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Una fantasía hecha realidad (Cap. 1): Una paja inolvidable
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Mi nombre es Jorge y lo que vengo a relatarles es algunas de mis experiencias sexuales relacionadas a mi fantasía sexual preferida: el de masturbarme y eyacular sobre las bragas de una chica.

Desde siempre me han atraído las chicas que usan braguitas diminutas, si son transparentes mucho mejor, que dejen ver su rajita depilada o un pequeño mechón de vello de su vulva; verlas en vivo, foto o vídeo me excita mucho, me provoca una incontenible erección, con deseo de masturbarse y fantasear eyacular sobre esa diminuta prenda de la chica, dejarla empapada en semen mientras ella gime de placer. Lo que voy a relatar a continuación es cómo inició en mi esa fantasía-fetiche sexual.

Todo empezó cuando un día mientras revisaba algunos periódicos y revistas que teníamos guardados en un pequeño cuarto que teníamos en mi antigua casa, entre uno de los periódicos encuentro un afiche de papel couche doblado, al abrirlo me doy con la sorpresa que era la imagen era de una chica prácticamente desnuda, eran de esos afiches (póster, encarte o como lo llamen en su país) de tamaño A3 de chicas desnudas o en bikini que venían en un diario sensacionalista de esos años. La imagen del afiche era de una chica rubia de senos deliciosos cuya única prenda era una tanga blanca transparente, mis ojos se clavaron en esa zona de la imagen, ver cada detalle de esa tanga, los elásticos de sus caderas contorneadas, las costuras y en especial el pequeño pedazo de tela de encaje transparente que dejaban ver los vellos de su vulva, bastaron para que un hormigueo cual corriente recorrió desde mi cabeza hasta mi pene que empezó a endurecerse, engrosar y duplicar su tamaño, acababa de tener una erección.

Sin pensarlo dos veces, cerré la puerta del almacén con llave, regresé al sitio donde tenía el afiche, me bajé la bragueta del pantalón y saqué mi pene erecto del que ya estaba saliendo gotas de pre semen.  Lo primero que hice fue lamer la tanguita de la imagen para luego frotar mi glande en esa zona del afiche, no paraba hasta dejarla mojada, sentía una extraña sensación de placer indescriptible al ver cómo había humedecido ese afiche, eso me motivó nuevamente a repetir lo que había hecho, esperar unos minutos a que de mi pene saliera pre semen para nuevamente frotar mi glande en la tanga de la chica rubia del afiche. Llegó un momento que sentí algo que hacía estremecer mi cuerpo y bajaba con rapidez hacia mi pene que empezaba a contraerse, pensé que me iba a orinar y me detuve pues no quería arruinar ese preciado afiche, así que lo volví a doblar y esconder entre las hojas de una revista, con dificultad metí mi pene erecto dentro del pantalón y sin que nadie me viera me llevé el afiche a mi habitación.

Casi a diario por las noches, me quedaba viendo por largos minutos ese afiche, concentrando mis ojos en su diminuta tanga y con la otra mano sujetaba firme mi pene erecto, más no me masturbaba, esperaba que empezará a salir las gotas de pre semen para luego frotar mi glande en la zona de la tanguita de la chica rubia del afiche y dejarla mojada en pre semen, lo seguí haciendo como un mes hasta que llegó ese día.

Un día regresé a casa temprano de los estudios, me encerré directamente en mi habitación pues quería descansar tras los agotadores exámenes de medio ciclo. Me sentí en ese momento inquieto, con ganas de desahogarme del estrés de esos días, tuve nuevamente las ansias de frotar mi pene en el afiche de la chica rubia que tenía aún guardado y no lo hacía desde hacía dos semanas.  Así que nuevamente saqué el afiche de donde lo tenía escondido, abrí el afiche y lo puse sobre la cama mientras me sacaba mi pene que ya estaba erecto y empecé nuevamente a frotar mi glande en la zona del afiche sobre la zona impresa de la tanguita blanca, nuevamente empecé a sentir un intenso placer, pero esa sensación era diferente a los días anteriores.

Mientras más frotaba mi pene sobre el afiche, deseaba con todas mis fuerzas que esa chica rubia se saliera del afiche y así yo poseerla, en ese momento dejé de frotar mi pene para empezar a estimularlo con mi mano de arriba a abajo, primero despacio y luego muy rápido para luego repetir el ciclo varias veces, mis ojos me concentraba en la tanga de la rubia mientras mi mano no paraba de estimular mi pene, ya no sólo esperaba que saliera pre semen para esparcirlo en el afiche, sino quería saber que había más allá de ese intenso hormigueo que parecía que iba a orinar y así mientras me concentraba mirando nuevamente cada detalle de la tanguita (la tela transparente de encaje que dejaba ver los vellos de su vulva). Sentí en ese momento que ya podía aguantar más, tenía que expulsar ese algo que estaba dentro de mi pene, de mi glande no paraba de gotear y nuevamente sentir ese hormigueo, pero con más intensidad que empecé a respirar más fuerte, entonces froté con más rapidez mi pene con mi mano derecha hasta sentir como se contraía e iba a salir expulsado eso, así que apunté mi pene hacia la tanga de la rubia y empecé a eyacular, de mi pene salía expulsados con fuerza chorros y chorros de semen que iban directo hacia el afiche, hacia la tanga de la chica, dejando el póster enlechado. Me quedé quieto, respirando profundamente con una sensación de placer intenso, esa paja que me hice con el afiche de esa chica rubia fue inolvidable.

 

Después de haberme masturbado, limpié el afiche y lo guardé nuevamente en un rincón de mi habitación para que nadie lo encontrara. Dentro de mí decía que no volvería a hacerlo, pero me volví a masturbar con ese afiche en la noche, en los días y semanas siguientes hasta que terminé por estropear el afiche. Me tuve que conseguir otro para continuar con mi extraño fetiche sexual.

Pasarían meses y años realizando esa práctica con otros afiches, revistas o viendo vídeos o fotos por internet donde aparecían chicas con bragas o tangas diminutas transparentes, con los que me masturbaba terminaba eyaculando con la fantasía de algún día hacerlo con una chica, eyacular sobre sus bragas y que a ella le guste o comparta mis fantasías, pero a la vez me inundaba la cabeza si ese tipo de chicas existirán.

Para mi suerte, dicha fantasía/ fetiche sexual se haría realidad años después, pero esa historia lo contaré en la segunda parte de mi relato.

Espero les haya gustado mi relato.

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