Antes del domingo aquel en el que el chico de la verdulería se cogió a mi mujer delante de mí, y después que los encontré en la cama, de volvieron a encamar sin decírmelo.
Este relato es casi narrado en su totalidad por ella, solo que lo cuento yo en su lugar, y en él me confiesa que está preparando al chico para que me haga el culo a mí.
Habían pasado varios días desde la tarde en la que Matías, el chico de la verdulería se había acostado con mi mujer.
El pibe no llamaba y a ella le daba cosa ir a comprar algo para verlo y hablar con él, tenía miedo que el muchacho se haya arrepentido de lo que hicieron o que quizás piense que ella era muy mayor para él o tanto no le había gustado y solo se acostó con ella por compromiso.
Se sentía algo angustiada, realmente le había gustado el pibe y tenía esperanzas en hacerlo a su medida enseñándole todo lo que debía saber para satisfacerla, era joven, lindo, tímido, sumiso, tenía un físico bárbaro, un pene hermoso, y algo muy importante, estaba muy cerca y lo podía tener seguido.
Eran varias las razones por las que estaba tan interesada, a mí también me convenía, si establecía algo más continuo con este chico pensé que podía dejar de ir a la casa de su amante Daniel, ese hombre no me convencía del todo.
Finalmente se animó y fue a comprar un par de pavadas para tener una excusa y preguntarle qué pasaba, cuando algo se le mete en la cabeza a mi mujer, nada ni nadie la puede detener, y desde que le di vía libre para encamarse con quien quiera, se transformó casi en una ninfómana, tenía la libido a la máxima potencia.
Cuando lo vio, se le acercó y le dijo si quería pasar esa tarde por casa, y el chico contestó…
-¿su marido va a estar?
-no, te prometo que no va a estar sino querés, pero mirá que no pasa nada, él no tiene problema en que vengas.
-prefiero que estemos usted y yo solos.
-bueno, te espero esta tarde, voy a estar solita para vos.
Y así fue, minutos después de las 13 horas tocó el timbre de casa, ella lo recibió envuelta en un toallón porque se acababa de dar una ducha, le ofreció que se meta un rato en la pileta mientras ella terminaba de prepararse, y él volvió a decile como la primera vez que no tenía short de baño, entonces ella le dijo…
No importa mi amor, métete desnudo, el paredón que rodea la piscina es alto y no hay edificios en los alrededores, nadie te va a ver más que yo, y ya te vi desnudito.
El chico se animó y fue al fondo donde estaba la pileta y se quitó la poca ropa que tenía puesta y se metió al agua, unos minutos después Lau se acercó y le pidió a Matías que se siente en el borde con los pies en el agua, ella seguía envuelta en el toallón.
Se lo quitó y obviamente estaba desnuda, se metió en la pileta, camino en el agua un par de metros hacia donde estaba sentado Mati que estaba en la parte donde se hacía pie, Lau se paró entre las piernas abiertas del chico y empezó a acariciarle los muslos.
Casi inmediatamente el chico tuvo una fenomenal erección y mi mujer no dudó un segundo en chuparle la pija, en realidad esa era su intención de entrada, comenzó a besarle los huevos, el pibe se echó levemente hacia atrás apoyándose sobre sus codos y la dejó a ella hacer lo que quería.
Laurita lamió delicadamente esa cabezota divina que la tenía loca, y de a poco se fue metiendo esa hermosura entre los labios, hasta tenerla toda entera en su boca, lo pajeo y se comió toda la verga, se la sacó de la boca y se la volvió a meter varias veces, el chico tenía el orgasmo a punto y ella se dio cuenta por el líquido preseminal que le estaba dejando en la boca.
Entonces sin dejar de pajearlo suavemente le dijo desde adentro del agua…
-¿qué querés hacer amor, me das la lechita en la boca y me la trago, o me querés coger?
Ella pensó que al haber sido la primer mujer con la que estuvo el chico, debería estar bien sano y por eso deseaba tanto tragar su esperma, para su sorpresa el chico le respondió…
-las dos cosas Señora.
El hecho de que la trate de usted, la ponía mucho más cachonda, le encantaba eso.
-ay chiquito ¿vas a poder dos veces en un par de horas? Me volves loca nene.
Y sin esperar más, se comió prácticamente la poronga de Matías, empezó a masturbarlo al mismo tiempo que succionaba su glande con dulzura hasta que el jovencito anunció que no podía más y que ya acababa, al oírlo mi mujer le pidió…
-dale mi vida, dámela toda cielito, dame tu lechita bebé, quiero tomármela toda mi amor.
Entonces empezó a recibir ese líquido blanco y espeso, a medida que iba saliendo, ella se sacaba la pija de la boca y se quedaba mirando como caía, al salir un hilo de semen, se la volvía a poner en la boca y se lo tragaba, la chupaba un poco más y se la quitaba de la boca para ver su esperma caer, y antes de que llegue al piso, la volvía a rodear con sus labios y se lo tragaba todo, así le fue tragando hasta la última gota, cuando vio que no le salía más, retiró la verga de entre los labios, le pasó la lengua y le dio las últimas lamidas para asegurarse que quede bien limpita, y le dijo:
-mmm mi amor, que rica lechita me diste, me encantó tragármela toda, ¿me la vas a dar en la conchita, no? No me vas a dejar así papi.
Estaba recaliente, claro ella no había acabado estando con medio cuerpo en el agua y solo preocupada por hacerlo acabar a él y lo que más le importaba, saborear y tragar su semen.
