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Me cogieron en un cine (Parte I)
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Tiempo de lectura: 11 minutos

La semana ha sido muy ajetreada, lo único que quiero es poder salir del trabajo e irme y poder hacer algo relajante con mi novio.

Llamada telefónica.

—Hola cariño ¿Qué pasó? —le digo mientras descuelgo la llamada.

—Oye amor hoy no podremos vernos, ya que saldré tarde del trabajo —es lo primero que dice.

—Pero cariño, íbamos a ir al hotel —le digo enojada, ya que llevo un mes y las ganas me carcomen por dentro.

—Lo siento, pero tengo que quedarme —me dice como si nada.

—Olvídalo, veré que hago yo sola —le digo a punto de colgarle el teléfono.

—Te amo —es lo último que alcanzo a escuchar.

Fin de la llamada.

Llevo meses sin que mi novio me de mi ración de verga y siendo sinceros no es que la tenga muy grande o gruesa, ni tampoco que de los mejores orgasmos pero lo amo; pero siendo sincera mi puchita pide guerra y que una verga la destroce pero a este paso me volveré virgen.

Tomo mis cosas y decido ir a dar una vuelta porque no quiero llegar a casa; voy caminando sin rumbo hasta a lo lejos alcanzo a ver un espectacular donde hay varias letras supongo que anunciando algo, entre más me voy acercando me empiezo a dar cuenta que es un cine.

—No sabía que se encontrara uno por estos rumbos.

—Ja, ja, ja claro como si supiera donde estoy —me da risa porque estoy hablando sola.

“Las chicas súper poderosas”, “Hagamos tu sueño realidad”, “Una rubia en Paris”, “Encuéntrame”, voy leyendo cada titular.

—Se ven interesantes —pienso, la verdad no sé por cual decidirme; miro mi reloj y me doy cuenta de que tengo tiempo, al fin no habrá algo más interesante en mi casa ni un novio que me coja.

 —¿Aun no te decides por cual ver? —me dice alguien muy cerca de mi oído.

 —¡Joder! —es lo único que atino a decir después del susto que me dio

 —Disculpa no fue mi intención, pero te vi muy concentrada —me dice el chico desconocido sonriendo.

—Mmm pues en eso estoy —le digo mientras me alejo poco a poco de él.

—No te preocupes, no muerdo —me dice mientras me muestra sus manos, dando a entender que no es peligroso— Bueno al menos que tú quieras —lo escucho susurrar.

 —¿Qué dijiste? —le pregunto porque no estoy segura de lo que escuche.

 —¿Cómo te llamas?, yo me llamo Iván —me dice para esquivar más mi pregunta.

—Ah, mucho gusto —le digo mientras evito darle mi nombre.

—No me dirás cómo te llamas verdad —me dice mientras yo niego con la cabeza.

—Y bueno ¿Cuál planeas ver? —me dice señalando la cartelera.

—La verdad aún no se, ninguna me convence.

—Adentro hay más títulos por si esos no te interesan, si gustas puedes entrar a ver si alguno te convence —.Como ninguno aun me ha llamado la atención hago caso a lo que dice Iván y entro para ver la cartelera más tranquila; el lugar huele mucho a desinfectante.

 —¡Iugh! —es lo único que atino a decir antes de hacer un gesto con la nariz.

 —¿No te gusta el olor? —me dice.

 —¿No tienes a otra chica a quien molestar? —le digo mientras sigo leyendo los títulos; son muy raros y hay muchas funciones— ¿Cuántas salas serán? —es lo único que atino a pensar.

—Pues siendo sincero no, y como yo también vengo al cine pensé que podríamos entrar juntos —me dice observando ya a mi lado la cartelera.

—Siéndote sincera, aun no me animo por alguna en especial —le digo.

—Por qué no escoges una al azar —me dice como si fuera tan fácil.

—No creo que funcione —le digo mientras veo de nuevo los títulos, esto se está tornando estresante.

—Mira, que te parece yo escojo la función y así evitas elegir —me dice arreglando la situación.

—Okey, sorpréndeme —es lo único que atino a decir.

—No te muevas de aquí ¡He! —me dice antes de irse a la taquilla.

