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La ex novia de mi cuñado
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi nombre es Gerardo, tengo 33 años, mido 1.74, complexión media, cabello rizado, abogado de profesión, casado y sin ser soberbio con un miembro de buen tamaño sin caer en la exageración.

Mi cuñado sin ser un hombre precisamente apuesto tenía como novia a una mujer por demás hermosa, su nombre es Sandy, cuando la conocí hace 6 años ella tenía 22 y desde el primer día en que la vi quedé impactado con tanta belleza.

Ella mide 1.60, piel blanca con tintes rosados, su cabello como castaño, quebrado y de largo a media espalda. Unos ojos aceitunados capaces de hipnotizar, sus labios rojos, frondosos cómo para acabárselos a besos, delgada, con un busto pequeño pero nada despreciable, unas piernas muy bien torneadas y lo mejor es su cadera y ese hermoso y grande trasero que Dios le dio.

Es inevitable no voltear a ver su culo cuando camina, su manera de contonear su cuerpo hace que sea imposible no mirarla, además en su vestir sabe sacar provecho del hermoso cuerpo que tiene.

Cierto día, en una reunión familiar nos topamos en la entrada del baño, ella salía y yo deseaba entrar, nos reímos por el encuentro furtivo y ella se fue, mi reacción fue voltear de inmediato para ver sus nalgas al caminar, pero vaya sorpresa que me dio, ya que ella giro y me sorprendió morboseando su hermoso culo.

Temí lo peor, por un momento pensé que su reacción sería de enojo y me delataría con mi esposa y el resto de la familia, creo que hasta sude frío, sin embargo, ella me regaló la sonrisa más pícara que jamás había imaginado.

Desde aquel día, todos nuestros encuentros se fueron envolviendo en una complicidad riesgosa pero que me encantaba, cruzábamos miradas, sonreímos, nos provocábamos, cómo retándonos para ver quien se atrevía a dar el primer paso, pero jamás me atreví.

Cierto día mi cuñado nos platicó que la relación con Sandy había llegado a su fin, que no serían más novios y que evitáramos hablar de ella, lo cual francamente respetamos, pero yo la extrañaba mucho, anhelaba ver su trasero, ver su sonrisa, escuchar su voz, seguir con el juego del coqueteo.

Así paso un par de meses hasta que un día llegó un Whatsapp a mi celular de un número que no tenía añadido a mis contactos, el mensaje decía:

-Hola!! Tan pronto te has olvidado de mi?

Yo respondí:

-Hola, no sé quién eres, me puedes decir tu nombre?

Ella contestó:

-Te daré una pista, tú y yo tenemos algo pendiente de solucionar.

Por mi mente paso de inmediato algún colega de carrera o un compañero de trabajo, sin embargo, le pedí más pistas, a lo que me respondió:

-Soy una mujer que conoces de hace tiempo y que estoy casi segura he estado en tu mente más de una ocasión.

De inmediato pensé en ella, pero no quise decir su nombre hasta no estar completamente seguro, por lo que después de un par de preguntas más le dije:

-Como te voy a olvidar, eres Sandy!!

Su respuesta fue inmediata:

-Siii, soy yo… Pensé que me habías olvidado y eso me pone triste.

Le respondí:

-Para nada, jamás podría olvidar a una mujer tan increíble como tú.

Los mensajes continuaron por un par de horas hasta que ella me dijo:

-Oye quiero pedirte un favor, claro si tú esposa no se enoja…

A lo que dije:

-Qué va!! Para nada, sabes que para ti siempre estoy disponible, dime de qué se trata.

De inmediato respondió con emoticones con ojos de corazones, con el siguiente mensaje:

-Muchas gracias Gerry, sabes… Mañana a las cuatro de la tarde iré a una entrevista de trabajo, pero no sé bien cómo llegar, sé que es muy cerca de tu oficina y pensé que quizá podrías acompañarme…

¿O acaso te gustaría que algo malo me pasará?

Mi respuesta fue sin pensar:

-No lo digas ni de broma, jamás me perdonaría que por no acompañarte algo malo te sucediera, cuenta conmigo.

De inmediato pedí que me cancelaran las 2 citas que tenía para la tarde del día siguiente, nos pusimos de acuerdo y quedé de pasar a recogerla a las afueras de un centro comercial.

Al fin llegó el día, compré un ramo de rosas y me dispuse a pasar por Sandy…

La vi a lo lejos, se veía imponente, realmente impresionante, todos los hombres que pasaban volteaba a mirarla, hasta que orille mi auto para abrirle la puerta y pudiera subir a él.

