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Las continuas aventuras de Araceli
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después del primer encuentro con Araceli no la podía sacar de mi cabeza, recordaba cada parte de su cuerpo, los besos y la dinámica que tuvimos en la cama parecía que fuera de años y era algo que tenía que repetirse ansiando el momento de volver a vernos, por parte de ella era todo lo contrario, si bien quería la relación aún tenía que ver cómo resolver la que situación en casa, su hija curiosamente le pregunto ese día que regreso a casa en la noche que “olía raro, distinto” cosa que la ponía más nerviosa.

Teníamos chistes “locales” entre nosotros ya que como comenté hablábamos de todo y lógico de los ex que ella a modo de burla decía que eran mis 500 mujeres y ella se “sumaba a la lista” por eso la 501 o en mi caso al ser muy atractiva de siempre le comentaba que el afortunado había sido yo al andar con una “Reyna de belleza” y lógico, yo no era el único pretendiente, pero en ese momento siento que fui el más decidido, para poder verla y que nuestra relación creciera en varias direcciones.

Los mensajes iban y venían, de lo que le había gustado, de sus inquietudes pero el más memorable fue “me hiciste todo lo que me escribiste” a lo cual reíamos y reímos a la fecha, pusimos una nueva fecha la cual no podía dejar de pensar en el siguiente encuentro, nos vimos en el punto acordado y para variar se veía exquisita, ella sabe que tiene un culo espectacular a lo cual llevaba un pantalón muy pegado, botas, una blusa y un suéter, al vernos nos besamos ella tomándome por el cuello y yo en sus caderas, caminamos al hotel pero aun lo hacía con nervios y si bien se “supero” el hecho de entrar al hotel por las experiencias no tan gratas ahora era el hecho de “alguien que nos conozca nos vera” que si bien era una posibilidad las probabilidades eran muy pocas y tomábamos a broma esa frase.

En la espera de la habitación podía ver ya sus ansias al morderse los labios y jugar con sus manos, nos instalamos en la habitación que daba hacia a calle lo cual no cerramos completamente la persiana dejando entrar un destello de luz y posiblemente la mirada de alguien con mejor visión y más tiempo libre, como un ritual nos besamos, nos acariciamos y me hinque para rezar por ese exquisito culo que me había mandado dios, dar gracias por lo que me iba a comer dejando ver una lencería coqueta y sexy, muy distinta a la de la primera vez y sin decir más empecé a mamar su deliciosa conchita, lo disfrutaba mucho, escucharla gemidos y mover sus cadera es una delicia mientras la mamaba le quita el calzado y le termine de bajar el pantalón y ropa interior, volteándola dejándola en cuatro y mamándole el culo, besándole las nalgas, le quite la blusa y le desabroche el bra dejando al aire esas exquisitas tetas, metiendo mis dedos entre sus piernas y masturbándola y mi otra mano en su boca la culo sentía la presión en mis dedos tanto de sus labios como de su boca ella veía mi expresión y diciendo suavemente… así te voy a hacer.

Me quito la playera, me bajo el pantalón sentada en la cama y sacando mi verga la mamo, mil veces mejor que la vez anterior, la chupaba, pasaba su lengua, le pedí que me chupara los huevos los cuales se metió de un bocado sin dejar de masturbarme, me acostó en la cama para seguir mamando mi verga y yo meter mis dedos en su conchita, me acomode de lado para hacer un 69 y subiéndome un poco más le mame el culo dejándole una marca justo al lado del ano, me recosté en la cabecera de la cama y ella sobre mi metiendo mi verga de un sentón pase mis manos sobre sus tetas, en esta ocasión le dije que si le podía tomar unas fotos o video a lo cual con su mirada respondía con un NO, pero entre besos y el calor nos tomamos fotos y video, se veía impresionante en las imágenes.

Me volvía loco recostarme en la cabecera de la cama y que mamara mi verga viendo en el espejo su culo reflejado al aire, cual felino iba subiendo ante mí y se sentaba en mi verga poniéndome sus tetas en mi boca, moviendo sus caderas en círculo y rápido, tomándole de sus nalgas y darle duro, ponerla en cuatro es un espectáculo increíble, verla abierta y tenerla para mí, dejándome eyacular en su conchita deliciosa.

En la etapa de convencerla de hacer el amor una de sus preocupaciones era quedar embarazada de mí, a lo que le comenté que yo estaba operado y ya no podría embarazarla, y ya con esta situación disfrutaba mucho el hecho de sentir como se llenaba de mi leche.

Entre acto y acto, nos descubríamos, nos veíamos cada parte de nuestro cuerpo, platicábamos reíamos, nos sentíamos revitalizados de estar juntos no había un momento que no dejáramos de tocarnos que hasta la fecha seguimos haciendo. Antes de irnos hicimos nuevamente el amor y cada vez lo hacíamos mucho mejor, nos fuimos a bañar y en esta ocasión Araceli saco un frasquito con shampoo, diciendo que la vez anterior le hicieron el comentario que “olía distinto” entonces para no levantar sospechas llevo sus propios aditamentos, nos metimos en la regadera lo cual ha sido sumamente relajante, independientemente si hacemos el amor o no, bañarnos recorrernos bajo el agua es delicioso, y a diferencia de la primera vez la pude penetrar mucho mejor ya que acoplarnos fue casi natural e instantáneo.

Saliendo de la regadera nos empezamos a vestir lo cual pude observar que si bien traía su shampoo también llevaba un par extra de ropa interior y al preguntarle por qué la llevaba me dijo… es que pienso en algún punto me pedirás mi ropa interior y al irnos por lo menos podre ponerme algo… lo cual hizo que riera y entre risas y besos, al verla sentada y ponerse sus calzado me acerque y sacándome nuevamente mi verga se la puse en su boca, me mamaba (y aun lo hace) increíble, con mis manos le recogí el cabello y ella se dedicaba a recorrerme, para mi fortuna estábamos al lado del espejo así que tenía dos ángulos para admirar el arte que le hacía a mi verga dura, tomándola por la cabeza empecé a cogerla por la boca, veía como tenía los ojos cerrados hasta que por fin, le deje ir un chorro de mi leche en su boca, a lo cual me regreso mordiéndome la verga, solo para gritarle… ¡dientes, dientes!… abriendo su boca con una carcajada no le quedó otra más que tragarse mi leche, después termino de limpiarme la verga con su lengua lo cual era maravilloso de ver, como subía y bajaba su cabeza, su lengua jugar con mi verga y su boca ejerciendo aun presión sobre la misma. Al salir de la habitación aprendí que Araceli llevaba un par más de ropa interior (que sigue haciendo) y que ese día fue la primera vez que alguien eyaculaba en su boca y probaba y se tragaba el semen de alguien y las sorpresas seguirían…

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