Como les conté en el final del relato anterior, el destino quiso que me encuentre nuevamente con Juan, casi en el mismo lugar en el que nos vimos por primera vez y me invitó s su casa.
Para el que no lo leyó, Juan era un hombre maduro, extremadamente dotado, que me había cogido en su casa varias veces, hasta que me propuso que me fuera a vivir con él, era una locura, y yo no tenía manera de confesar mi homosexualidad a mis viejos. Siempre me arrepentí de eso, pero no es eso lo que quiero contar ahora.
De la misma manera que la primera vez, nos vimos de auto a auto, cosa no tan casual, ya que ambos frecuentamos bastante seguido la misma zona buscando sexo con otros hombres, al vernos nos reconocimos de inmediato, la diferencia en este encuentro, fue que esta vez Juan estaba del lado del acompañante, el auto en el que estaba, era conducido por otro hombre que apenas pude ver, al reconocerme, me hizo una seña para detenernos y hablar.
Doblamos uno detrás del otro en la siguiente esquina, y enseguida encontramos un lugar donde parar, como aquella primera vez, Juan se bajó del auto y vino al mío, se sentó a mi lado y después de darme un beso, hablamos de la alegría por el encuentro y de pronto me dice:
-¿Tenés ganas de hacer una fiestita?
-¿qué tipo de fiestita? -le pregunté sonriendo
Entonces directamente me propuso ir a la casa del amigo, en el pequeño lapso entre que nos vimos y paramos los autos, alcanzó a decirle quién era yo, y el amigo le dijo que me pregunte si quería que los dos me enfiesten.
El amigo le dijo concretamente "convéncelo de ir a mi casa y lo cogemos los dos"
No le costó mucho a Juan convencerme, bastó que me diga.
-dale vamos a la casa de mi amigo y te hacemos entre los dos esa colita divina que tenés.
Le dije que sí, le aviso al amigo que vaya para la casa, habló un par de minutos con él seguro planeando algo y volvió para mi auto para ir conmigo y me hizo seguirlo. En el camino me fue preparando, y me dijo varias cosas.
-quédate tranquilo, es un tipo macanudo, muy ubicado, primero nos vamos a meter en la cama vos y yo solos, y él va a esperar que yo le avise o que vos lo llames, para que no te sientas mal, y si vos no querés, él lo va a respetar, pero estoy seguro que vas a querer.
Yo solo escuché y me pareció bien, y de cierta forma me tranquilizo, así que entre a la casa sin preocuparme porque fuera a pasar algo desagradable.
Luego siguió diciendo que querían hacerlo así, ya que nosotros nos conocíamos bien, tenía miedo que me asuste si el tipo se me venía encima y yo no estaba en clima, la cuestión era calentarme un poco antes de que el tipo se meta conmigo.
Y así fue, subimos por una escalera a un primer piso, y arriba era el departamento, modesto y bien ordenado, Juan y yo pasamos al dormitorio y Emilio, que así me lo había presentado en la puerta antes de entrar, se fue a la cocina creo, yo pedí pasar al baño, y Juan se sacó toda la ropa y me esperó en pelotas en la cama, en el baño yo me saqué las zapatillas y el pantalón, no usaba ropa interior, y para no salir directamente desnudo, me dejé la camisa, pero ya con todos los botones desprendidos, porque me parecía que quedaba más sexi.
Fui hasta la cama, no vi donde estaba el amigo, y antes de acostarme me quité la camisa, ya desnudo me tiré al lado de Juan, nos empezamos a chuponear en la boca y por un instante me olvidé de Emilio, me lamió el cuello y me chupo los pezones, enseguida me calenté, bueno, nunca estando desnudo en una cama con un macho, tardo en excitarme, Juan tampoco necesitó mucho tiempo para que esa verga enorme se le ponga dura como una piedra, entonces me pidió que me baje y le chupe la verga, recorrí desde su cuello pasando por todo el torso, lamiendo su hermoso cuerpo, y me detuve en esa pija increíble, me la puse en la boca casi devorándola todo lo que pude, estaba saboreando esa belleza, recorriéndola toda con mi lengua, rodeando su glande con mis labios cuando escucho la voz de Juan decir.
-mira Emi, que culito precioso tiene, ¿no te lo querés coger mientras está distraído chupándomela?
