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Mis aventuras con Srita Annonima (2): Bluetooth
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Lunes por la mañana, suena el despertador, adormilado estiro el brazo para apagarlo mientras te levantas.

-Buenos días guapo, lamento la hora pero tengo un día muy atareado -me dices después de darme un tierno beso en los labios.

-Voy a estar todo el día en la oficina, te dejo el desayuno en la cocina…. tengo una sorpresa para ti, pero tendrás que esperar al final del día -continuas mientras te diriges al baño, escucho el sonido de la regadera antes de quedarme dormido de nuevo.

Despierto, solo para observarte mientras te arreglas. Sentada en la cama subes lentamente tus medias hasta el muslo, me encantan esas medias, con calma las abrochas al liguero, sabes que te observo, sonríes, esa sonrisa irónica en tus labios me excita -es parte de tu sorpresa, no hagas trampa -susurras mientras te levantas y tomas una mini falda del closet, dándome la espalda comienzas a ponértela, es tu falda favorita, apenas alcanza a cubrir tu delicioso trasero y a cada paso que das puedo ver el encaje de tus medias. Un brasier de media copa complementa el conjunto y antes de salir de la habitación tomas una blusa color vino.

Despertar en tu cama es raro, cualquier otro se preocuparía porque no regrese tu marido de improvisto, pero sé que ese no es el caso, esta fuera de la ciudad y tardara por lo menos una semana más en regresar, me levanto despacio, desnudo me dirijo hacia la regadera. Después de tomar un baño comienzo a prepararme, no tengo mucho que hacer, pedí mis vacaciones exclusivamente para estar contigo así que tengo todo el día para holgazanear.

Arrojo la toalla con la que me estoy secando y escucho un golpe seco, tire algo, así que me levanto de la cama y recojo la toalla, bajo ella encuentro una caja blanca con rosa, en la parte frontal puede leerse la marca de un vibrador aunque la caja parece estar vacía.

Ya me habías mencionado algo al respecto, lo compraste hace tiempo pero cuando le propusiste usarlo, tu marido te dijo que no y no volviste a tocar el tema, pero tu marido no está y creo que tendré que arruinar la sorpresa, reviso la caja con detenimiento y encuentro el instructivo. Tengo facilidad con los aparatos tecnológicos y este no es la excepción, la conexión es mediante bluetooth y puedo manipularlo desde mi celular, solo es necesario descargar la App del fabricante, lo cual hago inmediatamente.

Sin hacer ruido abro la puerta de tu oficina y me quedo en la entrada, me observas de re ojo, sonríes sin retirar tu mirada del monitor, estas presentando los avances de tu trabajo y puedo escuchar la voz de al menos cuatro personas diferentes en la sesión, con el celular en la mano me conecto al vibrador y lo enciendo, tus ojos se abren al máximo, me miras nerviosa y ligeramente mueves tu cabeza diciéndome "No".

Empiezo por el nivel más bajo, tu mirada me dice que estas nerviosa y quieres que me detenga, pero los dos sabemos que te estás excitando.

-¿Ocurre algo señorita…? -pregunta una voz masculina desde la computadora.

-Nada, disculpen me distraje por un segundo -contestas fríamente.

-Continúe por favor -esta vez es una mujer la que habla, la situación se vuelve cada vez más interesante, no esperaba que hubiera alguna otra mujer en la sesión.

Subo un poco más la intensidad, solo un poco, intentas mantener el control, recuperas el aplomo y sigues presentando. Actúas como si no pasará nada, sonríes, te observan. Aprovecho una pausa, alguien está hablando mientras vuelvo a subir la intensidad, desde mi posición puedo ver cómo das un ligero salto, eso te sorprendió, aprietas las piernas y los labios para contener un gemido, volteas a verme con ganas de asesinarme, pero sonríes con complicidad, te está gustando el juego.

Discretamente bajas una de tus manos hacia tu entrepierna, si tan solo pudieras quitarte el vibrador, pero las medias y tus panties te lo impiden, así que únicamente pasas las manos sobre tu vagina levemente. La junta continúa, tienes que seguir presentando, así que bajo un poco la intensidad, te recompones, empiezas a hablar de nuevo, por mi parte cambio de modo, no quiero que vibre, quiero que empiece a oscilar un poco, el cambio te toma por sorpresa y comienzas a sudar ligeramente, tu humedad aumenta y sientes como empieza a llegar a tus muslos, intentas acomodarte de nuevo en la silla pero eso solo provoca que el vibrador tenga mejor contacto con tu punto G.

Cierras con más fuerza las piernas, te cuesta trabajo contener los gemidos, las demás personas en la sesión te observan fijamente, las palabras comienzan a atorarse en tu garganta, alguien pregunta si estás bien, sonríes y contestas que sí, únicamente te trabaste un poco.

Mientras ellos discuten sus puntos de vista aprovechas una oportunidad y me mandas un mensaje desde tu celular, "Detente" es lo único que alcanzas a decir.

El vibrador se detiene, te relajas, aunque en verdad quisieras no haberlo pedido, el vibrador comienza a moverse de nuevo, quedan 10 minutos para que la sesión termine y pienso aprovecharlos.

La intensidad del vibrador va subiendo poco a poco, las personas de la sesión te felicitan por tu excelente trabajo, eso no te importa, tú lo único que quieres es que termine la sesión para poder gemir, agradeces sus elogios con sonrisas, sabes que si abres la boca lo primero que saldrá será un gemido de excitación, la intensidad del vibrador sigue subiendo, la sesión termina, antes de que puedas levantarte de la silla la potencia del vibrador va al máximo, explotas en un largo orgasmo, tu vagina comienza a contraerse, tu flujo corre como el agua, no puedes sostenerte y tú orgasmo no se detiene, empieza uno nuevo, te falta la respiración, tu corazón late desbocado, comienzas a gemir con más fuerza.

Poco a poco comienzas a recuperar el control, la intensidad del vibrador comienza a bajar, te recompones el cabello, volteas a verme con cara de querer asesinarme, está vez es en serio, antes de que puedas decirme cualquier cosa suena una alerta en la computadora, tienes una nueva sesión.

Parece que alguien va a pasar todo el día sentada frente a la computadora, con un vibrador puesto e indefensa.

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