—Entendido —me quedo parada cerca de donde está la lista de los titulares y cuando caigo en cuenta que este cine no es como los que suelo acostumbrar, es más sencillo, tiene muchos banquillos para sentarse y sobre todo apesta a desinfectante parece como si en vez de estar en un cine estoy en un hospital.

 —¡¿Pero qué putas estoy haciendo!? —es lo que pienso al darme cuenta de que veré una película con un total desconocido, no solo se su nombre, ni me he fijado como es, complétame estoy en blanco; entro en un ataque de pánico y es cuando reacciono, me doy vuelta para irme por donde llegue cuando choco con un pecho y tropiezo al grado de estar a punto de besar el piso con mi culo, si no fuera por un brazo que me sostiene.

—No pensabas irte ¿verdad? —me dice mientras busca una respuesta de mi parte.

—Mmm, no, no es lo que piensas —es lo único que atino a decir.

Me doy cuenta de que en este momento el espacio vital no existe entre nosotros, estoy muy cerca de él más de lo que me gustaría; tiene unas facciones marcadas, me lleva más de una cabeza y media de altura, tiene un cuerpo marcado por el gimnasio, unos ojos claros, una piel morena que me hace ver que realmente es muy guapo y para rematar una manzana de Adán que me hace querer tocarla, como siempre mi subconsciente me traiciona, lo único que siento debajo de mis dedos es el movimiento que hace al momento de tragar saliva; levanto la vista y es cuando veo sus labios entre abiertos invitándome a que los bese.

 —¿Entramos? —me dice acercándome más de lo que ya estábamos.

—… Si… —es lo único que mi cerebro alcanzo a responder.

—Por cierto ¿Qué película escogiste? —le digo después de recomponerme.

 —¿No me dijiste que te sorprendiera? —me pregunta mientras toma mi mano.

—Si —le digo mientras veo nuestras manos unidas con un poco de incredulidad, no sé por qué lo sigo como buen cordero si hace unos minutos quería huir.

—Entonces sígueme, primero dejaremos tus cosas para que no te estorben ni se pierdan y después iremos a la sala —me dice mientras señala mi bolso y mi chaqueta.

Vamos a un espacio donde dice “Guarda ropa” nos atiende una chica que para mi gusto está enseñando mucho, ya que lleva un body completamente de encaje negro, debajo no lleva nada solamente las pezoneras en forma de corazón, no dudo en observarla y siendo sincera se ve realmente sexy; nos sonríe y le doy mis cosas.

—No te preocupes princesa, te cuidare tus cosas muy bien —me dice al momento de tomar mis pertenencias.

—Gracias señorita —le digo un poco extrañada por la actitud de la chica.

—Wow eres la primera que me dice así —me dice un poco sonrojada.

—Mmm, de nada, creo —le digo ante su rara contestación.

 —¿Cuál vas a ver?  —me dice.

—No lo sé, él la escogió; espero que valga la pena —le digo mientras señalo a Iván y encojo los hombros.

—Haber las entradas —le extiende la mano a Iván; él se las muestras y la chica sonríe a más no poder, creo que el gato de Alicia sonríe menos.

—Sé que la vas a disfrutar, yo ya la he visto y vale la pena cada segundo —me dice como si hubiera sido una ensoñación.

—Okey, confiare en ti —es lo último que alcanzo a decir antes de sentir como alguien me jala de la muñeca para que lo siga.

 —¡Oye que te pasa! No me dio algo para que pueda recoger mis cosas —le digo molesta y tratando de zafarme de su agarre.

—No te preocupes te aseguro que no olvidara cuáles son tus cosas —me dice con un tono de enojo sin dejarme de jalar.

 —¿Qué te pasa Iván? No tienes por qué ponerte así, ni siquiera te conozco ¡No abuses! —le digo mientras empiezo a poner resistencia con mis pies en el piso.

—Calladita te vez mejor —me dice antes de jalarme con un poco más de fuerza haciendo que avance algunos pasos para evitar caerme.

 —¿Quién te cre…? —no alcanzo a decir cuando me dice.

—Te dije que te callaras —me dice en un casi grito y me pega contra la pared de la sala.

 —Deja de darme ordenes —le digo tratando de sonar valiente, al darme cuenta de que me ha acorralado con sus brazos.