Lo de distraído era una broma, él sabía que yo sabía, que más tarde o más temprano, el amigo iba a entrar en acción y me la iba a poner.
Yo estaba echado a un lado de Juan comiéndome esa pijota hermosa, mi cuerpo de costado y mi culo apuntando hacia afuera de la cama y bien al borde de ella, y Emilio ya estaba de pie, detrás mío, mirando fijo mi cola, aguardando el momento que Juan le diera pista, de pronto sentí como el dueño de casa, empezó a manosearme las nalgas y sentí como las separaba y me las abría preparando el terreno, entonces saqué la verga de Juan de mi boca, lo miré con mi cara de puto y le dije:
-papi, tu amigo me está manoseando.
-sí, veo que está atrás tuyo, y ahora te vas a dejar coger ¿no?
Yo estaba re agitado, jadeando por la calentura, enseguida me di cuenta, que esa fue la forma de darle el visto bueno para que me penetre, si de algo no tengo quejas, es que fueron muy respetuosos y me trataron muy bien, me rompieron el culo, pero con educación.
Entonces Emilio me empezó a acariciar con una mano, muy suavemente los pies (eso me voló la cabeza) y con la otra me pasó una cremita por mi hoyito, cuando lo hizo, yo cerré los ojos y seguí chupando la verga de Juan que no dejaba de apretar suavemente uno de mis pezones, Emilio pasó sus dedos encremados y metió uno para asegurarse que estuviera lubricado mi canal anal, de pronto, una poronga dura y respetablemente grande, no como la de Juan, pero el amiguito, también tenía lo suyo, empezó a entrar lenta pero firme en mi culito, la primera impresión fue algo fuerte, me dolió un poco, entonces dejé de chupar, levante la cabeza, miré a Juan a los ojos y entre jadeo y jadeo dije:
-ahh, ah, mmm, ay amor, Dios mío, tu amigo
-qué pasa con mi amigo, bebé -me dijo
-me está cogiendo papi, ay amor, mi vida, como me coge, au, ay por Dios, que pija tiene
-¿te gusta putito como te coge? gozala chiquito -dijo él
-Ay papi -yo no podía armar una frase y él me repetía ¿qué nene? ¿qué te pasa putito?
Yo no podía contestar por los pijazos que ese tipo me estaba dando.
Emilio en ese momento decidió darme todavía más fuerte y empezó a bombear en mi culo con más vehemencia, grité, jadee y eso entusiasmó más al amigo de Juan que siguió cogiéndome bien fuerte, al levantar mi cabeza para mirarlo había alcanzado a tirar de mis dos pezones, me los soltó y me hizo bajar la cabeza y así volver a tragar esa verga hasta que la sentí en la campanilla y comenzó a ahogarme.
El amigo empezó a decir.
-que culo tiene este puto, te lo voy a romper todo, marica.
Y me la metía y me la sacaba sin piedad.
Estuvo meta y saca constante un buen rato, la verdad me dio para que tenga, no se guardó nada, en el medio de semejante cogida, alcancé a emitir tres palabras seguidas y le pregunté a Juan, si él me iba a coger y me pregunto dónde quería su leche, le contesté que en mi boca, porque después de la montada del amigo creí que no iba a poder con la verga de Juan en mi culo, y entonces le dije:
-dale, dame la leche papá, dámela toda ahora, lléname la boca, dame toda tu lechita.
Juan empezó a acabar y pegaba unos sacudones en mi boca, su esperma salía a borbotones, largó chorros de semen espeso que pegaban en mi paladar gritaba que se estaba yendo, pero yo ya lo sabía, estaba recibiendo su rica lechita y tragándola.
-me voy a ir putito, toma nene, tragatela toda mariquita, tomate tu leche.
Y al escucharlo, Emilio también gritó que acababa, sentí unos terribles espasmos dentro mío y me llenó el culo de semen, los dos llenaron mis respectivos orificios, el único que se quedó con toda la leche fui yo, con la de ellos y con la mía por propia decisión, como siempre preferí seguir caliente e irme con el recuerdo intacto de tanto placer, yo sabía que si acababa, se rompía el hechizo, el castillo se me derrumbaba y no podía ir a dormir feliz y sin culpa.
Espero que les haya gustado y me dejen algún comentario o me escriban a [email protected].
Besos a todos.