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Esposa sexy devorada por viejo verde
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Tiempo de lectura: 28 minutos

Hola me presento, me llamo Alejandra y tengo 45 años, soy casada hace 22 años con mi marido llamado Martín y tengo 3 hijos varones, de 18 el más grande, 14 el del medio y el más chico de 8. Me dediqué mucho a mis hijos ya que tuve una fuerte crianza católica en la cual me inculcaron mucho el valor a la familia.

Como buena mujer cristiana, mantuve relaciones sexuales por primera vez con mi marido luego de casarnos. Esta crianza hizo que de chica me vista en forma discreta y recatada, siempre procurando ocultar mis dotes físicas y dedicando todo mi tiempo al estudio y los quehaceres académicos. Soy morocha de tez, de piel suave y tengo muchos lunares que resaltan la sensualidad de mi cuerpo. Siempre me gustó mantener espléndido mi pelo, desde chica lo cuidé mucho con cremas y en la actualidad aún lo mantengo muy bello. Es ondulado y castaño claro, mis ojos son marrón claro, mi nariz es delicada y mis labios son carnosos, pero sin exagerar, me gusta lucirlos con sensualidad y al sonreír mostrar mis dientes perfectos.

Gracias a mi marido, luego de tener mi primara vez fui adquiriendo un gusto por lucir mis atributos de la poco y cada vez más, hasta convertirse casi en una afición procurar estar siempre vestida de la manera más sexy posible. Cosa que me ha demostrado que soy capaz de llevar a la cama a cualquier hombre gracias a mi atractivo, ya sea, desde amigos de mis hijos hasta amigos de mi marido, incluso sobrinos y parientes de mi marido. En el trabajo la mayoría es amable y cordial buscando siempre entablar conversaciones conmigo.

Mis medidas son 95-65-100 y las cubro con lencería por lo general muy sexy y sugerente. Si bien nunca he engañado a mi marido, he descubierto por películas y conversaciones, al no conocer el miembro de ningún otro hombre más que el de mi marido, que en realidad el suyo está en verdad muy por debajo de la media. He soñado en fantasías ser devorada por hombres mucho más brutos que mi marido, ya sea jóvenes y púberes o maduros, experimentados y sobre todo viejos verdes y por sobre todo que me agarren con una herramienta mucho más grande y que me hagan gritar.

Además, nunca hemos realizado actividad innovadora en el ámbito del sexo, por lo que podemos decir somos muy conservadores. Soy muy cuidadosa con el tema debido a mi crianza y mi postura, por tanto, busco manejar el tema con mis hijos con cierta cautela. Nos cuidamos tomando pastillas por mi parte y él con preservativo, nunca nos dejamos de cuidar excepto cuando buscamos tener hijos, más que nada debido a que yo tengo una condición de tener orgasmos muy fuertes que me hacen despedir mucho flujo y eso permite que sea más receptiva y pueda quedar embarazada aún con poca cantidad de semen. Mi marido sin embargo no es de eyacular en cantidad, pero siendo el caso, mantenemos un control marcado con respecto al tema.

Tratamos de solo tener relaciones cuando los chicos no están o bien, esperar hasta bien tarde para que no haya riesgo de que nos escuchen. Eso me daría mucha vergüenza.

Mis tetas son como dije de talla 100 naturales y no son erectas sino más bien tumbadas, pero bien pomposas, muy atractivas al tacto y sedosas, con pezones grandes, aunque no exagerados y un lunar muy sugerente en una de ellas, mi cola es bien redonda y parada, cosa que desde chica me acostumbre a ocultar lo más posible.

En el viaje en transporte público noto miradas desesperadas al notar mi presencia y eso en ocasiones molesta, en una ocasión en el subte iba vestida de trajecito negro con medias negras y zapatos, un chico quedó detrás de mí y por la presión de la gente se apretujó contra mi espalda, quedando al tacto la parte alta de mi cola contra su miembro, al rato de ir en esa posición sentí como se endurecía su entrepierna, aunque sentí que su anatomía masculina era muy pequeña para fantasear con ello.

En otra oportunidad, en navidad, que hicimos cena en casa, uno de mis sobrinos me miraba de arriba abajo, tiene 22 años, y en un momento lo encontré observándome la cola yo tenía puesto un pantalón negro raso de gabardina ajustado y se me marcaba el contorno de la bombacha y los tirantes, con una blusa arriba sin escote, al principio me fastidió, ya que había procurado vestir lo más discreta posible, luego al ver el detalle de mi bombacha tuve una actitud más comprensiva y lo dejé, mientras estaba en la cocina lo noté mirando y se me ocurrió hacer que me acomodaba el pantalón subiéndolo, eso lo mantuvo entretenido.

Un rato después observé que se encerró en el baño, a mi entender, a masturbarse con locura con el espectáculo en su cabeza que su tía le había dado. Durante la semana me dejó pensando y lo incluí en un pensamiento erótico al hacer el amor con mi marido. Esa noche imaginé que me entregaba a mi sobrino y dejaba que me haga todo lo que deseara, tuve un orgasmo muy fuerte con Martín e incluso lo hice acabar antes de tiempo.

En la siguiente navidad en casa sabía que él vendría y se me ocurrió una idea súper excitante. Dejaría una prenda interior sexy mía en el tender a ver si el la vería y yo podía engancharlo, a su vez coloqué una gopro en el baño camuflada con el canasto de la ropa y apuntando hacia el inodoro para capturar la masturbación que me dedicase. La prenda que escogí fue una bombacha de encaje y satén súper sedosa y excitante al tacto. Me parecía súper atrevida incluso de ver colgada en el tender, hasta temí que mi marido me hiciese quitarla, pero por suerte no reparó en ello.

Esa noche me prepare, me había depilado dejando una mohicana súper delicada, me estrene un conjunto bordo de lencería súper soft y sugerente me puse un vestido blanco que no traslucía pero era sugerente por lo corto y mis piernas las vestí con medias largas color piel y unas sandalias al tono. Me perfume y coloqué mi bijouterie de costumbre que culminaban mi belleza. Al llegar mi sobrino lo salude de forma súper maternal casi con un abrazo lo cual lo dejo algo perplejo gracias a mi indumentaria. Al pasar la noche y los tragos decidí ponerme en campaña de observar, cuando vi que él estaba en el patio fumando con otros integrantes de la familia, me acerqué de a poco, con algo de morbosidad y miedo pero calentándome de poco tan solo con la idea de lo que hacía.

