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Me visto como puta para mi novia (3): Marti toma el control
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Marti nunca volvió a venir a casa, yo y Sofi no nos poníamos de acuerdo en qué hacer con ella, sabíamos que a los dos nos encantaba, y ambos teníamos miedo de que nos reemplazaran.  Sin embargo yo la había visitado en más de una ocasión, y sospechaba que Sofi la había visitado también. En aquellos encuentros secretos con Marti habíamos probado muchas cosas, cosas que con Sofi no había probado jamás. Se sentía sorprendentemente bien serle infiel a Sofi, me sentía liberado y engañoso, a pesar de asumir que ella hacía exactamente lo mismo que yo, además, yo nunca visitaba a Marti sin llevar una tanga puesta, que ya estaba por convertirse en mi ropa interior diaria, me calentaba poder ser descubierto por cualquiera, incluso a veces me bajaba un poco el pantalón, para que los extraños pudiesen ver la tanga asomar y dejar volar su imaginación, eso me llevó a tener nuevas experiencias, pero eso es cuento para otro relato.

Marti me había invitado a su casa por segunda vez esta semana, era la primera vez que lo hacía un jueves, y me generó curiosidad. Justo cuando estaba por darle alguna tonta excusa para irme a Sofi, ella llegó y me dijo – iré al supermercado por un par de cosas, vuelvo en un rato- y se marchó sin esperar respuesta.

Me dirigí a mi cuarto y me vestí con una tanga rosa que había comprado para mostrarle a Marti, decidí usar una falda corta, aunque haría evidente mi propósito a la gente que me viese, no me importaba, me termine de arreglar y antes de salir tome un plug anal de nuestro cajón de juguetes sexuales, el cual exploramos profundamente con Sofi, pero eso también pertenece a otro relato, lo ensalive metiéndomelo entero en la boca durante un par de segundos y lo inserte en mi culo, para empezar a prepararlo para lo que sea, y así partí, con el plug en el ano.

En camino a lo de Marti me pararon dos hombres a preguntarme cuánto costaba, esto me puso muy caliente, ellos pensaban que yo era una prostituta y querían mis servicios, yo les dije que no estaba de servicio en ese momento, pero les di mi número, por si en algún momento decidía divertirme con ellos. Subí el ascensor mirándome al espejo, viendo en lo que me había convertido, en cuestión de meses había pasado de ser un hombre heterosexual promedio, a un hombre confundido, que le gustaba denigrar y ser denigrado, que a pesar de no sentir atracción por los hombres, deseaba tener aventuras con ellos, que engañaba a su novia y que estaba dispuesto a ofrecer servicio sexual. Las puertas del ascensor se abrieron.

Salí apurado, quería ver a Marti, pero en su lugar me encontré algo totalmente inesperado, Sofi estaba golpeando la puerta, me miró, su cara mostró confusión un par de segundos y luego ira, empezó a caminar hacia mí y yo me quede totalmente congelado.

-Con que te estás viendo a escondidas con Marti.

-Al igual que tú – dije aterrorizado.

-Mira cómo estás vestido, eres una puta barata y sin clase – acto seguido agarró mi verga y la apretó al punto en el que me dolía, pero también la endurecía.

-Ella me dijo que venga aquí.

-A mi igual – dijo claramente confusa, pero sin soltar mi verga.

La puerta del apartamento de Marti se abrió y salió por ella una mujer vestida como una de esas policías típicas de las porno. Marti se acercó hacia nosotros, que la mirábamos atónitos, nos tomó a los dos por los hombros y nos obligó a besarnos, luego, beso primero a Sofi y luego a mí.

Una vez dentro del apartamento Marti nos tiró a ambos en su cama, que era ancha y tenía espacio para todos, y luego empezó su discurso.

-Ambos de ustedes se han portado mal últimamente, Sofía, tú te has dejado coger por mi como si no hubiese un mañana, como si ya no disfrutases una verga de verdad, y tu putito, que acaso ya no disfrutas follarte una buena hembra, ahora ambos deberán corregir sus errores, desnúdense.

Ambos habíamos quedado impresionados por la decisión de Marti, nunca pensamos que ella sería capaz de hacer algo así, por lo que le obedecimos. Ambos nos desnudamos, dejándose así a la vista mi plug anal.

.Quiero que le rompas el culo – dijo Marti sin chistar.

Luego agarró a Sofi por el cuello y la obligó a ponerse en cuatro.

.Follate su culo.

Sofi estaba obedeciendo sin chistar, y yo tampoco quería discutir, por lo que me acerque preparando mi verga para introducirla en el ano, Marti escupió en el culo de Sofi y restregó sus dedos para ensalivarlo correctamente. Era la primera vez que yo le hacía anal a Sofi, ella empezó a gemir, le encantaba mi verga entrando y saliendo de su culo, pero Marti quería ser la protagonista, así que se ató un arnés, con un dildo considerablemente más grande que mi verga, y se acomodó debajo de Sofi, le abrió las piernas lo suficiente para que queden pegadas, y, sin esperar a que yo saque mi verga, introdujo la suya en la vagina de Sofi.

Nunca había visto a Sofi gemir tan fuerte, estaba gritando, las dos vergas entraban y salían a velocidades y potencias distintas, yo era cuidadoso y lento porque estaba en su ano, pero Marti fue cada vez más rápido, y cada vez más profundo. Mientras la penetramos doblemente, Marti la besa de forma apasionada, tirándole del cabello de vez en cuando y escupiéndole en la boca, Sofi tiene los ojos llorosos, salidos de órbita, y sus caderas no paran de moverse, intentando ajustarse a la constante penetración, yo empiezo a cachetearle las nalgas, lo que causa que suelte gemidos más graves cada tanto, finalmente Marti sacó su dildo de Sofi, y se acostó estirada en la cama, me señalo y me dijo – quítate esa mariconada y ven a cabalgar una buena verga – a lo cual yo obedecí.

Ella repitió el proceso de la saliva en el ano pero conmigo, y lentamente, me introduje todo su dildo en mi culo, me dolía mucho, creo que nunca había tenido algo tan grande dentro de mi. Empezó a subir la velocidad y a aumentar la profundidad de la penetración, el dildo se ensanchaba hasta la base, por lo que nunca deje de sentir dolor, un dolor y un placer hermosos que van de la mano, amos deliciosos y anhelados por mi alma, mientras tanto, Sofi lamia mis huevos, los dos a la vez, metidos enteramente en su boca, intercalaba entre los huevos y la verga, la cual se comía hasta la base, se notaba que había estado practicando, probablemente con Marti, porque antes no era capaz de hacer eso.

Me encontré a mi mismo gritando descontroladamente, respirando agitadamente y al borde del llanto, las emociones de placer me desbordaban y mi ano ya estaba prácticamente en estado líquido.

Marti no disminuía, no le interesaba si me lastimaba o no, ella hacía lo que deseaba, sin consultarnos, mientras tanto, Sofi tragaba toda mi verga mirándome a los ojos, ambos casi llorando. Lancé toda mi leche dentro de su boca, ella pareció tragarla sin más y siguió lamiendo, yo sentía que me iba a desmayar, ninguna de las dos estaba ajustando el paso y yo estaba a punto de desvanecer, hasta que así fue, todo se volvió negro y de la nada, solo quedaba placer, nada más en mi universo existía en ese momento, éramos solo yo, y el placer más puro que jamás había experimentado.

Cuando desperté me encontré en la cama de Marti, solo, intente levantarme pero no pude, mire a mi alrededor y note finalmente que estaba esposado a la cama, de manos y piernas.

Continuará…

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