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Mi amiga de la iglesia
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Hace algunos años, tenía una excelente relación con ella, una mujer de 40 años, hermosa, admirable de verdad. Yo tenía 30 años en ese entonces y ella para mí realmente era inalcanzable.

Nos conocimos en la iglesia y siempre me causaba tristeza cuando ella decía que no era bonita, que no la valoraban, pensaba: cómo era posible que alguien no notara lo hermosa que ella era.

Y entonces así se forjó nuestra amistad, siempre que podía la ayudaba con consejos y cosas así, aunque yo era menor eso no era impedimento, hasta que no sé porque causa comencé a soñar con ella, soñaba que tocaba su trasero que ella se arrimaba a mí y eso era causante de miles de erecciones matutinas, esa mujer me gustaba mucho, ella era casada y pues yo también, de paso la amistad era de una iglesia, era mayor que yo, una locura total.

Más un día no aguante y escribí en un cuaderno lo que había soñado con ella, con lujos de detalles y se lo di, le dije allí, todo lo que me hacía sentir, lógicamente estaba muy ansioso por su respuesta, cuando eso sucedió, me impactó, las palabras escritas tocaron su corazón y me dijo de frente que era injusto que le escribiera eso, pues ahora tenía ganas de besarme.

Pasaron unos días y asistimos a una reunión, cuando quedamos solos me acerqué a ella estábamos temblando los dos, la besé y ella me dijo que no, que no debíamos hacer eso. Pero cada vez que teníamos oportunidad nos besábamos apasionadamente, era delicioso, indescriptible.

Un día en su trabajo, nos volvimos locos, ella me dijo que porque sabía tocarla así, yo no tenía con treinta años mucha experiencia pero tocarla a ella se me hacía un arte que afff me da rabia no poder volverlo a repetir, mi pene se paró con una fuerza que quería reventar el pantalón, ella lo tocó, yo apreté sus nalgas y la atraje hacia mí, ella me besó con locura, pasó su lengua por toda mi cara como si me quisiera comer, metí mis manos bajo su pantalón y carga un minúsculo hilo que es difícil de olvidar.

Hermosa!! Seguí tocándola y tú totona estaba muy empapada, depilada, suave demasiado suave, metí mis dedos y se aferró a mi, me senté en una silla saqué mi mano de allí, la besaba, besaba su cuello y de pronto empezó a temblar descontrolada mente teniendo un fuerte orgasmo y ni siquiera había sacado mi pene! Eso fue una cosa estupenda y única!

Me levanté y le dije que mirara como yo estaba y ella estaba así como apenada y me dijo guarda eso, entonces entró al baño como dos segundos y ya yo me había resignado y de pronto salió y se arrodilló delante de mí y se puso a mamar mi pene un rato deliciosamente, luego se levantó y me dijo, yo no te hago acabar, como si estuviera triste por eso y yo con ganas de que no parará, no podía creer lo que estaba pasando!

Esa mujer era maravillosa hermosa me lo mamo y creía aún que no me gustaba.

Lo que ella no sabe es que nunca ha dejado de gustarme, pero bueno, no se pudo hacer más nada en esa ocasión.

Fue una locura, una mujer madura que me excita sin compasión!!

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