back to top
InicioConfesionesLa virgen soñada

La virgen soñada
L

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando empezaba mi vida de adolescente, es decir después de los 19 años, ingresé a la universidad en la capital de mi país y comencé a estudiar una ingeniería. Siempre fui un joven muy familiar, sobre todo con mi prima Jacke, mi amiga ideal a la que le contaba mis sueños y las diferentes aventuras con mis novias y todo lo que hacía en el sexo. Nunca pensé, que ella también, a pesar de nuestra familiaridad, estaba interesada en entregarme su virginidad de una manera casual y en el más grande sentimiento de amor, el cual nunca sentí, a pesar de su hermosura de una niña de 20 años.

Todo ocurrió cuando en vacaciones regresaba a mi ciudad en el centro del país, siempre salía con ella y crecía cada día más, sus tetas y sus nalgas eran más provocativas, nunca salíamos porque departíamos en su casa, tomamos licor en varias ocasiones y todo ocurría dentro de la relación de amistad con la prima. Todo sucedió en un diciembre que llegué y la invité a salir a bailar y a tomar unas cervezas. Me dijo que se iba a poner bonita y que salíamos a partir de las ocho de la noche a una discoteca famosa de la zona rosa del centro. Así fue, pasé por ella, lucía un jean muy ajustado, que dejaba ver un culo muy bien formado y además se le marcaba un cuquita linda, una blusa ombliguera que permitía ver sus téticas hermosas por el escote bastante pronunciado, estaba realmente bella.

Llegamos al lugar esperado, pedimos una cerveza para compartirla juntos. A medida que charlábamos y tomábamos licor, le insinuaba lo bella que estaba y ella sonreía muy pícara. La invité a bailar un reggaetón, ese baila de origen puertorriqueño se presta para acercarse demasiado, especialmente por la cola, aprovechaba para sobarle mi verga que estaba caliente y erecta y ella no decía nada, se volteaba y dejaba su cara frente a mí y bailábamos muy pegados y de igual manera le acariciaba su cuca apretada que por el jean se notaba y le arrecostaba mi verga cada vez más fuerte.

Continuaba la tertulia y sentía que mi verga estaba mojada y pensaba que la cuca de ella debía también estar echando lechecita después de semejante apretón. Continuamos bailando y cada vez más cerca el uno del otro, hasta que ella buscó mi boca y me beso en una forma apasionada mientras le apretaba sus tetas con mi pecho, como era oscuro en la discoteca, baje con cuidado mi mano y le toque su cuquita y sentí que se estremeció y no dijo nada, en ese momento estaba convencido que esa noche era el desflore de ese virgo, ya que tenía el pleno presentimiento que era virgen y que todo el tiempo lo había guardado para mí.

La sentía cada vez más con un entusiasmo de querer hacer el amor. Ya era la madrugada y habíamos tomado bastante cerveza, la besaba, le acariciaba su cuca por dentro del pantalón, sacaba lechecita y la chupaba y la sentía con sabor a licor, en un momento sentí que su mano apretaba mi verga y comenzó a masturbarme, todo era silencio, nadie pronunciaba nada, solo actuamos llenos de placer, la cargue y la lleve hasta el carro y la senté en el asiento de adelante conmigo y antes de arrancar la bese y le quité la blusa y comencé a chupar estas tetas lindas que siempre había soñado acariciar.

Ya dentro del carro le quité el jean y quedó en unos pantis diminutos, que con el mayor cuidado retire y sin pensarlo dos veces le baje hasta el coño y le pegue una mamada que hizo que ella gritará del placer y a la vez bajó sobre mi boca toda ese leche caliente que había guardado por tanto tiempo. Arranque en el carro y me miraba con un sentimiento de amor muy grande, no pronunciábamos palabra, solo era el actuar en ese momento de éxtasis.

La llevé a un motel en las afueras de la ciudad de nombre los ángeles recuerdo, el carro entraba hasta la habitación en el respectivo garaje, la saque en mis brazos y la acosté en la cama, parecía un ángel, me quite la ropa y me bañe, ella me acompaño y en la ducha le chupe de nuevo la conchita rica y ella más liberada me pegó la primera mamada haciéndome derramar y se tomó la leche.

La lleve de nuevo a la cama y sin pensarlo le metí mi verga en esa concha hasta la raíz, exploto en una alegría inmensa, era una culeada nunca vista, estaba ansiosa de tener una verga adentro me decía mientras me besaba, salió una muestra de sangre que no le produjo dolor, por el contrario, le producía mucha alegría, se vino varias veces, era lo que siempre espero y lo consiguió de su primo.

Después le di la vuelta y la puse en cuatro patas, pude ver su cuquita con rastro de sangre muy poca, pero también iba por el otro virgo que era su culito, no podía terminar la faena sin explorar esa cola tan bella y así fue, la acomodé bien y le agache la cabeza y quedo con esa colita parada y al descubierto y le metí mi verga hasta el fondo, trató de gemir al sentir mi pedazo adentro, le di clavo hasta derramarme en su culo y ella se sentía muy feliz, se lo saque y se lo volví a introducir en la conchita ya desvirgada y terminamos dormidos con el adentro.

Al día siguiente nos levantamos y la lleve a su casa y desde ahí somos amigos cada uno con su hogar y no comentamos nada de esa noche inolvidable.

Estoy aquí para cualquier consejo: [email protected].

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.