—Te dije que te callaras putita —me dice mientras se lambe los labios y ve los míos.

 —¡De qué demonios hab…! —no pude terminar cuando siento un beso brusco, el cual me cuesta un poco seguir el ritmo; siento como me toma de la cintura y me pega su anatomía todo lo que puede.

—Solo a mí se me ocurre ponerme mallon —es lo único que pienso pero esto es remplazado al sentir su verga restregándose entre mis piernas.

Mete su lengua sin pedir permiso lo cual hace que suelte un gemido por la impresión.

—Que rico besas putita, hice una muy buena elección cuando te invite —me susurra mientras ciento como sigue restregando su verga ya semi dura; su mano va bajando hasta encontrar mi nalga y así poder magrearla a su gusto.

Yo sigo en shock, no digo nada y solo me dejo llevar por él dentro de la sala; cada paso que doy me estoy dando cuenta que solo con ese beso me he mojado por completo, siento en cada paso que doy como me voy mojando un poco más, la situación me está poniendo cada vez más mojada.

—Ven, nos sentaremos en medio para ver bien la película —me dice señalando la fila que ha escogido.

En la sala no hay mucha gente aún, pero lo único que alcanzo a ubicar entre la oscuridad es que son puros hombres y solo un par de chicas desperdigadas por toda la sala.

 —¿Que numero de asiento nos tocó? —pregunto al momento que veo que los asientos no están enumerados.

—Aquí te sientas donde tú quieras —me dice tomando asiendo, a lo cual yo me siento al lado de él.

Aparecen unos cortos de unas películas que en mi vida había visto, pero lo que me sorprende es que en todos las chicas salen súper sensuales o disfrazadas.

—Oh por dios —digo llevándome las manos a la boca, esto no es un cine “normal” a ¿Dónde carajos me fui a meter?

 —¿Qué pasa princesa? No te gustaron los cortos —me dice con una sonrisa ladina.

—No es eso… solo que pensé que era un cine normal, no un cine…

 —¿Porno? —me dice con un tono de cinismo.

 —¡Exacto! —hago el intento de levantarme cuando él me jala para que no me pueda mover.

 —A ¿Dónde princesa? ¿No quieres gozas como la putita que eres? Porque ella quiere guerra o ¿no? —me dice mientras mete su mano entre las piernas, sintiendo como estoy de mojada. Por el movimiento tan repentino y la sensación tan rica que me está dando solo gimo aceptando lo que mi cuerpo quiere pero mi mente niega.

—Huy putita; pero si estas mojada solo con un beso, no me imagino como te pondrás cuando te des cuenta de que tenemos público —es cuando me doy cuenta de que he cerrado los ojos y tenemos publico viendo como me meten mano, la situación es lo más bizarra que en mi vida me imagine pero en vez de tomar mis cosas y largarme, solo atino a abrir un poco más las piernas.

—Si putita abre esas piernitas para que vean que tan mojada estas —como la pantalla está justo enfrente de nosotros la luz permite que vean todo con claridad mientras y yo solo cierre los ojos por las luces de la pantalla.

 —¡Pero mira que zorra es! Ya se mojó —dice una voz proveniente del público que nos rodea.

 —Yo sabía que eras bien puta —me dice otra voz que reconozco al instante

 —¡No puede ser que en toda esta ciudad este él aquí! —es lo primero que pienso

 —¿Así que te gustan las vergas zorra? —Él me dice cerca de mi oído: sigo en shock, no me muevo, no respiro solo quiero que sea un sueño.

—Ándale putita abre más esas piernitas para que vean que tan mojadas estas —me lo dice mientras empieza a lamber mi cuello.

—Putita, hazle caso al caballero —me dice Iván mientras intenta abrirme más las piernas.

—No puedo por el mallon —le digo susurrándole la verdad.

—No te preocupes perrita eso tiene arreglo —me dice Él acercando la navaja con la que tantos años jugué; rompe mi mallon, haciendo que se rasgue y lo único que se vea sean mis labios hinchados y mi tanga mojada.

—Mira se acaba de mojar más la putita —me dijo una voz extraña.

