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Viuda reciente, madre caliente (3)
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Tiempo de lectura: 24 minutos

Sangre y estupro… la otra viuda.

Acabé el anterior relato, describiendo con todo detalle como mí hijo, me folló el culo subiéndose en mí grupa, como si fuera un perro rabioso.

Después de año y medio de estar chuleándome, sometiéndome cómo a su perra sumisa, Mario me ha exigido le busque una puta, para los dos.

Su idea que, me parece una atrocidad es pervertirme, haciéndome tener relaciones sexuales con la nueva puta.

Yo soy una señora con una educación conservadora, religiosa. Es cierto que soy la puta de mí hijo, me siento feliz siendo su perra sumisa.

Pero jamás había pensado que se atrevería a tanto, el muy chulo. Su idea es que ponga un anuncio buscando una Sra. que sea viuda reciente al igual que yo.

Alguien que necesite la amistad y la compañía, de una mujer en sus mismas circunstancias.

Esto mi hijo me lo ha hecho saber, un viernes noche en el mes de abril, mientras me tiene de rodillas en la parte trasera de nuestra casa…

Desde que me folló en la lápida de su padre, hace medio año, se ha vuelto más perverso, sometiéndome de forma más severa cada vez.

Como ya expliqué, vivimos en las afueras de un pueblo pequeño, a una hora de Génova.

El vecino más próximo está a muchos minutos de nosotros, así que es seguro que nadie va a venir a molestarnos. Ha aprovechado un garaje en desuso, para hacer algo parecido a una mazmorra.

Ha clavado dos postes gruesos, ocultos de cualquier mirada, pegados a la pared trasera de la casa. Para atarme como a su esclava sexual, de esta manera me puede usar como él quiera.

Nada más volver del cine, donde mi hijo-Amo me chulea como ya expliqué en el anterior relato, me hizo ponerme de rodillas. Después de besarme de una forma, que me hace moje las bragas, me dio un bofetón que me hizo despeinarme toda.

Al momento me ordenó susurrándome al oído ─Sácale a tu hijo la polla… ¡¡PUTONA!!

Sólo con agarrársela y olerla sentí como se me humedeció más el coño. Él lo notó rápidamente.

Mientras me hizo que se la comiera toda, me lamió y besó la oreja y el cuello, agachándose hacía mí.

Me amasó las tetas como si quisiera quitármelas, poniéndome los pezones tan gruesos y duros que me dolían, por la excitación.

Yo sintiéndome realmente su puta y perra incestuosa, le comí la polla como si me fuera la vida en ello.

-Mmmppp… ¡¡Que polla!! Dásela a la guarra de tu madre, que te la coma

Se quejó por cómo me la tragué toda, hasta rozar sus huevos con mis labios- ¡¡Joder mamá!! Como te la comes… sí no pares.

Mario me estiró los pezones hasta hacerme gritar, el muy bruto —Aaahhh… no tan fuerte… ¡¡perverso!!

Me ató en los postes, haciendo que separara mucho las piernas. Una vez me tuvo así, me azotó con la fusta hasta dejarme marcadas las nalgas.

Paró unos segundos, comprobando como mí coño soltaba jugos. —¡¡PUTA!! —me dijo al descubrir lo excitada que yo estaba.

Se arrodilló detrás de mí entre mis muslos. Me lamió toda la canaleta, del ano al coño, dándome lametazos cómo un perro, bebiéndose mis jugos cómo un sediento.

Me puso loca de excitación, con sus palabras soeces y calientes, sobre lo sabroso que es mí coño…haciéndome sentir una madre pervertida y puta.

– Slurppp… slurppp… slurppp… Mmm ¡¡Que chocho tan sabroso!!

– Aaahhh… Mmm… Aaahhh… mi coño… ¡¡OH!!

– Slurppp… dame tus jugos más… ¡¡MAMÁ!! ¡¡Slurppp!!… Mmm.

– Me vuelves loca de placer… ¡¡SÍ!! Toma mis jugos.

– Slurppp… te meto toda la lengua, ¡¡PUTA CACHONDA!! Qué coño tan rico…

– Ooohhh… Mmm sí méteme toda la lengua así… Ooohhh.

– Slurppp… ¡¡Que jugos…!!… Mmm.

– Ooohhh… me matas… cómele el chocho a tu madre ¡¡ME CORRO!!

– Mmm… que chocho tienes… ¡¡PUTA!!

Mi hijo sin poder resistirlo más, se levantó y me empaló toda la polla, cogiéndome por la cintura.

Se pegó a mí espalda, hundiendo su cara en mi alborotada melena, mientras olía mí pelo como un animal en celo.

Bramó la lujuria y lascivia que sentía, de follarme como un animal, y ver lo puta y perra que yo soy.

-Toma la polla de tu hijo ¡¡PEDAZO PUTA!!

-Aaahhh… tienes la polla muy gorda… Aaahhh no tan fuerte…

-Tienes el chocho chorreando… y muy caliente, como te chapotea mamá… ¡¡TOMA POLLA!!

-Aaahhh… me la estás metiendo toda… ¡¡FOLLAME HIJO!!

-Ooohhh mamá… que rico te follo… Ooohhh toma toda mi polla así…

-Aaahhh… sí… Aaahhh… la noto en el fondo de mí coño…

-Mmm mueve el chocho así de rico… ¡¡FOLLA PUTONA!!

¿Así quieres te folle PEDAZO GUARRA?

-Aaahhh… Sí… Aaahhh ¡¡QUE POLLA!! Tu padre nunca me folló así… Me corro con la polla de mí hijo.

-Ooohhh mamá… ¡¡QUE CHOCHO!! Me muerdes muy rico la polla… me corro en tu chocho…

Mario me clavó toda la polla con un mete saca diabólico, teniéndome bien cogida por las caderas. Los dos nos movimos al unísono, sacudiendo yo la cabeza de un lado al otro, gritándole como si me matará.

El sonido tan guarro y acuoso que producía su polla, al penetrar mí coño chorreando jugos, nos excitó como animales.

El muy perverso aprovechó que me tenía toda sometida y entregada, para decirme cuál era su perversa idea para pervertirme más.

─¡¡OH!! Cómo te chapotea el chocho… ¡¡GUARRA!! Voy hacer le comas el chocho a la nueva puta, mientras te la clavo así de rico…TOMA POLLA… ¡¡PUTONAAA!!

─¡¡AY!!… se te ha puesto más gruesa… ¡¡AY!! Me vas a romper el chocho… ¡¡CHULO!! Quieres pervertir a tu madre… Mmm que rico me follas… ¡¡FOLLAME HIJO!!

La polla se le puso más gruesa y dura al estar a punto de correrse, notando como me rozaba todo el coño en cada embestida…

—Aaahhh… ¡¡Mario!!… no pares de follarme así… métemela toda cariño.

—Ooohhh… ¡¡Mamá!! Que rico mueves el chocho… toma toda la polla…hasta los huevos… ¡¡como folla la Sra.!

