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Conocí un amable desconocido
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Era el cumpleaños de mi mejor amiga y fuimos a festejar a un bar en el sur de la ciudad, llegamos como a la una de la tarde y estuvimos tomando y bailando hasta las ocho, nos fuimos temprano del lugar porque ella tenía un viaje temprano al día siguiente.

Entramos a la estación del metro más cercano, estábamos completamente borrachas.

Vi a un sujeto parado a unos metros de nosotras, él se quedó mirándome, ese día yo traía puesta una falda corta y un top de lentejuelas ajustado que resaltaba mi busto, no me había sorprendido que el tipo no me quitaba la mirada de encima.

El metro llegó y subimos en el mismo vagón pero por diferente puerta, quedamos alejados pero aún podía notar que él me veía, mi amiga también se dio cuenta y me convenció de que le coqueteara de lejos, yo acepté porque el tipo se veía galán, tenía el cabello rizado, ojos color miel y más o menos de nuestra edad, empecé sonriéndole y después le guiñe el ojo.

Durante el camino el metro se fue llenando y mi amiga y yo nos recorrimos al centro del vagón, él también se movió y quedamos cerca, mi amiga bajaba pronto, a mi aún me faltaban unas ocho estaciones. Cuando mi amiga se fue él se acercó más a mí y me empezó a hacer la plática muy casual, no volvimos a mover para dejar salir a las demás personas y terminamos cerca de las puertas que no se abrían, él se recargó en la puerta y yo me sostuve del tubo dándole la espalda. Cuando el metro salió a la intemperie nos dimos cuenta que estaba lloviendo, lo que significaba que habría retraso en el trayecto, avanzamos una estación más y justo antes de llegar a la siguiente estación el tren frenó de golpe y se fue la luz, el vagón quedó completamente obscuro y con el impulso del tren frenando me hice un poco hacia atrás chocando con él, cuando traté de volver a dónde estaba parada el me sujetó de la cintura y me jaló hacia él, primero me sentí un poco rara, pero había tomado mucho y cuando tomo mucho alcohol me pongo caliente, así que me relaje y me pegué a él.

Me tocó una nalga por encima de la falda y al notar que no lo detuve puso las dos manos y me arrimo su pene, se sentía que empezaba a excitarse, quise tomar el control de la situación y me incline un poco restregando le las nalgas aún más, después las menee un poco y sentí que su pene se había puesto bien duro, el metro volvió a avanzar y se encendieron las luces, no me moví de dónde estaba y aproveché el movimiento normal del metro para seguir balanceadme contra él, la lluvia seguía muy fuerte así que el tren volvió a pararse y se fue la luz otra vez, ahora el paso su mano por encima de mi pecho y lo apretó, vi la oportunidad y lentamente metí la mano en su pantalón para sentir su pene, estaba rasurado por completo, lo apreté un poco y el subió su mano y apretó mi otro pecho, sentí como estaba humedeciendo mis pantis de encaje y apreté las piernas, regreso la luz y los dos dejamos de tocarnos, tratando de que la gente no se diera cuenta, a la siguiente estación él se movió de dónde estaba para bajar del metro, las puertas se abrieron y salió, un instante antes de que las puertas cerraran salí del vagón y lo busque con la mirada, él estaba recargado en una pared, me acerque y me dijo "sabía que no te ibas a quedar con las ganas", le sonreí y lo tomé de la mano como si fuéramos juntos, lo seguí y salimos de la estación, caminamos unas calles y llegamos a un hotel de paso.

"¿Estás segura de que quieres?"

Asentí y entré primero al hotel, pagó dos horas de servicio y subimos a la habitación. En cuanto entramos me besó y me volvió a preguntar si estaba segura de querer tener sexo con él a pesar de ser un completo desconocido, yo le dije que sabía lo que quería y que traía suficientes condones como para dejarlo seco.

Se quitó la camisa y pude ver su abdomen, era delgado pero musculoso, me volvió a besar y bajó el cierre de mi top el cual cayó al suelo dejando mis senos expuestos, mis rosados pezones se pusieron duros, él sonrió con timidez y se inclinó a besarlos, pase mis manos por su abdomen y le desabroché el pantalón, volví a meter mi mano para sentirlo, está vez estaba más duro que en el metro.

Me levantó la falda y se fue agachando mientras me bajaba las pantis, al llegar al piso se hincó y me empezó a besar la vulva, se ayudó de sus manos para abrir mi labios y lamió de poco a poco toda mi vagina, le ayude a darme placer jugando con mi clítoris, cuando se dio cuenta de lo que hacía me pidió que me recostara en la cama y que me masturbara mientras él me veía, me quite la falda y levanté las rodillas para que tuviera la mejor vista posible, empecé masajeando en círculos mi clítoris, luego me metí el dedo medio, estaba lubricado por montones, metí un segundo dedo y me estaba dando mucho placer, empecé a sentir un pequeño orgasmo creándose en mi y él se acercó, quitó mi mano y me volvió a comer la vagina, me corrí en su boca.

Se levantó y me pidió que le diera un condón, fui corriendo a mi bolsa, lo abrí y lentamente se lo puse con mis labios, me acomode encima de él y me metí completo su pene, sentí un gran placer, me empecé a balancear lento en él, él tomo mis pechos y los masajeo en círculos, me empujo un poco hacia atrás y me empezó a comer más duro, se escuchaba como nuestros sexos chocaban y como bombeaba mi vagina. Cambiamos de posición al misionero, éramos casi de la misma estatura y nuestros cuerpos se acomodaron a la perfección, rodeé su cintura con mis piernas y lo apreté para que metiera completo su pene me lo metió con tanta fuerza y que estampó mi cabeza con la pared, eso me excito más, después se levantó un poco pero como no lo solté mi cadera quedó elevada y me seguido cogiendo casi en el aire, continuamos así unos minutos y se volvió a tumbar encima de mi, lamió mis pezones, los mordió y jaló un poco con los labios, se retiró un poco y subió mis piernas a sus hombros, volvió a hacerse hacia adelante y su pene volvió a entrar, lento y profundo, solté un gemido casi gritando, tenía mis rodillas a punto tocar mis orejas, metió y saco su pene varias veces más en esa posición, cuando estaba a punto de venirse me taladró la vagina y soltó un suspiro.

Se levantó de la cama y se fue al baño, yo me puse mis pantis y lo esperé sentada en la cama.

Él tomo una ducha y salió a vestirse con prisa.

Se acercó a mi, me dio un último apretón de senos y se fue.

Me quedé un rato más en la habitación y llamé a mi amiga fa para contarle de mi aventura y se sorprendió de que había logrado tirarme a aquel tipo tan guapo sin siquiera saber su nombre.

Me fui del hotel y llegué a mi casa a masturbarme y tomar un baño.

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