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Postre de fin de año
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de la locura sexual en la que se había convertido mi vida y la de mi esposa hubo un lapso sorprendentemente largo en que la rutina azoto nuestro matrimonio, pasaron varios meses en los que las cosas se pusieron raras, no estábamos bien, nos distanciamos mucho y aunque no me faltaba a que atribuirlo, la verdad es que no sabía lo que realmente estaba pasando, Lan (Laura) estaba distante la mayor parte del tiempo, distraída, irritable en ocasiones y en otras muy sensible, hablaba muy poco conmigo y eran escasos los momentos en que lo pasábamos bien, ese comportamiento no era exclusivo para mí aun que si más notorio, pero en general así era con todo mundo, no se debía a un estado emocional derivado de su periodo o incluso algún embarazo (ya no puede embarazarse) y de una en una fui descartando opciones hasta que en mi cabeza solo tenía la duda de si mi esposa se había enamorado del vecino que ya hacía mucho tiempo que no sabía de él (eso me consta) y tal vez eso era la causa de su comportamiento.

Las cosas empeoraban cada día, se metió mucho en su trabajo, en casa dormía todo el tiempo, empezó a salir más con sus amigas, tomaba demasiado y llegaba muy tarde, aunque quisiera pensar que tenía un amante tenía la certeza de que no era así pues siempre sabía dónde estaba y con quienes, a pesar de eso si hubo algunas sorpresas, por ejemplo está aquella ocasión en que saliendo del trabajo se fue a comer con sus compañeras de oficina y regreso a casa en la madrugada casi al amanecer cayéndose de borracha al grado que tuve que salir por ella porque no podía abrir la puerta, no habíamos tenido contacto desde las 11:30 de la noche aproximadamente, después de esa hora ya no entraron las llamadas y supuse que se quedó sin pila su celular así que tuve que esperar a que llegara, el punto es que la tome por la cintura y pase su brazo por mi cuello, deje su bolso en el sillón de la sala y la lleve prácticamente cargada hasta la habitación, la acosté en la cama y le quite los zapatos, regrese a la sala a inspeccionar su bolso y revisar su celular el cual si tenía pila pero lo había apagado intencionalmente, de cualquier forma no encontré nada, regrese a la habitación y antes de acostarme pensé en quitarle la ropa para que durmiera cómodamente.

Ese día llevaba un vestido color capuchino que le llega a medio muslo, algo entallado de manga larga, recto de la parte de arriba dejando descubiertos sus hombros y la parte superior de su pecho y cuello, obviamente sin tirantes, al levantarle el vestido me encontré con la sorpresa de que no traía nada de bajo (siempre usa tanga o calzones sin excepciones), a pesar de que yo sabía que podía pasar algo en algún momento después de todo lo que hemos vivido, honestamente me sorprendió mucho, termine de quitarle completamente el vestido para comprobar mis sospechas y si, tampoco traía sujetador, comencé a imaginar muchas cosas viéndola ahí desnuda y no pude evitar una erección, sabía que no traía su ropa interior guardada pues acababa de revisar su bolso así que era obvio lo que sucedió, acerque mi cara a su cuerpo para olerlo y enseguida metí mi nariz entre sus piernas, sentí como si una braza se encendiera dentro de mí erizándome la piel, el olor a sexo me llego hasta el cerebro alimentando las fantasías que ocupaban completamente mí cabeza, delicadamente le fui metiendo un dedo hasta el fondo de su conchita húmeda y sentí venirme cuando palpe el semen dentro de ella así que le saque el dedo y seguí olfateando el aroma de todo su cuerpo hasta sus pechos mientras le repagaba mi duro miembro en su pierna, después la acomode de lado tome una toalla y la puse debajo y en seguida me acomode de manera que pude poner mi verga entre sus deliciosas tetas y empecé a moverlo lentamente disfrutando de su calidez y suavidad, mientras tanto no dejaba de pensar quien y como se la había cogido toda la noche, con lo que ya había visto de ella hasta entonces la podía imaginaba bien cachonda retorciéndose de placer en cualquier posición ensartada en la verga de alguien, gimiendo mientras se le venían dentro una y otra vez, finalmente y al poco tiempo me chorree entre sus tetas, cuello, cara y pelo dejándola bien llena de lechita… después de desahogarme la limpie con la misma toalla que puse debajo de nosotros y tuve que vestirla nuevamente, no quería que supiera que me di cuenta que llego bien cogida y así ninguno de los dos tendría que hacer preguntas ni responderlas, no quería empeorar las cosas por mucho que esa situación me deprimiera.

Después de eso los días siguieron su curso sin novedad, en muchas ocasiones trate de cambiar mi actitud para con ella pensando que tal vez ese era el problema, no voy a sumergirme en detalles porque esto sería interminable pero intente muchas cosas que al final no funcionaron, nuestra relación seguía deteriorándose, hacía meses que no tenía sexo con mi esposa gracias a que siempre tenía excusas o simplemente me mandaba al diablo y eso me tenía muy confundido y deprimido incluso molesto, a Lucy no la he vuelto a ver, con Mony no podía esperar nada pues a pesar de que hablamos con regularidad y nos vimos casualmente un par de ocasiones ahora tenía nueva pareja y estaba muy feliz en su relación, yo estaba ya de vacaciones ya que mi trabajo no exigía mi presencia, Lan seguía trabajando pero de cualquier forma no podríamos salir de viaje por la remodelación de la casa que nos dejó sin dinero y nos recuperaríamos tal vez en dos años, así que no esperaba mucho.

Lan llego una tarde después del trabajo como de costumbre, el resto del día paso sin detalles importantes pero ya en la noche estando en la cama me comento casi por casualidad que la fiesta de fin de año de su trabajo ya tenía fecha y estaba a escasas 2 semanas, que no tenía muchas ganas de ir porque sería en otra ciudad a unas 3 horas de la nuestra pero se les exigió la asistencia, normalmente yo no la acompaño a estas fiestas pero en esta ocasión me pidió que fuera con ella, yo sabía que es por que odia manejar en carretera y no por que quisiera mi compañía, pero igual podría ser una buena oportunidad para cambiar las cosas.

Tenía muchas expectativas y el firme convencimiento de que todo se solucionaría, para ser muy honesto les diré que sin importar todos las locuras morbosas y degeneradas que ya había presenciado, nunca me espere lo que venía y que les contaré en la segunda parte de este relato.

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