—Aaayyy… que dentro me la clavas… Aaayyy como me follas… ¡¡CABRÓN!!

— Toda dentro, así… Que chocho tan sabroso y tragón… ¡¡PUTA VIUDA!!

—Aaayyy… me la clavas toda golfo… Aaayyy lléname el chocho de leche, me corro hijo…

—Ooohhh… que rico te la clavó… Ooohhh cómo mueves el chocho… toma la leche mamá.

—Aaayyy… siento tu cipote como me lo clavas… se te ha puesto más gruesa… Aaayyy… lléname de lecheee.

—Ooohhh… como mueves el chocho para que te la clave más… Ooohhh… toma la lecheee.

—Aaayyy… me rompes el chocho hijo… cómo me la clavas… sí llénamelo de lecheee… Mmm ¡¡QUE POLLA!!

—Ooohhh… cómo mueves el chocho mamá… cómo te lo follo… me sacas la lecheee… Mmm ¡¡QUE CHOCHO!!

—Aaahhh… ¡¡ME CORROOO!!

—Ooohhh… ¡¡ME CORROOO!!

Igual que dos almas incestuosas y gemelas, Mario me dio las últimas embestidas, cogiéndome de mí larga melena.

Sentí los últimos potentes chorros de esperma, mientras las lenguas se fundían en nuestra caliente saliva.

Ésa misma noche publiqué el anuncio, que me había pedido por la tarde. El anuncio decía así:

Señora viuda reciente con un hijo adolescente, de cuarenta y pocos años, encontrándome sola, abandonada, desconsolada. Busco Señora se encuentre en mismas circunstancias, para una sincera y franca amistad, consolarnos las dos, hacernos mutua compañía. Importante sea de la misma zona.

Doy y pido seriedad y discreción.

Un saludo

Sra. Concetta

Hasta pasados tres meses no recibimos ninguna respuesta.

Era una mujer viuda desde hacía medio año. Era del sur de Italia. Venía al parecer de un entorno muy cerrado, próximo a Sicilia. Su difunto esposo había fallecido, después de una larga enfermedad, que se había prolongado durante más de tres años.

Este hecho la había dejado según me explicaba en su correo, sin deseos por nada, sintiéndose acosada por la familia de su difunto esposo, mucho mayor que ella.

Parece que la familia, la acusaba de haberse casado sólo por interés. No quiso darme más detalles, hasta que yo no la hubiera respondido.

La respondí después de hablarlo con Mario, parece que la pobre lo había pasado realmente mal.

Comencé con ella un intercambio de correos, durante varias semanas. Al parecer ella era de etnia gitana, por parte de su abuela materna. Su abuela al parecer se había enamorado de un gitano italiano.

Según me explicó, tenía un físico algo exótico. Era dueña de una melena <leonina>, rubia dorada, y abundante.

Hablando de cómo éramos las dos físicamente, parece que éramos de la misma altura. Según sus propias palabras, era mujer de «poca teta, pero gruesos pezones, oscuros cómo granos de café».

Me hizo sonreír con ganas. Para acabar se describió como una «leona de piel canela».

El mantener conmigo esta correspondencia, según ella la había devuelto el sentido del humor. Me decía no recordar el tiempo que hacía no sonreía con nadie.

Me envió una fotografía reciente, de hacía sólo unos días. Se la veía sería, pero guapa, con cara de tener carácter, realmente tenía «cara de leona».

Mi hijo nada más ver la foto, pensó lo mismo ─vaya leona, mamá.

Me hizo sentirme algo celosa, pero sólo me duró unos segundos. Al percibirlo me susurró al oído «te quiero».

Me miró profundamente a los ojos, dándome un bofetón intenso, que me giró la cara. Me conocía bien, el cabrón.

Así sentada como estaba al portátil me ordenó -Sácame la polla…¡¡PERRA!!

Me había excitado ver como mí hijo miraba a la «viuda gitana», y él lo vio rápido.

Nada más sacarle la polla del pantalón de deporte, me lancé cómo una loba hambrienta, sin esperar a que me diera permiso.

Gimió de verme así de excitada.

─Ooohhh… qué puta eres… Mmm sí lame toda la polla, saboréala bien… ¡¡GUARRA!!

─Mmmppp… Slurppp…

Me tragué toda la polla hasta los huevos, después de ensalivarla toda. Provoqué que, se quejará de ver cómo se la comía, y el placer que le daba.

─Ooohhh… ¡¡MAMÁ!! Que rico te la comes… Mmm so cachonda.

Me levantó, me hizo apoyarme en la silla dónde había estado sentada. Me escupió en el ano, e hizo que yo le escupiera en la gruesa cabeza de la polla.

Me la clavó sin miramiento ninguno. Verme «violada» así por mí hijo, me sacó la perra viciosa y pervertida que soy.

─Uuufff… que rico te meto la polla… ¡¡PERRA!!

─Aaahhh… se te ha puesto muy gruesa… me la metes muy duro.

─Ooohhh… me la muerdes muy fuerte… tómala toda.

─Aaayyy… me la estás clavando toda… me rompes el culo hijo… Aaayyy.

─Uuufff… ¡¡QUE CULO!! Que rico te lo follo así… tómala todaaa…

─Aaayyy… que rico me la… metes todaaa… Aaayyy… sí.

─Uuufff… toma polla… como empujas el culo ¡¡PUTA!!…

─Aaahhh… rómpeme el culo… Aaayyy… me la clavas mucho así… ¡¡CABRÓN!! Me corro por el culooo…

─Ooohhh… sí cómo me la muerdes… Ooohhh… tóma polla y leche en tu culo tragón… ¡¡TOMA POLLA!!

Mario al sentir que me corría, y como le mordí de fuerte su gruesa polla con los esfínteres, me la clavó cómo un animal.

Me embistió con tanta fuerza, que sus huevos al chocar en mí coño, produjeron un sonido guarro y soez. Esto nos «embotó» los sentidos.

En cada embestida que me dio, clavándome toda la polla, mi cabeza chocó contra el respaldo de la silla.

Nunca antes me sentí tan caliente y excitada. Le grité como si me matará. Pidiéndole me la metiera más. Seguramente fruto de imaginármelo, chuleándose y follándose a la viuda gitana.

─Aaayyy… nunca me la has clavado así… Aaayyy… ¡¡QUE POLLA!!

─Uuufff… tómala hasta el fondo… de tu culo… así toda la polla…¡¡ QUE CULO!!

─Aaayyy… follamelo… dame tu polla más…

─Ooohhh… guarra toma polla… te follo rico el culo…

─Aaayyy… así ¡¡¡rómpeme el culo!!!… me corrooo nene…

─Ooohhh… ¡¡¡te lo rompo puta!!!

─Aaayyy… llénamelo de polla y leche…

─Ooohhh… toma polla y leche… ¡¡¡reputa!!!

─Aaahhh… me la clavas… todaaa. Acabamos pegados piel con piel… respirando al unísono, él recostado en mi espalda.

Me besó con una ternura que me erizó toda la piel.

