Aquella tarde llegue a casa de mi tía Isabel, había quedado con mi primo para para ir al parque a echar unas canastas, al entrar en casa de mi tía me dice que él había salido con su chica y que le parece que tenían para rato ya que estaban discutiendo y en eso de la reconciliación seguro se demoraba. Vaya contratiempo pensé yo, ya que no tenía planes para esa tarde.
-Bueno tía -le dije- pues nada me iré a ver qué hago con mi vida ya que yo también he discutido con mi chica y no quería verla hoy.
-Pues quédate un rato -me dice mi tía y conversamos un poco, así me haces compañía hasta que venga tu primo, claro si deseas.
-Bueno -le dije y le pedí permiso para ir al baño.
Al entrar vi que había ropa sobre la tapa del váter parece que mi tía recién había salido de la ducha, me acerque a ver solo por curiosidad. Debo decir que mi tía es una mujer de unos 40 años, divorciada, ella se divorció de mi tío carnal hace ya muchos años, muy simpática, de piel blanca, cabellos dorados, ojos muy claros, un cuerpo ni flaca ni gorga, ya que solo tuvieron un hijo y ya es mayor de edad y lo mejor de todo es que tiene un culo muy duro y grande, la he visto en shorts muy pequeños y tiene bonitas piernas, de pechos no está bien equipada, pero son bien bonitos, medianos diría yo, pero bien, a ver con que me encontraba.
Lo primero que vi fue un brasier color blanco, bueno dije nada fuera de lo normal. Debajo de eso me encontré con una braguita color roja, a los costados tenía dos tiras y la parte que va adelante o sea en la cuca, tenía una maya y bordada llevaba una rosita, la parte de atrás solo llevaba una tela muy delgada, mas gruesita que un hilo, uff eso me puso a mil y por instinto me lleve la braguita a la nariz, lo olía, y aun olía a su piel, a su cuerpo, aún tenía su olor, que erección que me causo eso.
Dejé las cosas como estaban, tire de la cadena, me lave las manos y la cara, no quería que sintiera que habría olido sus prendas y salí, la verdad me había puesto muy excitado aquella prenda, sali del baño y la vi tirada sobre el sofá, tratando de masajear su cuello con sus propias manos a lo que le pregunté qué hacía.
Yo: ¿tía que haces? te quieres ahorcar
Ella: oh no, ja ja ja me quería frotar el cuello, pero así es un poco difícil
Yo: si gustas te ayudo, no creo que sea algo complicado
Ella: no te preocupes, ya le diré a tu primo cuando venga que me frote una crema.
Yo: insisto tía, no es ningún problema (verla tirada sobre el sofá y el culo que le marcaba la falda, habia que intentarlo)
Ella: bueno ya que te ofreces, venga
Yo: así espero al primo y te ayudo.
Y se volvió a tirar sobre el sofá, dejando a mi vista tremendo culo. Le pedí que sería mejor si se sacaba la blusa que llevaba puesta así podría masajearle la espalda, al principio lo dudo un poco, pero acepto, se sacó la blusa y solo se quedó en brasier, bueno no creo que te asustes me dijo ella si me vez la espalda casi desnuda y echo a reír yo estaba emocionado, nervioso, sudando, por lo que estaba sucediendo y vamos ni hablar de mi erección que ya era mucha para ese momento.
Acaricie su espalda y suavemente le desabroche el brasier a lo que en un principio me quiso poner un alto ahí, le dije que confiara en mí, que yo sabía lo que hacía, bueno veremos qué sabes hacer me dijo, con un tono muy atrevido, un tanto pícaro diría yo, eso me dio más confianza y seguí avanzando con las caricias.
Bajaba sobre su espalda y me fui hasta sus piernas por encima de su culo y por encima de la falda que llevaba puesta. En ese momento ella intento coger mis manos y me pregunto qué estaba pasando.
-Cálmate tía, todo está bajo control -le dije yo y en seguida le acaricie la espalda.
-uhm que bueno, o que bien se siente esto, no sabía que tenías buenas manos para los masajes, uhm que rico -me decía ella mientras yo seguía acariciando su espalda.
-Ya ves tía sé lo que hago.
Le metí la mano al culo pero esta vez ya por debajo de la falda, y le acaricie las nalgas con todo el morbo que tenía encima, las apreté fuerte y hasta un beso le di en cada cachete, ella un poco sorprendida, se volteó y me dijo:
-¡que pasa! Que acabas de hacer muchacho.
