Después de aquellas dos semanas memorables que pasé haciendo el amor con Zandra mi cuñada, no solo en Guadalajara, sino en Colima, ya que Javier su esposo se encontraba fuera de la ciudad, a los pocos meses el destino hizo que volviéramos a tener relaciones a nuestro antojo.
Resulta que mi esposa me comenta que Javier y Zandra, querían poner una tienda de accesorios para bebe y mujeres embarazadas en Colima, y que mi concuño me proponía que si estaba interesado en entrarle al asunto, que Zandra lo atendería y se vendría a vivir a casa de mis suegros, por mi parte si yo estaba de acuerdo en poner un local que está a un lado de mi oficina como parte de mi participación en el negocio, y que cada fin de semana que viniera Javier, él se encargaría de traer la mercancía que hiciera falta, lo cual acepté con gusto.
Así las cosas Zandra con Javier llegaron un sábado con una camioneta cargada de mercancía, la cual mi esposa y yo les ayudamos a descargar, aprovechando el fin de semana para pintar el local y acondicionarlo con tabla roca, en el calor de la plática Javier me pidió que cualquier cosa que ocupara Zandra ella me llamaría a mi oficina para yo ir de inmediato al local para ayudarla, lo que no me implicaba trabajo alguno, por el contrario yo estaba ansioso que llegara el lunes para poder tenerla cerca de mí.
Ya siendo el lunes por la mañana y estando en mi oficina, me comenta mi secretaria que mi cuñada me buscaba que si podía ir al local porque ocupaba mover unos muebles, a lo que ni tardo ni perezoso, fui al local en el cual ya estaba esperándome Zandra, la cual traía un vestido beige pegadito al cuerpo, el cual le llegaba a media pierna, el cual le hacía resaltar un calzón tipo bikini e iba muy bien peinada con un chongo que le hacía relucir su cara de ángel y su lindo cuello.
¿Cómo estas cuñada? Le saludé y le di un beso en la mejilla, ¿Tú cómo me vez? Me contestó con otra pregunta, a lo cual yo le dije “estás bien sabrosa”, lo que hizo que se sonrojara y pidiera que me pasara, ya dentro cerré el local, puesto que aún no estaba todo acomodado para poder abrirlo al público, y nos pasamos hasta dentro del mismo, pidiéndole a Zandra que entrara primero, porque quería ver esas lindas piernas y culo al caminar con ese vestido, y ver cómo le resaltaba ese lindo calzón.
Cada paso que daba hacia latir mi corazón al máximo, pues me mostraba como sus lindas nalgas todas duras se movían y pegaban una con otra, así que le dije “Qué rico caminas cuñada”, a lo cual ella de inmediato me respondió con un acto de molestia, “Te tardaste más de 6 seis meses en buscarme, después de lo que pasamos juntos”, a lo cual yo aproveché para abrazarla por atrás de su espalda y empecé a besar su cuello, mientras mis manos empezaban a manosear sus ricas tetas, empezando a sentir como su respiración se entrecortaba, mientras me decía “Cabrón bien sabes cómo calentarme”, ya para ese momento volteé su cuerpo y la empecé a besar su boca, a lo que ella respondió metiendo su lengua en la mía, ya con mis manos le estrujaba sus ricas nalgas y pegaba mi verga bien dura contra su sexo.
Así que entre el agasaje que nos estábamos dando, baje el cierre de su vestido que iba por la espalda y le quité rápidamente el mismo, el cual cayó a sus pies, quedando ante mí, sola con su bikini color perla y su brassiere del mismo color, mientras yo seguía manoseando sus duras nalgas y sus tetas con mis manos, de un movimiento rápido quité su brassiere y con mi boca empecé a besar sus pezones, los cuales se pusieron duros.
Ella ya en acto de calentura, exclamaba “Paco, que rico me haces, te extrañaba, hazme tuya, que rico me estrujas, uff, ohh…”, así que aproveché para quitarle su bikini y sentir esa rica almejita recién depilada y le dije, “Que rica chocha tienes, estas recién depilada, quiero mamártela”, “me depile para ti Paco, cómeme soy tuya”, me respondió.
Así que la senté en un escritorio y abrí sus piernas, y empecé a probar esa rica almeja, mi boca y mis labios succionaban su paredes vaginales y su clítoris, y sentía como se estremecía y me decía “Paco, que rico me lambes, ya ocupaba de ti, cógeme no seas malo, dame lo que solo tú sabes dar”, de inmediato mi boca y mi cara se llenaron de su néctar delicioso, el cual yo probaba a mi antojo, así que después de estar unos 10 diez minutos, yo sentía mi verga a reventar, a lo cual me paré y le dije “Zandra, quiero que me mames mi falo, te voy a disfrutar como la mamacita que eres”, a lo cual ella ya repuesta de la mamada de pucha que le di, se puso de rodillas y me bajó el pantalón.
De rodillas ella de inmediato agarró mi verga y empezó a chuparla, empezó por lamer mi glande, ya lleno de líquido pre seminal, lo absorbía y me decía, “Paco tu verga es la única que ha conocido mi boca y mi culo, que rico, quiero tenerte dentro de mí”, así que después de unos 5 cinco minutos dándome una larga mamada de verga, la puse boca abajo sobre el escritorio y con sus nalgas hacia mi, la acomodé y mi verga se la empecé a meter, sintiendo como seguía su estrechez de su puchita, y como sus paredes vaginales cedían ante cada envestida mía, así duraríamos unos 20 minutos, mientras ella, exclamaba “uff, ayy, me atraviesas, tus huevos pegan con mi chocha”, y efectivamente se estaba comiendo alrededor de 17 centímetros de verga.
Después de otros 10 diez minutos más, le dije “Que sabrosa estas Zandra, me voy a ir dentro de Ti”, así que empecé a sentir como salían brotes y brotes de semen de mi verga, “Están muy calientes, tu leche me encanta” ella me contestó, así que después de acabar dentro de ella, vestirnos, le ayude a acomodar algunas cosas en la tienda, y durante un año aproximado, de lunes a viernes esta era nuestra rutina, a veces cogíamos una o dos veces diarias por la mañana, pero lo que sucedió ese largo año, será objeto de otros dos o tres relatos que con posterioridad les contaré.