Esta historia fue cuando trataba de entrar a trabajar en una empresa que me mandó a una clase de computación, pero bueno, la verdad yo no daba una y así que usé mi encanto “jajá” para que la maestra me ayudara.
Su nombre es Soraya, ella era llenita y tenía un gran culo y unas tetas que se podían comparar con ubres las tenía un poco caídas, tenía unos 45 años, un día yo estaba platicando con unas amigas y se acercó a charlar con nosotros yo no podía dejar de mirarla ya que me llamaba mucho la atención ese gran trasero y esas tetas, entonces me puse erecto y me fui.
Una tarde me quedé después de la clase y la vi salir y fui y le hice la plática para que así aparte de que yo ganara puntos para mi examen pudiera relacionarme más con ella.
Ella se sorprendió y se me quedó viendo con cara de qué se trae este muchacho y le hice la plática y todo acabó con una tremenda erección de mi parte.
Esa tarde me dijo que me ayudaría a estudiar para el examen yo con tal oportunidad, no iba a dejar que se pasara, fui a su casa, que era un simple departamento ahí ella me invitó a entrar. Estaba con una faldita que dejaba ver sus grandes nalgas y una playera que le apretaban sus senos.
En ese momento me empezó a excitar cuando se paraba a recoger algo me ponía mi polla hasta el borde, ella lo notó y lo seguía haciendo a propósito ya que lo hacía con más costumbre y me dejaba ver sus hermosas piernas, cuando ya me iba a ir se paró a recoger la mesa yo me paré detrás de ella entonces se le cayó un libro y se inclinó a recogerlo y sus nalgas rozaron mi verga erecta y lo sintió porque se empezó a mover, pero lo dejo de hacer a los pocos minutos.
Un día antes del examen volví a ir a su casa para volver a estudiar toqué, pero me fijé que estaba abierto cuando entré ella se estaba bañando y yo me quedé admirando esa figura entonces salió de la regadera cuando me vio se espantó y tiró la toalla, yo la recogí y se la di.
S: ¡¿Qué haces aquí?!!
J: ¡Lo siento, pero estaba abierto!
S: ¡Pero no deberías pasar sin permiso!
J: Maestra…
S: ¿Qué??
Entonces nos quedamos viendo y salté sobre ella con un beso apasionado que mi lengua entró casi a su garganta y estaba jugueteando con su lengua en ese momento ella me bajaba el pans y sacaba mi polla y la empezó a sobar y acariciar.
J: ¡Maestra no sabe cómo la deseo!
S: ¡Chamaco, que pitote tienes!
Ella me pegó a la pared, se agachó y comenzó a mamar de forma espectacular. Que rico lo hacía, yo gemía y disfrutaba de la mejor mamada que me daban hasta ese momento.
Se la tragaba enterita y entonces sentí que estaba en la gloria se comía mi pija, con su lengua lamía desde los huevos hasta la punta, para luego ahogarse con ella, yo disfrutaba de tenerla ahí mamándome la verga, mis fantasías se estaban haciendo realidad.
J: ¡Ah!! ¡Si así!
S: ¡Uhm, que rico!
J: ¡Mamas espectacular, agh!!
S: ¡Que rico sabes tú verga nene!
Me chupó tan rico y yo estaba tan excitado que me vine en su boca, ella se tragó mi semen mientras yo atomito y gimiendo disfrutaba de la escena.
S: ¡Sacaste muchísima!
J: ¡Estaba muy excitado!
S: ¡Ahora te toca a ti!
Ella me llevó a su cuarto, se acostó en la cama, se veía espectacular, su vagina se veía tan comestible que no dudé nada, me le acerqué a su vagina y comencé a darle suaves lamidas y besos entre sus piernas, la maestra gemía y se retorcía, le abrí su concha y comencé a lamer su clítoris.
S: ¡Ah, que rico, ah!
J: ¡Qué bien sabe esto!
