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La novia de mi primo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Mi nombre es Juan Carlos, tengo 22 años, soy un hombre de estatura promedio, piel morena, ni flaco ni gordo, vivo solo en Bogotá, Colombia, ya que decidí venir a estudiar. Llevo 8 meses queriendo escribir este relato, pero no me animaba, debo decir que nadie sabe lo ocurrido aquel día.

Alejandra tiene 23 años, somos amigos desde pequeños, ya que estudiamos juntos, tiene una sonrisa hermosa, ojos claros, pelo rojo, enormes tetas y un culo aceptable, como lo dice el título es la novia de mi primo Santiago quien es como mi hermano, compartimos muchos gustos y tiempo juntos.

Un fin de semana me encontraba sin nada que hacer aburrido jugando en el play, cuando suena mi celular y es mi amiga Alejandra, quien en ese momento era la novia de mi primo Santiago. Debo aclarar que nosotros éramos amigos antes de su relación, de hecho, se conocieron gracias a mí, ella me invitaba a una fiesta con sus amigos y amigas teniendo en cuenta que mi primo no se encontraba en la ciudad y no tenía quien la acompañara, accedí a acompañarla y pasar un rato agradable, la recogí en su casa y todo transcurría normal, un saludo cariñoso, pero sin nada de morbo, llegamos a la fiesta, nos encontramos con sus amigos y amigas nos presentaron, hablamos un buen rato de todo tema y luego de comer algo empezamos a bailar, yo bailaba con varias chicas incluida Alejandra, había una chica en especial que me miraba frecuentemente y yo se las correspondía, bailamos muchas canciones juntos, incluso uno que otro beso cruzamos. Alejandra al percatarse de lo que pasaba solo me hacía preguntas sobre la chica, sonaba algo interesada, pero no noté nada raro, era muy común hablar de esos temas entre ella y yo.

La noche pasaba y ya estaba un poco tarde, la fiesta se fue apagando y Alejandra y yo decidimos irnos para casa, ella vive al otro lado de la ciudad y yo cerca de donde estábamos, entonces sin ninguna mala intención la invité a Alejandra a quedarse en mi casa evitando el largo viaje hasta su casa, ella aceptó y decidimos ir.

Camino a casa Alejandra me decía que las cosas con mi primo Santiago no iban bien, que discutían muy seguido y ella estaba un poco cansada, lo único por lo que no quería dejarlo era su hija quien tenía ya 2 años. Yo me limité a escuchar y decidí no comentar nada al respecto, pues de un lado estaba mi primo que es como mi hermano y por el otro mi amiga desde años del colegio.

Llegamos a casa y seguíamos hablando del mismo tema, yo para evitar seguir hablando del tema sugerí ver una película ya que ninguno tenía sueño. Empezamos a ver la película y poco a poco me fue venciendo el sueño, no planeamos dormir en la misma cama, pero la situación se presentó de tal manera, pasó aproximadamente una media hora y la televisión prendida me despertó, abrí mis ojos y Alejandra me miraba fijamente a la cara, no me dio tiempo ni de parpadear y se me lanzó encima y me besó, yo le correspondí el beso y duramos varios minutos jugando con nuestras lenguas, mi pene estaba a reventar yo tocaba sus tetas y sus nalgas, no me resistí más y le quité toda su ropa, teniendo esas enormes tetas de frente las empecé a lamer y ella gemía de placer, me puse encima de ella y sin pensarlo dos veces la penetré ella gritaba mi nombre y al mismo tiempo gemía y enterraba sus uñas en mi espalda, estaba por correrme y ella paró y me empezó a hacer sexo oral (se notaba poca experiencia, pero me encantaba) lamía mis testículos y yo sentía que no podía más, hasta que exploté en su boca y la llené de mi semen, yo quería que ella también se corriera y empecé a bajarle y lamía su vagina que estaba muy mojada, ella me agarraba del pelo y me hundía mi cabeza contra su vagina, cuando subí la intensidad, inmediatamente suelta un enorme gemido que hasta creo que mis vecinos escucharlos y se corre en mi cara llenándome de su flujo.

Caímos rendidos y nos dormimos en pocos minutos sin decirnos ni una sola palabra. Al día siguiente nos despertamos como si nada hubiese pasado y la llevé hasta casa, me dio un leve beso en la boca y me fui confundido para mi casa. Hoy casi 8 meses después hay miradas cómplices entre nosotros, pero jamás se volvió a tocar el tema.

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