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Claudia y Yess, rico sexo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Me llamo Claudia tengo 25 años, vivo en México, no soy una mujer despampánate, pero sé que tengo unas buenas tetas y unas nalgas que llaman las miradas.

Mido 1,70 y hago aeróbicos, por lo que me considero una mujer atractiva, siempre he sido muy caliente, me encanta probar cosas nuevas en el sexo y en la vida, y será por eso que hace unos meses conocí el sabor de una mujer.

Yesenia es una amiga menor que yo con la cual nos empezamos a entender muy bien de un tiempo a esta parte, solíamos charlar largamente en mi depto., solas y tomando algunas cervezas o solamente fumando unos buenos cigarrillos.

Note una tarde que mientras hablaba, yo no podía dejar de mirar su busto, me resultaban interesantes las proporciones y la firmeza de sus tetas.

Eran de un tamaño inferior al mío, pero más llamativas, no sé, las observaba como si fuese la primera vez que las veía.

Cuando se fue, quede pensando en ello, note que también otras veces había observado a Yess con otros ojos, como prestando más atención a sus nalgas, a sus tetas, a su piel bronceada, empecé a sentirme rara con ella, me ponía nerviosa de solo pensar en su boca, en las veces que nos tomábamos del brazo para caminar…y lentamente me fui haciendo a la idea de que me atraía sexualmente.

Un sábado a la tarde llamo para decirme que no tenía ganas de salir y si la acompañaba a ver unas películas en su casa, le dije que sí, pero mejor viniera a casa que estaríamos más tranquilas, y acepto.

Prepare unas pizzas, aprovisione la heladera con cervezas y un vino blanco espumante.

Me bañe, me depile, me arregle como para una cita con un hombre… o tal vez más, me puse una tanga negra diminuta, una falda negra entallada, una blusa ajustada sin corpiño, y deje mi pelo suelto.

Cuando sonó el portero, recién terminaba de vestirme, y me sorprendió, los nervios que sentí fueron únicos, abrí y subió entro directamente al departamento y cuando la vi casi me desmayo.

Traía un vestido turqués, cortito, diminuto, que dejaba ver el comienzo de sus senos y los resaltaba, su pelo rojo atado bien firme, sus labios de un rojo brillante, ¡sus ojos resplandecían… estaba hermosa! La saludé con un fuerte beso y un abrazo en el cual pude sentir sus senos contra los míos.

C: Pensé que no salíamos hoy, ¡estas para matar!

Y: Bueno, tú también este re linda, además me vestí así para ti, ¡jajá!

Quedo ahí, pero cuando la vi de espalda, un frio corrió por mi cuerpo, podía ver a través de ese vestido que ella también llevaba una tanga negra, estaba decidida a intentar algo con esa mujer que me atraía.

Bueno, para abreviar, bebimos bastante y charlamos, reímos y siempre que podía le tocaba la mano, la pierna, el hombro, ella solo me respondía con miradas sugestivas.

Realmente me gustaba y estaba excitada por la situación, ¡tome un trago para darme valor!

C: Espero no lo tomes a mal, pero me atraes, ¡me gustas mucho!

Y: Me halagas y para ser sincera, tu a mí me gustas también, ¡peor me gustas más que como amiga!

Me acerque para besarla, ella me respondió, me tomo la nuca, introdujo su lengua muy adentro, al tiempo que yo tocaba sus deliciosas nalgas por debajo del vestido.

Ella me toco también y me sorprendí, me gusto, le acaricie un seno, ella bajo los breteles de su vestido y me pude saciar de sus senos, los toque delicadamente, los bese, los lamí, los chupe y mordisqueaba sus pezones.

¡Rápidamente quedamos en nuestras diminutas tangas negras, y muy calientes!

Yesenia comenzó a lamerme por todos lados, el cuello y bajando hasta mis tetas, mis pezones estaban erectos, sensibles al tacto de su lengua húmeda, de sus manos suaves, luego su lengua fue hasta mi axila y comenzó a lamer allí, eso me excitó aún mas, nadie había hecho eso antes!!

