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Me presento, soy una mujer chilena, casada, 44 años. Con mi esposo tenemos una vida muy rica sexualmente hacemos de todo para complacernos, ya hemos hecho varios juegos, tríos, gand band y varias cosas más. Bueno les cuento mi relato.

En mi otro trabajo un día llegó una compañera nueva unos 4 años mayor que yo, muy linda, muy sexy, buen cuerpo, muy simpática y alegre. Hicimos muy buena amistad, a los 5 meses después ella estaba de cumpleaños y me dijo que lo pasaría sola porque su hijo vivía en el sur de Chile, y su esposo estaba con mucho trabajo así que no saldría a ningún lado porque llega tarde eso la tenía triste.

Le dije que fuéramos a un pub a celebrar a la salida, del trabajo.

En el pub tomándonos unos tragos y me confesó que ella disfruta mucho su sexualidad con su marido que le gusta hacer diabluras y todo eso, yo solo la escuchaba, nunca habíamos hablado de nuestra vida privada hasta hoy, yo no le dije nada de mi vida, solo ella hablaba. Después de un rato llegó la hora de irse, ella llamó un Uber para que nos fuera a dejar. Al llegar a su casa me invitó a pasar yo no quería, pero ella insistió, así que llamé a mi esposo y le comenté donde estaba y que llegaría más tarde.

Después de una copa de vino y seguir con sus confesiones, yo ya estaba un poco mareada y excitada porque sus relatos ya eran con lujo y detalle.

-Ven te quedo mostrar algo –me dice.

Nos dirigimos a una pieza que está con llave, abre la puerta, enciende la luz y wuau, sorpresa.

Era una habitación del placer, tenía una cama con barandas, grilletes, esposas, látigos, trajes de látex, y un montón de consoladores, y vibradores de todas partes y tamaños y colores, y un montón de otras cosas.

-Este es nuestro salón del placer con mi esposo -me dice.

Ella coloca música, y me dice:

-Ven, bailemos

Yo le digo que bueno y después suena un tema lento. Me mira y me dice

-Lo bailamos.

Yo abro mis brazos y nos abrazamos y reímos.

A la mitad de la canción todo estaba bien, nada extraño, solo que ambas estamos en silencio. Comienzo a sentir sus labios húmedos por mi cuello y eso me comienza a poner la piel de gallina y a excitar. Sus besos ya eran con más intensidad y sus manos se movían por mí cintura y espalda. Nos miramos y besamos, fue un beso muy durante, intenso. Ella se quita su falda, y saca la mía, nuestras blusas vuelan también. Ya nos encontrábamos desnudas.

Me recuesta en la cama y comienza a lamer mi zorra, (nunca había estado sola con otra mujer, si estando en intercambio de parejas, pero no era lo mismo) Yo estaba a mil.

Ella me dice que si quiero probar un juguete especial que ella tiene. Yo le grito que sí, estaba tan excitada que no lo pensé. Me pide que me ponga a lo perrito, me coloca unas cadenas en las muñecas que estaban enganchada al respaldo de la cama. Me coloca lubricante en mi zorra.  Acerca una mesa que tiene con algo tapado (era una máquina hidráulica del placer). Busca un consolador de unos 20 centímetros y lo coloca en su máquina, con una manivela, lo ajusta en altura y profundidad para mí.

Me pasa un control remoto y me dice que yo vea que intensidad quiero, me explica cómo funciona. Comienzo a darle velocidad, y se sentía muy rico mientras la máquina me culeaba. Ella lamía mi culo, se ponía un guante de látex, lo embetunaba con gel y me metía sus dedos en mi culo. Yo gritaba de placer y aumentaba la velocidad, comencé a tener múltiples orgasmos.

Ella, detiene la máquina y cambia el juguete. Coloca un consolador, doble, lo ajusta y me dice que está listo.

Comienzo a darle velocidad y siento mucho placer al sentir mi zorra y culo llenos. Ella se pone frente a mí y comienzo a lamer su zorra. Yo me retorcía de placer.

Ya después, estando las dos haciendo un 69, y otras posiciones, en eso estábamos haciendo una tijerita y entre nuestras zorras había un consolador largo como de 50 cm, con dos cabezas, las mitad metida en mi y la otra en mi amiga y trasfregando nuestras zorras.

Se abre la puerta y se asoma su esposo con un regalo y un ramo de flores.

É la saludó a ella con un beso con lengua y le tomó una teta, le dice:

-Que buen regalo te estás dando.

Yo no atiné a nada, me quedé congelada, no esperaba que llegara él y nos encontrara así.

Él me toma una teta y me besa con lengua, saca su verga, que era larga y gruesa y me la pone en la boca. Yo solo atiné a chupársela (nunca me había pasado eso, ver a un hombre y que en menos de un minuto me tocara una teta, besara y se lo chupara sin decir hola). Él se desnudó, tenía un físico muy bien cuidado.

Nos pudo en 69, me culeaba a mí y a ratos sacaba su verga y se la ponía en la boca de su esposa para que se la chupara. Luego se culeaba a su esposa y me lo ponía en mi boca, yo le lamia entera su verga.

En un momento acaba dentro de su esposa, daba su verga de la zorra de ella y la pone en mi boca y me da sus últimas gotas de moco, luego comienza a salir el moco de la zorra de ella y yo comienzo a lamerla y me tomo todos esos fluidos.

Fue una gran experiencia…

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