Yo le dije que era parte de la terapia.
-ah bueno -me dijo ella- ¡pensé me estabas metiendo mano a lo bestia! ja ja ja.
-No tía como crees -le dije- Espera que me quito esto –comente.
Me pare y me quede en pelotas como ella estaba boca abajo no me veía pero me preguntaba qué estaba haciendo.
-Nada tía ya estoy contigo en breve.
Me tiré sobre ella desnudo a lo que ahí si no pudo más y se volteó completamente y se sorprendió al verme desnudo sobre ella.
-Pero qué te pasa muchacho ahora si te pasaste -me dijo.
A lo que yo rápidamente le llene de besos la boca, nos besamos y nuestras lenguas se entrelazaron. Que besos me daba mi tía era muy buena en eso, me dejaba sin aliento, yo le bese el cuello y baje a sus pechos, los besaba sin dejar de jugar con mi lengüita sobre sus pezones que ya empezaban a hincharse como dos pelotas, me tenía muy excitado, le metí mano por debajo de su falda y le tocaba su vagina por encima de su braga, ella hábilmente me agarraba la verga completamente dura y no dejaba de menearla con su mano, la frotaba como haciéndome una paja y no dejaba de dar gemidos de placer.
Me le tire a su vagina y le moví la braga a un costado para poder saborear aquella vagina que seguro hace mucho rato no recibe una buena polla, que delicia de vagina, estaba fresquita y yo me la estaba comiendo, ella gemía y se retorcía de placer en seguida note como se humedecía de tanto gusto. “Ohhh que rico me comes el coño querido, sigue así no pares”.
Me levante y le puse mi verga en su boca a ver que sabía hacer con esa lenquita. “Vamos tía chúpamela” le dije y de una se la trago, que golosa que era, la quería meter toda en su boca, la quería literalmente arrancar de mi cuerpo. Se la puse entre tus tetas y me hizo una pequeña rusa.
-Joer que rico, vamos métemela -me dijo- por favor.
Y no la hice esperar, le moví la braga hacia un lado y le metí un dedo para sentir si ya estaba mojada, sentí esa viscosidad entre mis dedos y si, sabía que estaba muy caliente ya, ella solo gemía y me pedía que se la metiera de una vez. Me la sacudí un poco y se la inserte de una, “ayayay, me matas de placer vamos no te detengas, dame placer vamos sigue así”, yo seguía penetrando ese coñito tan húmedo y delicioso, ella se masajeaba el clítoris y gritaba como una loca, “que excitación más maravillosa, no pares, no pares, dame duro por favor, no pares” me decía, yo disfrutaba escuchar lo que me decía.
Le metía un dedo en su boca y eso la ponía más arrecha, se movía de una manera exquisita, se retorcía de placer sobre el sofá, lo disfrutaba y me agarraba con sus manos las nalgas y me acercaba más hacia ella y me pedía que la siga follando ella no dejaba de gritar y moverse más rápido, le dije que quería terminar sobre sus tetas que me habían puesto muy cachondo, si termina donde quieras me dijo, pero sigue follandome, seguimos así sin cambiar de posición por que a ella le gustaba estar así, gritaba, gemía, me arañaba la espalda y no dejaba de moverse. Cuando ya sentí que estaba cerca de correrme saque mi verga mismo actor porno y se la lleve a la boca, me metió una succionada de verga esa mujer, y termine en su boca o que sensación mas deliciosa, sentía como ella se atragantaba con la leche que me salía de la verga, era gracioso ver cómo le salía por sus labios mi leche y ella me la seguía chupando con los ojos cerrados, era toda una estrella en esa parte,
-Que rico que estuvo esto -decía, mientras se limpiaba la cara con su blusa, nos quedamos tirados uno al costado del otro por un momento hasta que ella reacciono y me dijo- bueno chico, bájate y cámbiate que seguro tu primo llega en cualquier momento y ojo no quiero, que ni siquiera se entere de esto y espero que no digas a nadie.
-no se preocupe tía -le dije- será un secreto entre nosotros.
-Ningún secreto -me dijo ella- esto simplemente no ha pasado ni volverá a pasar -sentenció en un tono muy decidido.
Bueno -le dije yo- espero poder volver a visitarte en algún otro momento.