Habían pasado 3 años de que mi exprofesora del colegio y yo tuvimos relaciones sexuales. Habíamos mantenido una amistad, pero nada sexual, hasta que un día, me dijo que quería hacerlo, yo estaba sorprendido y emocionado, hace mucho deseaba volver a estar en la cama con ella.
Luego de planear un poco, fuimos al centro de San José, caminamos un poco, fuimos a un almacén y comimos, era una cita más o menos normal.
Finalmente llegó el momento que esperé tanto, volvería a estar a solas con ella. Debido a problemas que solía tener cada vez que tenía sexo, acordamos solo jugar, besarnos, tocarnos, y hacernos sexo oral, aun así, compramos algunos condones.
Entramos a la habitación del hotel, nos besamos y nos desnudamos. Toqué sus pechos que extrañaba tanto, nos acariciamos, luego se sentó en la cama, tomó mi pene firme con sus manos y lo puso en su boca, me empezó a mamar como hacía tiempo lo había hecho, y sentí de nuevo ese placer que solo ella me había dado.
Luego se acostó y le chupé su vagina como yo sabía que a ella le gustaba, jugué con su clítoris, le metí mis dedos mientras lamía su vagina. Gozamos un buen rato, dándonos apasionados besos, dándonos sexo oral, y por suerte llevamos los condones, ya que ella estaba tan excitada, que quiso que la penetrara.
Me puse un condón, y le lamí un poco más su vagina para asegurarme de que estuviera húmeda, coloqué me miembro erecto en sus labios vaginales, y la metí con cuidado, pero con firmeza. Había un espejo al lado, donde nos podíamos ver teniendo sexo, una vista muy buena.
La follé con lentitud, no a un ritmo rápido, sacaba y metía mi pene con suavidad, sintiendo su vagina, lo cual era una delicia. Ella empezó a gemir de una forma en que nunca la había escuchado, por lo que mantuve el ritmo lento, pero firme. Cada vez que entraba soltaba un gemido, que fue haciéndose cada vez más fuerte, hasta que soltó uno muy agudo.
En ese momento me acerqué y la besé, la follé un poco más y eyaculé. Cuando saqué mi pene, fue impresionante ver la cantidad de semen que había soltado, a lo que ella dijo “lastima, me hubiera gustado todo eso en mi boca”.
La experiencia fue tierna, nos besamos y nos acostamos juntos, más que haber follado, creo que es lo más cercano que he estado a hacer el amor. Acostados ella puso mi mano en su pecho, lo cual hizo regresar mi erección.
Esta vez solo hicimos orales, en la posición del 69, que diré que no me gustó tanto. Luego de un rato eyaculé en su boca.
Nos fuimos de ahí felices, había sido una experiencia muy buena. Luego de eso, ella empezó a utilizar anticonceptivos, por lo que nos hicimos amigos con derecho por un tiempo.
Una de las cosas que más recuerdo fue una posición diferente, cuando estábamos ya desnudos, me empezó a masturbar, subió una pierna a la cama, y me dio una sonrisa pícara mientras me ayudaba a penetrarla, La posición me gustó, y me aseguré de disfrutar como follábamos de pie, sin condón, sintiendo su humedad y su calor.
Tuvimos sexo varias veces, todas ellas sin condón, nos encantaba follar, y que yo la llenara con mi leche.