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Paulina una joven caliente
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Paulina es una joven que en esa época tenía 18 años, la típica joven calienta huevos que se le ofrecía a cualquiera a cambio de nada, media 1.57 de estatura, pechos paraditos, cinturita y nalgoncita, su hermana es mi amiga y ella la metió a trabajar en la misma empresa en la que trabajábamos, nos ayudaba a todos, me encantaba como me zorreaba, pero por mi amiga la respetaba.

Pero a ella le encantaba calentarme, ella fue la razón por la que me termine cogiendo a Clara en la calle, ya que me dejo tan caliente ye so que, según yo, a mis 23 años me sentía superior a ella.

Una ocasión su hermana tuvo que salir y me dijo:

-Amigo te puedo encargar a Pau… es que no va haber nadie en casa y no quiero que se quede sola.

T: ¡Mmm! ok, pero que hago con una chica de 18 años!

Ella sonrió y me dijo, no se llevarla al cine por ejemplo o a comer te espero el sábado a las 3 en mi casa ok.

Se me hizo un poco tarde ese día llegue casi a las 4 de la tarde, pero Evelia ya no estaba, solo estaba Pau.

P: ¡Hola! pensé que nunca llegarías!

T: -Perdón se me hizo un poco tarde!

P: No te preocupes, ¡pues vámonos ya!

T: ¡Vámonos!

Ella llevaba una minifalda negra, zapatos bajos y una blusita blanca pegadísima, se veía riquísima y yo a mis 23 años no veía tan mal desearla un poco, fuimos a comer y al cine, yo aprovechaba cada ocasión para darle un arrimón o tocarle sus ricas piernas.

Terminamos en un wings army, con todo y lo que podía suceder le invité unas cervezas, en ese momento recibí una llamada.

E: Hola, oye podrías entretener a Pau un rato más, es que aún no llego a casa

T: ¡Ay Evelia! Pero está bien, ¡yo me encargo de tu hermana!

Pedí otra ronda de cerveza y le dije a ella que estaríamos más tiempo juntos, bebimos y reíamos demasiado, hasta que ya un poco entrando la noche le dije…

T: Ay Paulina, de verdad no sabes cómo me encantas

P: ¡Jajá! en serio? ¡Jajá!

T: ¿Por qué te ríes? no me crees?

P: ¡No jajá! tú eres un picaflor y solo buscas quien se deje!

T: ¡Pero tú no te quedas atrás, si bien que coqueteas con todos…somos iguales!

P: Sabes admito que me gustas, pero Evelia esta tras de ti y no quiero broncas con mi hermana.

T: Ella solo es mi amiga y tú me encantas, me excita como te muerdes tu labio frente a mí, como cruzas tus piernas enseñándome todo, ¡uf! no sabes las ganas que te traigo nena

P: ¡Tyson me vas a convencer ya párale!

T: ¿O tu no deseas nada?

Me acerqué lentamente a ella y comencé a besarla, ella no se negó y acompaño la acción, nuestras lenguas se entrelazaban, sus labios y los míos se llenaban de saliva, mis manos acariciaban sus deliciosas piernas, ella gemía suavecito y me besaba el cuello, yo hice lo mismo con su oreja y cuello fueron de mi boca mientras su mano acariciaba mi entre pierna.

Sin decir más, pagué la cuenta y salimos rumbo al primer hotel que encontramos, pedí la habitación, nuestras ganas no podían más, al entrar nos besábamos muy pasionalmente, ¡mis manos recorrían todo su joven y rico cuerpo!

T: ¡Como te deseo muñeca!

La acosté en la cama mientras me quitaba mi camiseta, ella me acariciaba la espalda me mordía los hombros, yo le quite su blusita y vaya que delicia encontré, los pechos más firmes y duritos que hubiese tocado, quite el sostén y comencé a besarlos con mi lengua, desde su cuello baja a sus ricos pezones que se endurecían con cada chupada lamida y mordida que les daba.

Le quite la falda dejándole en un calzoncito bóxer de encaje se veía riquísima, mis labios recorrían su abdomen y bajaban a sus piernas mi lengua recorría toda hasta llegar a sus pies, los cuales besaba y chupaba lentamente.

P: ¡Tyson!!! ¡Que rico!

T: ¡Me encantas toda!

