Todo empezó con un cruce de miradas unas noches antes durante una guardia bastante movida; al parecer teníamos una médico nueva en el servicio que además de capaz e inteligente era exuberantemente hermosa, tanto como para ser la envidia de cualquiera que tomará simplemente su mano.
Al cabo de unos días empecé a profundizar en conversaciones médicas en pos de tener un poco de su atención y a pesar de ser casada y yo en contra de todos mis principios morales y crianza no me aguanté la tentación y empecé a seducirla, todo empezó con chocolates tipo brownie y cosas así…
Pero lo más sorprendente fue que un par de noches después y pese a todas mis posibilidades de ser rechazado apareció ahí, en mi cuarto de descanso médico más hermosa que nunca su piel blanca a media luz hacia juego con su cabello lacio que llegaba a media espalda, ese uniforme pegado a su cuerpo permitiéndome ver hasta lo que no era evidente esos senos majestuosos con esos peones amenazantes apuntado a todo lado queriéndose salir de su ser, al bajar mirada tal vez por timidez o por morboso aluciné en sus piernas imaginándolas desnudas, besándolas desde la punta de sus pies hasta la punta de su cérvix.
Con una frase paralizó mi mundo y sin pensarlo mucho expresó "está ocupado tu otro lado de la cama?" casi sin titubear le dije “es tuyo” y a pesar de que esa noche no pasó nada creo que nunca había estado tantas horas tan erecto sin querer concretar nada; toda esa noche fue pláticas y coqueteos que iban y venían jugando a no querer queriéndolo todo.
A partir de esa noche todo cambió, todo se transformó hasta llegarme al hoy, a esta noche donde estoy saltando a través de una ventana de consultorio y escuchando que al otro lado de la puerta alguien levanta la voz llamándonos porque hay una emergencia.
Nunca me imaginé que al entrar a aquel consultorio todo se saldría de control de esa manera, pero como no hacerlo si después de jugar al coqueteo de robarnos un beso, tú me diste la espalda como queriéndome ignorar y fue en ese momento en el que atrevida entre y sin decir una sola palabra apreté tu cuerpo contra el mío y fue ese gemido de placer de éxtasis de locura que me permitió seguir…
Seguir besando tu cuello, seguir besando tu espalda seguir girando y deleitando con esos senos hermosos con los que tanto había soñado antes, no parabas de gemir como no queriendo hacer mucho ruido por no ser escuchada pero sin poder evitarlo.
No podía creerlo por fin bajé tu pantalón y antes que fueras a arrepentirte ya estaba dentro de ti, todo se selló con un ufff tuyo que me volvía loco y no me permitía parar, es alucinante hacerte el amor, pero es aún mejor ver tus expresiones faciales y disfrutar de cada uno de tus gemidos el entrar y salir no tiene tanta gracia sino tiene ese ummm uffff con el que logras hacerme volar y sentirme en la mejor película erótica jamás filmada.
Si no es por ese ruido de la gente que camina, corre y pide ayuda creo que jamás hubiésemos querido terminar esa noche… Entre más te movías yo más me aguantaba las ganas para no acabar, ese movimiento de cadera, esas piernas deliciosas y grandotas temblando de tanto furor y esa fusión que se generó aquella noche en el lugar más inesperado todo eso permitió que termináramos juntos en una explosión de sensaciones que hasta el nublado de mis días me podría hacer sonreír con solo recordarlo.
Es por eso que hoy saltando desde esta ventana puedo decir "no tengo idea que es el amor, la verdad poco me importa”.