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Cuando la calentura aprieta (06)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Después de mi última aventura, decidí no volver a jugármela, ya que estuve unos días bastante mal. Aparte del dolor causado por el enorme falo que me penetró, se sumó el hecho de que cuando tuve relaciones con mi marido, creía que él se daría cuenta al notarme yo todavía abierta de más. Algo que solo estaba en mi mente, tuve que fingir esa semana con él, ya que mi coño estaba literalmente destrozado, aun así pude pasar ese mal trago y que él no notara nada.

Fueron pasando los meses y aunque seguía tocándome en mi intimidad, lo de las aventuras extramatrimoniales se fue yendo de mi cabeza. Me convencí a mi misma que había sido solo un pequeño paréntesis en mi vida, donde necesitaba experimentar con otros hombres, algo que no había hecho de joven, al ser mi marido el primero y único, hasta que comencé esa locura de aventuras sexuales.

Cuando quise darme cuenta ya estábamos de nuevo en verano.

Como ya sabéis uno de mis hijos juega en un equipo de futbol. Ese año se habían proclamado campeones de liga, por lo que podían jugar un torneo con los campeones de otras provincias. Dicho torneo se jugaba en otra provincia, por lo cual deberían de viajar y estar allí 3 días, viernes, sábado y domingo. Mi marido dijo que fuéramos a acompañarlo, yo le propuse que fuera él con mi otro hijo, ya que no me gustaba ir a los torneos. Y así lo hizo. Me quede sola durante 3 días.

La primera noche decidí que la tendría para mí y mi alivio sexual.

Por la tarde me depilé completamente entera.

Cené algo ligero y me subí a mi dormitorio con una botella fresquita de Lambrusco. Preparé un consolador que me había comprado, para quitarme el mono de los hombres que no fueran mi marido. El cual escondía porque mi marido es muy clásico. Y me tumbé completamente desnuda en la cama. Busqué a través de internet una película porno y la puse en la televisión. Lentamente y a la vez que el vino se me iba subiendo, fui masturbándome primero con mis manos y luego con el consolador, con mucha suavidad. Casi termine de ver la película, ya que cada vez que intuía el orgasmo, me relajaba y dejaba que se enfriara. Así conseguí un orgasmo brutal.

Fue tal el placer conseguido que me quede dormida casi en la misma posición que había acabado. Dormí placenteramente y me desperté increíblemente animada. Decidí que esa noche tendría otra ración de esparcimiento.

Y así fue, aunque debido a lo bien que me lo había pasado la noche anterior, estaba aún más cachonda. Empecé a calcar las andanzas de la noche anterior, pero con la excitación que tenía no me bastaba. Encendí la Tablet y entré al chat de sexo. Había pasado más de un año desde que entrara por última vez. Viendo los mensajes, a la vez que las imágenes de la película seguían en el televisor, me producía un éxtasis máximo.

Mientras se reproducía una escena donde un hombre follaba con una mujer en un sofá mientras otra en una silla se tocaba, vi que en el chat salía el mensaje "Pareja joven de *****, busca mujer madura para esta noche", debido a que cuando estoy excitada pienso poco las cosas se me ocurrió contestarles para ver qué pasaba.

Empecé a hablar supongo que con la chica, me informo que eran un matrimonio joven el 29 y ella 28 y que eran una pareja liberal, estaban buscando una mujer madura para su esposo, le conteste que si es que ella le gustaba mirar, me dijo que ella participa, tocando y follando con él, pero que si yo no quería, a mi ni me tocaba, solo me haría cosas el esposo.

Estaba muy cachonda y ya se me había olvidado mi intención de desengancharme del sexo fuera del matrimonio. Le pregunte que si a ella no le molestaba que él se acostara con otras mujeres y me confesó que ella se follaba a otros hombres delante de su marido. Se iban turnando las fantasías y esa noche le tocaba a él. Tras seguir la conversación me pregunto mi edad, les gusto que tuviera 42 años y me dijo si podía quedar esa noche, les pregunte donde Vivian y resulto que estaban a unos 15 minutos de mi pueblo, en una urbanización. Me envalentone y dije que sí. Me pidió hacer una video llamada para vernos, para evitar que luego no nos gustáramos y fuera chocante. Así lo hice. Yo a ellos les guste y ellos a mí. El guapísimo, rubio, ojos verdes, cuerpo de gima. Ella rubia también, ojos azules, delgada. Dijimos de quedar y allí fui.

Me puse un vestido negro corto de tirantes, solamente con las bragas de ropa interior, cogí mi coche y me fui a la casa de ellos.

Llegue y me invitaron a entrar. Me ofrecieron tomarnos una copa, mientras me tomaba un gin-tonic, fuimos hablando y calentándonos. El a la vez no paraba de acariciarme por todos lados, diciéndome los buena que estaba y las ganas que tenia de follarme. Aquello me estaba poniendo a mil. Casi me corro con la situación sin tocarme siquiera.