Momentos como éste, me hacen estar segura que la relación con él es lo más importante en mi vida. A nadie hacemos daño, aunque el mundo jamás acepte hipócritamente que una madre y su hijo se amen, como lo haría cualquier pareja.

Conociendo a la viuda gitana:

Después del último correo, cogió confianza conmigo. Me dijo debía explicarme algo muy importante, en persona.

Resultó estar prácticamente en el mismo pueblo que nosotros, cerca de Macra, un pueblo con apenas cien aldeanos.

Al comentarle a mí hijo este detalle, tuvo una perversa idea, —activa el grabador de sonido, poco antes de llegar, nunca se sabe —me dijo él—cómo intuyendo algo.

En real era más atractiva que en la foto. Me alegré por Mario, estuve segura le gustaría mí hijo sólo con verlo. Quizá resulte algo chocante, pero nos vimos en el campo santo.

Ella aún iba con un discreto velo por respeto a su difunto esposo. Viniendo como venía del sur, no me extrañó en absoluto. Allá para estas cosas son muy estrictos.

El velo negro contrastaba con su rubia melena, haciéndola más exótica y atractiva. Su piel parecía debía ser muy sedosa. Tenía unos muslos rotundos, bien torneados.

Llevaba una chaqueta falda negra como la mía, pero más corta y entallada, dejaba buena parte de los muslos a la vista.

Decidimos tomar un refresco, el único sitio que hay está próximo al campo santo.

Al ser un pueblo tan pequeño y perdido, el campo santo es el lugar «más visitado» si se puede decir así.

El señor del local es un abuelo ya cerca de los setenta años. Al reconocerme se despreocupó de nosotras. Esto hizo que Tana se confiara más conmigo.

Tal como fue pasando el tiempo nos relajamos más la una con la otra. Dejé mí móvil encima de la mesa de mármol, ella no repuso nada.

Acerqué mi silla a la suya, cogiéndole la mano, mirándola a sus oscuros ojos. Estaba falta de cariño, además de necesitar ser acariciada, se lo vi en su mirada.

Estábamos sentadas en la parte de atrás del bareto, en el último rincón de Italia. Teníamos delante a la vista un paisaje montañoso increíble.

Besé cariñosamente la mejilla de la viuda gitana, olía a hembra dulzona y caliente. Dejé mis labios unos instantes, ella me miró, en ese instante lamí su oreja y el cuello se dejó hacer.

Movió el cuello inquieta, sin separarse lo más mínimo ─necesitas ser acariciada… cariño.

Volví a chuparla la oreja, acariciando sus muslos por debajo de la minifalda. Ella gimió quedamente. ─Mmm…Concetta.

Mientras acerqué mis labios a su boca, las palabras de mi hijo me vinieron a la mente ─Voy hacer le comas el chocho a la nueva puta ─ella se acercó a mí.

Tiene unos labios carnosos, para ser besados. La besé tímidamente. Subí mi mano por sus muslos, hasta rozar las braguitas, algo húmedas.

En ese instante separó los muslos la muy puta. A la vez me besó la boca con deseo. Le repasé todo el coño, muy velludo.

Ella interrumpió el beso un instante diciéndome ─Concetta lo… m-maté…yo ─me dijo algo nerviosa y dubitativa.

La miré incrédula sin saber a qué se refería. ─No sé qué quieres decir… Tana ─le dije.

Ella sin separarse lo más mínimo me repitió ─He… he matado a mi esposo, ya no podía más. Si no quieres ser mí amiga lo entenderé, sólo te pido no me denuncies a la policía… ¡¡por favor Concetta!!

He cuidado de mí esposo durante más de tres años. Lo hice sin importarme nada. El no salir nunca a la calle sola, sin la compañía de algún familiar. Nadie puede imaginarse el infierno que he pasado.

Apoyé mis labios en su frente para tranquilizarla. Ella dejó escapar dos lágrimas susurrando mi nombre ─Concetta yo… ─ la interrumpí susurrándola en su carnosa boca.

─Ssshhh… no digas nada ─la besé dándole pequeños besos por toda la cara, sentí algo de lastima por ella. La besé de nuevo, en los labios, sin dejar de mirarla a los ojos.

La viuda gitana se lanzó por mí boca, a la vez le metí los dedos entre las braguitas. Le repasé la abundante pelambrera, con mechones húmedos de sus jugos.

Separó los muslos, enseñándome cómo tenía los muslos húmedos de jugos.

Le metí un dedo dentro del coño, lo tenía sin follar, era mucho más estrecho y carnoso que el mío. Los labios eran carnosos y anchos, muy salidos. Parecían los pétalos de una flor de carne, que chocho tenía la viuda gitana…

Se corrió cogiéndome la mano mientras le follaba el coño, con dos dedos, haciendo un chapoteo acuoso. Nos comimos las bocas cómo dos perras en celo. La reciente viuda se corrió a chorros…

─¡¡Ah!!… Mmm… nadie me ha tocado así… ¡¡Ah!! Me voy a correr… no pares… Mmm.

─ Córrete cariño… tienes el coño sin usar… eres muy estrecha… como me aprietas los dedos…

─Aaahhh… me sacas los jugos del chocho… ¡¡me corro!!

Nada más componernos la acompañé hasta donde vivía. Según me explicó huyó sin un duro apenas, sólo tenía dinero para pagar el alquiler y comer.

Intenté tranquilizarla, le dije que la iría a buscar el sábado, para que viniera a comer a casa. Así vería como es mi casa, y de paso conocería a Mario. La expliqué sin contarle los pormenores, que mi hijo me lo daba todo.

Que gracias a su cariño y compañía, había llevado mejor la perdido de mí difunto esposo. Ella no sospechó que la quise decir, al explicarle que él me lo daba todo.

Para tranquilizarla más, la dije que seguro Mario encontraría cómo ayudarla a salir adelante. La muy incauta no se imaginaba que, iba acabar haciendo de puta para el chulo y perverso de mi hijo.

Eso o la cárcel, no tenía más salida. Si la familia de su esposo la encontraba, nadie la podría ayudar.

Conociendo a Mario:

El sábado por la mañana tal como me ordenó fui a buscar a Tana. Mi hijo al escuchar la grabación no podía creer la suerte que habíamos tenido.

-A partir de hoy mamá, vamos a tener una puta para los dos. Pero ojo, ni se te ocurra tener celos de ella, ni tratarla mal. Quiero confíe en nosotros, que no dude la vamos a tratar bien. Aunque la quiera hacer mí nueva puta.

No tengo claro que, sea consciente de lo difícil de su situación real.

-Cariño ella debe ser realista, no tiene a nadie. Si la familia de su esposo la localiza, no tendrá que preocuparse ya de nada.

-Eso es cierto, pero una cosa es que lo veamos nosotros. Otra muy distinta que lo vaya a ver ella.

Salí de casa dejando a mí hijo algo preocupado. Al llegar a la casa de Tana, la encontré feliz con una sonrisa cómo un amanecer.

