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Mi primera vez siendo infiel
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Me llamo Sofía, tengo 25 años, mi pelo es color negro liso largo hasta la cintura, tengo ojos negros, soy de piel blanca tengo un trasero grande y firme, y un par de tetas bien paradas y redondas, soy de Colombia y vivo con mis padres.

La historia que les voy a contar es de cuando tenía 18 años, de cómo por primera vez yo iba a serle infiel a mi primer novio, el cual yo amaba, actualmente ya no estamos juntos por cosas que yo hice, a partir de la historia que les contaré.

Mi novio se llamaba Andrés, ya teníamos tiempo juntos y en mi casa mis padres lo querían, él tenía 28 años, de color blanco 1.80 de estatura, él fue mi primera vez en todo y el único pene que conocía era el de él, le media unos 16 cm no muy grueso, pero aun así en ese tiempo yo no le prestaba atención a eso y me tenía bien atendida en cuestión de que se preocupaba por mi, pero el sexo ya no era lo mismo y debido a su trabajo casi ya no me dedicaba tiempo.

Decidí buscar trabajo de lo que fuera y encontré uno de empleada doméstica, sólo era ir a limpiar la casa y ya, la paga no era mala y Andrés estuvo de acuerdo, realmente yo no tenía ropa para esa clase de trabajo y los shorts que yo tenía eran los que usaba para dormir, pero debido a mis grandes nalgas se me metían y parecían más cacheteros que shorts aun así decidí ponerme los que yo vi que no mostrarían tanta carne. Me fui en ropa casual un pantalón apretado que dejaba ver lo duro y firme que tenía mis nalgas, una camisa que realzaba mis tetas, pero sin mostrarlas mucho y un bolso en cual llevaba la ropa que me iba a poner, en caso de que me tocará empezar a trabajar de inmediato.

Estaba nerviosa, la casa a la que debía ir no era muy lejos de donde yo vivía. Llegué y era una casa blanca con rejas era muy bonita, timbre y salió un señor de 55 años, bajo de color indio, su pelo era negro sin una sola cana, llevaba puesto una camisilla y una pantaloneta, se podía apreciar que en su juventud había tenido unos buenos músculos, se llamaba Henry. Me presenté y le dije que venía por el anuncio en el periódico, tenía una voz gruesa, abrió la reja y me dejó entrar.

Cuando entré vi la casa y era grande y linda, él me dijo que me sentara en la sala, él también se sentó y empezamos a hablar, a conocernos mejor. Él me dijo que él era el que me iba a pagar, me dijo que si quería podía empezar de una vez, yo le dije que sí y le pedí que me disculpara por la ropa que iba a usar, le dije que solo sería por esa vez. Fui al baño y me puse el short que pensé yo no mostraría nada, pero de nada sirvió, apenas me los puse vi desde el espejo como se me veía la mitad de mi trasero y el short perdido entre mis nalgas. Pensé en que si Andrés hubiera sabido que iba a usar eso no me hubiera dejado ir, tenía pena de estar así enfrente del señor Henry, pero solo sería esta vez, eso pensé yo.

Cuando salí y el señor Henry me vio, su mirada cambió, se sentía una mirada penetrante, volví a pedirle disculpas por mi ropa y él me dijo que estuviera tranquila. Hice el oficio que tenía que hacer, tenía que estar sacando los shorts de mi culo y el señor Henry no me quitaba la mirada de encima. Terminé y él me dijo que si podía volver en la tarde por mi dinero yo le dije que sí y me fui a mi casa.

Cuando llegué a mi casa llamé a Andrés, no me contestó como es común en él. En mi casa casi nunca estaban mis padres por lo que mantenía sola. Cuando llegó la hora de volver a donde el señor Henry me vestí en ropa deportiva porque iba a ir al gimnasio después de recoger el dinero que me iban a dar. Cuando llegué el señor me abrió y entré, me dijo que me sentara, yo me senté y él me trajo un jugo, empezamos a hablar y entre pregunta y pregunta le fui contando todo sobre mi relación con Andrés, hasta nuestra situación sexual y me hizo una propuesta que cambiaría mi vida.

H: ¿Tú le has sido infiel a tu novio?

S: ¿Perdón? ¡Yo no soy esa clase de mujer, respéteme!

H: Lo que escuchaste me parece raro que una mujer así de buena como tú, tenga un novio que no le meta la verga como es debido, te haré esta propuesta.

S: No me interesa y hasta luego.

H: Te daré 3 veces más lo que te iba a pagar por la limpieza de la casa, solo tienes que portarte bien conmigo.

S: Yo nunca he sido infiel señor, yo no sé qué pensar como me dice esto apenas lo vengo a conocer, además yo amo mi novio.

H: Tú quieres el dinero?

S: Si.

H: Yo te puedo dar el dinero, tú quieres sexo yo te puedo dar buen sexo, y no tienes que terminar con tu novio él no se va a enterar.

S: ¡NO! don Henry, además a su edad dudo que se le pueda parar.