Sentados en el sofá, cuando quise darme cuenta él estaba completamente desnudo, yo con una teta por fuera del vestido que el chupaba con ansia y su esposa de rodillas comiendo su polla. Ella me dijo que si no le apetecía comérsela, yo ni corta ni perezosa me puse a su lado y empecé a tragarme esa polla que ya estaba chorreando tras la mamada de ella. Mientras yo comía su polla, ella se levantó y comenzó a besarle apasionadamente. Notaba como mi coño no paraba de lubricar, creo que nunca había estado así, sentía mis bragas mojadas de tal manera que no podían retener todos los líquidos que salían y resbalaban ya por la parte interna de mis muslos.

Tras un rato me pidió que me subiera encima para follarme, mientras me quitaba las bragas, ella le puso el condón, me subí y su polla entro sin resistencia en mi coño, empecé a subir y bajar, a la vez que no tardaba en correrme, debido a toda la excitación que llevaba. Mientras yo y el follabamos vi como su mujer estaba sentada en un lado, mirándonos fijamente. No hacía nada solo mirarnos. Aquello me estaba volviendo loca, era un morbazo del diez.

Cuando quise acordarme me estaba corriendo otra vez. Me levante y él me tumbo en el sofá, levanto mis piernas, las abrió y comenzó a comer mi coño que debido al último orgasmo estaba súper sensible. Estuvo comiéndomelo y cuando estaba a punto de correrme, paro, se puso mis piernas sobre sus hombros y me embistió fuertemente, no tarde en correrme por tercera vez. Mis tiemblas temblaban de placer, no podía mas estaba agotada. Y ellos me dijeron de subir al dormitorio, no me lo creía, subí las escaleras, como si estuviera drogada, mi mente me decía que parara, que no podía aguantar más placer, pero mi coño pedía subir al dormitorio.

Al llegar él se tumbó en la cama y ella se quitó el vestido que llevaba, quedándose completamente desnuda, se subió y empezó a comerle la polla nuevamente. Yo de pie junto a la puerta los veía, mientras intentaba no caerme por el tembleque de mis piernas. Ella se subió encima y empezó a follarle, yo solo miraba y ellos como si yo no estuviera. No tardo en subir sus gemidos y clamar fuertemente que se corría.

Él me dijo que me desnudara y me metiera en la cama con ellos, así lo hice, me tumbe y el empezó a lamer todo mi cuerpo. Se puso otro condón y allí tumbada empezó a follarme. Pese a que estaba agotada me volví a correr. El saco su polla y se dirigió a su mujer que se encontraba ya a cuatro patas, junto a mí, esperándole. Se quitó el preservativo y vi cómo le salivaba el agujero de su culo, guio su polla hacia él y sin apenas resistencia desapareció dentro de ella.

Ella se volvió loca, empezó a gemir de placer casi gritando, pidiendo más, que la partiera, diciendo cabrón e insultándole de una manera que era superexcitante. Yo estaba como en una nube, tumbada mirándolos y sin poder ni moverme, ella volvió a correrse, pero el siguió follando su culo. De pronto sentí como su cara se dirigía hacia mí, comenzó a besarme, aunque ya habíamos hablado de que no quería ninguna experiencia con ella, debido a mi cansancio, no me opuse. No solo eso, sino que me gusto. Sentir como ella me besaba dulcemente, me gustaba muchísimo. Viendo que no oponía resistencia, fue acariciando mis pechos y poco a poco sentí su mano en mi entrepierna, me estaba poniendo muy cachonda nuevamente.

El paro de embestir su culo y ella al sentirse liberada, se dirigió hacia mi coño y empezó a comérmelo, en mi mente yo daba gritos diciendo que parara que no quería, pero no decía nada, solo daba gemidos de placer, nunca me lo habían comido de esa manera. Mientras me dejaba llevar por ese nuevo éxtasis, su marido se puso a mi lado, me levanto la cabeza y metió su polla en mi boca. Estaba sintiendo placer por todo mi cuerpo, creía que no podía tener más orgasmos esa noche y nuevamente tuve uno en la boca de ella.

Mientras terminaba de lamer mis últimos jugos que salían de mi coño, el empezó a gritar ya, ya, ya, saco su polla de mi boca y rápidamente la dirigió a la de su esposa que no tardo en metérsela, se estaba corriendo dentro, ella no podía tragársela toda a la vez, por lo que un pequeño hilo blanco empezó a salir por el lado de su boca. Al final se tragó toda su ración de leche y terminaron besándose para que el sintiera también el sabor de ella. Como pude me vestí, ellos me invitaron a quedarme a dormir si podía, rehusé la invitación. Nos despedimos reiterando lo bien que lo habíamos pasado y me fui hacia mi casa.

Tarde casi el doble que en la ida. Mi cuerpo no podía más. Llegué a casa, me di una ducha larguísima. Y me tumbe en la cama, rendida por todo el placer que mi cuerpo había recibido. Empecé a pensar en lo débil que había sido, ya que me había convencido a mi misma que nunca más iba a ser infiel. Pero me acababa de dar cuenta que yo era así, que el placer era mi droga, el ser muy puta mi excitación y que por mucho que me masturbara siempre necesitaría una polla real y experimentar cosas nuevas.

Me quede dormida y desperté pasadas 12 horas, como nueva, con una energía y vitalidad fresca. Me desperté más puta que nunca.

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