la puntita, ¡ella se estremecía mientras el primer cuarto de mi verga ya estaba dentro de su ano!
T: ¡Si!!! ¡Qué rico culo!!!
I: ¡Ay!! ¡Me duele, uhm!!
T: ¡Toma!!! ¡Ahí va más!!
I: ¡Agh!! Tyson!!
T: Que suba, que vea como me das el culo, ¡uhm!!
I: ¡Ah!! ¡Por dios!!
Comenzaba con unas embestidas suaves su culo aguantaba muy bien mi verga, le jalaba el cabello, la apretaba sus nalgas, arañaba sus muslos, tenía a Ivette como siempre quise.
Me movía más rápido, ella gemía y me pedía que fuera despacio pero más duro le daba, su culo se abría mas y más y el color rojizo que tenía me ponía más duro y loco.
La acosté en la cama y levanté sus piernas abriéndola para que su culo rojizo quedara a mi disposición, la introduje de golpe, ella grito tan rico que solo la música de afuera encubría lo que hacíamos.
I: ¡Ah, no mames, uhm!!
T: ¡Que culo!!! ¡Toma, uhm!!
I: ¡Más suave, me duele!!
T: ¡pero te gusta amor!
Le levantaba las piernas y se la seguía metiendo, ella se movía también rico, le encantaba tenerme atrás, yo me sentía con mucha suerte, primero Estela y ahora Ivette y dándome el culo, que suertudo era.
T: ¡Ivette como me encantas!!
I: ¡Agh!! ¡La verdad tú a mí me gustas mucho!
T: ¡Yo o como te cojo!
I: ¡Las dos, uhm!!
T: Ponte de perrito, ¡quiero terminar así!
I: ¡Uhm, como quieras!
Se puso en cuatro y yo comencé a metérsela suave le di un par de empujones con suavidad mientras apretaba sus chichis y sus peones, también jugué un poco con su clítoris quería que recordara ese momento.
Poco a subí mi velocidad, se al dejaba ir hasta el fondo, Ivette mordía su almohada, no quería gritar, entre dolor y pacer estaba recorriéndose, le daba de nalgadas y le apretaba sus nalgas hasta marcarlas le jalaba el cabello, le daba golpes en los muslos, ¡la estaba haciendo mi puta total!
T: ¡Si!!! que rico, uhm, ¡nena que rico!
I: ¡Ah!! ¡Qué rico, uhm, ah!!
T: ¿De quién eres nena?
I: ¡tuya, uhm, ah, me voy a venir!
La embestía rápido y con toda mi fuerza, Ivette comenzó avenirse y tener un orgasmo por segunda vez, ¡su cama estaba salpicada de sus fluidos y fue entonces que me sentí llegar y justo cuando me iba a venir se la saqué y jalándola del cabello comencé a venirme en su cara!
Ivette recibió mi leche en su cara y trago un poco, su cara de felicidad al recibir mi semen me demostró que aprobaba lo que acababa de hacer, ¡el orgasmo fue fenomenal!
En lo que ella se aseaba yo me guardaba su tanga y reposaba en su cama.
I: ¡Te pasas!
T: Es inevitable, ¡además te veías riquísima!!
Ella estaba molesta y sabía que me mandaría al carajo bajamos y seguimos como si nada, aunque ella me veía entre coqueta y enojada, terminare esto diciendo que gracias a una tragedia, ella no, me mando a volar y continúe disfrutando de su rico cuerpo.
Tyson.