Mi cuello sigue siendo atormentado Él y sus labios, estoy segura que me está marcando como suya, ya que siempre lo he sido aunque nunca se lo he dicho.

—Putita, quiero que te hinques en el asiento para que dejes tu culito al aire y le chupes la verga al caballero, ya que se nota que quieres una verga en esa boquita —me dice Iván, el cual que no ha dejado de tocarme mi tanga mojada.

Yo solo atinó a decir que si con la cabeza; me paro y hago lo que él me dijo; paro mi culito lo más que puedo mientras me concentro en sacarle la verga a Él, siempre me he imaginado como ha de ser: ¿peluda?, ¿larga?, ¿ancha?, ¿venuda?, mi desesperación por saber cómo es se nota porque no tardo ni un segundo en tenerla enfrente de mí; es larga, con una cabeza súper marcada, no es gorda pero es curva asía arriba, se me hace agua la boca.

—Ándale putita, si bien que la quieres, ¡Tragátela! —me dice metiéndomela hasta al fondo provocándome arcadas.

—Así te quería tener, pinche puta calienta pollas —no me estaba dejando respirar.

—Siempre me la jalaba después de que te veía —mis ojos lloraban por la fuerza que tenía.

—Como si no me calentaras cada que te empinabas enfrente de mí por cualquier pretexto —por fin me dejo respirar, pero no fue por mucho tiempo, ya que me la volvió a meter.

—Putita sácamela la leche como la guarra que eres, tengo los huevos llenos para ti —me decía mientras me follaba la boca.

—Oye tú, ábrele ese culito que los demás quieren ver que tan mojada esta —le dijo a Iván que estaba atrás de mí.

 —¡Mira no más! Esta más que empapada, esto tiene que desaparecer —dijo mientras jalaba mi tanga y la rompía con bastante fuera, por el movimiento logro sacarme la verga de Él y soltar un grito, ya que me dolió.

 —¡Sigue mamando! No te hagas pendeja —me dice Él mientras me coge mi boquita al ritmo que impone con su mano en mi cabello.

 —¡Que rico sabes putita! —me dice Iván después de darle una lamida a mi puchita que está escurriendo por toda la situación. Sigue comiéndome el coño, primero chupa mi botón que está súper inflamado y pidiendo guerra, lo muerde, lo jala, lo presiona, me está volviendo loca; siento como estoy a punto de venirme cuando se detiene, yo solo lloriqueo en protesta a que me dejado a punto, muevo mi colita en busca de su lengua para poder venirme.

—Tranquila perrita, te vendrás cuando nosotros lo queramos —me dice mientras mete dos dedos en mi vagina, los cuales aprieto sin darme cuenta.

—Esta perrita quiere que le partamos el coño a puro vergazo —dice a quién nos rodea.

—Cabrón métele más a esa pucha come vergas —le dice él mientras me hace chuparle los huevos. De un momento a otro siento que me llenan mi coño pero no es con una verga es con algo parecido; una fuerte vibración hace que explote en un orgasmo mojando la butaca en la que estoy inclinada.

—Miren como la pendeja se vino con un consolador —dicen Él riéndose, mientras yo no puedo hilar una idea en mi cabeza, ha sido brutal y aún sigo sintiendo los espasmos en mi vagina del orgasmo de hace unos segundos, que hace que el consolador se meta más y más.

—Perrita chúpale la verga a tu amigo y muéstrame ese culito que te voy a partir a puro vergazo —como puedo cambio de posición para chuparle la verga a Iván que ya la tiene afuera de su pantalón, no es como la de Él, pero será suficiente para lo que quiero. Comienzo a chuparle la cabeza, haciendo que sienta el pircing de la lengua que llevo ese día, sigo chupando todo su tronco mientras hago presión en la punta con mi mano y siento como sale un poco de lechita y decido jugar con ella mientras lo veo a los ojos con mi mejor cara de puta que pueda tener.

 —¡Oh por dios! ¡Como la chupas! Sigue así que tendrás lo que buscas —me dice mientras toma mi cabello y hace una coleta.

—Trágatela hasta el fondo —me dice cogiendo mi boca, sacándome puras babas.

—Abre esa boquita, no te hagas a la mojigata aquí —me dice dándome una cacheta que más que me llegue a doler, me prende más.