Al llegar vi que la prenda estaba al alcance de su vista y empecé a notar como de a poco se detenía en la bombacha se su tía. Primero con disimulo pero luego al aumentar su atracción casi con desesperación la miraba y no dejaba de mirarla. Ufff que atrevido mi sobrino pensé, me está haciendo calentar, mis tetas aumentaron su volumen instintivamente, pensé, se atreverá a hablar conmigo en presencia de esa bombacha? Y más aún, la miraría delante de la propietaria? Decidí actuar. Fui hasta donde estaban y trate de comenzar a interactuar sacando tema de conversación. Y sobrino como anda todo? Me miro súper sorprendido. Tía!! (Calculo que no se esperaba mi presencia en ese momento) vi que rápidamente alejo su mirada de mi bombacha colgada y en cambio disfrutaba de mi presencia, así que yo opte por tratar de dirigir mi vista hacia ella mientras charlábamos, luego de un rato de comentar tonterías aburridas observo de reojo que mira la bombacha.

Siii sobri mírala pensé, y para asegurarme de que seguía mirándola busque una excusa le dije viste que lindo nos quedó el patio? Y Martin me puso el tender para poder colgar ropa… vi cómo se quedó casi petrificado mirándola, a lo cual siguió un silencio, se me secaba la boca, la estaba deseando, y yo pensaba ahí sobrino no querés que me ponga esa bombacha y me beses toda y me la saques y me cojas fuerte sin parar?

Me imaginaba que debía tener una erección, y se la había provocado yo, que puta hermosa me sentía y quería que me agarre y me penetre besándome el cuello. Una vez que la morbosidad llegó a tope decidí dejarlo con ganas y me fui de esa manera si el quedaba lo suficientemente excitado actuaria. Me fui un rato a la habitación que estaba a obscuras y metí mi mano entre la media y la bombacha, estaba mojada me frote un poco y me olí, tenía el hedor de hembra en celo, y gracias al machito de mi sobrino, que estaba hecho un bombón y podía ser mi bombón si me lo proponía, y tenerlo dentro mío…. ufff!!!

Cuando sacie un poco mi calentura salí de la habitación y al pasar por la ventana del patio casi se me para el corazón vi que la bombacha no estaba!!! Funciono!! Pensé. Volví al comedor y quede algo desorientada cuando lo vi a mi sobrino charlando lo más normal. Bueno supuse que ya se había masturbado, solo tenía la ilusión y el deseo de verlo todo en mi gopro.

Al irse cada uno a usa casa eran como las 6 am pero mi calentura y deseo me ilusionaban y mantenían despierta, cuando vi que mi marido se durmió corrí ya en camisón de seda gris de encaje a buscar mi premio, me senté en el inodoro dispuesta a tener el mejor de los orgasmos con material súper ardiente, vi que la bombacha estaba dentro del canasto y cuando la agarre note que estaba pesada y para mi sorpresa húmeda, era leche espesa no lo podía creer ya planeaba de todo, un cosquilleo bajaba y subía desde mi vagina, hasta podía embarazarme de esa leche.

Lo primero que hice fue oler un poco la bombacha enchastrada, ummm como me excito estaba toda llena de esperma de macho hambriento, me pase la mano por la concha, y fui a poner play en la gopro y comencé a ver todos los visitantes del baño. Pude apreciar la pija de varios invitados. Algunas nada despreciables pero quería ver a quien le dedico todo su amor de semental a mi prenda interior de mujer sexy. Lo increíble paso entonces, entro uno de los tíos de mi marido con mi bombacha en la mano!

Se sentó, es un gordo viejo de unos 65 años, y empezó a frotársela por la pija gorda e hinchada!! No lo podía creer!! Ese viejo era un pajero pervertido y me deseaba!! Y le hacía de todo a mi bombacha!! Mi concha se empezó a abrir instintivamente que pasaba!? Me estaba excitando ese viejo!! Sentía que me estaba violando haciendo eso!! Cuando me di cuenta me estaba colando tres dedos sin parar y empecé a gemir de un placer imparable unmm aiii sii Aníbal cójame asiii, soy suya como me coge la bombacha!! Aii mi bombachita, ai soy suya soy suya soy suya aggh aggh aggh!! Agh!! Aii rompame!! Ah ah ah ah ah!!!

Me imaginaba a mi sentada arriba suyo y el sujetado a mis tetas las cuales me apretaba yo misma. Y cuando vi la leche salir me cole la bombacha enchastrada sintiendo su leche ahhh se mezcló con mi jugo aiii aii aii me embaraza aii ai aii!!! Ai como me viola macho, soy su hembrita!!! Aii aiii aaahhh! Tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida!!!

En otra ocasión que visitamos a un primo de mi marido en el campo, tuve una experiencia de lo más excitante. Fuimos sin los chicos que quedaron en casa de mi mamá. Decidí llevarme un vestido negro largo de algodón para la velada y debajo me puse una tanga azul fina que nuevamente se marcaba por el contorno. Cuando llegamos vi que el primo de mi marido era un hombre gordo y bastante desalineado con costumbres de campo. El quedó encantado conmigo y era muy simpático, cosa que agradó a mi marido. Sin embargo noté como en ciertos momentos se me quedaba mirando de forma insistente, buscando mis ojos o deteniéndose en mis labios. Yo ignoré su accionar.

Luego me percaté como seguía mis movimientos al pararme y tenía que ver con mi culo, que quedaba marcado con el triangulito de mi tanga. Al principio deseé que todo terminara pero luego de algunas copas de vino mi actitud fue cambiando, al punto de disfrutar cada oportunidad de pararme y revolear mi cola para que el gordo me desvistiera con los ojos y me deseara partir en dos. Mientras intercambiábamos comentarios en la conversación, procuraba ser más simpática, gesticulando lo más posible. Él, deleitado parecía disfrutar casa segundo. Yo ya tramaba soñar con ese gordo al hacer el amor con mi marido. Pero la cosa casi se sale de control cuando en un momento que fui al baño que quedaba en un pasillo un poco oscuro. Al salir me topé con el primo de mi marido y él sorprendido.

Me tomó de la cintura con las dos manos ante mi sorpresa total, exclamando “ai Ale creí que te habías perdido” yo casi paralizada sentí sus manos gordas sobre mi cintura y contesté riendo: “no ya vuelvo a la mesa je” él en vez de separar de inmediato sus manos las dejó caer un poco al punto de que su menique gordo acarició a penas el borde de mi bombacha. Sentí un escalofrío del miedo, y me alejé rápidamente, y él nuevamente quedó en perspectiva a mi culo mientras me dirigía nuevamente a la mesa. Luego de que el momento pasó mi miedo volvió a fundirse con lo morboso de la situación y el hecho de haber estado sola con ese gordo que moría por hacerme suya, en medio de la oscuridad. Esa noche cogía con ese gordo, a pesar de que en verdad era mi marido, imaginaba que era el gordo que me daba sin parar y tuve un orgasmo increíble.

