Hola mis queridos lectores, después de tanto tiempo sin contarles mis experiencias, me animé a contarles algo que me sucedió hace tiempo.
Quiero empezar agradeciendo a todos los que se han tomado el tiempo de escribirme vía correo electrónico, debo decir que algunos mensajes que recibo me provocan y me llevan a imaginar cositas muy ricas jeje. Sin dudarlo seguiré respondiendo cada correo que llegue ya que ustedes me motivan a seguir escribiendo y poder darles un momento de placer.
Entrando al tema debo decir que esto ocurrió hace unos meses, había aprendido a sobrellevar mis clases en la universidad, por lo que tenía un par de horas libres al finalizar el día y nada mejor para aprovechar el tiempo que buscar un empleo en el que pudiera obtener un ingreso extra para mis gustitos personales jeje.
Comencé mi búsqueda de empleo y di con una vacante en un despacho que buscaba una asistente, el sueldo era atractivo, pero había algo que me intrigó, en la descripción del puesto decía: “gusto por el trato personal y de buena apariencia.”
Envíe mi currículum y a las pocas horas me respondieron con un correo electrónico agendando una cita para el día siguiente y un par de indicaciones sobre cómo debía ir vestida. Por si se lo preguntan, me pidieron ir con falda, supuse que era algo normal ya que se trataba de un trabajo formal.
Los que han seguido mis relatos saben que me gusta ser sumamente coqueta, por lo que decidí ir de lo más sensual, pero sin llegar a verme tan vulgar, usé un vestido entallado y unas zapatillas un poco altas que servían para que mi figura se viera más atractiva, debajo del vestido llevaba una tanga roja de encaje y un brasier del mismo color que hacía que mis tetas se vieran más sensuales.
Por la zona donde tenía que pasar para poder llegar a la entrevista, había una base de taxis y otra de microbuses, por lo que al pasar cerca de ahí los hombres me chiflaban y me decían cosas morbosas, y no los culpo de perfil y vista desde atrás mi culito se veía sumamente rico ya que la tela del vestido hacía que se marcaran muy sexi mis nalguitas.
Me hubiera encantado calentar aún más a esos tipos, ya que hubo un par de conductores que mientras pasaba enfrente de ellos se tocaban la verga por encima del pantalón, esa acción me prendió demasiado, por un momento me imaginé arriba del microbús hincada mientras le mamaba la verga a ese hombre, lamentablemente solo quedo en mi imaginación jeje, ya que debía llegar a la entrevista.
Al llegar a la entrevista me di cuenta que era una casa adaptada como oficina. Salió la que en ese entonces era la asistente, me llamó la atención que era una mujer joven, muy guapa y con un cuerpo muy muy sensual, pero estaba embarazada.
Conversamos un poco en lo que caminábamos a la oficina del jefe, cuando llegamos me recibió en su oficina y me dio las características principales del puesto, debo decir que él era un hombre joven no muy guapo, pero era atractivo.
En realidad, los requisitos eran ser su acompañante, es decir estar con él cuando tuviera reuniones con otras personas, por lo que habría días en los que no se me requeriría en la oficina solo cuando él me llamara tendría que ir. Eso me pareció muy bueno porque no me apartaría mucho de la universidad.
Por lo que de inmediato acepté la oferta, yo sabía que ese tipo de acompañamientos suele acompañarse de sexo, cosa que no tenía problema, siempre y cuando nos entendiéramos bien.
Nos dimos la mano en señal de haber cerrado el trato y me dijo que la única condición era que cuando se me requiera tendría que ir lo más sensual posible, que él se encargaría de darme dinero para comprar ropa nueva, zapatos y todo lo que necesitará para poder verme lo mejor posible para él.
Después de que ambos acordamos en todo, llamó a su asistente para que me mostrara las instalaciones.
Me dio un tour por la casa y descubrí que dentro había un jacuzzi, cuando lo vimos me dijo que una de mis funciones sería prepararlo cuando el jefe se sintiera estresado, mientras decía esto la vi que se agacha a recoger algo del piso, para mi sorpresa me di cuenta que lo que recogió fue una tanga.
