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Sueño de navidad
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Os voy a contar el sueño que he tenido esta noche, voy a crear unos nombres ficticios, no quiero que esto pueda traer algún problema.

Era una nochebuena en la que estaban mi amiga y su pareja los dos solos en casa, pasando la navidad como se puede ahora que estamos bajo las restricciones de la pandemia. Esa nochebuena tan extraña cenaron lo típico, unos mariscos, un vino, un dulce típico de navidad, en fin, lo normal, y al estar solos en casa y ser una noche especial había sexo, mucho sexo, una autentica noche “buena”.

Estando en un descanso, después de tanto sexo, el chico le preguntó a mi amiga: -Que quieres para Reyes?

Ella, estando aun excitada y con la mente pervertida, se le ocurrió decirle que un trio con otro hombre. A los pocos segundos y después de ver la cara de su chico, le dijo que era broma, a lo que él le dijo que, si eso quería, eso tendría.

La cara de ella era un poema, entre felicidad y desconcierto. Pero todo se pasó cuando el metió la cara entre sus muslos y le hizo uno de los sexo oral que jamás había tenido mi amiga.

Pasaron los días y su pareja le pregunto que si ya sabía con quién iban hacer el trio, mi amiga le contesto que sí, que más o menos tenía un candidato, pero que lo tenía que mirar mejor.

Un día estando sola en casa me mandó un mensaje y me explicó la situación, yo estaba con los ojos como platos, nervioso. Estuvimos hablando un buen rato y aun que a mi no me hacía falta que me convenciera, quería saber si ellos estaban seguros de que es lo que querían.

Confirmado que tanto él la quería complacer, y que ella según me lo decía se iba excitando, mi decisión estaba claro. Claro que sí.

Llegado el día me fui a su casa donde estaban los dos esperándome, ella me abrió la puerta y me presento a su chico, que aun que ya le conocía nunca me lo habían presentado. Nos sentamos en el sofá y empezamos a hablar, el chico se levantó para ir a la cocina a traer algo de beber, mientras Raquel y yo no parábamos de mirarnos y sonreír con una ligera cara de picaresca. Tras unas cervezas en casa y un rato de charla, decidimos pasar a la acción. En el sofá, mi amiga comenzó a acariciar la entrepierna de su chico con el pie, rápidamente, se excitó y agarró los pechos, desabrochando la camiseta y comenzando a lamer sus pezones, mientras subía la excitación de los tres.

Mi amiga le bajo el pantalón y comenzó a chupársela, me llamo y empezó hacer lo mismo conmigo. Se arrodillo y fue alternando las mamadas. Finalmente, llego a meterse las dos en la boca… no sin alguna dificultad.

Nos fuimos a la habitación, él comentó que estaba algo nervioso, así que sin miramientos Raquel se quitó toda la ropa y se tumbó en la cama mientras le decía que fuera hacia ella mientras yo me quedara en un lado de la cama sin hacer nada. Le practicó sexo oral a ella, mientras yo observaba desde el sillón, muy excitado. A continuación, se colocó a cuatro patas, mirando hacia la parte de la cama que yo estaba y mientras la penetraba, Raquel comenzó a jugar con sus manos y mi miembro. Los movimientos de empuje de su chico, la acercaban y retiraban en un excitante vaivén.

Posteriormente, le dio la vuelta, abrió sus piernas y siguió penetrándola con su bien dotado miembro, mientras la cabeza de mi amiga rebotaba en la almohada. Tras su primer orgasmo, quiso volver a probar la doble mamada, tuvimos que aguantar para no eyacular a la vez.

Las posturas que podíamos llegar a realizar y el placer que estábamos teniendo los tres no lo sabía nadie, los pezones de mi amiga estaban súper duros, las nalgas completamente rojas de tanto azote, y claro al ver ese culito con ese color, no tuve más remedio que empezar a jugar con esas nalgas, con mi lengua, mis manos, uno de mis dedos, muy lentamente entraba en ella, dilatándolo, poco a poco, mientras el agarraba su cabeza y la obligaba hacer una garganta profunda.

Nos tumbamos los tres en la cama e intentamos una doble penetración. Gracias al gran miembro de su chico, la penetró por detrás mientras yo lo hacía por delante. Se subió encima de mí y empezó a cabalgar mientras su chico poco a poco iba abriendo su culo más y más. En esa postura Raquel llego a tener otros dos órganos casi juntos.

Nosotros ya no aguantábamos más, así que cambiando de posición y volviendo a la que teníamos en el salón, los dos nos pusimos de pie en la cama mientras ella de rodillas se volvía loca jugando con nuestros miembros. Su chico no pudo más y acabo primero corriéndose en su cara y boca, mientras yo, al ver su deliciosa cara llena de leche, tampoco aguanté mucho y me corrí encima de sus pechos.

Acabamos los tres tumbando en la cama, con los dedos deslizando por su cuerpo toda nuestra leche, mientras ella relamía y nos besaba mordiéndonos los labios.

Su chico le pregunto que, si le había gustado el regalo de reyes que había tenido, a lo que ella le dijo que si, que había sido una fantasía que siempre quiso realizar con “sus dos hombres”.

Yo me fui hacia la ducha y me vestí para irme a mi casa, con cara sonriente me despedí de ellos y les dije que si algún día querían repetir…

Espero que les gustara el relato que les conté hoy tanto como a mi soñarlo.

Saludos y felices fiestas.

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