Este año nos mudamos con mi marido y los chicos a una casa situada en un barrio lindo y aparentemente a estrenar, sin embargo, al llegar me encontré con que era una casa arriba de otra construida en adición ilegal, por así decirlo. El locatario era un señor de pasados los 60 años con un aspecto un tanto baboso, algo regordete, medio calvo, con lentes y barba entrecana. Se trataba de un escribano viudo que alquilaba la unidad por haber fallecido su esposa ese año y la misma había sido ideada para vivir ellos dos. Todo a estrenar, era muy agradable a la vista. El señor vivía con su hija abajo y en el acuerdo resolvimos ir a pagarle el alquiler cada mes a su casa, asunto del que se encargaría mi marido fundamentalmente.

El señor, nada más al verme deseó con toda su voluntad que cerráramos el contrato para que mi familia y yo vivamos ahí. Con el paso del tiempo fuimos conociendo al señor que se llamaba Roberto y parecía buena persona. El único pormenor era que se escuchaban repetidas peleas con su hija y gritos, ella lo trataba muy mal y al parecer lo culpaba de la muerte de su esposa y de habernos alquilado la unidad. Él era muy amable al saludar cuando me lo cruzaba, cosa que no me sorprendía, era un señor grande de aspecto algo abandonado y estaba sólo luego de fallecer su mujer y yo siempre llegada de trabajar muy tarde con prendas de oficinista ejecutiva que eran lo bastante sugerentes como para causar el deseo de cualquiera.

Él, siempre ubicado, me miraba, pero se limitaba a saludar, podía sentir como disfrutaba oler mi perfume caro que emanaba de mí y mi pelo ondulado. Yo siempre me sacrificaba a oler su olor a viejo y aliento de hombre grande o su barba que me pinchaba un poco. Durante el invierno yo solía vestir con sandalias de taco alto, medias negras y vestido ejecutivo con tapado arriba. Mi conjunto de lencería combinado con una tanga de encaje y satén por detrás que se perdía entre mi cola, un corpiño grande que armaba mis pechos robustos en satén dorado con detalles delicados de encaje negro, muy bello y sugerente a la vez, hace que den ganas de agarrarme los pechos en verdad. Y el vestido que llevaba ese día era de encaje y muy sexy, ajustado a mi cola y pechos, ese día vestía de esa forma ya que tuve reunión con ejecutivos y fui además en el auto.

Esa mañana mi marido me encomendó dejarle la plata a Roberto para el alquiler ya que él venía muy tarde y ya estábamos al décimo día del mes, accedí sin problemas recordando la amabilidad de Roberto, aunque me dije “estoy demasiado sexy para entrar a la casa del señor este que cada vez que me saludaba me deseaba y me hacía sentir un poco nerviosa” Supuse que no sería problema y que quizás me halagaría verle disfrutar un poco de mi presencia. Así que al llegar me dirigí con ese propósito a visitarlo, iba muy perfumada como siempre y con una bijouterie muy linda que denotaba mi condición de mujer dulce y cristiana, una cruz de estrases colgaba en mi pecho desde una cadenita muy fina. Al costado del tirante de mi vestido se apreciaban los lunares de mis bellos y suaves hombros y el delicado bretel de mi corpiño, en contraste con lo grande del sujetador, prácticamente un listón de seda dorado, que realmente invitaba a ser deslizado y liberar mis enormes pechos.

Mis medias recubrían lo largo de mis piernas suaves y terminaban en un delicado detalle de encaje tipo bucanera. Mi tanga cubría mi vagina depilada con una pequeña y delicada mohicana y se perdía atrás entre las nalgas con un triangulito de satén negro, sus tirantes rodeaban mi cintura sobre mis anchas caderas de forma muy delicada. Mis piernas, súper sedosas al tacto eran del ancho perfecto y finalizaban en mis sandalias finas de taco y muy delicadas también.

Cuando me propuse a tocar timbre por primera vez a mi vecino locatario recordé que los chicos no estaban en casa porque iban de su abuela paterna. Así que ideé, luego de pagarle el alquiler a Roberto, encaminarme a hacer una comida rápida para mí y acostarme. Aquella noche hacía frio y tenía ganas de darle mismos a mi esposo para que me saque algunos sueños eróticos que tenía guardados en lo profundo de mi mente, aunque cristiana, muy calentona, por cierto.

Al salir Roberto se le dibujo una sonrisa instantánea en su cara, y no salía de su asombro por encontrarse conmigo en vez de mi marido que acostumbraba a pagarle el alquiler, vestía como era habitual camisa pantalón de vestir y zapatos, se podría decir formal pero algo desprolijo, yo esbocé una sonrisa algo nerviosa mientras él admiraba toda mi presencia, se desesperó por abrir la puerta de reja sin despegar la vista de mi persona y me saludo muy despacio sintiendo el contacto y disfrutando el mayor tiempo posible de él, sentí nuevamente ese olor a viejo y su barba pinchar mi piel suave y perfumada, el contraste era muy alto.

Me invitó a pasar con total amabilidad y haciendo ademanes súper caballerescos que me hicieron sentir bastante cómoda, pero a la vez consiente del por qué (yo era un fruto hermoso de ver y con el que cualquiera desearía mantener el más mínimo contacto). Pasé por al lado y noté como se deleitó con mi vestimenta, estaba extasiado de alegría de que mi modelaje exuberante se dirigiera al interior de su casa. Al ingresar a su biblioteca donde hacía las veces de oficina de escribano, percibí el olor a viejo que él llevaba de una manera impregnada, mucho más fuerte aún.

Saludó. -Ale!! ¡Pasa, pasa, ponte cómoda!, qué sorpresa!!

Y yo, entre nerviosa y correspondiendo a su amabilidad, sonreí y respondí: -No, es que mi marido no pudo venir, le pido mil disculpas, Roberto.

Él, usando mis comentarios como oportunidad, respondió con bastante coqueteo: ¡No!!, por favor!! Es muy agradable que vengas Ale, mucho!! Más agradable jeje. Aunque sin sonar necesariamente lascivo.

No sabía si correspondía sentarme, quería que fuera rápido y poder irme casa.

Comenzó ofreciéndome algo para tomar, pero le dije que no se molestara, insistió un poco pero lo rechacé amablemente, al sentarse continuó observándome con los ojos muy abiertos y pude notar como apreciaba todos los detalles, en seguida me invitó con insistencia a sentarme, a lo cual accedí, pero me preocupó que mi vestido mostrara más de la cuenta en cuanto a mis piernas, no quería tentar al “diablo”, al tenerme sentada en el sillón, se le dificultaba no mirarme y disponerse a realizar el trámite por el que nos habíamos citado, se colocó sus lentes y no podía ocultar su alegría me miraba y buscaba interactuar, particularmente se quedaba observando mis piernas enfundadas y mi pechos de manera disimulada, al notar esto me dio un poco de asco al principio y sentí deseos de que el tramite durara poco.