-¡¡Hola Concetta!! -le devolví el saludo con mí mejor sonrisa- ¡¡Hola Tana!! Nunca había acariciado a una mujer. A Ella la había besado y acariciado, porque Mario así me lo había ordenado.

Mientras se acababa de vestir la observé con un deseo desconocido para mí. Tenía un culo duro, con forma de manzana, respingón.

Me acerqué pasándole la mano por las nalgas, agarrándole un instante el culo, comprobando lo duro que lo tenía.

─Has hecho ejercicio verdad ─le dije sin soltarle la nalga─ lo tienes cómo una piedra.

La viuda gitana se me acercó, con la boca entreabierta, mirándome con deseo, chupándome la oreja. Sus pezones de un grosor increíble, como las puntas de unos dedos, se le clavaban en la blusa negra.

─El otro día… me hiciste despertar de un largo letargo… gracias Concetta.

Me mordió y chupó la muy guarra, el cuello y la oreja, poniéndome más caliente de lo que quería reconocer.

─¡Cariño! ─gemí sorprendida por su atrevida caricia. Me metió la mano debajo de la falda, descubriendo que no llevaba braguitas.

─¡¡GUARRA!! Eres una puta caliente ─me susurró a la vez que me cogió el coño con toda la mano.

Yo hice lo mismo, descubriendo tenía ya las braguitas húmedas… ─¡¡PUTONA!! Eres una viuda gitana muy caliente, con mucha hambre de polla─ la dije apartándole las braguitas.

Le hurgué el coño sin prisa ninguna, separándole sus gruesos labios, metiéndole un dedo dentro, haciéndola gemir.

─Ah… Mmm que puta eres… me estás metiendo ya el dedo… Ah… deja mí chocho por favor.

Ella me titiló el clítoris la muy guarra, haciendo me mojará rápido.

Aceleré el mete saca de mí dedo, haciendo lo mismo que ella. Me arrancó un sollozo lascivo ─Ah… toca así mi pipa… viuda gitana… me haces correrme…

Ella se corrió agarrándome la mano, gimiendo para que n dejará de meterle el dedo hasta el fondo de su estrecho y húmedo coño…

─Ah… Ah… sí méteme el dedo más… ¡¡ME CORRO!! Ah… así mí chocho… puta me haces correrme muy rápido…

Mientras nos corríamos nos besamos cómo dos perras, con las lenguas fuera de las bocas.

Yo decidí en aquél momento jugármelo todo a una sola carta…

─Tana… soy la puta de mí hijo… él me chulea y me hace que haga de puta para él ─la dije sin dejar de besarla.

Ella me confesó que algo había intuido ─he estado pensando en lo que me dijiste ─admitió─ al decirme que «Mario me lo da todo» me has hecho darle mil vueltas a la cabeza.

─Te he cogido cariño viuda gitana. Aquí no hay dónde trabajar, me vi sola cómo tú, con un hijo adolescente, viuda, sin trabajo.

─Así que tu hijo te hace te prostituyas, y te acuestes con extraños por dinero, ¿es eso lo que haces?

─No, sólo me acuesto con él. -Tana me miró sin dar crédito a lo que oía.

Se acercó más a mí susurrándome ─¡¡ PU…TA!! Tu hijo te chulea y te lo follas… pedazo guarra eres Concetta.

─Sólo me hace pajear a chicos y algún maduro, en un cine de barrio, en Génova. Sacamos más de tres mil limpios cada mes.

Tana me miró alucinada ─¿Tanto se saca por pajear sólo a unos mocosos?

─Pajearlos y que te manoseen ─la dije mirando su reacción, a la vez que le cogí su carnoso coño con toda la mano.

─¡¡PUTA INCESTUOSA!! ─me dijo, besándome con una sonrisa en sus labios.

Mientras íbamos para casa, le expliqué cómo mí hijo cuida de mí, sentándose siempre en la fila de atrás.

Cuando lleguemos Mario estaba recién afeitado y duchado. Lo besé en la boca como solíamos besarnos siempre. Tana me miró incrédula, pero disimulando su sorpresa.

No sé cuál de los dos se sorprendió más con el otro. Yo lo había intuido, quizá sea intuición dé madre.

Tana miraba a mí hijo sin salir de su asombro ─no me habías dicho tenías un hijo tan guapo, mamá egoísta─ soltó así de golpe.

Nos hizo reírnos con ganas ─Hahaha… cómo eres viuda gitana, tienes sangre gitana, se nota cariño… Hahaha.

─Hahaha… mamá tiene razón… no me has dicho lo guapa es tu nueva amiga ─perdón─ les dije a ambos. ─Tana este es Mario… mi hijo, seguro te va a caer genial. Mario esta es Tana, por lo que veo os vais a llevar muy bien, estoy segura.

Mario se acercó a la viuda gitana, besándola en la mejilla, pero rozándola la comisura de los labios.

Ella lo besó igual, mirándolo con cara de Leona. Ninguno le quitaba los ojos al otro.

Tana es planita de tetas. Pero los pezones exageradamente gruesos y largos, se le clavaban descaradamente en la vaporosa blusa.

Nada más acabar de comer tomamos café en el salón del televisor. Tania no cejaba de comerse a Mario.

─Hijo le he explicado a la viuda gitana todo… ─le dije sin apartar la mirada de los ojos de ella.

La he cogido cariño Mario, no te preocupes porque ella no vaya aceptar hacer de puta. La viuda gitana, es más guarra y puta que tu madre.

─¡¡Qu-que puta eres… Concetta!! Gracias ─me dijo ella─ eso de que soy más puta que tú no es verdad, «mamá incestuosa».

─¡¡Será putona!! Después de explicarle todo, quería no te contará nada, para así tenerte engañado.

Los ojos de Tana echaban fuego, me miraba como si quisiera matarme. Mario la habló muy serio.

─Escucha con atención viuda gitana… -le dijo hablándola tranquilo y pausado- Ella te ha cogido cariño, por eso me ha desobedecido, pero no pasa nada.

Sí quieres hacer de puta creo podemos ser muy felices los tres. Imagino que mi madre, ya te habrá explicado cómo está el tema del trabajo por aquí.

Tana lo escuchaba con toda la atención, sin apartar los ojos de él apenas, para mirarme a mí un instante.

Él siguió explicándola qué opciones tenía.

─Tienes un físico bonito, que gusta a los hombres, eso tú ya lo sabes. Si caes en manos de alguna banda de proxenetas, no te van a tratar como nosotros ─Y sino quiero ser tu puta… ¿no queréis saber nada de mí verdad? ─lo interrumpió ella.

Mario le dio un bofetón intenso, que la hizo girar toda la cara, mirando para atrás. Tiene arte para eso el muy chulo.

La golpeó con intensidad, pero con los dedos cerrados, sin golpear ninguna parte de la cara.

La viuda gitana tiene los pómulos salidos, pero sólo la golpeó la mejilla.

─¿Quién te ha dicho que puedes interrumpirme? ─¡¡JA!! No eres mi chu… ─antes de acabar la frase, la dio un nuevo bofetón.