—Me entendiste —me dice jalándome del cabello y así sacándome su verga de la boca.

—Si —lo digo entre un gemido.

—Entonces sigue mamando pinche puta —me vuelve a meter su verga.

Me enfoco en lo que se me da mejor, mamar una verga; empiezo a sentir que de nuevo se está formando un orgasmo en mi pucha.

—Vamos a romperte a puro vergazo ¿Qué te parece putita? —me dice él mientras me empieza a restregar su pene regando todos mis jugos desde mi culito hasta mi pucha, me encanta que hagan eso ya que lo único que provocan es que desee ser partida en dos.

—Miren la putita ya quiere verga ¡Pues vamos a hacer que se corra! —es cuando me doy cuenta de que mis senos están fuera del sujetador y se ven aún más grandes de lo que son, alguien está jalando mis pezones con fuerzas; de un momento a otro siento una lengua chupándolos y mordiéndolos. Mientras tanto siento como Él me deja ir su verga hasta el fondo lo cual hace que deje de mamar y me arque por la sensación de estar ensartada, quien chupaba mis pezones no se detuvo y me mordió con más ahínco haciendo que llegara a un orgasmo el cual solo me hacía querer ordeñar la verga que tenía hasta el fondo.

—La putita de nuevo se vino, que guarrilla nos conseguimos —dijo el extraño que me está mamando los pezones como si fuera lo mejor de este mundo.

 —¡Ten pendejo ponle esto! Esas chichotas se verán mejor —le dice él mientras le entrega algo a Iván que no alcance a ver.

—Ven putita quiero que me montes con esa puchita tragona que tienes pero quiero que ellos te vean como rebotan esas chichotas que te cargas —me dice él mientras se sale de mi puchita que pide guerra.

Se sienta en una de las butacas mientras yo me voy acomodando él se agarra su verga y la mueve suavemente, como puedo aun con las piernas temblorosas me subo dándole la espalda y me voy ensartando en su verga poco a poco, mi idea es disfrutar cada centímetro pero él tiene otra idea y me hace sentarme de golpe asiendo que yo chille de placer.

—Tócate perrita mientras te miran —me dice él mientras inicia un vaivén que mi vagina acepta gustosa con mojándose aún más. Chupo un par de dedos y los llevo a mi botón que está pidiendo atención desde hace rato; lo empiezo a tocar en círculos sin darle tregua quiero venirme de nuevo con ese trozo de carne rompiéndome la pucha, me llevo la otra mano a mis pezones que igual piden que los masacre.

—Deja eso putita, de ellos me encargo yo —me dice Iván dándome un beso y haciendo que me masturbe más rápido y con fuerza, yo solo sigo su ritmo que me ha impuesto, esto es el paraíso Él me está cogiendo tan profundo que me llena por completo e Iván está mordiendo uno de mis pezones mientras el otro me lo jala con su mano; lo único que me queda hacer es dejar caer la cabeza en el hombro de él haciendo que quede aún más expuesta.

Siento que un dolor placentero me recorre toda la espalda, algo está torturando mi pezón, levanto mi cabeza y veo una pequeña pinza en este con unas cuantas piedras adornando al final de un pequeño hilos.

 —¿Qué te parece putita? ¿Te gustan? —me dice él mientras me jala la que tengo puesta, yo solo gimo de placer y dolor combinado.

—Mira que si es guarrilla le gusta que le duela —le dice él a Iván que está mirando como estoy ensartándome una verga, me masturbo sin piedad y tengo una pinza para pezones moviéndose con cada cogida que me dan.

—Se ve perfecta —es lo único que me dice antes de empezarme a morder mi otro pezón, mientras jala los hilos y hace que empiece a contraer mi vagina alrededor del pedazo de carne que tengo adentro; no tardo en sentir el mismo dolorcito de la pinza en mi otro pezón…

Continuará…

*******************

Hola querido lectores, me encanta recibir sus mensajes [email protected].

Y como vi que muchos quieren más, decidí crear un Twitter y un Facebook en ambos estoy como Escritora DK.

Me pueden mandar regalitos, fotitos, videítos, lo que ustedes gusten.

Besos húmedos en sus vergas deliciosas.

Hasta la próxima.

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