Para colmo, mis nervios se traducían en una postura algo sumisa y casi propia de una adolescente ante un adulto, mis ojos verdes lo miraban con inocencia y eso me preocupaba, no quería gustarle más pero no estaba en mis manos. Le consulté cuanto era como para deshacer la situación estancada, le dije que según me dijo Martin eran 8000 pesos, el asintió pero no tuvo mejor idea que retomar el coqueteo diciendo: “aunque a vos podría hacerte una atención, es muy grata tu visita como para cobrarte lo mismo que a él” yo algo ofuscada por el insistente baboseo decidí hacerme la tonta y le contesté, 8000 entonces, él comenzó a confeccionar el recibo, mientras yo aproveché para pararme y sacar de la cartera el importe, él, al notar esto, observó con todo detalle mi contoneo , principalmente de mi cola que estaba súper lucida con ese vestido ajustado y sentí algo de fastidio, pero lo deje ser, -Qué pajero es!!- Pensé.

Pero me recordé que estaba sólo, sin su mujer y debía ser horrible no tener con quien saciar su necesidad natural de hombre, en ese momento mi mente retorcida origino un pensamiento absurdo, me imaginé la cantidad de semen que debía tener almacenado y que yo con solo una gota podía quedar embarazada, pensé también en alimentar el pensamiento para tener material para la noche con mi marido al llegar, lo cual con cierto riesgo me llevó a actuar de manera algo más provocativa, para ver cómo se ponía Roberto.

Así que, un poco con miedo y decidiendo en mi cabeza, opté por ir adelante con el plan, intenté que la conversación avanzara y hablamos de su hija, ya algo más suelta para conversar y sonriéndole en todo momento, Roberto estaba tan extasiado que hablaba de cualquier cosa, se lo veía híper feliz conversando.

Él, un señor de pasados los 60 años, sin posibilidades de acercarse a una mujer como yo y manteniendo una conversación en apariencia entretenida. Luego de minutos de tardar adrede en confeccionar el recibo, lo terminó y me dijo, para extender más la conversación, perdón, que si habíamos escuchado discusiones con su hija que lo sentía, es que ella estaba extrañando mucho a la madre. Yo en tono comprensivo le negué con la cabeza, que no se tenía por que disculpar y que era perfectamente entendible, que no debía ser fácil, y me comento justamente que para ella fue muy duro, en ese momento, vi que, junto al escritorio, en una estantería, había una foto de la señora con la hija de Roberto de chica, me levanté aprovechando para que el viera de cerca mis piernas y toda mi figura más cerca y pregunté:

-¡Ayy!! ¿Esta chiquita era ella? Me muero, ¡qué hermosa!!

Él, súper agradecido de mi postura se quedó como paralizado y mirando mi perfil y sobre todo el contorno de mi cola cubierta por el vestido y mis piernas con mis medias súper sedosas, aprovechando la situación se puso de pie detrás mío y me dijo -Siii, Ale, esa es de hace 20 años ya, es increíble cómo pasa el tiempo- Mi corazón se aceleró, -qué hace?- pensé.

Al escucharlo detrás sentí su aliento en mi espalda y vi por el reflejo del vidrio de la foto como me miraba los hombros y mi bretel, cómo se deleitaba con mi perfume, por lo visto ya no aguantaba la calentura, yo estaba completamente excitada por la situación, nunca estuve tan caliente en mi vida, sentía un morbo ardiente, pensaba en la situación, estaba cerca de poner en peligro mi fidelidad y condición de mujer moralmente intachable, yo era de mi marido y era súper bella, y ese viejo deseaba toda mi carne, nunca había pasado de fantasías que luego saciaba masturbándome o con mi marido en la cama.

Sentí que en caso de tener relaciones con él hasta podría gustarme y mi marido y mi familia nunca enterarse, y al sentirme tan deseada sentí que tenía en mis manos la posibilidad de gozar como nunca, que se sentiría tener una aventura de sexo salvaje con ese macho que me duplicaba la edad, y el peso de hecho, lo empecé a ver poco peligroso y súper tentador, todos estos pensamientos levantaron tanto la temperatura en mi que mi reacción fue juntar mis piernas y saqué un poco de cola lay mis tetas, mis movimientos temblaban un poco, me hervía la sangre de calentura por estar provocando a Roberto con esa posición y enfundada en esa vestimenta, mi culo se partía cada vez más por mi tanga y mis gomas copaban cada milímetro de mi sedoso corpiño, sentía como mis pezones se habían puesto duros y rosaban la tela excitándome más todavía, mi respiración se intensificó lo que hacía que mi pecho bajase y subiese con mi delicado dije descansando sobre el comienzo de mis tetas, no quería ser puta pero a la vez deseaba que me reviente el culo y esa dicotomía no hacía más que aumentar el morbo, tenía una familia y siempre me vi como una señora escrupulosa, pero ahora estaba dispuesta a todo.

Empecé a sentir la calentura del viejo aunque aparentemente sin ningún peligro alguno de que se aventurase a hacer algo, así que decidí dar otro paso, lo consideraba demasiado ubicado para actuar y al parecer, cristiano como yo, ya que portaba una foto de Jesús en el escritorio. Sin embargo, la calentura de él, era más de lo que yo pensaba y por un momento, me asusté que le dé un paro cardiaco porque jadeaba aceleradamente.

Me di vuelta y lo miré, el me miró a los ojos y me dijo “que linda que sos Ale” y yo que de encantada se animó a piropearme! en otra situación hubiese pensado que era un baboso, pero estando inmersa en la calentura me deleité con su postura atrevida conmigo, su vecina sexy pero recatada que rebosaba encantos y estaba indefensa en su casa y para su total goce, parecía corresponderle, así que sonriendo le dije “aii muchas gracias Roberto” quería corresponderlo de alguna manera sin regalarme pero no sabía cómo, le dije entonces que “su mujer era muy bella también” el río un poco y soltándose un poco dijo “sii Ale, era linda, pero no tenía tu cuerpo…", se hizo un silencio y luego prosiguió ya más confiado "… vos… sos hermosa…" le empezó a temblar la voz, casi parecía tímido, pero entendí que debía estarle afectando la tal calentura, "… sos muy… sexy, joven…” yo lo miraba a los ojos y escuchaba atentamente, disfrutaba del halago descarado de un viejo hacia una dulce mujer casada y casi a su merced, y procuraba mostrarle que me seducía, entreabría un poco mi boca brillosa por el labial y asomé apenas mi lengua, estaba gozando mucho, empecé incluso a sentir mi bombacha un poco húmeda, no podía creer que estaba mojada en la casa de mi viejo vecino, qué puta, hasta sentí que si él se acercaba a mis piernas podría oler mi flujo y eso me lo hizo imaginar como un animal en celo que huele a la hembra reclamando ser copulada.

