Les vengo a compartir mi historia, pasó hace aproximadamente 3 meses. Mi madre desde principio de cuarentena se quedó en casa de mis abuelos por problemas de parejas con mi padre. Por eso ahora vivo con mi tío y un amigo de él.
El amigo de mi padre mide 1.75, delgado y hasta un poco marcado, él tiene 25 años. Esta soltero y sumando la cuarentena esta necesitado. Yo tengo 18 años, soy delgada, tengo buen trasero, tetas pequeñas y mido 1.55.
Un sábado por el mediodía salía de darme una ducha, tenía mi ropa íntima puesta y una toalla alrededor, como tenía hambre baje a la cocina por algo de comida, pensé que estaba sola así que ni me molesté en cambiarme antes. Estaba tratando de alcanzar algo en la alacena pero como soy baja no llegaba, entonces mi tío se me acerco por detrás apoyándose en mí y me dio el fracaso que quería.
Aun teniéndolo atrás de mi seguía haciéndome algo para comer mientras él se apoyaba y movía por mi trasero.
–Sobrina que lindas piernas que tienes –me hablo al oído.
–Gracias José –le dije y quise irme porque ya empezaba a calentarme pero él puso sus manos a los costados y no puede salir. Él se seguía moviendo contra mí y pude sentir como comenzaba a ponerse duro. Me corrió el pelo del cuello y empezó a besarme ahí, mis pezones ya estaban erectos y un jadeo se me escapo.
–Shhh tu padre puede escucharnos –me dijo mientras siguió dándome besos por el cuello y me empezaba a sacar la toalla que tenía envuelta. Ahora solo estaba en ropa íntima, su erección se sentía bastante bien contra mi trasero. El pasaba su mano por mi pecho y lo apretaba.
–Te gusta?
–Si –respondí con la voz entrecortada por la excitación.
–Ves cómo me pones –me dijo apretándose más contra mí– por provocar esto vas a chupármela.
Me dio la vuelta e hizo que me arrodille para que le baje el pantalón junto al bóxer. Su polla de unos 17 cm esta parada y dura, la agarre con mis dos manos y empecé a masajearla para continuar lamiendo su cabeza y también empezar a introducirla en mi boca.
Se la seguía chupando mientras él me estiraba del pelo. Agarro mi cabeza y me la empujo contra su polla atragantándome, pero ni siquiera me dio asco.
–Eres una zorra –dijo levantándome– seguramente ya te la metieron, no? –yo solo dije que si con la cabeza mientras pasaba la mano por su pecho.– También te la metieron por el culo?
–No José
–Hoy yo te la voy a meter
Me dio vuelta y bajo mi tanga, abrió entre mis nalgas y empezó a chuparme mi trasero. Metió un dedo y siguió chupando, luego otro dedo empezando a moverlos y seguía chupándome, luego otro dedo y seguía lamiendo.
–Ya estas lista.
Dijo levantándose y lubricando su polla, se apoyó contra mí moviéndola entre mis nalgas y excitándome más.
–Quieres que te folle?
Solo dije que si con mi cabeza.
–Responde –dijo estirándome del pelo y apretándome un pecho.
–Si José –le dije.
Empezó metiéndola despacio y sentí un dolor pero no le importo y siguió metiéndola hasta que entro por completo. Dolía y no quería ni moverme. Luego de un ratito empezó a moverse entrando y saliendo, ya no dolía como antes ahora era solo placer. El me follaba casa vez más duro mientras agarraba y jugaba con mi pecho. Me pegaba algunas nalgadas y me dio vuelta para abrirme las piernas y me la volvió a meter.
Lamia y mordía mis pezones, besaba mi cuello y dejaba marca alrededor de mi pecho.
Sentí que iba a llegar al orgasmo, el seguía follándome duro y puso una mano por mi cuello apretando no tan fuerte, eso solo me excitaba más y más. Entraba y salía fuertemente hasta que llegue al orgasmo, siguió un rato más y sacó su polla.
–Arrodíllate
Le hice caso y me la metió por la boca para que se la chupara, estaba tan dura. Agarro mi cabeza y me empujo atragantándome mientras se veía. Seguí chupando mientras se la limpiaba.
Me paré y le di un beso mordiéndole el labio.
–Te espero hoy en mi cuarto a medianoche –dijo para luego irse.
Volví a envolverme la toalla y seguí con mi día.