La despoje de su tanga y luego al ver la mía note que estaba completamente empapada por mis jugos, estaba tirada en el piso, desnuda, totalmente mojada, con Yesenia lamiendo mis axilas… luego se agacho, beso mi pancita, y empezó a frotar sus dedos contra mi vulva lo cual me saco un grito de placer, ella noto mis creciente gemidos y empezó a darme lengüetazos largos y profundos que provocaban que mi cuerpo se retorciera y gimiera, mientras apretaba su rostro contra mi concha, luego de un instante tuve un orgasmo maravilloso y abundante en jugos, pero ella no paro, me siguió lamiendo.

C: ¡Ah! Yesenia, que rico!

Y: ¿Te gusto verdad amor?

C: ¡Eres maravillosa!

Y: ¡Aún hay más!

Metió dos dedos en mi concha y los embadurno con mi flujo, luego empezó a intentar penetrar mi ano, lentamente sentía su dedo introducirse… para darle mejor posición, me puse en cuatro patas, y ella entendió que quería esos dedos en mi culo, y así lo hizo.

Escupió en sus dedos, luego lamió la entrada de mi ano, y fue metiendo su dedo mayor hasta el fondo, la sensación fue tan sorprendente que al poco tiempo termine por segunda vez y bañe toda su mano que seguía masturbando mi clítoris.

C: ¡Por dios!! ¡Ah, que rico!

Y: ¡Así me gusta baby, disfrútalo!

Después ella se colocó debajo de mí e introdujo sus dedos en mi boca, ¡me encanto saborear mis jugos!!

Ahora me tocaba a mí, era la primera vez con una mujer, pero creo que sabía que hacer, puse mi concha empapada sobre uno de sus pezones erectos y comencé a mojarlo con mi esencia, Yess ayudaba moviéndose en círculos.

Luego me puse sobre ella y la besé largamente, pausado, al tiempo que masajeaba su clítoris, a esta altura su concha estaba súper mojada, y comprendí que ella había acabado junto conmigo la segunda vez.

Baje con mi boca hasta sus tetas y las chupe, lamí mis jugos de su pezón, recorrí con mi lengua su abdomen, su ombligo y llegue hasta la más linda joya de su cuerpo.

Tenía escaso pelo, de color semi-rojo, suave, casi lacio…toque con la punta de mi lengua su clítoris hinchado, y estuve segura de lo que hacía cuando note que al instante dejo escapar un gemido, empezó a cerrar los ojos y a moverse, sus manos en mi cabeza revolvían mi pelo, me empujaban más adentro de su cuerpo.

Y: Que rico, uhm, ¡no pares Claudia no pares!

C: ¡Tienes un majar de dioses entre las piernas!

Tal como ella había hecho, moje mis dedos con saliva e intente meterlos en su ano, pero note que no estaba cómoda, ¡SU ANO ERA VIRGEN!!!

Me excito mucho saber que sería la primera en cogerla por atrás, con suavidad la fui dando vuelta y la puse como una perra, caliente, esperando a su macho.

Y: ¡Por favor, se amable!

C: Tranquila mi amor, ¡tu déjate llevar!

Metí la punta de mi lengua en ese agujerito caliente, sentí su cuerpo dar un respingo, introduje más y más mi lengua, la ensalivé bien por dentro y por fuera.

Su mano jugaba con su clítoris, y yo empecé a meter lentamente un dedo en ese orificio apretadito… primero una falange… luego otra… los gemidos eran cada vez más fuerte… y finalmente la penetré con mi dedo mayor hasta el tope, ¡y comencé a cogerla despacio!

Y: ¡Dios mío! ¡Ay, uhm, ah!

C: ¡Me encanta como te retuerces, uhm, que mamita más rica eres!

Aumentando la velocidad al ritmo de su cuerpo que se movía hacia adelante y hacia atrás… al final dejé que ella se cogiera con mi dedo y pude masturbarme yo también.

Acabamos casi al mismo tiempo, quedamos rendidas una al lado de la otra, ella se tumbó de espaldas, con su cabeza mirándome, me acerque y la bese profundamente.

C: ¡Que rico estuvo!

Y: ¡Quiero más!

Yesenia era realmente hermosa y muy caliente, y yo sabía que esos no serían nuestros últimos orgasmos en esa larga noche.

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