Él entonces prosiguió, “… tenés un cuerpo… increíble…” me miró lentamente de arriba a abajo con toda libidinosidad ya despegando su mirada de mis ojos, parecía que le daba un infarto y los ojos se le saltaban, disfrutaba esa libertad de mirarme que yo le brindaba, entonces dijo “… me vueeelve looco… lo buena que estas!!…" y rápido subió la mirada como esperando mi reacción ante tal despropósito de sus palabras, yo sin embargo estaba casi en trance, por lo que se animó a proseguir, ya casi sin tapujos "tus tetas y culo".

Se hizo un silencio y nos quedamos mirándonos a los ojos, me humedecí los labios lentamente mientras pensaba mi respuesta y entonces le dije algo que sentía con todo mi ser pero en especial, que gritaba mi conchita sumisa: “qué lindo que sos Rober, me hacés poner roja, (lo que en verdad significaba me hacés mojar la bombacha) ojalá mi marido me dijera un tercio de las cosas dulces que usted me dice, en cambio me deja sola en casa cuando mis hijos no están” él vio otra oportunidad para ligarme, lo empezó a ver casi posible, por momentos por lo que yo decía “cómo te dejó sola? No está? Tus hijos tampoco?” sus ojos parecieron irrigarse de sangre, y casi podía imaginar que tenía una erección, esta idea me enloqueció, mi bombacha mojada y su pija hinchada quizás despidiendo algo de semen, wow era como estar haciendo el amor con el viejo (en mi mente).

Cargué más mis palabras provocativas, “Noo, estoy solita hasta la noche tarde que él llegue y los chicos se fueron de la abuela, así que ahora subo y me pongo una peli antes de dormir…sola…en mi cama” – Él, editado por mi última respuesta me dijo, sin ser del todo ubicado: -Ah, y usas pijama con este frío, me imagino- Y yo, levantando un poco la cola y las tetas y sin medir las consecuencias, súper caliente, pensando en si se le pararía al viejo, le dije: -Nooo, para nada, soy muy calurosa, así que no… sólo en bombacha y corpiño- finalicé, en un tono muy sensual.

Se hizo un silencio y el viejo abrió levemente los ojos y la boca de forma inconsciente. Yo también quedé sorprendida por lo que acababa de decir, la situación era muy morbosa, hablaba con mi vecino viejo y baboso, que además moría por comerme entera, acerca de mi bombacha y mi corpiño. Y luego de un rato me dijo: -¡Ah, sos como yo!!- y ahí aproveché y le dije con voz de pícara: -Y usted duerme en calzoncillo?- Roberto: -Sii, no me gusta el pijama… Yo: -Ah, bueno, no es como mi marido digamos…

Ya jugaba con fuego y lo sabía, una parte de mi decía “que decís?!!”, y la otra “dale!! calentalo más a este viejo que se muere”, sin saber hasta donde era capaz de llegar. Yo: -Usted no es como mi marido que siempre tiene frio, y entra helado a la cama, ¡aii, detesto que haga eso!!- Roberto: -Ah, nooo, yo jamás, yo soy súper calentito para dormir Ale- Yo exclamé: -Umm, que lindo, me da calor de sólo pensarlo uff, ¡jaja!

Me hacía la acalorada ventilándome y la tonta para que el viejo actúe de una vez. Noté entonces como me miraba jadeante y se acercó a mí y me agarró de la cintura y me dijo: -Bueno Ale, avísame si tenés frío y voy a calentarte en lugar de tu marido- Ya se sentía confiado y yo me quedé con medio cara de tonta y de puta a la vez, suplicándole en mis ojos que me violara, así es, quería que ese viejo me obligase, me penetrase y me haga gritar y que mi marido, al no estar no pudiese hacer absolutamente nada mientras el desagradable de su vecino se cogía a su hermosa esposa.

Y entonces, regresando a la realidad le contesté: – ¡Ayy Roberto!! Usted es tremendo- Y ahí, para mostrarme que hablaba en serio, prosiguió con su mano hasta abajo, sentí lo pesadez de su palma acariciar mi nalga y eso me llevo hasta el cielo, ¡¡mi cola!! Únicamente tocada por mi marido hasta entonces, estaba siendo amasada por encima del vestido por ese viejo asqueroso. Y de apoco me pegó a su cuerpo, ni bien me pegué sentí la presión de su erección sobre mí y eso me termino de hace entregar.

Seguía con mi respiración jadeante, mis pechos se expandían a cada respiración y ante esto, el viejo bajó su mirada y no desaprovechó la ocasión, me empezó a amasar uno de los pechos aun mirándome en silencio, mientras yo lo dejaba hacer y gozaba, mi bombacha se empezó a humedecer, y yo pensaba, soy casada, tengo hijos, de religión cristiana y me estaba dejando hacer de todo por ese viejo.

El viejo, mientras me seguía amasando las gomas, bajó un poco los tirantes del vestido asomando todo el esplendor de mis tetas, aún cubiertas por ese corpiño sugerente, el cual no hizo más que aumentar la fiereza de Roberto, exclamó con una voz de viejo violador: – ¡ale que buena que estas, te quiero comer toda! ¡Ahora que tu marido no está! ¡Vas a ser mía!

Sentía sus manos calientes y muy fuertes, apretando mis tetas grandes y suaves, yo lo miraba hacer y lo miraba con expresión que iba desde la excitación extrema al desconcierto. Apoyé mis manos en su cara, y lo acaricié, mis manos hermosas y sensuales acariciaban a ese viejo y lo miraba con expresión de calentura y deseo. Lo mire a los ojos y le dije: “ai Roberto nunca engañe a mi marido, lo amo, no sé…” mi perfume se mezclaba con su olor a viejo me empezó a besar todo el cuello cada vez más desesperado, y me decía una y otra vez “mía toda mía vas a ser” entró como en un trance “ese cornudo se va a querer morir cuando vea lo que le hice a su esposa” Y yo, en vez de defender a mi marido, haciéndome la inocente y ya entregada por completo, le susurré: -¡Ayy Roberto!! Estoy indefensa, solita para usted, se va a aprovechar?”

El viejo se excitaba cada vez más, se volvió una fiera, sentía su piel arrugada hervir y mirando mi expresión sumisa y jadeante con la boca entreabierta me imprimió un beso lascivo y con mucha lengua por toda mi boquita, llenado de baba y ese olor a viejo que ahora invadía mi boca. Fue con tal fuerza que di un paso atrás con mis tacos.

Yo disfrutaba del morbo como nunca, y más cuando accedí a corresponder ese beso, saqué despacio mi lengüita y empecé a explorar su boca asquerosa, rodeaba en forma mimosa su lenguota e invitándola a entrar a mi boca con gusto a menta y labial de fruta, continuó su lascivo beso casi succionándome toda la boca y mordiendo un poco los labios. A su vez empezó a meter su mano entre mis piernas debajo del vestido primero acariciando todo su largo, y abrazándolas, para después rodearlas y masajear el cachete de mi cola, luego por delante acariciando mi diminuta tanga de encaje.

