Yo era joven, alrededor de 18 años y siempre había tenido ganas de estar con un hombre, me pajeaba mucho imaginando el momento.
Tenía novia y le contaba y hablábamos mucho de mi bisexualidad, a los dos nos calentaba mucho hablar de esas cosas… pero nunca llegamos a hacer nada juntos.
Una vez de entrando la noche, la dejo en su casa y vuelvo a la mía caminando por la playa… en el camino estaba la zona gay, me encantaba pasar por ahí y mirarlo coger, me daba miedo participar, pero las ganas siempre estaban, se me paraba de solo pasar. En el camino, veo a dos chupándose la pija y me dieron muchas ganas de pedirles para acompañarlos, no me animé. Unos metros más adelante, había un tipo, con muy lindo físico y una sunga verde que le marcaba todo, se me hacía agua la boca… pero no me animé de nuevo. Me senté a unos 10 metros de donde estaba él y me empecé a tocar mirándolo, él me miraba y sabía que todo era él.
Al pasar los minutos se me sienta al lado un veterano, que me dijo que me estaba mirando de lejos y me quería acompañar, me saca la mano del pantalón y me empieza a hacer la paja, no me aguanté y se la empecé a chupar, la sensación de tenerla dura en la boca me alzaba más todavía, cuando está por acabar me avisa y lo dejo acabarse adentro de mi boca, que rico que fue. Él me la siguió chupando hasta que yo acabé adentro de él. Nunca había disfrutado tanto.
Más tarde esa noche, mi novia viene a mi casa, porque habíamos quedado… sin contarle nada le bajé la pollería que tenía y le empecé a romper el orto, me gritaba que le dolía pero que no parara, yo no podía parar de pensar en la pija del veterano en mi boca. Esa noche cogimos un montón de veces, y nunca me había alzado tanto con ella, claramente era el viejo que me tenía así.
Nunca más estuve con un hombre, pero nunca se me fueron las ganas…