Portaba una blusa blanca con un escote sencillo que permitía ver lo suficiente, un saco torero color negro y una falda tipo lápiz, ajustada a su hermoso trasero, en verdad se notaba un culo soberbio, la falda permitía mirar sus grandes y bien formadas nalgas, así como la marca su tanga que llevaba debajo, absolutamente hermosa y provocativa…

La saludé con un beso en la mejilla y un abrazo, le dije que se veía increíble, a lo que contestó con una sonrisa traviesa y la frase: ¿Te gusta?

Le dije: por supuesto Sandy, me gusta mucho como te ves y más que todos vean que estás conmigo a lo que juntos reímos. Le entregué las flores que le había comprado, me dijo que no era necesario, sin embargo le dije que eran de buena suerte para su entrevista. Subimos al auto, y nos fuimos… camino a la entrevista no perdimos la oportunidad de seguir adulando lo bien que nos veíamos y el gusto de estar juntos, bromeamos un poco, hasta llegar al edificio en que la esperaban. Yo aguarde en el auto.

Después de aproximadamente 30 minutos la vi venir, ella movía si cuerpo de la manera más sensual que se puedan imaginar… Decidí bajar del auto para abrirle la puerta pero al verme, ella me abrazo con mucho ímpetu y me dijo:

-Me contrataron!!! Las flores si dieron resultado, cómo podré agradecerte?

Tenía que aprovechar el escenario que se me presentaba, así que le dije:

-Me lo puedes agradecer aceptando ir a tomar una cerveza conmigo, que dices?

Su respuesta fue:

-Por supuesto que sí, vamos!!

De camino al bar que tenía en mente llevarla, no podía dejar de pensar en lo delicioso que sería besarla y mejor aún de seducirla y hacerle el amor con todo el deseo acumulado por ella.

Llegamos al bar, me sentía orgulloso de llevar de mi brazo a una mujer tan hermosa, de inmediato los hombres del lugar volteaban a verla, ella al sentirse observada caminaba con mayor desdén, hasta que llegamos a nuestra mesa, ordenamos 2 tarros de cerveza y unas alitas de pollo, las cervezas se acabaron y pedimos más, hasta tomarnos unos 6 tarros cada quien.

Estando en la mesa platicamos en primer lugar de su nuevo empleo, del rompimiento con mi cuñado, de su familia, hasta que ella me hizo una pregunta:

-¿Te gustó?

Respondí:

– Mucho Sandy, desde el primer momento que te vi…

A lo que dijo:

-¿Si te gusto tanto, porque no me das un beso que me lo demuestre?

Por mi mente no paso otra idea más que besarla, al fin conseguiría algo que había anhelado por tanto tiempo, así que sin pensarlo me lance sobre esos labios tan apetecibles, les aseguro que esos labios carnuditos y húmedos me hicieron probar el más exquisito de los besos.

Los besos continuaron, nuestras lenguas se entrelazaban, los besos subían de intensidad vez más, mis manos se lanzaron sobre sus piernas y ella lo disfrutaba… Tanto que llegó el momento en que le susurre al oído:

-¿Qué te parece si vamos a un lugar más privado?

Francamente temí que se ofendiera y todo lo logrado se fuera a la basura, sin embargo su respuesta me sorprendió gratamente:

-Muero de ganas por estar contigo, quiero que me hagas el amor…

Después de esa respuesta me dio el beso más apasionado hasta ese momento, pedí la cuenta, pague y nos retiramos. Aproveché un momento para avisar a mi esposa que por trabajo saldría más tarde, así que ya sin la premura de volver a casa salimos del bar tomados de la mano, me sentía envidiado, la gente miraba con morbo el enorme culo de Sandy y eso me excitaba aún más, la gente sabía que íbamos a coger.

Llegamos al auto, los besos no se hicieron esperar, mis manos se lanzaron a sus piernas, luego a sus senos, primero por encima de su blusa, pero ella guío mis manos a su interior, le afloje el sujetador y pude sentir sus senos, estaban tibios, sus pezones estaban erectos, mi pene estaba a full, estaba sumamente excitado, ella lo noto y llevo su mano hacia el, me estaba masturbando por encima del pantalón, y me decía que deseaba sentirme dentro suyo…

Finalmente llegamos al motel, pedí una habitación con alberca privada, mi plan era hacerle el amor a Sandy toda la noche y de todas las maneras posibles, a ella le fascinó la elección de la habitación, estacione el auto y nos dirigimos a la habitación, subiendo las escaleras Sandy me regaló la mejor vista, ella camino delante de mi mostrándome con toda la sensualidad posible su hermoso culo… Mi fantasía se haría realidad muy pronto.

Entramos a la habitación, los besos apasionados entrelazaban nuestras lenguas, con la lengua recorríamos toda la boca, mientras nos besamos estábamos abrazados, sus brazos sobre mis hombros rodeando mi cuello, mientras yo rodeaba su delicada cintura…con ello pude pegar su cuerpo al mío, puse mis manos sobre esos hermosos glúteos, eran grandes y firmes, manipulaba esas hermosas nalgas a mi antojo y ella procedió a desatarme el cinto, luego el pantalón, para sacar mi pene erecto del bóxer que lo trataba de contener.

