No puedo decir mi nombre pero vivo en Ecatepec, soy llenita en mi país nos dicen gordibuenas, tengo 30 años soy blanca de piel y muy nalgona y eso me dicen mis amigos, que por cierto tengo muchos.
Esto sucedió un sábado por la noche, me habló mi novio para venir a mi casa, yo vivo sola en el eten como las 11 de la noche y me dijo que tenía ganas de verme. Yo estaba muy caliente porque sabía que vendría solo para tener sexo no podía esperar a que llegara así que decidí darle una sorpresa y me puse una faldita de colegiala para esperarlo, unos zapatos de tacón con una blusa trasparente sin sostén y para rematar no me puse calzones, si me agachaba se me veían las nalgas.
Cuando hablamos por teléfono me dijo mi novio que no había comido, así que decidí pedir una pizza, ya era muy tarde, pero en la Pizzería de mi colonia aún tenían servicio, así que esperaría a mi novio con una pizza y con un disfraz de colegiala dispuesta a todo, pero todo cambió cuando a los 15 minutos después de pedir la pizza sonó mi celular. Era mi novio que me decía que no podría ir a verme, que su mamá se había sentido mal e iría a verla.
Yo estaba muy enojada porque tenía todo listo para pasar una noche de sexo loco con él, estaba a punto de cambiarme y ponerme un pans, cuando llegó el repartidor. Del enojo ni me acordaba de la pizza, salí a recibirla era un señor moreno y muy flaco. Cuando me vio salir, se le votaron los ojos, me sentí un poco incomoda, pero al mismo tiempo me hubiera gustado que mi novio hubiera visto la escena de lo que se había perdido y otros quisieran tener.
Le pague al repartidor, cabe mencionar que la puerta de mi casa es de media hoja o sea que se ve de le cintura para arriba y arriba esta descubierta. Abrí la puerta para recibir la pizza y el repartidor al verme de cerca se puso muy nervioso y me miraba como si me quisiera comer, me quiso hacer la plática, pero en verdad no era mi tipo, solo cruzamos un par de palabras y fue todo, le pague y cerré la puerta y vi cómo se dio la vuelta y se dirigió a su moto.
Yo cerré la puerta y justo cuando volteo se me resbaló la caja de la pizza y se me cayó al suelo y no se salió la pizza de la caja, pero si las bolitas de la catsup y demás cosas, así que di unos pasos y me agache a recoger las cosas y la caja con la pizza, cuando me agache a recoger las cosas también se me cayó algo del cambio que me había dado el repartidor, pero se cayó debajo de mi coche, así que tuve que hincarme y recoger las monedas de debajo del coche.
Imagínense yo hincada con tacones faldita y sin calzones, me tarde un buen rato en poder levantar todo el cambio, cuando al fin logré recogerlo todo y ponerme de pie volteo hacia atrás y oh sorpresa el repartidor estaba pegado en la puerta y había visto todo el espectáculo.
Me puse muy apenada y a la vez enojada, el solo me dijo, “señorita es que le di mal su cambio, y cuando regrese pera decirle pues la vi así toda empinada y pues la verdad yo estaba muy a gusto viéndola y me emocione mucho”, le dije que porque no había tocado la puerta o que hubiera dicho algo para saber y no haberme agachado así, le pregunté que había visto y el respondió, “pues si usted no trae calzones y con una falda tan cortita, pues le vi todo”.
Enojada y apenada abrí la puerta para que me diera mi cambio y al abrir la puerta él se metió la mano a la bolsa del pantalón y vi un súper bulto en su pantalón, al momento no supe que hacer, pero él me dijo, “mire como estoy solo de verla”, le dije “eso ha de ser una lámpara o algo que trae en el pantalón”, a lo que respondió “no, como cree mire”, se bajó el cierre del pantalón y se sacó su cosa, era la vera más grande que había visto jamás, me dio asco pero también mucho morbo, lo quería ver a la cara pero no podía dejar de mirar esa verga tan grande.
Lo bueno es que era ya muy noche ya casi eran las 12 de la noche y la calle estaba muy sola, me dijo “no le gustaría pasar una noche inolvidable”, le respondí “no como cree”, “entonces por que anda tan provocativa, con su blusa trasparente, con esa faldita y sin calzones” a lo que le dije “que no mire ya mejor vayas, no quiero problemas ni tarda en llegar mi novio”. Obvio no vendría y la verdad yo estaba muy caliente, y el con la verga de fuera, le dije “ya váyase”, pero se acercó y me tomó por la cintura, sentí su verga entre mis piernas justo en mi papayita, me puse a mil nos sabía si gritar o pasarlo a mi casa, y justo cuando me iba a besar oí como se abrió la puerta de una de mis vecinas.