Más intenso que el anterior, ella quedó toda despeinada con la cara cubierta por su melena leonina.

Me miró como me sonreía, por lo leona que se mostraba. Tenía la respiración agitada.

─Eres más caliente que mamá, lo sé viuda gitana ─la dijo él─ ¿es así mí perra? ─me preguntó.

─Sí tesoro, tiene el coño sin usar, parece virgen de lo estrecha que es. Tiene mucha hambre de polla…

Mario se levantó y poniéndose a su lado la susurró ─nadie va a quererte y cuidarte como nosotros.

La besó con dulzura, dejándole los labios en la comisura de la boca.

Algo similar a una sonrisa se dibujó tenuemente en su rostro. Me miró con la mirada tranquila.

Se la llevó a nuestra habitación. La habló de forma cariñosa, teniéndola abrazada. Las manos de Mario, la tenían sujeta de las nalgas.

A cada instante, acariciaba con más deseo el culo de la viuda gitana. La hablaba entre susurros, besándola y chupándola el cuello y la oreja.

La viuda tenía abrazado a Mario por los hombros, sin separarse de él.

Viéndola más excitada y caliente, le metió las manos bajo la minifalda. Ella se quejaba a cada instante con menos convicción.

—Mario… no puedo hacer esto… he enterrado a mi esposo hace poco, suéltame por favor…

—Viuda gitana tu marido sé que nunca se ha ocupado de ti, no te ha dado lo que necesita una señora cómo tú… eres una señora muy caliente… necesitas ser acariciada…

Nada más decirla esto, le apartó las braguitas repasándola la canaleta, acariciándola todo el coño.

Al sentirse acariciada así Tana dejó escapar un sollozo, por lo excitada que la estaban poniendo las caricias de él.

—Mmm… ¡Ah! No me toques así Mario… no puedo… me confundes… deja… me.

La tocó el coño, hasta que la hurgó metiéndole un dedo. La viuda gitana se le abrazó más fuerte. Él la besó en la boca, poniéndola más caliente.

Mi hijo le manoseó las nalgas con un desparpajo que la puso loca de excitación, atreviéndose el muy chulo a darle una nalgada. Ella gimió excitada, sin deshacer el morreo que mi hijo le daba…

—Mmmppp… ¡¡Ah!!

—Qué chocho tan carnoso tiene la señora, Uuufff… no dejas de soltar jugos…

Mario le chupó y mordió el cuello sin parar, metiéndole el dedo hasta el fondo del coño. La reciente viuda se quejaba sin ninguna convicción, resistiéndose menos a cada momento. Viéndola me estaba recordando a mí misma la primera vez que Mario se atrevió a acariciarme.

—No… no me hagas esto… Ah no puedo… no me acaricies así el chocho… ¡¡OH!!… me estás confundiendo golfo… me voy a correr… no puedo más…

El aprovechado aceleró el mete saca de su dedo. Los jugos empaparon la espesa pelambrera, mojando los rotundos muslos. Se puso detrás de ella, manoseándola también las tetas. Amasó las menudas tetas, fuera de la blusa, loco de excitación, hablándola muy caliente, metiéndole otro dedo, follándola el coño de forma morbosa hasta hacerla correrse.

—Uuufff… tienes el chocho chorreando jugos… so cachonda, qué chocho tan jugoso… córrete así viuda gitana… dame tus jugos… Mmm.

—Aaahhh… Mmm nadie me ha tocado nunca así… toca mi chocho más… ¡¡CABRÓN!! ME CORROOO…

—Que tetas tienes, viuda cachonda, que pezones tan ricos…como te chapotea el chocho ¡¡VIUDA PUTONA!! Sí córrete.

El acuoso chapoteo nos puso locos de excitación a los tres. Yo desde mi escondite, estaba con dos dedos hurgándome el coño, estirándome los pezones cachonda pérdida.

La viuda gitana tenía a mi hijo cogido de la nuca, atrayéndolo hacia ella, dándose los dos la lengua.

Viéndola cachonda pérdida, se sacó la polla, haciendo se la agarrara. Cerró los dedos alrededor de la barra de carne, tironeándola de forma morbosa, quedando hipnotizada igual que me sucediera a mí, cómo sin creerse que siendo tan joven tuviera aquella polla.

Nada más hacerla correrse la hizo sentar en sus muslos.

─AH… Mmm no me toques así… soy una pobre viuda, AH… Mmm te aprovechas de mí… ¡¡OH TU POLLA!!

Mario le separó los muslos, para manosearla mejor, hurgándola todo el coño como quiso.

─Que chocho tan caliente y húmedo tienes… que rico te meto los dedos… OH…SÍ como me tironeas la polla viuda gitana… no pares… OH.

Ella se abrazó al cuello de Mario, ocultando su rostro en su hombro, tironeándole la polla de forma morbosa, con deseo mal contenido, con su rostro sonrojado hasta las orejas, en una mezcla de vergüenza y excitación…

─AH… AH… Mario… nadie me ha tocado así el chocho… OH… me sacas los jugos sin parar… sí… sí… me corrooo…

Nada más hacerla correrse de nuevo, <<y hacerme correrme a mí…>>; la hizo arrodillarse. En esa postura la cogió de su abundante melena, pasándole la gruesa polla por las mejillas, poniendo a la viuda gitana, excitada y ansiosa.

Le dio varias veces con la polla en las mejillas, con intensidad, humillando a la viuda, de verse tratada así por un chico que podía ser bien, su hijo.

─Toma viuda cachonda…necesitas alguien como yo que te trate así, con mano dura… toma polla en tu cara de puta… Mmm, ¡¡Que buena estás joder!!

─¡¡AH!! Chulo no voy a ser tu puta jamás… podrías ser mi hijo… ¿Tú qué te has creído?

Al oírla hablar así, Mario la hizo que se tragara toda la polla, como si le follara la boca. Teniéndola bien cogida del pelo, le provocó varias arcadas.

—Mmmppp… Cof… Mmmppp… Cof… me ahogas bruto…

—Eso te pasa por ser una viuda cachonda… ¡¡GUARRA!! Cómetela todaaa… Mmm que rico te follo la boca… SÍ.

─¿Tu hijo? Si fueras mi madre, habría hecho que mi padre durmiera en la calle todas las noches… para violarte y follarte… ¡¡So cachonda!!

Al oírlo la viuda se excito más, tragándose toda la polla con más deseo. Intentó disimular haciéndose la ofendida, pero mi hijo no se dejó engañar

─Mmmppp… ¡¡PERVERTIDO!! ya sé te gustaría fuera tu madre para violarme… ¡¡CHULO!!

Al verlos a los dos desde mi escondite, y sobre todo oírla a ella, me recordó la primera vez que le había comido la polla a mí hijo…

─¡¡OH!!… te la estás comiendo toda viuda gitana… MMM… no pares… Uuufff que boca tan caliente tienes sí… ¡¡OH!!