Así que le pregunté si era de ella, a lo que me respondió que sí, que regularmente y en cuanto el jefe me tuviera más confianza me pedía favores sexuales a cambio de consentirme en lo que yo quisiera. Empecé a sospechar que su embarazo se debía a esos favores sexuales que me había platicado, pero no me animé a preguntar eso.
Sinceramente siempre había existido una cosquilla en mi entrepierna por comer con algún jefe, así que estaba dispuesta a todo con él, y el hecho de que fuera simpático ayudaba aún más.
Esa tarde solo pasó eso, al día siguiente me presenté de nuevo ya que el jefe me pidió acompañarlo a una comida que tenía con algunos clientes, obvio como buena niña le dije que sí.
Al llegar a la oficina lo primero que me dijo fue que debíamos ir de compras ya que quería que me viera más sensual en esa reunión, por lo que fuimos a una plaza que estaba algo cerca de las oficinas. El primer lugar al que entramos fue a una tienda de ropa interior, donde él se encargó de escoger un conjunto muy lindo, pero también muy diminuto.
Después fuimos a una tienda donde me compró una falda más corta de la que llevaba en ese momento y una blusa con un escote algo generoso
No es por presumir, pero según varios hombres mis pechos son algo grandes.
Mientras estábamos en esas tiendas, los roces entre nuestros cuerpos no faltaron, cuando veíamos la ropa él se ponía detrás de mí poniendo su paquete justo entre mis nalgas y tomándome de la cintura, en algunos momentos tocaba mi oreja con su boca haciendo que mi vagina empezara a lubricar, sentí como su verga iba creciendo, así que cuando se me acercaba yo hacía lo posible por empinarme para que sintiera más presión y excitarlo aún más.
Para este punto yo ya estaba empezando a mojarme, sentirme expuesta ante las miradas de las personas que estaban a nuestro alrededor lo hacía aún más cachondo.
Salimos de la plaza y me pidió que me vistiera en los asientos traseros del auto, para ese momento ya sabíamos que en algún momento terminaríamos cogiendo en algún lugar y ante esas atenciones que me daba sabía que debía portarme muy bien con él.
Como una buena putita obedecí y me subí al coche, mientras me desvestía él no perdía ningún detalle de lo que sucedía en el asiento trasero, acomodo su espejo para verme mientras me iba poniendo la ropa que él me había comprado.
Yo, sacando mi lado de putita solo sonreía sensualmente para que él viera que yo también lo disfrutaba, después de quitarme la tanga que llevaba, la metí en su saco al mismo tiempo que le daba un beso muy cerca de sus labios, después de ese beso puse mi mano sobre su paquete y comencé a mover mi mano de arriba hacia abajo, de la misma forma que deseé tocar la verga de los conductores que había encontrado antes.
Él sacó la tanga de donde la había puesto y se la llevó a la nariz para aspirar mi fragancia, mientras yo regresaba a los asientos traseros decidí abrirme de piernas, chupar un poco mis dedos y masturbarme un poco para que él disfrutara viendo desde su espejo, estuve unos minutos tocando sintiendo como mis dedos jugaban con mi clítoris arrancándome algunos gemidos.
No quería que eso terminara así, por lo que me di la vuelta para ponerme la tanga nueva, mientras recargaba todo mi culo entre los asientos delanteros del coche, él no perdió esa oportunidad y alcanzó a meterme sus dedos en mi vagina. Fue algo que no me esperaba, por lo que no pude evitar gemir y mover mi culito para que sus dedos resbalaran más rico dentro de mí.
Aun con mi líquido escurriendo entre mis piernas por lo excitada que estaba, terminé de vestirme y después me pasé al asiento del copiloto…
Hasta aquí dejaré esta primera parte, espero no haberlos aburrido, pronto subiré la continuación.
Gracias por leerme.