Después de este segundo encuentro que a ambos nos llevó a nuevos niveles, seguimos en contacto, haciéndonos observaciones de los momentos que se dieron, de que moría de pena por lo que había sucedido, que tuvo que limpiarme, etc., etc., a lo que siempre le comenté que no tenía problema con nada de lo sucedido, al contrario, había enriquecido el momento y definitivamente la relación.
Pero no todo podía ser miel sobre hojuelas, al poco tiempo Daniela empezó a tener problemas familiares, una de sus hermanas falleció, un primo se fracturó una muleca, sus hijas tuvieron problemas de pareja lo que la orilló a cambiar de residencia y la comunicación fue alejada, podían pasar semanas o meses en contestar. Me dice que no le gustaba la forma que estaba tomando la relación, pero decidí esperarla, que sé que valdría la pena, ¡y lo fue!
Después de tres años regresó con la comunicación más constante, el jugueteo parecía que no había pasado el tiempo sobre nuestra relación así que nos quedamos de ver en el mismo lugar de nuestra primera vez y me prometió una sorpresa a lo que le dije que yo también tenía una para ella.
Llego el día y traía el cabello corto, más delgada, se notaba los años en su rostro, mirada triste. Y al vernos la abrace, nos besamos y sin decirnos mucho nos dirigimos al hotel, al llegar a la habitación, nos besamos con mucha más desesperación, nos tocamos y me dice… “¿listo para tu sorpresa?”. Contestándole con una sonrisa se voltea y se baja su pantalón primero, dejándome ver una tanga hermosa roja, levantando su blusa y era un tatuaje que se había hecho en la espalda baja y si era una gran sorpresa.
Le recorría toda la espalda baja, de flores de colores y me dice… “fíjate bien…” y entre las flores y las enredaderas se ocultaban mis iniciales, lo cual me prendió a mil y empecé a besar toda su piel tatuada, le saque su suéter, la blusa dejándola en bra rojo y tenía otro tatuaje en la nuca, una cruz egipcia y en el antebrazo el nombre de sus hijas, y mientras la admiraba se ponía roja, me pregunto que, si le gustaban, respondiéndole… “¡¡me encantan!!”.
En lencería se voltea sentándose para abrirme el pantalón y en un suspiro se metió mi verga dura en la boca, completa, apretando mis huevos con sus manos, solo se la saco para decirme… ya extrañaba tu verga… para después meter mis huevos en su boca y chuparlos, se llevó a la cama y me acostó y siguió mamándome, en ese punto le dije… “ahora va mi sorpresa”.
Acostado y ella en cuatro mamando mi verga, me acerqué la bolsa con su sorpresa, era un consolador al cual no tuve que lubricarlo ya que con los jugos que ella chorreaba basto para prepáralo, al tener el cabello corto y sin mascada no me quedo más de otra que tomarlo de la cabeza y así no ver realmente que seguiría.
Al poner la cabeza del consolador e irlo metiendo despacio, vi como abría los ojos queriéndose incorporar evitándolo apretando su cabeza a mi verga y metiéndole todo el juguete de un golpe al cual soltó un gemido grande y profundo lo cual me excito mucho. Después de un rato mamándome la verga la acomode de costado y le pedí que me masturbara así que en esa posición podría ver un poco más que la hacía.
Le agradecí los tatuajes y más que me tuviera en uno de ellos a lo que ella agradeció el juguete preguntándome si se lo podría llevar a lo que le dije que ese era el objetivo.
La llevé a la orilla de la cama y metí mi verga por el culo, el cual se dilato sin ningún problema y dándole el juguete le dije… “muéstrame como lo usaras amor…” lo metió con nervios a su conchita tome sus talones y le abrí las piernas sin sacar mi verga de su culo y con las dos manos tomo el juguete y empezó a meterlo y sacarlo, mientras más velocidad ponía en sus manos procuraba que fuera la misma que ponía en mis caderas, mientras entraba el juguete salía mi verga y viceversa, tenía el rostro rojo, golpeaba su cabeza contra el colchón de cuando en cuando de placer cerrando los ojos y gimiendo cuando estuve a punto de eyacular saque mi verga de su culo, la tome de la cabeza sin sacar el juguete y abriendo la boca y sacando la lengua recibió, fue tanta la presión al salir que empezó a toser pero limpio mi verga completamente de mi leche, se recostó sin sacarse el juguete porque quería hacerlo con sus músculos vaginales lo cual fue un espectáculo maravilloso, ver cómo iba saliendo y como se movía su culo y su pelvis.
Nos tapamos y ella estando sobre mí, me empezó a contar a detalle lo que había sucedido en su familia, las perdidas, la situación de sus hijas y los tatuajes fueron para sentirse unidas ya que también sus hijas se habían hecho unos pero el de la cadera no estaba planeado y mucho menos mis iniciales en él. La bese preguntándole si le había gustado su regalo soltando una estridente carcajada como respuesta, me pregunto cuando lo había conseguido explicándole que, al poco tiempo de la última vez, pero jamás pensamos que dejaríamos de vernos tanto tiempo.
Seguimos platicando, besándonos, cachondeando a lo que le dije… “¿a quién le gusta la verga?…” abriendo los ojos y lógicamente respondiendo… “a Dany…” a lo que respondí… “entonces ¿por qué no la estas mamando?”. Y en un segundo ya la tenía en su boca, le puse lubricante al juguete y en ese momento es donde vendría otra sorpresa ya que tenía la facilidad de convertirse en un tipo “U” así que lo metí el mismo tiempo por su culo y su conchita a lo cual empezó a mamarme la verga con más fuerza, veía como sus venas se marcaban en su rostro, en mi mano sentía como con su conchita y culo apretaban el juguete y se estremecía hasta mi mano, movía cada vez más rápido mi mano hasta hacer un 69, cuando empezó a chorrear saque el juguete de un movimiento honestamente esperando que cagara en mi boca lo cual no sucedió pero si volví a llenar de leche su boca. En ese punto Daniela y yo bañados en sudor se dejó caer sobre mí, respirando entre cortado, con su corazón acelerado, la moví de lado y la abracé.
Le comenté los tantos usos que podía obtener con su juguete al cual también se le podía poner pilas y vibrar, no dejaba de reír con su juguete nuevo y entre broma y reclamo le hice saber que estaba esperando que cagara en mi boca a lo que previendo eso había cagado antes de salir de su casa, pero estaba como siempre agradecido que chorreara en mi boca a lo cual me beso y como siempre con las prisas ya que sus hijas pasarían por ella.
En lo que salíamos le dije que para la siguiente ocasión no me conformaría con un par de horas que necesitaba mínimo que nos quedáramos una noche completa, porque después de lo que hicimos mi mente ya tenía algunas ideas a lo que me dijo que no me prometería nada, pero haría lo posible, así que fue el camino para llegar a un nivel más alto de sexualidad y de relación entre Daniela y yo.