─Mmmppp… ¡¡QUE POLLA!! ¡¡CHULO!! Me estás confundiendo… no voy a ser tu puta…

Mario le sacó la polla de la boca, dándole un bofetón que la hizo quedar recostada contra la cama, con la melena revuelta cómo una leona en medio de una pelea.

Él puso en marcha mí móvil… ─He… he matado a mi esposo, ya no podía más… Nada más escucharlo la viuda se tiró contra Mario, intentando arañarle la cara ─¡¡CABRÓN!! Te mato ─rugió la leona.

Cayeron ambos en la ancha cama, mordiéndole ella en el cuello, haciendo mi hijo lo mismo.

Tras unos segundos así, Mario la puso encima de sus muslos, azotándola intensamente hasta ponerla las nalgas rojas, con varios moretones y cardenales.

La viuda aulló, lloró, más que por el dolor, por la humillación creo yo, de verse tratada así.

─Ah… Ah… me haces daño… ¡¡hijo puta!! no me pegues más… Ah, me arde el culo… Ah…

─Si no quieres hacer de puta para mí, voy hacer que los carabinieri reciban la grabación. Me da lo mismo lo que te pase…

Mi hijo descubrió como tenía de húmedo el coño la viuda, haciéndoselo saber ─tienes el chocho húmedo… necesitas te azote más… ¡¡PERRA!! ─ella se quejó por pura coquetería femenina al saberse descubierta.

─Ah… ¡no es… verdad! Ah… no me azotes más perverso…

A pesar de sus palabras, la muy puta estirada cómo estaba, le agarró la polla manoseándosela toda.

Mario le hurgó todo el coño, abriéndole mucho los labios, anchos cómo pétalos de carne, que tenía la guarra, acariciándola el clítoris a la vez, hasta que se corrió, mojándole de jugos los dedos.

─UF… ¡¡QUE CHOCHO!! Tienes los labios muy gruesos y salidos…

─¡¡Aaaggg!!… me haces correrme ya, Mmm…

─Tienes la pipa muy hinchada so cachonda… sí córrete…

─¡¡Aaaggg!! Estás abusando de mí… ¡¡ME CORRO… MMM!!

─¡¡OH!! No paras de tironearme la polla… sí córrete… tienes un chocho guarro y tragón…

Nada más hacerla correr, Mario la hizo ponerse a cuatro patas en el borde de la cama. En esa postura la ató con las manos en la espalda.

La viuda protesto muchísimo, ignorando él sus quejas, azotándola con un flogger.

A cada golpe, la caliente viuda dejaba ir un sollozo, cargado de deseo mal contenido.

Él la acarició las nalgas, cada pocos golpes, confortándola. El coño lo tenía más húmedo y abierto, de excitación animal. Mario la obligó a que le comiera la polla, hasta producirla varias arcadas, al no dejarla respirar apenas.

─Cómeme toda la polla sin prisa, saboréala bien… así Mmm pasa toda la lengua de arriba abajo… Mmm… ¡no pares!

Ella lejos de negarse, la saboreó como si le fuera la vida en ello, es mucho mejor que yo, la muy perra…

─Slurppp… Mmm

¡¡Qué polla tienes…!! ¿Así lo hago bien so chulo?

Mi hijo la respondió excitado cómo un animal, haciendo que le lamiera los huevos… ─¡¡OH!!… Sí que bien la lames toda, chupa los huevos puta, que se llenen bien de leche.

La viuda le dio unos lametazos, que me hizo meterme los dedos en mí húmedo chocho.

─Slurppp… Mmm los tienes llenos de leche… que gordos y peludos son…

Sin soportar más la excitación, mi hijo se agachó detrás de la gitana. Le comió todo el chocho, haciéndola correrse en pocos minutos.

La viuda gitana sacudió la cabeza a un lado y otro como un animal salvaje. Empujó el coño contra la boca de Mario, para que no dejara de comérselo, hablándole soez, la muy guarra…

─¡¡QUÉ CHOCHO!! Que sabroso y dulce es…Mmm…

─¡¡AG!! ¡¡AG!! Nadie me ha comido así el chocho nunca… ¡¡AG!! Sí cómetelo más…

Le abrió los anchos labios, encajándola toda la lengua en el fondo del coño, bebiéndose los jugos de la caliente viuda. Yo me metí dos dedos hasta el fondo de mí caliente coño.

─Que labios tan gruesos y guarros tienes viuda gitana… Slurppp… Mmm ¡¡Que jugos tienes!!

─¡¡AG!! Sí méteme toda la lengua en el chocho así… me matas de placer… Me Corrooo sí toma mis jugos… ¡¡CABRÓN!!

Mario le atrapó el hinchado clítoris, entre la lengua y los dientes. La viuda gitana soltó un alarido. Le vino un «orgasmo asesino» haciéndola llenar la boca de él de jugos.

A la misma vez la nalgueó duro, excitándola hasta la locura, hablándola cómo a su puta.

─¡¡Aaaggg!!… sí chupa mí pipa… ¡¡me corrooo sin parar!!…

─Sí córrete en mi boca… ¡¡puta!! ¡¡Que pipa tan sabrosa!!

─Toma mí pipa… me matas ¡¡chulo!!

Sin perder un segundo Mario se levantó, sujetándola firme, tironeándola del pelo, le pintó todo el coño a la viuda gitana, como si su polla fuera una brocha de carne.

Sólo meterle la gruesa cabeza, hizo que la recién viuda empapara de jugos la amoratada cabeza. A la vez se quejó de lo gruesa y dura que era.

─¡¡AY!! mmm… tienes la polla muy gruesa y dura…

Sin hacer caso de sus protestas, Mario la besó y lamió el cuello y la oreja. La metió la mitad de la polla de una embestida. La habitación olía a chocho caliente y sexo.

Él se quejó de lo estrecho y húmedo que es el chocho de la viuda ─¡¡OH!! Qué chocho tan estrecho y jugoso…

─¡¡AY!! No me la metas tanto… ─se quejó ella─ me llenas mucho el chocho…

En ese instante, la cogió fuerte de las caderas, empalándola toda la polla, dejándosela toda dentro unos instantes, para que la viuda gitana la sintiera toda bien dentro. Ella comenzó a correrse sin dejar de gritar como si la matara.

La muy guarra, comenzó a moverse al ritmo que le marcaba el chulo cabrón de él.

─Toma polla so cachonda… así todaaa. ¡¡Que chocho para mí polla!!

─¡¡Aaayyy!!… ¡¡qué polla!!…

─¡¡Ooohhh!!… ¡¡que chocho!!…muévelo que te lo folle bien rico así…

─¡¡Aaayyy!!… siento tu cipote en el fondo del chocho…

─¡¡Ooohhh!! que rico mueves el chocho para que te la clave toda… toma pollaaa… ¡¡puta viuda!!

─¡¡Aaayyy!!… nadie me ha follado así nunca… fóllame el chocho más… ¿Así quieres lo mueva… chulo?

Sin poder resistirlo Mario le metió toda la polla en cada embestida, dándole un mete saca diabólico.