Me di la vuelta para irme y de repente sentí una fuerte nalgada que me sorprendió, y cuando me volteé a ver qué había pasado, don Henry me cogió y me besó mientras me cogia duro las nalgas, me dijo que viniera mañana a ver si no lo tenía más grande que mi novio. Yo estaba como una estatua por lo que acababa de pasar.

No dije nada, me volteé y me fui. Llegué a mi casa y me bañé, me puse mi mejor lencería y un vestido negro apretado que marcaba bien mi trasero y dejaba relucir mis tetas. Mientras iba a donde mi novio sentía las miradas de las personas que me miraban de forma pervertida, no le presté atención. Cuando llegué a la casa de mi novio estaba de muy mal humor.

A: En serio que ahorita no tengo tiempo para ti Sofía, estoy muy ocupado.

S: Siempre estás ocupado, sólo dame una buena culeada y ya.

A: Sabes que vete, ahora no voy a estar perdiendo mi tiempo contigo cuando me desocupe saldremos y te voy a culear, pero ahora no

Me fui aburrida y enojada por lo que había pasado. Cuando llegué a casa me bañé y me puse una pijama corta y una camisa de esqueleto, y me puse a pensar en las nalgadas y el beso que me dieron hoy, no estuvo mal pensé en mi mente, así que decidí algo que cambiaría mi vida. Me dormí y cuando desperté al día siguiente, me bañé y dejé mi vagina limpia de pelos, me puse una tanga en hilo dental color negro que inmediatamente se perdió entre mi culo, me puse un pantalón blanco el cual dejaba mi culo bien parado, me puse un brasier negro y una camisa corta negra. Sabía que hoy me iban a dar verga, así que me sentía rara sabiendo e imaginando que hoy me iba a culear alguien que no era mi novio, pero también pensé que en verdad él no tenía por qué enterarse y me llenaba de curiosidad la propuesta de don Henry, así que decidí ir y ver qué pasaba iba a ser infiel por primera vez eso no lo podía sacar de mi mente.

Cuando llegué a la casa de don Henry me puse mucho más nerviosa, y pensé que pase lo que tenga que pasar.

H: ¡Ohh! Vaya a sí que decidiste comprobar si lo que te dije era cierto, ven pasa.

S: Gracias don Henry.

H: No te preocupes muñeca dime Henry, adelante siéntate.

Cuando me senté él se fue a su cuarto y trajo un fajo de billetes me dijo:

-Ten lo prometido mamita.

Era más de lo que habíamos acordado, pero no dije nada sabía que si lo tomaba ya no había marcha atrás, pero aun pensaba en algo ¿en verdad él podría tener sexo conmigo a su edad?

Él se sentó a mi lado y me empezó a besar, yo le seguí el beso y poco a poco yo me fui quitando mi camisa para quedar en brasier, y le puse mi mano en la verga, la sentí enorme, la empecé a sobar y me acomodé para empezar a mamar, él se lo sacó y era grande, muy grande, el doble que el de mi novio y mucho más grueso y venoso, se veía suculento, tenía un olor fuerte. No lo pensé más y me lo metí en la boca y lo empecé a lamer con la punta de mi lengua, le pasaba mi lengua por la cabeza de su pene, le chupaba los huevos y me lo metía lo más que pudiera en la boca y lo aguantaba un rato hasta que no pudiera respirar.

H: ummm que rico, pero mira como la chupas de bueno.

S: glup glup le gusta?

H: me encanta maní ahhh que rico ya casi me vengo, hazme una paja rusa.

S: si señor.

Me puse de rodillas y me puse entre sus piernas, me quité mi brasier y se lo empecé a frotar con mis tetas y mientras lo hacía, con mi lengua lo lamía hasta que sentí un disparo caliente en mi cara y mis tetas, era un semen espeso y sabía rico era dulce. Me paré y me puse al frente de él, viendo su cara de satisfacción.

S: ¿Le gustó Henry?

H: Me encantó mamacita no entiendo tu novio como no te culea, pero ya estoy yo mamita.

S: si ya estás tú.

Me sentía rara no me sentía como si fuera yo, estaba parada al frente de un hombre que no era mi novio, al cual se la acababa de chupar y tenía mi cara llena de semen, mis tetas estaban al aire libre también con semen. Yo estaba pensando, mi novio está trabajando y yo estoy aquí a punto de ser culeada por Henry. Nos quedamos en silencio mirándonos cuando sonó el celular de Henry y tenía que salir urgente. Me lavé la cara y mis tetas, me vestí y me despedí con un beso en la boca y una nalgada de Henry.

H: mañana si me la culeo mamita.

S: bueno señor.

Me fui a mi casa, me bañé y pensé en lo sucedido, me gustó, no me siento tan mal como pensé, si Andrés no se da cuenta ¿por qué debo preocuparme?

Hablé por llamada con Andrés un rato y me acosté a dormir con ganas de que llegara mañana.

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