Habíamos quedado con mi amigo Jaime, en encontrarnos en mi departamento para ver una película. Decidimos pues prepararnos para tal evento ( jugos y los famosos pop corn!).
Estábamos listos para la función cuando suena en el momento menos inesperado, el portero. Cruzamos miradas con Jaime y las mismas parecían decir: "esperas a alguien?" y… "no espero a nadie!".
Sin mediar palabra y luego de haber sonado nuevamente el portero, decidí levantarme y atender.
-Hola, quién es?
-Hola… aquí habían solicitado un plomero?
-Ah si es verdad… pero no puede pasar en otro momento?
-Mirá, no sé cual será el problema, pero si no es ahora pasa la solicitud para dentro de 15 días!
-Bien, bueno suba…
Sobre la marcha le dije a Jaime: "vienen a reparar la pérdida de agua en la cocina… ganas de joder!!"
Para esto, los dos estábamos plácidamente sentados en el sillón y ligeros de ropa ya que Jaime llegó bañado y al verme que yo había hecho lo mismo, quedamos en ropa interior.
Suena el timbre y me levanto a atender, abro la puerta y tras el saludo… quedé atónito!! El plomero era una especie de Brad Pitt, George Clooney y cualquier otro potro que se le parezca.
Cuando pasa hacia la cocina, Jaime también quedó impresionado, por supuesto, nuestras miradas lo decían todo. Una vez en la misma, el plomero comenzó con su trabajo, el cual iba a ser rápido porque no era algo grave, me dijo. Mientras tanto Jaime y yo lo observábamos desde el sillón sin quitarle mirada. Los dos llegamos a la misma conclusión: Más allá de su overol, nos derretíamos pensando que habría debajo del mismo. Ya a esta altura, y decididos a todo, comenzamos con un juego (sin saber cuál iba a ser el final).
Empezamos a tocarnos, a hacernos mimos, a besarnos… En lo mejor del juego, teníamos frente a nosotros, a nuestro observador que con una voz agradable nos dijo: "Terminé!"
En ese instante y antes de solicitarle lo que le adeudaba, los dos quedamos paralizados!!!
Nuestro desconocido plomero, comenzó a bajar su cierre del mameluco, muy despacio, y a medida que ello ocurría, íbamos viendo un escultural físico, todo trabajado, musculoso, atlético. Una vez que quedó en bóxer nos pidió arrodillarnos delante de él, y sin decir nada accedimos al pedido ya que lo que se veía era algo imponente. Le bajamos su prenda y… si… era lo que se veía. Su verga era enorme, gruesa, venosa e inmediatamente comenzamos a chupársela y lamerle los huevos. No parábamos un instante porque aquello era algo nunca visto. ¡Qué rico!
En un momento se alejó de nosotros y yo pensando en que estábamos en el paraíso, todo había terminado. Pues NO!! Mientras se masturbaba, me pidió alguna crema, cosa que accedí tan rápido como pude y al volver nos pidió que nos pusiéramos en la cola y nos metiéramos uno o dos dedos mientras él seguía con lo suyo. Tras hacer su pedido nos pusimos con Jaime arrodillados sobre el sillón.
-Quién quiere recibir primero? -dijo!
-YO! -le contesté…
Fue un placer único porque me entró toda de una, metió la cabeza y adentro. Mientras me cogía (y como), Jaime me besaba, cosa que me excitaba aún más. Pasaron unos minutos, y el "homenajeado" fue Jaime que con un poco de dificultad y dolor, logró también su objetivo. Seguimos así por un rato y yo pensando que por un par de días no nos íbamos a poder sentar. Nuestro amigo paró con su trabajo y nos hizo nuevamente arrodillar, mientras él empezaba a masturbarse cada vez con más ganas hasta que llegó el momento sublime. Borbotones de semen saltaban por el aire tratando nosotros de abrir nuestras bocas y recibir todo lo que podíamos, luego le pasamos bien la lengua y todo concluyó sin querer, besándonos con Jaime y degustando lo que habíamos bebido…
Luego de vestirse, acompañamos a nuestro destapador de cañerías hasta la puerta, le dimos un beso, tras lo cual nos dijo: "mañana vengo a cobrarles!"
Cerré la puerta y con Jaime nos fuimos a bañar juntos, sorprendidos y felices, pero además sabiendo que al otro día venían por nosotros!
A pagar lo que debía y cobrar por los servicios prestados…