La viuda gitana se corrió a chorros arrastrando con ella al chulo de él, arrastrándome a mí con ellos.

─¡¡Ooohhh!! Mueve el chocho así… que rico follas viuda gitana… toma polla ¡¡guarra!!… así todaaa…

─¡¡Aaayyy!!… ¡¡follame el chocho!!…

─¡¡Que chocho tan sabroso!! te lo follo así… ¡¡guarra cachonda!!

─¡¡Que polla me das!! me corro a chorrosss… ¡¡follame!!… ¡¡aaayyy!!

─Me corro contigooo ¡¡reputaaa!! te la clavo todaaa… ¡¡así!!

─¡¡Aaayyy!! me la das todaaa… sí llename de leche el chochooo…

─¡¡Que chocho tan tragón!!… toma la leche… ¡¡me corrooo!!

Después de acabar de follarla, la acompañé a su casa. Por el camino no hablamos prácticamente nada.

El chulo de mi hijo, la quería hacer sentir ansiosa, deseosa de volver a ser acariciada, follada como él la había follado.

Durante todo el fin de semana, follamos con más deseo y ganas que nunca. Me nalgueó y azotó cómo ha una perra, a la vez que me arrancaba a lengüetazos los orgasmos.

Hasta pasadas dos semanas no fuimos a buscar a la viuda gitana. Nada más avisarla, que pasábamos a buscarla para ir al cine a Génova, respondió excitada y nerviosa.

—P-pero estoy sin arreglar —me dijo nerviosa— tranquila Tana —la respondí— ponte una minifalda cualquiera.

Al llegar al cine estaba como de costumbre, con no más de ocho o diez personas.

Al poco de sentarme llegó un cliente conocido. Detrás de mí estaban los dos.

El chico me hizo casi correrme, manoseándome toda haciendo que lo pajeara con ganas. Nada más irse, ocupó su lugar un chico muy joven, pero atrevido, seguro no tenía aún los dieciocho años.

Me susurró al oído:

—Estás… muy buena… si… fueses… mi… mamá… me… volvería…  loco… ¿Te puedo comer el coño… porfa…?

Miré hacia atrás un instante de reojo. La viuda gitana estaba saboreando la polla de mí hijo.

Él la tenía con las tetas fuera, el chulo, hurgándole todo el coño.

Tener a mi lado aquél chico que podía ser mi hijo, me excitó cómo una perra salida.

La respuesta del chico fue inmediata. Se arrodilló entre mis muslos, lo cubrí con la chaqueta.

Me comió el coño con algo de torpeza, pero tenía una lengua muy rica.

El atrevido me sacó el culo fuera del asiento, para comérselo mejor. Me metió primero un dedo, luego dos, hasta comenzar a darme lengüetazos cómo un perro.

El mocoso me hizo que le encajara todo el chocho en la boca. Cuándo supo atraparme mi excitado clítoris, le froté todo el chocho, cachonda pérdida, mientras le susurré muy sucio y soez, para excitarlo al máximo.

—Chico sucio… chupa… así… mi… pipa… Aaahhh… Aaahhh…

Miré atrás, la viuda estaba recostada encima de Mario, con los ojos en blanco.

Tenía la polla de mí hijo clavada hasta los huevos, la muy puta… acompañaba con la mano cada embestida de la polla… gimiendo quedamente a cada mete saca…

El chico se corrió mientras me comió el chocho. No sé ni las veces que aquel chico me hizo correrme.

Los siguientes días la viuda gitana, se sentó a mi lado. Enseguida se hizo una buena clientela, debido a la cara de puta que tenía, y el cuerpazo que tiene.

Después de varias semanas así, Mario ató a la viuda gitana a los postes, abierta de muslos, toda desnuda, salvo unos zuecos de madera, rojos, un viernes noche.

La palmeó el coño, la escupió en la cara, dándole palmadas en los pezones, que no podían estar más duros y gruesos.

Excitada le susurré a mi hijo —déjame que le coma las tetas a esa perra…—claro mamá hazlo— fue su respuesta.

Amasé las tetas con deseo, eran pequeñas pero muy sensibles. La viuda gitana hacia cara de estar muy perra, la puta.

Al retorcerle los pezones gimió—¡¡AH!!— Tenía el chocho con sus anchos labios abiertos, brillantes de jugos.

Con la mirada le pedí permiso a Mario, para acariciar su mercancía. Tenía el coño soltando jugos… ¡la perra! Me metí los pezones en la boca, mientras le repasé la pipa, poniéndola cachonda pérdida.

—¡¡AG!! Concetta… Mmm ¡¡CABRONA!!

Chupé los gruesos pezones, a la vez que le titilé el excitado clítoris hasta llevarla al borde del orgasmo, dejando de acariciarla, negándole el orgasmo.

La reacción de ella nos excitó a mi hijo y a mí, cómo a bestias…

—Aaahhh… ¡¡Nnnooo…!! Mmm… no me dejes así… ¡¡PUTA!!

Conociendo a mi hijo, sólo con mirarlo supe qué tenía que hacer.

Me arrodillé entre los muslos de la viuda gitana. La fui lamiendo desde los dedos de los pies, con lametones cargados de VICIO y LUJURIA, así con mayúsculas.

Mi lengua fue ascendiendo sin prisa ninguna, provocando que la guarra, moviera sus caderas, ansiosa porque la lengua llegará donde ella quería.

Debajo de mí, estirado en el suelo entre mis muslos, Mario me lamía toda la canaleta, sacándome los jugos a lametazos, mientras me follaba el culo con un dedo.

Separé con los pulgares, los anchos labios de la viuda gitana. Los lamí saboreando sin prisa los jugos que soltaba.

Después de abrirle los labios a lametazos, la cogí de sus rotundas nalgas atrayéndola hacía mí.

Le metí toda la lengua en el chocho, lamiéndola con vicio…

A la vez la hurgué el ano, provocando se quejara, por la traicionera caricia.

Le atrapé el hinchado clítoris, provocando me frotara de forma compulsiva, el coño contra mi boca, haciéndola que encadenara varios orgasmos, haciéndola aullar y bramar de placer.

Mi hijo a la misma vez me metió dos dedos en mi culo tragón. Chupándome la pipa hasta que me corrí, sentada en su cara, frotándole todo el coño con vicio.

Después de corrernos las dos, mi hijo la hizo ponerse a cuatro patas. Me hizo que le comiera el culo a la viuda, metiéndole la lengua en el culo.

El muy chulo me folló el culo como un perro subido en mi grupa, mientras le comía el culo, titilándola el clítoris, hasta hacerla correr a chorros, cachonda perdida…

A mi hijo por estar haciendo un trio tan morboso, con la viuda gitana y conmigo, se le puso la polla mucho más gruesa y dura, dándome un mete saca diabólico, rompiéndome el culo cómo a su puta…

Debo reconocer que, me encantó comerle el coño a la viuda gitana. Eso me excito como a una GUARRA, así con mayúsculas.

