Me despierto, la habitación está totalmente obscura, miro el reloj del celular y son las 4 am. Intento conciliar el sueño, pero ya me es difícil, mi mente comienza a trabajar y empiezo a pensar cosas… cosas absurdas, pero detalles que no pasaron desapercibidos. No sé si sea un don o simplemente soy un pervertido, aunque yo creo más que es la segunda jaja.
Recuerdo haber visto a mi vecina por la tarde en su azotea colgando ropa a secar, mi vecina es una madurita de casi 40 años aunque es delgada y chaparrita, se cuida bastante bien siempre usando leggings pegaditos a sus lindas piernas y marcado su rico y redondito trasero, a pesar de ya tener hijos al verla por la calle creerías que se trata de una escuincla de apenas unos veintialgo, le gusta divertirse y es muy alivianada me llevo bastante bien con ella, aunque muy dentro de mi no puedo evitar verla con ese ojo perverso, ese ojo de deseo y de algún día poder follármela y hacerla gozar…
Al pensar todo esto, no pude evitar sentir ese impulso de levantarme de la cama ya con mi verga medio flácida, me quité el bóxer y solo me puse un pans y una sudadera y salí a mi patio a fumarme un cigarrillo a ver si así calmaba mis ansias (no fue nada molesto salir ya que vivo solo) ya estando en mi patio pude notar su ropa de mi vecina ondeándose por la brisa fría de la madrugada, mi vista a detalle pudo notar un lazo lleno de ropa interior detalladamente colgada dándome una buena vista de los cacheteros de mi vecinita… Uuff!! Inmediatamente esto encendió más mi calentura y mi morbo quería más, mi cigarrillo se había terminado pero yo sentía unas ganas tremendas de masturbarme y deslechar mi miembro que ya se me podía notar claramente marcado en mi pans.
No lo dude más, me dispuse a observar más de cerca su ropa y comencé a trepar primero mi azotea, para así poder trepar a la azotea de mi vecina (ya que es un piso mayor que mi casa) mi cuerpo automáticamente se llenó de adrenalina, sentía mi cuerpo caliente a pesar del frío que se sentía estar ahí… solo con la obscuridad de la noche y el gran silencio de todos mis vecinos durmiendo.
Trepe con una gran habilidad para hacer el menor ruido posible, mi cuerpo me temblaba sentía nervios, frío, excitación, curiosidad, morbo, todo eso en gran parte, me habían hecho estar ahí parado alado de la ventana de la habitación de mi vecina, agazapado intentando subir escalón por escalón de sus escaleras que dan a su azotea.
En ese momento estaba totalmente extasiado de toda la adrenalina que estaba sintiendo ya estando en la azotea de mi vecina, podía sentir el aire frio azotando la ropa y recorriendo mi cuerpo, tenía otra perspectiva de mi vecindario desde ahí arriba… solo un gran silencio y una bonita luna iluminaba el cielo esa madrugada.
No lo dude más, me asegure que nadie más estuviera por ahí haciendo algo que no fuera estar durmiendo y con cautela me fui acercando a esos ricos cacheteros, podía sentir el aroma a suavitel, ahí estaban frente a mi… 5 cacheteros de diferente color colgados delicadamente esquina con esquina extendidos totalmente, pude imaginar a mi vecina con ellos puestos, con el amarillo, con el rojo o con el gris!?
Uff!! O quizás con el negro, sin duda con el que fuese mi vecina con esas ricas nalgas que tiene les daría una muy buena vista, mientras pensaba esto y pasaba el tiempo yo me estaba acariciando mi verga, ya no me importo nada y baje mi pans un poco liberando mi verga semiparada, me escupí mi mano y comencé a masajeármela lento mientras con la otra mano acariciaba y olía esas prendas por la zona de la vagina.
Mi mente estaba al mil, sabía que esas prendas rosaban del diario su culo, su vagina, que esa zona la manchaba de fluidos, y eso más me encendió para darle unas buena olidas a las prendas, quizás mi excitación ya era bastante pero no lo voy a negar, a pesar del aroma a suavitel pude notar un tenue aroma a colita… mmm delicioso!!
