Nos conocimos por chat, en un anuncio que puso decía: “busco amante”, le escribí, compaginamos nos excitamos teníamos sexo virtual y después caí entre sus piernas, fue delicioso.
Todo empezó por curiosidad y por tiempo libre, en mi afán de tener con quien desquitar mis impulsos humanos en el ocaso de la madurez, cuando mis energías aún eran suficientes para no perder en el intento, conocí a una chica igual que yo con los mismos impulsos, fui seleccionado por ella, se fijó en mí y por fin después de intimar por internet la conocí, llego a mi después de citarnos la vi, era una chica bella, de tez clara, segura de sí misma y dispuesta, entro al auto, nos saludamos de nuevo pero esta vez con un delicioso y apasionado beso, en el puse toda mi energía y experiencia de ser y hacer sentir el deseo la pasión así como la ternura y la cachondez de un hombre que a lo que va es a hacerla disfrutar vibrar y sentirse plena, sentirse como es en todo su cuerpo, no falla, y eso sintió en todo su delicioso cuerpo, no sé si se humedeció el tesorito, pero besar a un extraño o extraña con la predisposición del deseo sexual al cual va una a una cita, hace que sienta, que vibre que se estremezca desde el cuello pasando por su espalda su cintura su piel sus senos hasta las piernas claro en la intimidad de su entrepierna donde más sienten, en fin quedó un poco turbada por el beso, y enfilamos hasta hacer algunas diligencias y luego a la agradable y esperada cita de la intimidad.
En la primera vez un poco indispuesta por cosas de mujeres, la visita de Andrés, tomo de mi mi preciado instrumento de placer, deleitándose la boca con el gusto de tener a un hombre en su mayor masculinidad al máximo, yo firme como una hasta dispuse a acariciarla besarla y tocarle con mi lengua lo que podía en ese día tocar.
No fue así la segunda vez, ni las siguientes, hasta en su lecho lo hicimos con pasión y lujuria desenfrenada, en su casa cuando pasaba a visitarle, en hoteles cuando salimos un día a una ciudad cercana o cerca de donde vive, han sido momentos maravillosos verla explotar, verla y sentirla como se viene como termina, como gime delicioso al sentir mis caricias o mi lengua en su vulva tocando su clítoris y besando sus labios, cada vez ha sido diferente y disfrutable hasta el grado de excitarla y masturbándonos al mismo tiempo por teléfono terminamos en múltiples orgasmos deliciosos y muy húmedos, es una amante deliciosa, excitante, explosiva, lujuriosa, golosa, sabrosa coge y se deja coger bien sabroso, gime y me complace con la boca, con su delicioso y apetecible trasero sin dejar de lado sus succionables pechos que me deleito con sabrosos besos y chupo ávidamente como bebe hambriento de placer y de pasión desbordada, es una amante deliciosa, es y será siempre mi rica y apetecible chica golosa de sexo y placer que me hace sentir un apasionado amante suyo.