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Matando la rutina (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

En esta segunda parte, quiero empezar contándoles un poco sobre mi esposa. Su nombre es Sarilú y su estatura es 1.50, sin embargo tiene un culo extraordinario.

Y desde esa noche mágica, su lengua no deja de poner mi verga tan dura que ella le llama (su barra de hierro) y de pronto como fruto de tanta calentura se nos ocurrió que debíamos coger imaginando que lo hacemos con algún amor del pasado.

Y así empezamos ella en cada metida profunda de mi verga decía entre jadeo el nombre de uno de sus ex (Jorge, si sigue así, hazme todo lo que no pudiste hacerme) y yo le llamaba a ella por el nombre de su sobrina… Una chica de tan solo 18 años, pero de un cuerpo tan perfecto como el de mi esposa. Y que en algunas ocasiones al salir ella de ducharse envuelta con su toalla pude imaginarla totalmente desnuda debido a que al verla ella solo se limitaba a sonreír pícaramente y a moverse como diciendo en silencio te gustaría disfrutar de mi cuerpo.

De pronto sin imaginarlo mi mujer entre jadeos me pedía que le llamase por el nombre de su sobrina (que rico culo tienes Milumi, siente mi verga dentro de ti) y esto a mi mujer la calentó tanto que sus gritos realmente llegaron a los oídos de Milumi… Pues en la mañana siguiente Milumi le dijo a mi esposa.

M: ¿Tía, mi tío realmente la tiene grande o tu exageras en tus gemidos? porque no he podido dormir de tanto oírte gritar y peor que su cama parecía que ya mismo se rompía.

S: No exagero para nada, tu tío la tiene perfectamente grande y disfruto de cada uno de sus centímetros, y más cuando la mete con fuerza.

Y claro desde entonces nuestras noches al cambiarnos los nombres y llamarnos por el nombre de nuestros ex amores. Se volvieron muy calientes y salimos de la rutina. Pero un día un pensamiento empezó a rondar nuestras noches de placer, y era ¿qué tal será hacer un trío? Y con quien lo haríamos era nuestra incertidumbre.

Tras unas noches de hacernos la misma pregunta, acordamos que sería con un amigo del trabajo. Un loco que siempre me contada de sus aventuras de fin de semana y creímos que era el candidato indicado y le llamé para hacerle la consulta de si se atrevería a hacer un trío con nosotros, no lo pensó mucho y me respondió que sí y bla bla bla. Comenzó a decir las tantas veces que ya había participado de un trío.

Y al fin el día llegó, mi esposa y yo, lo fuimos a recoger y lo llevamos a un terreno que tenemos a las afueras de la ciudad y allí pasó nuestra primera experiencia con el trío y la verdad no fue lo que esperábamos, pues resultó que el hablador de mi compañero de trabajo solo era eso (un experto hablador y nada más)

Llegamos y mi mujer estaba nerviosa y entre casi susurro me dijo:

S: Amor mejor otro día, ahora no me siento preparada.

¿Pero puede acaso alguien estar preparado para su primera vez en un trío?

A: No te preocupes amor, veras que lo vamos a disfrutar.

Y nuestro tercer personaje estaba ya desnudo ante nosotros y le vire el rostro de mi mujer hacia él y le dije mira esa verga que te vas a comer.

Y empecé a tocarle los pezones a mi mujer para calentarla y le llevé sus manos hasta la verga de nuestro compañero. Pude sentir en ese momento que el cuerpo de mi mujer dio una sacudida y allí entendí que ella ya estaba lista para gozar de nuestras vergas.

Y así fue, de pronto mi mujer tenía la verga de nuestro amigo dentro de su boca y con una de sus manos apretaba mi verga y en cuestión de segundos ella estaba turnándose las vergas que se las metía hasta lo más profundo de su garganta. Entonces procedimos a ponerla de rodillas con la verga de nuestro amigo en su boca y la mía entrando y saliendo de su coño una y otra vez.

Sus gemidos eran extremadamente llenos de placer y sin duda alguna ella no quería dejar de comer la verga extra que esa tarde le había concedido. Luego intercambiamos de lugar yo en su boca y el entrando y saliendo del coño de mi mujer y lo triste fue que solo unas cuantas metidas y salidas y nuestro amigo descargo su chorro de leche quedando rendido sobre la espalda de mi mujer y pude ver en la mirada de mi mujer la decepción pues para ella él se había venido muy rápido…

No sé cuál fue la razón de su tan rápida venida, pero el disfrute para mi mujer fue a medias y esa noche ya en casa, ella solo me repetía lo frustrada que se sentía pues su primera experiencia con el trío no salió del todo como lo habíamos imaginado…

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