No paré de inhalar ese leve aroma que pude detectar como perro, mientras mi mano derecha apretujaba ya una verga totalmente dura humildemente de unos 16 cm con mis venas marcadas, y sin parar de arriba abajo le estaba dando a mi verga el placer que quería, elegí el cachetero color blanco para distenderlo y llevármelo a la nariz por la zona de la tela que da a la vagina y comencé a escupirle y lamberlo mientras seguía mi ritual de estarme jalando mi verga a media madrugada en la azotea de mi vecina.
Mi mente volaba, es como si me estuviera follando a mi vecina, me la imaginaba y era una situación bastante morbosa en la que me encontraba, ella durmiendo, mientras que un piso arriba de ella, un chico perverso joven y viril, se masturbaba delicioso con sus bragas… no me importó nada, yo seguía extasiado de placer, después de unos minutos enrollé el cachetero en mi verga, con la tela de la zona vaginal comencé a limpiar mi verga en la zona debajo de mi cabeza, que se quedará mi aroma para está perrita..
Seguía mi deliciosa chaqueta, cada vez más cerca de explotar, seguía divirtiéndome viendo los demás calzones cuando al fin pude sentir mi orgasmo venir… y como un calambre me paralizó las piernas y comencé a tensarme más y más y más mientras sentía como se comenzaba a desbordar de semen la prenda… yo seguía jalándomela rico mientras cada vez el calzón se sentía más calientito y viscoso de mi leche… estaba súper calientito mi semen, tan blanco y espeso, y es que yo de por sí cuando eyaculo saco bastante semen, pero está ocasión fue mucho más!! La adrenalina y morbo pudieron conmigo…
Después de quedar todo retorcido de esa gran eyaculación sentía como mi verga comenzaba a ponerse flácida nuevamente y aún con el calzón todo moqueado de mi vecina en mi pito, lo retiré lentamente mientras veía una tenue telita de líquido seminal separándose de mi cabeza y la mancha de semen fresca que se veía chorreado en toda la tela de la zona vaginal del cachetero…
Todavía jalé mi verga descubriendo nuevamente la cabeza y así semiparada, parecía totalmente una salchicha flácida rodeada en venas verdes moviéndolo de arriba a abajo jugueteando con él, comencé a esparcir con mi cabeza todo el semen y batirlo bien en la tela, pensando en cómo me gustaría que fuera la lengua de mi vecina y su carita recibiendo toda esa dotación de leche calientita, ni modo esta vez serán para sus calzones.
Volví a acomodar su cachetero ya no tan blanco, nuevamente como aparentemente estaba… me encantó verlo con una gran mancha de mi semen… no podía dejar de pensar en la sorpresa que se llevaría mi vecina después, al darse cuenta que su calzón tiene una mancha amarillenta y tiesa… jiji por qué será? O quizás no se dé cuenta y así se lo ponga, y ande con sus leggings pegaditos y ese cachetero moqueado, rozando su rica vagina ensuciándolo con sus meados y fluidos… que morbo me daba pensar eso.
Bajé lentamente las escaleras como Bambi, las piernas me temblaban, pero vaya orgasmo que había tenido, el frío ya lo sentía más fuerte, eran casi las 5 am y tenía que dormir. Bajé y me recosté.
Al amanecer, salí al patio para hacer un par de cosas, y ahí estaba… Mi gran y querida vecinita distendiendo su ropa y bajando lentamente sus escaleras con un rico mayon morado, a mi vista estando abajo tenía una vista perfecta de cómo se partían sus labios vaginales al bajar cada escalón, se me hizo agua la boca, en eso estaba cuando su mirada se interceptó con la mía
-Buenos días vecino!
-Hola buenos días hermosa, ya lavando?
-Ya desde ayer, solo que ahorita toca hacer la comida
-A pues que bien, provechito
-Gracias corazón
Abrió su puerta y se metió, yo sin perder en ningún momento su culo tan rico y antojable, antes de cerrar volteó y me sonrió y yo le sonreí como un chico bueno que soy, pero por dentro siendo malicioso con la gran porción de verga y semen que dejé en su ropa interior.