Sus dedos eran toscos y eso hacía que mi concha se moje más y más, lo áspero de sus manos acariciaban todo mi cuerpo de seda y ropa de satén, cómo me gustaba eso, ese macho hermoso me estaba devorando. En cierto momento se detuvo y se dirigió al sillón, se sentó, yo sorprendida, lo vi hacer y me dijo: -Vení mamita, estás hermosa, sentate acá arriba- Ahí pude apreciar con quien iba a coger, a engañar a mi marido por primera vez habiendo podido hacerlo con tipos súper atractivos estaba eligiendo a ese viejo gordo, no pude más del morbo y fui a sentarme lo más provocativa posible, a él se le pintaba la excitación extrema en la cara.

Le temblaba la voz de tal excitación y placer, pude ver su pantalón levantado a causa de su pija a punto de explotar, y yo con el vestido levantado por sus manos, en tanga y medias accedí a su llamado, no aguantaba las ganas de sentarme, yo una señora casada y con hijos en la pija dura del viejo, sentía como mi fidelidad peligraba cada vez más como estaba más cerca de ser la señora hermosa cogida por el viejo… y entonces lo hice, apoyar mis muslos en sus piernas como una adolescente fue bellísimo me senté en su miembro a placer suyo, ¡¡aiii! sentí toda su cabeza en mi culo, fue hermoso, su tamaño triplicaba el de mi marido, mi vulva se hinchó y se empapó enseguida por la excitación que era máxima, estaba por ser cogida por un macho mucho más macho que mi marido, una bestia.

Ni bien me senté, se sujetó de mis pechos aun con el corpiño y me empezó a menear, yo movía mi cola sin parar y le decía: ¡Ayy Robertooo!! ¡Cómo me gusta!! ¡Cómo me gusta sentir su pijaaa!!! y el parecía un toro haciendo fuerza para romperme. Fueron varios minutos de ese refriego, el cual provocó que su verga se hinche más y mi concha chorreara baba mostrando total receptividad y esperando para ser penetrada.

Luego de un rato, me hizo parar de frente, colocó sus dedos grandes en los tirantes de mi bombacha y me la fue bajando delicadamente, la misma se despegó de mi vagina toda húmeda y él me dijo: -Umm, mirá como te pusiste Ale!!- Y yo en trance total respondí: ¡Soy tuya Roberrr!! ¡Soy tu perrita, decime qué querés que haga!!- Él se bajó el pantalón y el calzoncillo y liberó un manto de pelos de anciano y finalmente apareció su vergota!!! Un pedazo gordo y oscuro, vigoroso de grande e hinchado al parecer como nunca, no podía dejar de verlo y estaba deseosa de que me viole con ese garrote.

En ese momento, retomé lo último que quedaba en mí de cordura y le dije: Usemos preservativo, si? por favor Roberto, ya que estos últimos días no tome la pastilla… Él hizo una mueca y me contestó: -No tengo mi amor, sabes bien que no compro hace años eso… Y yo lo miré y pensé no me voy detener ahora, el riesgo de quedar embarazada me hacía excitar más, puse mi mano suavemente en su cabeza, ya tenía líquido por lo fuerte de su erección, fui deslizándola despacio hasta tenerla toda agarrada (era en verdad gorda y grande no veía la hora de tenerla adentro) la agarraba firme con mis manos delicadas que portaban anillo de casada y uñas delicadamente esculpidas, me di la vuelta de espaldas nuevamente, abrí mis piernas juntándolas a las de él, y me dispuse a sentarme en su verga, con la mano primero apoyé los labios de mi conchita y la cabeza, sentí enseguida como se abrían, y la cabeza patinosa por el líquido que despedía, se resbalaba queriendo entrar, de a poquito metí la cabeza y me empecé a menear sobre ella unos segundos, pero fue demasiado para Roberto que enseguida de la desesperación me la ensartó toda haciéndome sentar, sentí como me abrió las entrañas, tenía un mazo dentro de mi útero prácticamente, nunca había sentido eso con mi esposo, y ahora si estaba oficialmente cogida por mi viejo vecino.

Pensé ay que puta soy pero a la vez ay que viejo hermoso, me empezó a dar despacito y cada vez más fuerte, y yo rebotaba, mis piernas temblaban arriba de las suyas y yo ya gritaba como su puta: Aii aii aii más más másss másss másss.

En un momento le dije: Acabe afuera, por favor… En ese momento recordé mi pensamiento de que debía tener mucha leche acumulada y me éxito más, empecé a saltar en su verga como loca gritaba tan fuerte que podía haberse escuchado afuera, “rómpeme papito rómpete toda” y él me decía: Ay, mamita que hembra que sos, mientras me castigaba con su garrote por la concha, yo me dejé caer de espaldas a su pecho mientras me garchaba así tan rico, y como una noviecita me recosté sobre él mientras me seguía dando, mi dulces pómulos se apoyaban en su cara gorda de viejo y él aprovechó para besarme toda, era completamente suya, ahora era su mujer, su hembra, para que descargue toda su leche acumulada, me metía toda la lengua adentro de la boca y yo correspondía casi como enamorada, hasta me excitaba saber que se lo robaba a la vieja que había muerto, en un instante le susurre soy más linda q su difunta mujer? Ahora me ama a mí? Yo soy su nueva mujer?

Y el editado decía siii mi amor sos el amor de mi vida de verdad! Y a la vez respondió y vos mi amor te gusto más que el idiota de tu cornudo marido? Y yo siii mi papi él ya me perdió!! después de eso se paró y me empezó a dar con más ritmo contra el escritorio me tenía agarrada con una mano de la pierna enfundada en la media bucanera y con la otra de una de mis gomas, era un animal gozando todo mi cuerpo, era excitante ver la cruz de mi cadenita saltando en mi pecho descontrolada por las embestidas que me daba el viejo, me miraba por el reflejo de la ventana y veía a una mujer casada en tacos y medias medio desnuda cogiéndose a un viejo verde.

Luego de tanto coger sentía como su verga se empezaba a hinchar cada vez más latía con fuerza y pensé va a acabar y le dije sacala por favor, y me dijo ni locoo, quiero tener un hijo con vos mi amor, así te separo de tu esposo, y yo asustada por un lado nooo por favor Roberto no seas así yo me entregue a vos, y me dijo sii mamita yo se que querés mi leche sabes toda la que tengo guardada se apretó mas contra mi cuerpo mientras me besaba asquerosamente el cuello, ahí me ganó la calentura y le dije aii papi me vas a inundar de leche la concha, voy a quedar preñada y ahí aumento su ritmo hasta un nivel frenético y me empezó a castigar más fuerte, aii aiiii aiiii gritaba casi como nena castigada y me caía una lágrima de lo extasiada que estaba y sentí su pija explotar de leche adentro, las paredes de mi vagina se enchastraron de semen de viejo y sentí como me llenaba por completo.