La ropa de ambos salió volando por toda la habitación, no dejábamos de comernos a besos, quite su blusa, tuve frente a mi esos hermosos senos, con unos pezones rosaditos, sus pezones erectos, no espere más y me lance sobre ellos, los besaba, los mordía, los succionaba… Ella gemía mientras seguía masturbando mi pene.

A continuación desabroché su falda, sus nalgas son tan grandes que costaba trabajo bajar la falda, al fin la falda cayó al piso, ví la gloria frente a mi, sin dudarlo las mejores nalgas que jamás había tenido en mis manos, ella usaba una tanga de encaje color blanco, era muy sexy, la vista era de lo mejor, lo único que tenía encima era esa tanga…

Se giró, la abracé por la espalda y puso sus nalgas en mi pene, la sensación era única, mientras sus nalgas jugaban con mi miembro mis manos bajaron a su vagina, la masturbaba por encima de su tanga, pude sentir como comenzaba a mojarse y mientras eso pasaba me restregaba con mayor intensidad esas nalgas tan hermosas en mi pene que estaba a punto de estallar…

Con una mano la masturbaba mientras con la otra acariciaba sus senos, me pidió que la penetrara en el ano, ella inclino su cuerpo sobre la cama, quedando en 4, la vista era mejor de lo que imaginaba, hice a un lado su tanga e introduje mi pene en su ano, sus gemidos se intensificaban y eso me excitaba más… ella me azotaba las nalgas cada vez con más fuerza hasta que finalmente me corrí, casi al mismo tiempo ella tuvo su primer orgasmo de la noche, las sábanas de la cama se empaparon…

Se giró, nos besamos con mayor intensidad, ella beso mi cuello, bajo hacia mi pecho, mi abdomen, mi ombligo, hasta que llegó a mi pene, lo recorría con su lengua de arriba a abajo, hacia círculos sobre mi glande mientras jugaba con mis testículos, de pronto introdujo mi miembro en su boca, me masturbaba con sus labios, mi pene entraba y salía de su boca con fuerza, me pidió que me corriera en su boca, y eso no fue nada difícil, estaba tan excitado que con su boca logro que saliera mucho semen de mi pene, y ella limpio con si lengua hasta la última gota…

Pensé que eso solo pasaba en las películas porno, pero mi fantasía estaba superando sus expectativas por mucho.

Era mi hora para demostrar lo que mi lengua puede hacer, la lleve hacia el potro, la senté en la orilla, abrí sus piernas y le comencé a besar las piernas, sus muslos, le daba besitos alrededor de esa rosita y depilada vagina, mi lengua comenzó a recorrer cada milímetro de tan hermosa vagina, ella sujetaba mi cabeza y la dirigía hacia ella, mi lengua jugaba con su clítoris, su sabor saladito era increíble, la humedad que salía de ella cada segundo iba en aumento, movía mi lengua cada vez con mayor velocidad, ella gemía mientras se mojaba más y más, sus piernas temblaban, gritaba de placer, hasta que de pronto tuvo otro orgasmo, sus fluidos caían sobre mi cara, la excitación era sublime.

Me pidió que la penetrara y así lo hice, estando en el potro, puse sus piernas sobre mis hombros, su vagina estaba muy mojada, así que mi pene entró con mucha facilidad, la embestía con mucha rapidez, estábamos tan excitados que perdimos el control en absoluto, mi pene entraba y salía de ella con vigor, sus gemidos eran cada vez más intensos, eso me lo puso más duro aún, después me pidió que fuéramos a la cama, y la complací.

Ella me tiró sobre la cama y se acostó sobre mi, mi pene rozaba su vagina y nos besábamos como unos verdaderos amantes, ella decidió montar sobre mi, el control lo tenía ella, mi miembro entraba y salía a su antojo, la experiencia de sentir sus nalgas rebotando en mi cuerpo me excitaba más y más, yo agarraba sus senos y ella inclinaba su dorso hacia mi para poder besar sus pezones, una vez más terminamos casi simultáneamente, terminamos tendidos en la cama dándonos tiernos y apasionados besos.

Después de un rato decidimos meternos en la alberca, estando en la alberca nuevamente nos abrazamos mientras nos besábamos sin parar, mis manos no podían dejar de acariciar sus nalgas y ella restregaba su vagina en mi pene, nuevamente estaba dentro de ella, la sensación de hacerlo bajo el agua es única…

Casi a media noche tuve que llevarla a su casa, desde entonces buscamos momentos para encontrarnos y hoy día somos amantes, si gustan puedo compartir con ustedes más de los encuentros que hemos sostenido.

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