Ella gemía cada que mi lengua jugaba con su cuerpo, le quite su bóxer y me lance en su húmeda vaginita, mi lengua lamia sus labios y sus ingles, mis manos apretaban y jugaban con sus pechos y pezones, metí mi lengua y lamia su clítoris ella gemía y me apretaba la cabeza, mi verga poco a poco se endurecía más y más, metí un par de dedos en su vagina, metía y sacaba mientras mi lengua lamia su anito, estaba en la gloria.

T: ¡Oh!!! ¡Que rico nena!

P: ¡Ash!!! ¡No pares, uhm!!

Me quito el pantalón velozmente, mi bóxer también estorbaba, al ver mi pene se emocionó mucho…

P: Pero que rica tranca tienes gruesa y durísima, por eso Evelia te quiere comer.

T: ¡jajá pues aprovecha que tu si la comerás!

Comenzó a lamer suavemente mi verga, su lengua recorría desde mis testículos hasta la punta, su boquita trataba de devorar mis 17 cm de largo, la sensación de como succionaba era maravillosa, la chica resulto toda una mamadora estaba claro que no era su primera vez en nada, yo apretaba su cabeza para metérsela más, ¡uf! se sentía rico como se ahogaba y me dejaba todo babeado

P: ¡Nene, métemela por favor te quiero en mí ya!!!

T: ¡Si nena yo también ya quiero entrar en ti!

P: ¡Adelante bebe dame más métemela rico!

Abrí sus piernas como compas y comencé a metérsela suavemente, su vagina era estrecha y no llevaba ni una cuarta cuando ya ella gritaba como loca, ¡eso me excito más y comencé a embestirla con más fuerza!

La estaba lastimando, pero como apretaba mi verga me encantaba, después de unas cuantas penetradas al parecer se había acostumbrado, movía su cadera de la forma más deliciosa posible, nos besábamos y le mordía lo que estuviera al alcance.

Le levanté las piernas y las puse en mis hombros, mis embestidas eran rápidas, su vagina humedecida apretaba más y más, sus gritos y gemidos eran música del cielo, su mirada me la ponía más dura aún.

T: Paulina, ¿te gusta cómo te la meto?

P: ¡Si bebe así, cógeme rico!

T: ¡Que arrecha eres, uhm, como aprietas!

P: ¡Ah!! ¡Más, no pares!

Me acosté en la cama y ella subió a cabalgarme, yo diría sus movimientos, pero ella me sorprendió al momento de darse sentones, ¡me hacía gemir bien rico!

P: ¡uhm!! ¿Te gusta bebe?

T: ¡Paulina!! ¡Que rico!!

P: ¡Así te siento más rico, ah!!

T: ¡Eso nena, gózala toda, es tuya!!

La puse en cuatro y se la metí despacio, ella movía su pelvis generando una rica sensación, yo acariciaba sus nalgas, las besaba y apretaba, ella gemía y se ensartaba deliciosamente con mi verga.

P: ¡Mas!! Así que rico, ah!!

T: Que hermosas nalgas, ¡uhm!

La tomé del cabello con una mano y con otra jugaba con sus pechos, mis embestidas eran duras, ella gritaba y me pedía más, le daba de nalgadas, sentí como escurría encima mío, ella temblaba del orgasmo que sentía así que la acosté pecho tierra, mientras seguía penetrándola con fuerza, mordía su cuello y oreja.

P: ¡Así!!! Que rico, ah!!

T: ¡Uf!!!! Que rico aprietas mi verga!

P: ¡Dame tu leche, uhm, dame tu leche!

T: ¡La quieres?, sácamela, uhm, ¡muévete nena!

Ambos nos movíamos como gusanos, finalmente no pude más y terminé dentro de ella sin temor a preñarla.

T: Ay papi, así que rico, ¡ah!!

P: ¡Paulina, uhm, ah!!!

El orgasmo fue maravilloso ambos quedamos recostados en la cama tomando aire, nos besábamos y sobábamos nuestras partes, finalmente me había cogido a la sensual joven que siempre me calentó.

Al ver mi celular vi varias llamadas perdidas de su hermana así que nos apuramos y salimos del lugar y fuimos a su casa, al llegar recibí un regaño de Evelia, ¡pero no me importo porque me había comido a su hermanita!

El haber cogido con ella me trajo muy pero muy buena suerte, ya que como reacción en cadena empecé a tener más suerte con las mujeres y esas historias se las contaré a ustedes.

Tyson.

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