Al terminar me acarició mi pancita y me dijo vas tener un bebé mío mi amor, me saqué su verga gorda como pude y me disponía a limpiarme con unas servilletas, me disponía a agarrar la bombacha, cuando él se me anticipó la estrujó en su mano y con la otra me arrinconó de frente nuevamente hacia el escritorio pero esta vez mirándome a los ojos y me encajó un beso con la lengua llegando hasta mi garganta me agarró de los dos muslos alzándome arriba del escritorio me metió despacio su porongota, ahí me sentía llena de nuevo, rogaba que no la sacara nunca más y sin despegar sus manos de mis muslos por sobre mis medias me empezó a dar fuerte, tanto que el escritorio se corría para atrás, mi concha recibía toda su fuerza total receptiva al viejo y no paraba de babear lubricando cada milímetro de su tronco, parecía que mi concha estaba hecha para él y lo agradecía mimando toda su extensión, como si fuera mucho más compatible que con la pija de mi marido!!

En un momento dejo quieta su lengua dentro se mi boca mientras me seguía dando fuerte yo gemía como loca, mis gemidos ahogados por sus besos parecían los de una gatita castigada, y el gemía como un toro, cuando despegamos las bocas mire al costado y vi mi tanga estrujada en sus manos, eso simbolizaba como me tenía, todo esto llevo a que aumentase mi calentura por lo que traté de abrazarlo con las piernas y entrecortada gimiendo le comencé a decir despacito, "embarázame, abusa de mi cuerpo, dale, sin que mi marido pueda defenderme, embarázale la mujer al tarado de tu vecino, aduéñate de mí".

Parecía casi enamorada, comencé a golpear mi pelvis contra su panza en un frenético golpeteo que culmino con su gorda panza sobre mi pancita, y le seguí diciendo buscando su respuesta "quiero ser sólo tuya, no me dejes de coger, si mi marido o mis hijos escuchan mejor" ya no sabía lo que decía, "te amo amor!! ai ai ai " y el entrelazaba sus manos gordas por mi pelo abrazando mi nuca y me imprimía besos brutos, me succionaba toda la boca, lengua y saliva, mientras yo sin aliento sentía cada embestida que invadía hasta mi útero, luego comenzó a bajar sus manos por mi torso, sentía sus ásperas manos que en contraste con mis caderas ilustraban el morbo de la situación, llevó las mismas hasta las piernas, quería acariciar mis medias muestras me cogía mejor que nadie, esto al parecer hizo que no aguantase más, se empezó a estremecer y rugir como un toro o un león, sentí que su vergota se hinchaba más adentro mío, y ahora le pedí yo "llename la concha de leche amor mío" y sentí como eyaculaba cada gota en mi interior, su panza descansó un rato sobre mí.

Luego se levantó, yo me dispuse a ponerme la bombacha y me dijo vamos a mi pieza, contesté noo me tengo que ir ya a casa y entonces me agarro del tirante de la bombacha y me atrajo a él, me empezó a besar a su voluntad, me metía toda su lengua y refregaba toda su panza sobre mi cuerpo esbelto, era tan morboso que era hermoso. Me volvió a manosear las tetas un rato acariciando la seda de mi lencería cosa que me hacía hervir ver sus manos de viejo tocando un corpiño de mujer joven y me dijo vení reina vamos a mi cama, fui pensando que lo mejor era darle el gusto ahora y de paso concluir mi morbo para irme después sin problemas a casa.

Cuando llegamos a la pieza, que daba justo debajo de la de mi marido y yo, me tiró en la cama y se abalanzó sobre mí, sentí todo el peso del viejo arriba mío casi dejándome sin respirar y encima besándome, se arrancó la camisa y así pude oler de lleno todo su olor a viejo dejado, los pelos del pecho canosos y su barriga de años descansaban sobre mi pancita dulce de mujer casada, fue entonces cuando me sacó el corpiño y empezó a chuparme las tetas como perro desesperado, ufff como me devoraba, quería dárselas todas, me estaba ganando totalmente para él mi marido jamás me había hecho sentir así.

Sin pensarlo más me enterró de nuevo su pija en mi concha y yo me sentí nuevamente completa le dije entonces ai papi cogeme fuerte tenés la pija re dura y más grande que mi marido, eso lo excitó más y me dijo ahora te voy a coger cuando yo quiera no? Y le dije: -siii siii papito soy tuyaa para siempre!! Mientras lo abrazaba con mis piernas.

En eso continuando con el ritmo sentimos un ruido arriba, no lo podía creer era mi marido que había llegado fue como si me cayera un balde de agua helada, procure hacérselo entender para que bajemos el ritmo pero el solo me daba más fuerte y yo no podía evitar gritar más y más de placer, me termino haciendo sangrar un poquito de tan fuerte que me dio, en eso me olvidé del mundo y me subí arriba suyo de frente, ahora yo lo iba a coger a él, empecé a cabalgar sobre su panza como una ninfómana, sobre mis tetas el crucifijo seguía tambaleándose, el me agarraba las dos nalgas que rebotaban sobre sus huevos, empecé a gritar tan fuerte que seguro mi marido escuchaba, (se me venía el fin del mundo, pero estaba disfrutando como nunca) terminamos juntos exprimiendo la leche que le quedaba. Luego de un rato dándome él se sentó y quede sentada en su pija y enfrentada a él. Mi mano con el anillo de casada y mi pelo súper producido y hermoso descansaban sobre la espalda viejo peluda y arrugada y saltaban ante cada pijaso del viejo.

Yo por momentos lloraba y por momentos gritaba gracias a esa pija gorda y fuerte que me castigaba por ser una putita.

Mis labios vaginales mimaban todo el tronco del viejo, bajando y subiendo y bien suaves, lubricando cada centímetro de esa pija gorda y vieja por lo cual se le hinchaba cada vez más. Mis gritos iban desde una sexy y sensual mujer casada a los de una nena castigada y a los de una hembra un orgasmo continuo, lo que hizo que empiece a decirle: -te amo papi ai ai ai quiero tener un hijo tuyo embarazame hasta medula viejo pajero!! Aii aii- y encima el viejo parecía no dejar de largar leche.