Él le dijo que si, que la quería coger, pero no ahí en la pile, ella se lo llevó a nuestro cuarto y a nuestra cama.
Allí él, que estaba aprendiendo rápido cuáles eran las cosas que le gustaban a mi mujer, la hizo acostar con las piernas bien separadas y hundió su boca en la concha re contra empapada de flujo, casi chorreaba de la calentura que tenía, la tomó de las muñecas casi como simulando que la obligaba, si le faltaba algo a ella para volverla loquita del todo era eso, la retuvo fuertemente con sus manos y le pasó lascivamente la lengua por toda la vagina dándole unos lengüetazos fenomenales, ella gritó y se contorneo como un reptil, estaba desesperada recibiendo ese placer en su vagina con sus manos agarradas.
-Ay por favor mi amor, basta no me hagas acabar así, ohh por Dios quiero tu pija, quiero sentirla adentro mío, mmmm ohh, quiero tu pija amor por favor dámela mi cielo.
Entonces él le preguntó si quería que use un cordón, ella le contestó…
-Si voy a ser la única con la que no uses nada, entonces quiero tu leche adentro mío, pero me lo tenés que jurar.
-Se lo juro señora, con usted sola lo hago, no hay otra mujer para mí.
-no uses nada amor, pero solo a mí, podes estar con otras mujeres pero cuidándote, sin usar nada solo lo haces conmigo.
-Si si, no hay otras mujeres.
Entonces el chico la penetró a pelo, ella moría por hacerlo así, le fascina sentir una pija al natural y no con cualquiera se puede, él la besó en la boca, era extraño porque hasta ahora no la había besado, después le dijo que le daba pudor besarla, cogerla podía pero besarla era como más íntimo parece, pero bueno al fin la besó mientras le daba unos hermosos pijazos y la hizo gritar y acabar como a una yegua mientras Lau le volvía a pedir…
-Lléname de leche mi vida, dámela toda, oh mmm por favor cogeme papi, dame tu lechita toda toda mi amor, no dejes nada, mi vida ohh soy tuya mi amor, lléname la concha papi.
Quien puede resistir a una mujer rogando de esa forma que la llenen de leche, el chico se quedó secó acabándole adentro, le dio hasta la última gota.
Luego Laura más tranquila y fría, le dijo muy en serio que no pretendía que no salga y se acueste con otra mujer o con alguna chica de su edad, pero que si lo iba a hacer con ella sin cuidarse, quería estar segura que no haga lo mismo con otras, por lo menos mientras se la siga cogiendo.
Suponemos que el pibe lo entendió y que cumplirá su palabra.
Se quedaron desnudos en la cama un rato más mientras se hacía la hora en la que Mati tenía que volver a su trabajo.
Lau se estaba volviendo a excitar, se tocó ella misma sus pezones muy delicadamente con las yemas de sus dedos índice y pulgar y le dijo…
-mírame bebé, mírame las tetas, ¿ves? así me gustaría que me toques.
Entonces tomó las manos del chico y las llevó a sus pechos, él tomó sus dos timbrecitos erectos y duritos y se los acarició como ella le había enseñado, de inmediato vio como la pija empezaba a levantarse otra vez, (el pibe era un semental, y obvio eso la volvía loca a mi putita) Lau se tocó la concha y ya estaba mojada (siempre lista) con su propio juguito empapó la verga del muchacho acariciándola toda, que ya estaba empalmado, ella tuvo un mínimo instante de lucidez y miró de reojo el reloj despertador que estaba sobre la mesa de noche y se dio cuenta que no había tiempo para un tercer polvo.
Muy a su pesar, lo frenó y sin dejar de acariciarle esa belleza redura, le dijo…
-Mi amor, quiero que vengas el domingo cuando salís del trabajo, a la tarde no abren y podrías pasarla en casa conmigo.
-pero va a estar su marido.
-mi marido disfruta ver como un hombrecito como vos me coge y me hace gozar.
-pero yo no quiero que él me vaya a tocar el culo cuando está detrás mío.
Ella sonrió y dijo…
-¿ese era tu temor? No, mi amor olvídate, él no te tocaría el culo a vos, al contrario, a él le gustaría que vos se lo toques.
Puso cara de sorpresa, pero no pareció espantarse por la posibilidad de tocarme el orto.
-bueno, entonces sí vengo.
-buenísimo, además a mi me encantaría que el vea como me coges y todas las cosas que le haces a su mujer, no hay placer más grande para los dos, que me vea con las piernas abiertas con otro hombre.
Y allí vino la pregunta que jamás debe hacer un hombre a una mujer a la que se acaba de coger…
-¿le gusta como la cojo señora?
-me encanta mi vida, y me fascina que me trates de usted, me calienta mucho, no dejes de hacerlo bebé, el domingo me voy a tragar tu lechita otra vez para que lo vea mi marido, y ahora vestite y andate que no quiero que llegues tarde y te reten.
Le dio un apasionado beso en la boca, literalmente se la comió y el chico se vistió con la incomodidad de tener el pene duro y bien parado.
Ella lo vio y sonrió feliz, sabiendo que muy pronto se lo va a volver a voltear, y esta vez frente a mí, pero eso se los contaré en el próximo relato y con los detalles vistos por mi en persona, algo me dice que habrá una extensa serie de aventuras con Matías.
Continuará…
Espero que les haya gustado y pueden dejar un comentario aquí o escribirme a mi correo [email protected].
Besos a todos mis lectores.