Se la chupé un buen rato, mi lengua entraba y salía de su húmeda vagina, la veterana maestra gemía al sentir como mis dientes apretaban su clítoris, ¡que rico la tenía para mí!
S: ¡Ah, Jonathan, que rico uhm!
J: ¡Déjame probar tu venida amor!
S: ¡Ah, uhm, ah, me voy a venir, uhm!
J: ¡Si nena, hazlo!
A: ¡Ah, dios mío!!
La maestra se vino en mi boca y yo gustoso bebí sus fluidos de placer, mientras ella se retorcía en su rico orgasmo.
La senté en el sillón y empecé a chupar sus pezones duros de excitación, le mamaba las tetas cual becerro amantándose, ella las tenía tan grandes y ricas que no podía dejar de chupárselas, poco a poco me fui poniendo duro nuevamente.
Ella se abrió de piernas y con su mirada me dio la señal para meterla, la tomé de sus ricas piernas y empecé a penétrala suave y tierno.
S: ¡Ah, que rico, ah!
J: ¡Maestra!! ¡Qué rico!
Mi verga entro por completo, nos besamos y empecé a moverme fuerte, gracias a la pose en la que estábamos podía moverme rápido y dársela con mucha fuerza.
Ella se acostó por completo en el sillón y yo subí encima, la metí rápido y fuerte, ella me abrazaba con sus piernas y me arañaba la espalda yo lamia su cuello, mejillas y boca, además de acariciarle su gran trasero. La maestra no hacia otra cosa más que gemir y gemir como toda una perra, le encantaba tener mi dura verga dentro, estaba hambrienta de sexo y ambos cumplíamos nuestros deseos.
S: ¡Ya quería que me cogieras!!
J: ¿Ah, en serio?
S: Me gustas, uhm, ¡no sabes cuantas veces soñé este momento!
J: Ah, que rico, yo igual nena, ¡quería darte pito hasta que te vinieras y me dejaras seco!
Me senté en el sillón y ella se acomodó para cabalgarme apoyada de su sillón, que rico era tenerla encima mío mamándole las tetas y apretando ese tremendo par de nalgas.
La maestra se movía genial, me tenía gimiendo y ella igual disfrutaba de mi dura verga, que placer, el sillón se movía a nuestro ritmo, sudábamos y jadeábamos, ¡que rico era tener a esa veterana encima de mí!
S: ¡Que rico papi, que rico!
J: ¡Ah, maestra que rico cuerpo, coges de lujo!
S: ¡Déjame ponerme en cuatro!
J: Si, ¡ponte de perro!
Ella se puso en cuatro y su cuerpo se veía magnifico, la tomé de sus carnosas nalgas y la empecé a penetrar duro.
Me aventaba y la embestía con fuerza, le daba de nalgadas y le apretaba las tetas, me dejaba caer encima de ella, sus nalgonas chocaban en mi pelvis, la maestra me tenía a tope.
S: Ah, uhm, ah, nene, ah, sí, sigue, que rico, que rico me coges, ¡ah!!
J: Uhm, dios mío que rico prietas, estas buenísima, ¡uhm maestra!
La adrenalina estaba al máximo, la embestía con toda mi fuerza, ella comenzó a venirse de forma deliciosa y yo unos segundos después le hice segunda.
S: ¡Dámela, uhm, que rico, ah!
J: ¡Tome mi leche, uhm, si, que rico!!
Ambos disfrutamos del orgasmo, mi semen le llenó su peludo coño, la veterana maestra quedo satisfecha de mi trabajo, ese día me la cogí un par de veces más, en su baño y en su sala, hasta que nos llegó la noche y tuve que irme a casa ya que temprano seria el examen.
A pesar de que no estudié, saqué 10 en el examen de su materia, claro, el trabajo que le hice a mi maestra fue lo que me dio el 10 y ella disfrutó mucho tiempo de mi verga.
Espero les haya gustado.