Me empezó a coger como una muñeca en cuatro y levantándome de los muslos que aun vestían mis medias, sentía una vejación total en ocasiones mis manos suaves con las uñas esculpidas se agarraban de su hombro para no desestabilizarme de la cogida de campeonato que me estaba dando, me empezó a meter los dedos en la boca, mientras me seguía cogiendo y acabando yo de la calentura se los empecé a chupar me calentada sentir su gusto asqueroso a viejo y encima el hijo de puta veo que se mete un dedo en el culo y me lo mete en la boca sentía el gusto a mierda podrida del viejo pero aun así se los chupaba con más baba que nunca mientras mi concha seguía escupiendo leche mientras el acomodaba la pija en mi concha y mis tetas quedaban rebosantes con la cadenita encima y hermosas, cada vez que podía me las chuponeaba, ya todo mi cuerpo tenia rastros de baba de ese viejo.

Mientras me cogia y yo tomaba su cara gorda y vieja y podía sentir como me olía excitándose con mi olor dulce de mujer exuberante me daba besos babosos en los cachetes y el buscaba mi boquita la cual yo le entregaba a cada rato eso me excitaba cada vez más besarlo implicaba un engaño peor no solo era una aventura estaba engañando a mi marido con otro hombre que me estaba enamorando aunque pudiera ser mi padre o incluso abuelo.

Me levanté de arriba suyo pensando que ya habíamos terminado pero el viejo me dijo ponete en 4 como buena perrita, y obedecí sumisa una vez más, mis tetas colgaban hermosas y también mi cruz de estrases, seguía con las bucaneras puestas, el viejo se situó detrás, ofrecía mi concha a placer del viejo, pegó sus piernas gordas y peludas a mis piernitas una vez más y apoyó su tronco en la puerta de mi concha ya toda abierta, aii cómo me enterró el miembro, movió todo mi cuerpo hacia adelante mis tetas se bamboleaban otra vez al ritmo de su s embestidas, pero rápidamente las sujetó esta vez me las apretaba con furia.

Me estaba haciendo doler un poco pero el dolor se perdía en el placer, su panzota pesaba en mi espalda y eso me hacía sentir más morbo, quería que me aplaste el viejo gordo de apoco fui cediendo ante su peso hasta quedar acostada mientras él me seguía dando encima, se apoyó en mis brazos y siguió martillándome la concha con su cogida, ya no me quedaba aliento, en ese momento se me cruzaron pensamientos de arrepentimiento, comencé a llorar mientras mi cuerpo temblaba por la serruchada que me estaba dando el viejo, mi boca se frunció en un llanto y él, más me daba.

Comenzó a decirme lo lamento ahora es tarde, sos mía, perdiste a tu familia, y yo lloraba desconsolada y le suplicaba Rober por favor déjame, tengo hijos y soy casada, que van a decir, sos muy grande además para mi, me estas llenando toda de leche, por dios que pija que tenés ahí la de mi marido es re chiquita al lado de la tuya papiii, rómpeme todaaa aiii papiii, hasta que noté que se venía un nuevo orgasmo el cual me hizo delirar, empecé a gritarle cosas: aii sii viejo, mas mas dame mass, soy tuya toda tuya, viólame, haceme 20 hijos, soy tu hembra tu pedazo de carne para cuando quieras garcharme toda, aiii aiii aii gritaba con fuerza…

Y succionaba esa pijota, la leche de él ya salía por los costados de mi vagina súper abierta y chorreaba por mis piernas sobre mis medias, seguro me embarazaba y eso me calentaba a morir, que iba a pensar mi marido, embarazada del viejo de abajo, aiii aii aiiii, al rato se detuvo un poco, me dio la vuelta se paró y me subió a upa, me recosté sobre sus hombros abrazada mientras me daba un poco más, mientras me besaba el cuello me seguía cogiendo, ese viejo era una máquina, mi máquina sexual, me había enamorado, por completo, lo miré y lo besé apasionadamente, chupando todo su olor asqueroso, succionando su lengua vieja, te amoo Rober le dije, y yo a vos Ale, y continuó dale seguí comiéndotela toda, tomá Ale y empezó a gritar mi nombre aii ale así ale así ale, seguí ale, te voy a hacer todos los hijos que pueda.

Roberto quería que se entere mi marido… y yo también, quería que sepa que el viejo lo había hecho cornudo, le había arrebatado a su hembra y la había garchado mucho mejor, y gozado en todo su esplendor, en eso me dijo querés más lechita y yo sii siii sii más más pero ahora en mi bocaa…

Me bajó y me arrodillé me metí la vergota en la boca, umm sentí un gusto podrido de leche rancia, que entraba a mi boca, gusto a pis de viejo que sólo me hizo volver a excitar la cubrí con mi de mis babas y la empecé a chupar con todo, mis labios llegaban hasta el comienzo de su pija, y volvían, se oían mis gemidos ahogados por la chupada que le daba, y sentía como me chorreaba una gota espesa de leche por el costado de la boca, umm que perrita mas puta era, y toda de ese viejo, me empezó a coger la boca agarrándose de mi nuca, me ahogaba con todo era un animal, abajo mis tetas manchadas de leche y con la cruz encima solo lo calentaban mas.

Después de un rato de terminar de cogerme la boca, se le hinchó tanto que parecía que iba a explotar, acabó más cantidad en mi garganta y sólo pude tragar, estaba súper caliente y espesa, me la saqué tenía los ojos llorosos, saqué mi lengua y la empecé a limpiar, con asco y morbosidad a la vez, me paré y me dispuse a vestirme lo más rápido y sigilosamente posible, pero me faltaba algo buscaba en la cama y no encontraba mi bombacha, cuando lo miro a él la tenía agarrada en su mano así que le dije Roberto dame la bombacha me tengo que ir, no me dijo quiero que me la dejes de recuerdo, y así también tengo garantías de que vas a volver, nooo por favor no puedo subir sin bombacha mi marido nos mata a los dos, vos te la arreglarás me dijo, yo no le tengo miedo, nooo por favor Roberto damela- susurre enojada, me dijo nuevamente ya te dije que no, frustrada y desesperada me acomode mi ropa sin la bombacha, corriendo me fui, me entraba todo el frío por debajo del vestido, subí y entré, le dije a mi marido que había salido a comprar un helado y lo creyó sin más, cuando me dijo que porque no me acostaba entré y agarre rápido una bombacha limpia para ponerme.

Al día siguiente me despierto y me dirijo al baño para lavarme los dientes cuando paso por la ventana vi mi bombacha colgada en el tender de ropa de Roberto en su patio, el corazón casi se me sale del miedo, Martín aún dormía, así que fui hasta abajo y le toqué timbre a Roberto pero el muy maldito no atendía, así que volví a subir y traté de tapar la ventana en eso mi marido se levanta y me dice que lindo día por qué mejor no abres y entonces se quedó mirando lo que yo ya sabía se quedó helado mirando mi bombacha y me mira y me dice que es eso? Y en eso sale Roberto al patio y nos grita hola vecinos, Ale anoche te dejaste la bombacha en mi cuarto…

FIN

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