Apreté mi esfínter al máximo, mordiéndole muy duro la polla, sintiendo como me llenaba todo el culo, hasta sentir su grueso cipote en el estómago…

Excitado cómo un animal mi hijo me ordenó

─Abre tus nalgas te rompa el culo bien…¡¡PERRA INCESTUOSA!!.

─¿Así quieres me las abra…? ¡¡OG!! QUE POLLA…

Al ver cómo le abría las nalgas como una perra, Mario me la clavó toda, metiéndomela toda en cada embestida, cómo un perro… llenándome de leche…

Me culeó como una bestia, cómo nunca lo había hecho antes. La presencia de la viuda gitana nos excitó como animales a los dos.

Después de correrse cenamos algo los tres. Nos fuimos a nuestra alcoba.

Se estiró en el centro de la cama, haciendo nos pusiéramos una a cada lado. Nos puso mirando hacia los pies de la cama.

Teniéndonos así, nos acarició a ambas el chocho, y todo lo que quiso el chulo de él. Ordenándonos le comiéramos la polla, cada uno por un lado.

Nos hurgó sin prisa ninguna, metiéndola a la viuda gitana la lengua en el culo, mientras le cogía el coño con toda la mano.

Las lenguas lamieron la barra de carne, saboreándola con lujuria, degustando cada lametón…

Mi hijo excitado como un animal. Ver a su madre con otra puta, lamiéndole las dos la polla…

─OOOHHH… Que bien la laméis… ¡¡PERRAS!! Seguid así…

La gitana no pudo evitar exclamar ─Slurppp… ¡¡QUÉ POLLÓN…!! ─diciendo esto la muy puta, rozó mi lengua.

Ambas lenguas rodearon la barra de carne, rozándose.

Esto nos excito muchísimo a los tres. Mario levantó las caderas del colchón, empujando su polla contra nuestras lenguas, loco de excitación…

─OOOHHH… ¡¡PUTAS SOIS!!

Las dos nos lanzamos por la gruesa cabeza de la polla. Rodeamos el cipote, a la vez que nuestras lenguas se tocaban.

Él aceleró el mete saca de sus perversos dedos, haciéndonos correr a las dos.

Mario incapaz de aguantar mucho más, se colocó detrás de la viuda gitana. La escupió en el ano…

El muy chulo la ordenó ─ábrete las nalgas perra─ ella le pretextó, algo asustada─ es muy gruesa, no entrara─.

La dio una fuerte nalgada, entonces ella apoyó la frente en el colchón, y se abrió ambas nalgas.

Dispuesto a pervertirme más me ordenó ─mamá enfila mi cipote en el ano…─. Nada más apoyar la gruesa cabeza, presionó durante unos segundos, hasta que el culo cedió, tragándose la gruesa cabeza.

El ano se veía un culo guarro, tragón, de un color marrón oscuro casi negro.

La viuda gitana soltó un grito, ─¡¡AY…!!─ Más por la sorpresa que por el dolor. Mi hijo me demostró no tener límites en pervertir a la puta de su madre…

─Mamá ponte debajo de la viuda gitana, cómele el chocho. Qué sé te ha gustado mucho… ¡¡PERRA!!

Sentí como un rubor violáceo me subía por las mejillas. Me atreví a decirle ─PERVERTID… Mmm─ antes de dejarme acabar de hablar, me besó dándome un morreo, esto hizo no le pretextara nada más, me conocía muy bien el cabrón.

Después de esperar unos segundos, inició un lento mete saca, a la vez que nalgueaba intensamente a la viuda.

─¡¡AH…!! Es muy gruesa Mario… me vas a romper el culo…

─Empuja tú sola el culo, sin prisa, que te vaya entrando, ¡¡VIUDA CACHONDA!! Necesitas te folle este culo tan estrecho y guarro que tienes…

Desde mi posición debajo de los dos, podía acariciar los huevos de mi hijo, así como darle lametazos en los huevos, cosa que no desaproveché…

─Tienes los huevos llenos aún de leche tesoro…

─Uuufff… ¡¡Mamá!! Eres más perra cada día.

A la vez le di lametazos a la puta de la viuda gitana ─Slurppp…¡¡QUÉ PIPA…!!

─Mmm… ¡¡PERRA!!… no me comas así la pipa… ¡¡AG!!

La viuda gitana empujó el culo la guarra, sintiendo como cada vez la barra de carne la llenaba más el culo, excitándola cómo no había imaginado.

─¡¡Aaayyy…!! Me llenas todo el culo de polla… sí.

Mario la tironeó del pelo, nalgueándola, excitándola más de lo que ella quería reconocer, cachonda perdida, de verse follada así ─ufff… Qué culo tan estrecho y guarro tienes viuda gitana, empuja el culo que te entre toda… ¡¡PERRA CALIENTE!!

La guarra obedeciendo a mi hijo, empujo hasta sentir los huevos rozarle el coño.

─¡¡Aaayyy!!… La siento en el fondo de mi culo… Follate mi culo así de rico… ¡¡CHULO!!

─OOOHHH… qué culo tan guarro y estrecho… SÍ TOMA POLLA… ¡¡VIUDA CACHONDA!!

Se echó en la espalda de ella, besándola, chupándola la oreja y el cuello. Embistiéndola poco a poco profundamente. Sacando y metiendo toda la polla en cada embestida

Ella se sintió excitada como nunca, lo había estado antes.

La muy guarra, mostrándonos lo caliente y perra que es, levantó el culo, separándose ambas nalgas como una perra en celo, provocando al chulo de mi hijo…

─¡¡AAAYYY…!! Me estás clavando toda la polla ¿Así quieres me abra las nalgas? DAME MÁS POLLA ¡¡CABRÓN!!

Deshaciendo la postura, me coloqué toda estirada debajo de la viuda gitana, cogiéndola del cuello. La besé dándole la lengua.

Mario viéndola tan perra, se subió en la grupa de ella, como hizo conmigo, la primera vez que me rompió el culo.

En esa postura, le clavó toda la polla hasta el fondo del culo, chocando sus huevos con fuerza, en el encharcado chocho de la viuda gitana.

─Ahora sí te voy a follar bien el culo

La viuda gritó fuera de sí, corriéndose por el culo. A la vez que nos besábamos las dos, entrelazando nuestras lenguas, la estire los pezones con fuerza, volviéndola loca de placer, entre el hijo y la madre.

Mario la rompió el culo, loco de excitación de follarse a una leona cómo ella. Se corrió con una fuerza increíble, llenándola el culo de leche.

Se corrieron rugiendo cómo dos leones, embistiéndola como un bestia, sacando y metiendo toda la polla en cada embestida.

Ella rugiendo, sacudiendo su leonina melena, en esos instantes los dejé disfrutar de su intimidad.

Así de esta manera, mi hijo y yo hemos hecho más pervertida, nuestra singular relación. Espero os excite nuestro relato, y dejéis vuestros comentarios.

Un saludo desde Italia, Ciao.

Azalais©copyright2018

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