Era una señora grande que había ida a cenar con mis vecinos, no supe que hacer, imagínense a las 12 de la noche yo vestida como putita y un desconocido con la verga de fuera, lo jale hacia adentro de mi casa se puso detrás de mi, le dije “agáchate y no digas nada ni hagas ruido”, o que gran error o acierto porque ahí empezó lo que sería una noche inolvidable.
La vecina vio cuando cerré mi puerta, obvio el repartidor no se veía, se acercó la vecina a saludar, yo estaba muy nerviosa y caliente a la vez, “que andas haciendo despierta a esta hora muchachita”, “se acaba de ir mi novio doña Lila”, “ya enciérrate que es muy peligroso a esta hora”, “si ya cerraré con llave”, estábamos en plena platica, cuando siento el aliento del repartidor en mis nalgas, con mi faldita en tacones y sin calzones, pues se dio vuelo, me empezó a besar mis redondas y carnudas nalgas, ya no le estaba poniendo atención a doña Lila solo me concentraba en sentir placer y en disimularlo para que no se diera cuenta.
Lo que hice fue parar más mis nalgas y el repartidor lo que hizo fue separarme las nalgas y meter su lengua en mi culito que rico me lo estaba chupando, yo cada vez paraba más las nalgas, me dijo doña Lila “que tienes?”. “Es que me anda de la pis” le respondí, pero no solo estaba teniendo la mejor mamada de culo que jamás me habían dado y menos un desconocido, me preguntó doña Lila “sabes de quien es esa moto” y me puse algo nerviosa, le respondí, “creo que es del vecino de enfrente”.
Acto seguido el repartidor puso su dedo medio en mi culito y de un movimiento me lo metió todo, sentí un micro orgasmo porque ya lo tenía listo para ser penetrado después de esa chupadota que me estaba dando, gemí un poco y solté un suspiro, doña Lila me dijo “ya mejor ve al baño porque si no aquí te vas a mojar”, “si doña Lila que descanse”.
Cuando se dio la media vuelta lo que yo hice fue con mis manos separarme mis enormes nalgas y para más el culo el repartidor metía y sacaba su dedo o creo que para ese punto ya eran dos dedos dentro de mi culito. Cuando ya estaba lo suficientemente lejos la viejita le dije al repartidor, “cógeme, por favor cógeme por el culo”. No quería coger por mi papayita quería que me penetrara por el culo después de esa súper mamada se lo había ganado.
Se levantó y ni tarde ni perezoso puso la cabeza de su vergota en mi culito y empezó a empura despacio para no lastimarme yo creo, pero estaba tan caliente que me hice hacia atrás y de una sola mordida de mi culo y me lo trague todo, nos empezamos a mover como locos me desabrocho la blusa y salieron mis pechos rebotaban con mi cuerpo, volteaba para verlo y él me besaba sacábamos nuestra lenguas y jugueteábamos con ellas, “no que no querías coger putita”, “es que no sabía que la tuvieras tan grande, pero cógeme bien papi” le decía yo,
Con mis manos agarraba mis nalgas y las separaba para que me pudiera penetrara más profundo y no tarde mucho cuando llego el primer orgasmo y fue por el culo! Fue muy intenso, seguía abriendo mis nalgas y el bombeaba muy duro y la sacaba de golpe para ver mi culo bien dilatado, me pones a mil gordita y con el culo bien abierto se agachaba y metía su lengua un mi culo dilatado, lo volvía a meter y bombeaba más rápido, yo le quería devolver el favor y me agachaba y le mamaba su verga el me agarraba del pelo y me cogí a por la boca sentía que me ahogaba, pero sabía tan rica su verga con los jugos de mi culo.
Así estuvimos como 20 minutos, hasta que me dijo, “si nos ven qué harías”, “nada -le respondo- no me importa que me vean cogiendo estoy muy caliente no me importa”, “segura?”. “Claro”.
Acto seguido abrió la puerta y me empujó hacia la banqueta, imagínense la escena cogiendo en la calle como perros pero me puso más caliente todavía, me empezó a sobar mi papayita y tuve otro orgasmo, y el empezó a moverse más rápido y sabía que se vendría, le dije “échamelos en la boca”, me agaché, solo de la cintura y me metí la verga en la boca, él me tomó por el pelo y empezó a dispararme sus mocos, yo me abría la cola con una mano y él se venía en mi boca.
Fue una noche muy caliente, se metió la verga al pantalón y me dijo que si quería ser su perrita a lo que le respondí que sí, se subió a su moto y yo me quedé en la banqueta con la falda arriba, las tetas de fuera y la boca llena de mocos, jamás olvidaré esa noche, pero eso solo fue el comienzo de muchas noches así con él y después con sus amigos también, pero después les contaré esas historias.