Estaba en un hotel sola un 21 de septiembre del año pasado, soy lesbiana, en medio de una App de mujeres lesbianas que aparecen las que están a km de distancia de ti, hablé con ella un buen rato, me contó de ella un poco, era una pelinegra hermosa con tetas gigantes.
Una noche antes de que viniera, me toqué pensando en ella imaginando ya cogiéndomela.
Al día siguiente tocó mi puerta alguien, era ella, la vi de arriba abajo, y me preguntó que si no la dejaría pasar, le dije tímida que por supuesto. Me acosté en la cama desnuda, con las piernas abiertas, mientras se desnudaba para mí me masturbaba el clítoris a mi misma, una vez ya ella desnuda, está se acercó a mí, le chupe los senos, ella me tumbo en la cama y comenzó a chupar mi clítoris, cuando sentí que me iba a venir le dije que parara, respire muy profundo para lo que venía.
Me acosté recta en la cama, ella se colocó encima de mi vagina y comenzó a saltar y a frotarse, lo único que no podía parar de ver eran sus grandes tetas saltando, solo se escuchaban nuestros gemidos y yo viraba mis ojos yo le decía ohh vamos vamos quien es mi perra, ohh vamos hazme venir, en el momento que me vine solté un gemido fuerte y me corrí a chorros, pero quería aprovechar más tiempo con ella, así que la pegué contra la pared, le abrí las piernas y mientras agarraba sus senos chocaba y frotábamos nuestras vaginas contra la pared, solo fueron 10 segundos de eso y me corrí, me dijo que ya tenía que irse y nos despedimos con un beso largo.
Cuando se fue no podía creer lo que pasó, estaba en shock.
Días después, no quería salir del hotel, todos los días quedé masturbando mi clítoris, viendo porno de lesbianas, preguntándome cuando será la próxima vez que me coja a una mujer.