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Trabajo para la universidad
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Era un día normal, me dirigía a la casa de mi amiga para hacer un trabajo, pero pasó algo inesperado. 

Bueno, les cuento cómo por ir a cumplir con mis responsabilidades terminé cumpliendo una de mis mayores fantasías: todo iba normal, estaba sentado en el computador y estábamos dispuestos a empezar con un extenso trabajo de la universidad, en eso entró la mamá de mi amiga (la cual para mí era una mujer preciosa, tenía unas curvas que me hacían suspirar, cada vez que la veía se me pasaban mil ideas por la cabeza). Nos dijo que si se nos ofrecía algo, mi amiga dijo que quería un vaso de jugo, yo me quedé paralítico viendo su escote, viendo lo increíble que se veían sus tetas. Ella se dio cuenta de que la estaba mirando y se rio, me dio un poco de pena y dije que un vaso de agua estaría bien.

Íbamos por mitad de trabajo, no teníamos afán ya que el trabajo era para la siguiente semana, pero nos propusimos acabarlo ese día; pero en eso empezó lo que para mí ha sido la mejor experiencia de mi vida.

Mi amiga recibo una llamada inesperada de la pareja que tenía, diciéndole que había tenido un pequeño accidente en carro, mi amiga obviamente salió de afán y yo le dije que me quedaría un poco más a terminar el trabajo, me agradeció y se fue.

Ya solo me faltaba darle los toques finales al trabajo, pero de pronto pasó la mamá de mi amiga y me preguntó si ya iba a acabar, yo le dije que sí, que en 5 minutos acabaría y podría marcharme; me dijo que necesitaba ayuda para correr algo pesado, obviamente no me negaría a ayudarle.

Después de acabar el trabajo me dirigí a su cuarto y le pregunté si todavía necesitaba de mi ayuda, ella respondió que sí y me llevo a su sótano, tenía que le ayudarle a correr un mueble (aunque se me hacía inevitable quitarle la mirada, se había puesto un jean ajustado y se le veía un culo irresistible para mis ojos) hubo un momento en el que se cayó algo al suelo y cundo ella se agachó a recogerlo empezó a moverse de un modo raro, parecía que lo hacía a propósito para provocarme, yo tenía una leve erección por las ideas que pasaban por mi mente, dicha mujer se daba cuenta de eso, pero nunca me dijo nada al respecto.

Después de correr el mueble me ofreció un jugo de piña, dijo que si sabía que la piña hacia que el semen supiera más rico, yo me sonroje y le dije que si lo sabía, ella se rio, no sabía si de mi o de la situación tan incómoda, pero no dejaba de reírse. Después hizo la pregunta que hizo explotar un placer si frenos; dijo “¿Te parezco atractiva?”.

Por mi mente solo pasaba que si, que era tan atractiva que las ganas de probar un poco de ella cada vez eran más grandes, pero por respeto le dije que no estaba mal para haber tenido una hija ya, sonrió y se acercó a mí, estaba tan cerca que mi corazón palpitaba a mil, me dijo al oído que yo también le parecía atractivo, que le gustaba lo tímido que era y también el cuerpo flaco que tenía, bajo una de sus manos hacia mí pene y se mordió los labios, en eso dijo que también notaba las leves erecciones que tenía y que le encantaba lo grande que se veía mi pene.

Suavemente bajó hacía mi pantalón, lo desabrochó, le dio un mordisco a mi pedazo de carne sobre el bóxer rojo que tenía puesto, lo saco de su sitio y me dio el mejor sexo oral que nunca antes me habían dado, lo chupaba, lamía y mordía de un modo que me hacía enloquecer, cada vez que lanzaba un leve gemido ella también lo hacía.

Después de un buen y delicioso rato se levantó y empezó a desnudar (yo estaba perplejo, no podía creer lo que estaba pasando) me llevó al cuarto y me tiró sobre la cama, se subió arriba de mí y hacia todo como una profesional, movía sus caderas de un modo tan delicioso que me daban ganas de correrme ya. Me puso las tetas en la cara y dijo que las chupara, lamiera e hiciera lo que quisiera con ellas, lo empecé a hacer pero las ganas de correrme eran inevitables, aunque quería seguir disfrutando de dicho placer.

Unos dos minutos después le dije que no aguantaba más, ella se quitó de encima y me levantó, empezó a chupármelo de nuevo y dijo que me viniera por toda su cara, que quería de mi leche. Después de dejarla toda chorreando de semen empezó a saborearse y a decir que el jugo de piña había surgido efecto, que quería más.

Yo obviamente quería seguir, pero en eso llegó mi amiga y no nos quedó otra opción que dejar todo hasta ahí…

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